Zootopia (Final)
¿Cómo es que pasaron ocho meses tan rápido? Nayeon no lo sabía, pero era feliz al lado de la alfa, aunque sus papás no estaban muy felices con la idea de que su pareja fuera una carnívora tan grande como Tzuyu, sabían que era una buena chica y nunca lastimaría a su conejita.
A pesar de sus ocho meses juntas ambas apenas y habían pasado a algo más fuerte que un par de roces sobre la ropa, todo porque Nayeon tenía miedo de tener algo con una especie más grande que ella, sabía que era posible, pero no estaba acostumbrada a ver relaciones así como ejemplo. Todos en su familia eran conejos, jamás se enlazaron con nadie de otra especie.
Nayeon reconocía que en las ocasiones donde habían llegado más lejos de unos cuantos besos, sí que sentía el deseo de continuar, podía sentir su lado animal más despierto que nunca, pues su omega estaba deseosa de enlazarse con una alfa tan dominante como lo era su novia. Pensarlo era bastante vergonzoso, así que nunca se lo diría a nadie, ni siquiera a Tzuyu.
La híbrida de zorro respetaba la decisión de su conejita, pero era difícil contenerse cuando la sentía sobre su regazo y jamás admitirá públicamente lo mucho que le gustaba ver la forma en que el lindo trasero pomposo de su omega resaltaba en cuanto se ponía una falda.
Solo una vez había podido tocarle el trasero mientras usaba una falda y Nayeon rápidamente la paró, Tzuyu entendió y no intentó nada más después de eso.
En esos ocho meses siempre que visitaba a la omega había alguien más en su casa, así que aunque estaban en su cuarto jamás intentaron hacer nada. Ahora, después de tanto tiempo los padres de Nayeon decidieron salir a un viaje por la celebración de sus 20 años casados y aunque a la híbrida de conejo le prohibieron estrictamente invitar a Tzuyu, la omega pensó que no tenía nada de malo quedarse solas por dos días enteros.
Sinceramente, Tzuyu estaba preocupada por meterse en problemas si los padres de Nayeon se enteraban, pero Mark la convenció de correr el riesgo, al fin y al cabo no harían nada malo, estaba segura de que Nayeon no lo sugeriría.
Ahora se encontraba manejando hacia la casa de la mayor, en el maletero llevaba algunas verduras y frutas que ella odiaba, pero Nayeon no.
Manejó tranquila y sin preocupaciones, escuchando música y pensando en lo que harían juntas, podían ver de nuevo ‘Call me by your name’ o terminar la casa de legos que estaban construyendo juntas, había una infinidad de posibilidades ¡y no tendrían que preocuparse por el tiempo ya que estarían juntas dos días!
Cuando llegó estacionó su auto, abrió el maletero y cargó las bolsas llenas de comida, caminó y tocó el timbre, pocos minutos después Nayeon le abrió la puerta.
Observó a la chica usando una bata, así que fue respetuosa y no la miró de más, solamente sonrió y recibió el abrazo de su omega.
Nayeon inhaló la deliciosa canela que Tzuyu portaba y su corazón latió emocionado -Déjame ayudarte con esas bolsas- tomó una y caminó hacia la cocina, la alfa cerró la puerta y la siguió.
Tzuyu sacó unas uvas y acercó una a los labios de Nayeon -¿Qué estabas haciendo?- preguntó mientras la híbrida de conejo mordía la dulce fruta.
-Estaba a punto de darme un baño- una tensión repentina se instaló entre ambas, era un sentimiento que ya habían experimentado antes.
Nayeon lo detectó y se alejó -Voy a bañarme, bajo en unos minutos- anunció y corrió escaleras arriba. Tzuyu la vio irse sin decir nada, pero no le dio importancia, no tenía problema con la interrupción del momento que estaban teniendo, ya era una costumbre.
Picó un poco de fruta en cubos y llenó un tazón para después ponerle un poco de miel, ya que a Nayeon le encantaba el azúcar. Pasados 20 minutos decidió subir para preguntarle a la coreana si ya había terminado.
Llevó consigo la fruta picada y paró cuando llegó a la puerta del cuarto de la chica. Su puerta estaba entreabierta y Tzuyu solo quería saber si Nayeon estaba lista, jamás quiso encontrarse con una Nayeon semidesnuda mientras se secaba el cabello, solamente usando una falda corta y su sostén.
Las piernas le temblaron y casi suelta el tazón, pensó que irse sería lo mejor, sin embargo su lado más animal la obligó a mantenerse quieta, recorriendo el cuerpo de la conejita con unos ojos oscuros y llenos de deseo.
Nayeon cepilló su cabello con los ojos cerrados y después tomó un poco de crema humectante que colocó sobre sus manos, extendió lentamente el producto en sus brazos, estómago y metió la mano debajo del sostén para igualmente hidratar sus pechos. Subió una pierna a una silla y aplicó más crema en sus manos para distribuirla en su pierna, cuando terminó repitió el proceso con la restante.
Mientras ella hacía eso los pantalones de Tzuyu comenzaron a apretarle, cuando su mirada se posó en el perfecto trasero de la omega una potente erección se hizo notar.
Nayeon se estiró un poco y entonces la puerta de su habitación se abrió por completo, giró la mirada asustada y se relajó cuando observó a su novia con un tazón repleto de fruta. Pensó en preguntarle qué hacía ahí, hasta que recordó que estaba semidesnuda y su novia era una alfa carnívora.
Cubrió sus pechos con ambos brazos y las mejillas se le pintaron de un rosado claro -T-Todavía no estoy vestida, Tzuyu- dijo como si no fuera algo obvio, la alfa relamió sus labios, dejó el tazón sobre un mueble y siguió caminando directamente hacia la conejita.
Nayeon comenzó a mover su nariz rápidamente y caminó hacia atrás -¿Te sientes bien?- su voz naturalmente chillona hizo sonreír a la híbrida de zorro.
Tzuyu nunca dejó de mirarla con su mirada oscura -Podría sentirme mejor conejita- la mayor chocó con la pared y Tzuyu rápidamente la acorraló -¿Qué hay de ti?- su voz grave alertó el sentido de supervivencia de la omega y su nariz no paró de moverse -Y-Yo estoy bien- contestó con las palabras bastante tensas.
Tzuyu negó con la cabeza y la tomó por la cintura, pegó su nariz al cuello de la chica e inhaló, de su boca salió un gemido sucio -Oh, mi dulce conejita, ¿Cómo vas a sentirte bien si no me tienes entre las piernas?- inhaló de nuevo y volvió a gemir -Pay de manzana- susurró con su voz de alfa.
Nayeon cerró los ojos y tragó, jamás se había sentido tan excitada como en ese momento, el solo hecho de la mención que Tzuyu había hecho la volvía gelatina. Nayeon no quería verse como una desesperada, sabía que los conejos amaban follar, pero no sabía si los zorros pensaban igual.
Tzuyu besó su glándula del olor y apretó una de sus nalgas con la mano izquierda, Nayeon chilló por la impresión -Mierda, eres deliciosa- lamió su cuello y después lo acarició con sus dientes.
La conejita tembló creyendo que Tzuyu la comería -Tz-Tzuyu, no me comas, s-soy Nayeon- la alfa soltó una risita y después volvió a tocar su trasero
-No voy a comerte de la forma en que tú crees- su voz sonaba divertida y feliz.
Nayeon pudo sentir el sonrojo llegando hasta sus orejas al entender la situación, su centro palpitó y las feromonas se le dispararon. En respuesta, Tzuyu gruñó y subió la falda de la chica con ambas manos -Era obvia esta reacción en ti, al fin y al cabo eres una conejita solita y hambrienta de polla y semen- la mencionada tembló entre los brazos de la híbrida de zorro.
Tzuyu dio una nalgada ligera -Vamos a la cama- ordenó, la conejita asintió pues no logró decir nada. Ambas caminaron y Tzuyu la recostó boca abajo -Alza ese precioso culo- pidió, Nayeon acató su orden mientras las bragas se le mojaban aún más.
Tzuyu enganchó sus dedos en el elástico de la ropa interior y tiró hacia abajo para quitarla por completo, la falda cubrió un poco la parte más privada de la coreana, aunque no mucho tiempo, ya que Tzuyu decidió alzarla para observar -Pobrecita conejita, tan solita y mojadita, no te preocupes, tengo lo que necesitas, mi amor- Nayeon cerró los ojos con vergüenza pues no entendía el porqué le mojaba más saber que su novia la estaba viendo fijamente y además le hablaba así.
Las pupilas de la alfa se dilataron y gruñó ligeramente, se hincó sobre la cama a la altura del trasero y lo acarició, después bajó su mirada a la vagina y sin lograr contenerse lamió el clítoris. La omega soltó un gemido y tembló, Tzuyu chupó la terminación nerviosa y dirigió un dedo a la entrada de la chica, Nayeon subió más el trasero de forma involuntaria, mostrando sumisión y sus verdaderos deseos.
Tzuyu metió un dedo de forma lenta -Que bonita conejita eres- siguió con su tarea y poco a poco supo mover mejor su lengua. Nayeon gemía con lágrimas de placer en los ojos, sin poder parar de expulsar más feromonas dulces.
La alfa bajó sus propios pantalones para liberar a su erección y pronto agregó un segundo dedo, Nayeon jadeó -Tzu-Tzuyu- dijo con un tono necesitado, sus caderas temblaron al mismo tiempo en que sus piernas se tensaban y el orgasmo llegó.
Tzuyu sacó sus dedos y los limpió con su lengua -Sabes deliciosa- el sentido de supervivencia de Nayeon quiso activarse por esas palabras, pero decidió no hacer nada y esperar.
La híbrida de zorro se sacó la camiseta, desató sus cordones y retiró sus zapatos para deshacerse de sus pantalones y ropa interior.
Nayeon recuperó de a poco el sentido y soltó un gemido cuando la alfa colocó la punta de su miembro para entrar en ella -Relájate conejita, voy a llenarte como tanto quieres- Tzuyu se inclinó y besó la espalda de la omega mientras frotaba su miembro en la entrada de la chica.
-Su-Suave…- fue todo lo que la coreana pudo decir.
Tzuyu sonrió y contestó -Claro que sí mi amor, seré suave contigo, tenemos todo el día- empujó un poco y los primeros centímetros entraron, la omega cerró los ojos y dejó salir el aire que tenía retenido, Tzuyu masajeó la cadera y trasero de la mayor con ambas manos, buscando que se relajara, cuando lo consiguió empujó más.
Nayeon parpadeó y respiró para calmarse, de pronto Tzuyu terminó de entrar y ambas comenzaron a respirar agitadas.
La alfa esperó paciente, desabrochó el sostén y lo lanzó lejos, se incorporó y tomó ambos pechos mientras se acercaba a la oreja de la mayor, quien solo jadeaba -Shh conejita, respira, tu alfa te tiene, no te preocupes por nada más- movió lentamente las caderas, provocando gemidos cortos de la coreana.
Acarició el cabello de la chica y lo tomó en una coleta -Lo estás haciendo bien cariño, pronto voy a darte el semen que tanto deseas, voy a llenarte porque eres una conejita muy buena, mereces esto, mereces mi amor- Nayeon cerró los ojos y movió sus caderas contra las de su novia para aumentar la intensidad.
Tzuyu tomó con la mano izquierda la cintura de la chica y usó su agarre para moverse más rápido, Nayeon enterró el rostro en el colchón e intentó ocultar los vergonzosos gemidos que se escapaban de entre sus labios.
La híbrida de zorro se inclinó y sin avisar mordió entre el cuello y hombro de la omega, enlazandose oficialmente con ella, Nayeon no pudo ocultar su éxtasis y empujó con más fuerza contra las embestidas de su ahora, alfa.
Gimoteó un poco por el ardor de la marca reciente y Tzuyu comenzó a besarla justo donde le dolía -Tranquila conejita, estoy aquí, soy tu alfa- las embestidas se volvieron más rápidas y pronto Tzuyu comenzó a gemir contra el cuello de la omega -Voy a darte todo el semen que quieras, ¿Te gustaría eso, conejita? ¿Quieres sentir mi nudo caliente dentro de ti?
La omega comenzó a gemir con más fuerza y asintió -A-Alfa… preñame, por favor… anudame- dijo entre pequeños gritos.
La híbrida de zorro mordió su labio inferior y asintió -Aquí viene cariño, p-prepárate- avisó, segundos después dejó de moverse e intentó entrar lo más que podía mientras gruesas olas de semen pintaban las entrañas de su omega.
El nudo se creó y ellas respiraron agitadas -Buena conejita- jadeó en su oído a modo de felicitación.
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