๑゚ one.
Yuna amaba cuando su familia y ella salían de vacaciones a unas cabañas en el bosque, porque así podían relajarse y olvidarse del estrés que implicaba convivir con híbridos carnívoros.
Cuando esto pasaba a la omega le gustaba transformarse en conejo y correr un rato, también le gustaba construir madrigueras provisionales donde le gustaba descansar sin que su familia la molestara.
Su padre, el señor Shin normalmente se encargaba de conseguir los vegetales que comerían en su estancia ahí, pero esta vez no había podido cargar todas las bolsas hasta la cabaña que rentaron, así que le pidió a Yuna que fuera a recogerlas.
La conejita quiso correr en su forma animal, por lo que se transformó y comenzó a correr dando pequeños saltitos, el auto estaba algo alejado pues se encontraba en el estacionamiento del recinto, el lugar donde pagabas por la cabaña y el guardabosques te daba la llave.
Yuna visualizó el auto a unos cuantos metros, podía sentir el calor que generaba su cuerpo por correr pero le gustaba pensar que estaba ejercitando su cuerpo y por tanto, volviéndolo saludable.
Siguió feliz hasta que de pronto una mano grande la cargó sin mucho esfuerzo.
──¡Mira papá, un conejo! ── un chico la miró directamente a los ojos y Yuna quiso cagarse encima por el miedo, pues olía a alfa.
El chico la llevó hacia otro adulto y se la mostró.
──Se ve bien alimentado, no lo dejes escapar, puede cenarlo tu hermana, ya sabes que le gusta la carne de conejo ── el hombre le picó la panza y ella se asustó más.
Diablos, no solo eran alfas, también carnívoros, ¡estaba muerta! ella iba a ser la cena, ojalá hubiera podido despedirse de sus padres aunque sea una última vez.
El chico corrió hacia el bosque, donde un zorro rojo hacía un hoyo en el suelo.
──¡Ryujin, te conseguí la cena! ── dijo el alfa, el zorro paró y se transformó, apareciendo en su lugar una hermosa chica con el cabello rojo y un flequillo bien cortado, era alta, delgada y muy atractiva, tenía los ojos más cautivadores que Yuna había visto, junto a unos labios delgados.
La chica que aparentemente se llamaba Ryujin la tomó entre sus manos y Yuna sintió que iba a orinarse del miedo, sin embargo aguantó ese impulso.
Ryujin la acercó a su rostro para inspeccionarla y Yuna pudo oler el fuerte olor a canela sobre la alfa, lo que la hizo estremecer. Minnie acercó a la chica a su nariz y la olfateó, la menor cerró los ojos con el corazón a punto de salirse de su pecho por el miedo, la alfa paró y sonrió.
──Está bien Jaemin, vuelve con papá y Karina, yo me encargaré ── el chico asintió y se fue por donde llegó.
Cuando estuvieron solas Yuna quiso llorar, pues sabía que iba a ser asesinada a sangre fría, su pequeño y esponjoso cuerpo tembló cuando Ryujin la movió haciéndola bailar ridículamente.
──Tienes un olor muy rico omega, el pay de manzana es mi favorito y además combina con la canela ── dijo la alfa con una voz divertida que ocultaba un doble sentido.
Yuna movió su nariz con curiosidad al escucharla decir eso, Ryujin le acarició las orejas y sonrió.
──No voy a comerte, transformate pero no huyas, quiero conocerte ── dijo y se hincó para dejar a la conejita en el suelo, Yuna quiso correr pero algo dentro de sí la hizo acatar las órdenes de la alfa. Se transformó y apareció en su forma humana, mientras sus mejillas se sonrojaban de forma involuntaria.
La alfa recorrió su cuerpo y cara con la mirada.
──¡Wow, realmente eres más bonita de lo que imaginaba! ── buscó un olor en particular y lo encontró ──Efectivamente, pay de manzana ── dijo como si nada.
Yuna sintió vergüenza pues era cierto, su olor era ese. Se encogió en su lugar.
──Quiero irme ── pidió, Ryujin asintió.
──Claro, solo dime tu nombre, por favor, eres muy bonita ── la alfa parecía ser muy agradable, pues siempre estaba sonriendo.
──Me llamo Yuna ── contestó, a pesar de lo sucedido anteriormente podía notar que el ambiente no era peligroso.
──Encantada de conocerte Yuna, yo soy Ryujin, ¡pero puedes decirme Ryuddaeng! ── su voz alegre hizo sonreír a la conejita.
Yuna jugó con sus manos y después las puso detrás de su espalda -Bueno, tengo que irme- se disponía a caminar cuando la chica tomó su mano -Espera, dame tu número, quiero conocerte más- ambas se sonrojaron con una vergüenza llenando el ambiente, pero la omega no se negó, le dio su número y además le dijo donde estaba su cabaña.
Ryujin no intentó ocultar su felicidad y dio pequeños brincos en su lugar.
──¡Genial! iré a visitarte, ¿Cuánto tiempo estará aquí tu familia? ── Yuna pensó un momento y después dio su respuesta.
──Un mes ── la alfa asintió satisfecha por la respuesta.
Ambas se dijeron adiós y Yuna volvió al auto, tomó la comida y volvió a la cabaña. Al llegar su padre no paró de regañarla, pues se había tardado demasiado, la omega decidió omitir lo que pasó para que sus padres no se asustaran y recibió el regaño.
En su estancia ahí Ryujin no paró de visitarla, al principio sus padres casi se infartan al encontrar a una alfa carnívora platicando con su hija mientras ambas estaban acostadas en el pasto, Yuna tuvo que presentarlos para que estuvieran tranquilos y curiosamente se llevaron muy bien.
Yuna ahora disfrutaba de hacer sus madrigueras mientras a su lado el zorro rojo cavaba un hoyo, incluso llegaron a hacer competencias sobre quien excavaba más rápido.
Un día hablando se enteró que no vivían cerca pero sí en la misma ciudad, así que podían seguir viéndose después de terminar las vacaciones. Yuna estaba feliz.
Ryujin tomó la mano de Yuna antes de subir por la última maleta ──Ven conmigo── ambas caminaron hasta que llegaron cerca del río, la híbrida de zorro apretó sus manos con fuerza y la miró directamente a los ojos ──No puedo dejar que te vayas sin que escuches mis sentimientos── la híbrida de conejo movió su nariz rápidamente, una característica de que estaba intrigada.
Ryujin la miró directamente a los ojos ──Me gustas y quisiera que fueras mi omega── el rostro de Yuna fue invadido por un sonrojo.
──Pero no podemos estar juntas, soy una híbrida de conejo── dijo nerviosa, Ryujin se encogió de hombros.
──¿Y eso qué?── se acercó a la menor, haciendo que su corazón latiera por estar con una carnívora a esa distancia.
──¡Los zorros son carnívoros!── exclamó la híbrida de conejo con su nariz moviéndose.
──No voy a comerte, al menos no así── contestó la híbrida de zorro rojo con un doble sentido en su comentario, acompañado del movimiento burlón de sus cejas.
Yuna golpeó su hombro y sintió los nervios de su omega por la proposición.
──Pero, no soy fuerte como los zorros rojos── indicó con un tono lastimero, Ryujin volvió a encogerse de hombros.
──No importa, me gusta que seas débil por ser un conejo, creo que eres muy tierna── intentó acercarse más y Yuna mordió su labio inferior con nerviosismo.
──¿Si acepto prometes no ser brusca con el cortejo? He escuchado que los zorros juegan mucho── movió sus pies de un lado a otro, y jugó con sus manos.
Ryujin pareció pensarlo pero al final asintió.
──Lo prometo── Yuna sonrío y entonces ambas se acercaron.
──Entonces acepto── la alfa le dio un beso en la mejilla y cuando iba a besar sus labios un grito se escuchó: ──¡Yuna debemos irnos!── ambas se alejaron con risas tímidas y regresaron a la cabaña tomadas de la mano.
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