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2 - ShishiKami - Omegaverse

Día 2 - Omegaverse. 

Sinopsis: Un celo que llega en un momento y lugar inoportuno hacen que Seiji deba dejar de lado sus rencores para ayudar a un omega en apuros.

Dedicado a Abyhdesu 💛 Espero que te guste corazón 😚

Ship: Shishikura Seiji (beta) x Kaminari Denki (omega).

Hay algunas insinuaciones, porque la autora es una puerca y no se puede quedar quieta, pero nada explícito. Shishikura es el pibe que tiene el quirk de albóndiga :P

Puse una frase de una canción para adornar un poquito jiji.

Inesperado


You can hear it in the silence.
You can feel it on the way home.
You can see it with the lights out.
You are in love, true love.
You are in love.

Puedes escucharlo en el silencio.
Puedes sentirlo en el camino a casa.
Puedes verlo con las luces apagadas.
Estás enamorado, amor verdadero.
Estás enamorado.

Taylor Swift – You are in love


Shishikura agradecía ser un beta y no un alfa u omega. Siendo beta no tenía celos, no era susceptible a las feromonas y nadie lo molestaba por su segundo género. Bueno, algunos alfas arrogantes sí lo molestaban, pero eso no importaba ahora. Lo que importaba en ese momento era el hecho de que tenía a un omega en celo llorando por él.

Un omega que él conocía muy bien. A decir verdad, Seiji era una persona arrogante. Sabía manejar su quirk a la perfección, según él, y nunca se dejaba amedrentar por otras personas, sobre todo si eran alfas. Sin embargo, su ego estaba herido, ya que había fallado en el examen de licencia provisional de héroe. Lo peor es que había sido atacado por un estudiante menor que él y omega. Kaminari Denki se había ganado un lugar en su lista negra.

Ese omega que se veía tan bonito y delicado resultó ser un digno oponente. Lo había desestimado por su apariencia, pero él lo había enfrentado, defendiendo a sus amigos y luego lo atacó sin que le tiemble el pulso. Ese maldito rayo le había dolido como el infierno. Había pasado más de un año de ese evento, pero él lo recordaba muy bien. Si no hubiese sido por ese tonto omega que seguramente encandilaba a todo el mundo...

Un olor dulce llegó hasta su nariz y de nuevo desvió la vista hacia Denki. Estaban en un local de manga, había varias personas a su alrededor, Kaminari estaba ensimismado mirando los títulos y hojeando algunos volúmenes. A pesar de ser un beta y no reconocer quién emitía las feromonas, sabía que quién tenía ese olor parecido a la naranja era Kaminari, pues todos lo estaban mirando a él. Incluso más de un alfa se le había acercado.

Ese tonto podía ser muy buen estudiante, pero seguía siendo un tonto. ¿Cómo no se daba cuenta de que estaba llamando la atención de todos? Fingiendo que leía un manga lo miró. Un alfa hombre se había acercado a él y lo miraba de una manera extraña. Su sentido de alerta se encendió ¿Y si Kaminari estaba por entrar en celo? No era bueno que estuviera en ese lugar.

Bueno, de cualquier forma, no era su problema. Él también era un futuro héroe y tenía que valerse por sí mismo. Si no podía cuidarse de sí mismo no tenía derecho a ser un héroe. De repente se acordó de las palabras de su maestro durante el examen de licencia provisional. Le había dicho que esa manera de pensar era muy parecida a la de Stain y que después de todo se estaba formando para ser un héroe. Alguien que ayudaría a los demás, sin prejuicios.

Suspirando se acercó a Denki. El alfa que lo estaba acechando lo miró mal, incluso podría jurar que le mostró los dientes como si fuera un perro. La verdad es que sí parecía un perro, su cara era muy peluda.

—Kaminari. —El rubio alzó la cabeza y lo miró sorprendido.

—¡Oh! El chico albóndiga. —Seiji lo miró enojado.

—Me llamo Shishikura.

—Es muy largo. ¿Puedo decirte Shishi?

—No, no podés. Deberías decirme senpai. —Sin prestar atención a lo que el rubio le respondía, miró al alfa que seguía ahí parado. Debía actuar rápido. Se acercó a Denki y le habló a oído—. Tenemos que salir de acá.

Denki se había sonrojado cuando el beta se acercó a su cara tan de repente, pero no le molestó. El chico albóndiga le daba confianza. Además, ese tono misterioso con el que le habló hizo que se estremezca y que deseara su cercanía. O quizás había sido por sentir su aliento caliente en el cuello que le hizo cosquillas. Aunque esas cosquillas se habían sentido muy diferentes.

Kaminari puso una mano en su pecho y lo miró con los ojos vidriosos, como si tuviera fiebre.

—Shishi —susurró mirándolo desde abajo con las mejillas coloradas y los ojos tan brillantes que parecían piedras preciosas. Shishikura sintió que se enamoraba, juraba que había sentido la flecha de Cupido en su pecho. O quizás alguien lo había pinchado, la gente tenía quirks muy extraños.

Kaminari seguía mirándolo con esa expresión erótica y se había acercado a él. No entendía por qué ese omega se le encimaba, él no era un alfa. No sabía qué hacer, de seguro Kaminari estaba teniendo su celo. En su familia todos eran betas y alfas, no tenía experiencia tratando con omegas. Incluso en su pequeño círculo de amigos no había ningún omega. Todo lo que sabía era lo que había aprendido en clases. Pero los libros decían que los omegas preferían a los alfas y viceversa.

Volvió su atención a Denki, ahora paseaba la mano por su pecho. Molesto por la situación y por no saber qué hacer, tomó su mano para detener el movimiento.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó en un susurro.

—No sé. Me siento raro. —Shishikura maldijo en voz baja.

—¿Tenés un supresor?

—No. Shishi estoy pegajoso...

La gente en el comercio los miraba mal y el alfa peludo que estaba detrás de Denki no le sacaba los ojos de encima. Estaba seguro de que también estaba emitiendo feromonas. Si pudiera lo convertiría en albóndiga. Maldito acosador. Tomó a Kaminari por los hombros y lo acercó a él. Denki apoyó la cabeza en su pecho, sintiéndose seguro. Se acercaron al mostrador, la empleada los miraba un poco asustada, temiendo lo que pudiera pasar entre esos dos y el alfa que se veía enojado.

—Disculpe señorita —habló Seiji— mi amigo se olvidó los supresores en su casa. ¿Tendrá algunos para prestarle?

—No, lo lamento. Soy beta, no uso supresores y tampoco tenemos en la tienda.

—Entiendo, gracias igual. —Debía pensar en algo, debía actuar rápido. Le quedaba poco para convertirse en héroe, en el campo de batalla no habría tiempo para idear planes.

—Yo tengo un supresor. —Una muchacha con el cuello largo como una jirafa se había acercado a ellos. Seiji sintió que le volvía el alma al cuerpo—. Es una dosis menor de la que necesita un omega varón, pero puede ayudar.

—Sí, muchas gracias. —Le pagó a la muchacha por las pastillas y le pidió permiso a la empleada del comercio para quedarse hasta que Denki se calme. La chica los dejó pasar al cuartito de empleados para que estén más tranquilos y para que el local no siga llenándose con feromonas de omega en celo.

Kaminari no dejaba de refregar su cara en el pecho de Shishikura, aunque lo alejara, volvía. Estaban sentados en un banco que había en los vestuarios, Denki lo abrazaba por la cintura y emitía sonidos mientras movía su cabeza de un lado a otro.

La pastilla que les habían dado era un supresor de emergencia y debía colocarse debajo de la lengua, pero Denki no cooperaba, no quería despegar su cara. Seiji suspiró cansado.

—Shishi ­—murmuró Denki contra su pecho—. Me gusta tu olor.

—No seas tonto. No tengo olor, soy un beta. —Eso lo había hecho sonrojar, agradecía que Denki no lo estuviera mirando en ese momento—. Kaminari, tenés que tomar el supresor; después de que te calmes nos vamos. Tenemos que irnos de acá.

Denki se separó apenas sin dejar de abrazarlo. Lo miró con ojitos brillantes haciendo un puchero.

—¿Vas a venir conmigo? ­—Otra vez sintió algo en su pecho, esta vez no podía culpar a nadie, estaban solos en la habitación. Tragó saliva sintiéndose nervioso de una manera diferente.

—Sí. Voy a ir con vos —habló con voz suave, mirándolo a los ojos. Como si le estuviese haciendo una promesa muy importante—. Ahora tomá la pastilla—. Kaminari sonrió y abrió la boca esperando el comprimido—. ¡No te la voy a dar en la boca!

—Entonces no la quiero. —Volvió a esconder la cara en su pecho.

—Maldición. —¿Todos los omegas eran así de problemáticos? Suspiró exasperado—. Está bien, abrí la boca. —Denki gimió, apretó el agarre en su cintura y levantó la cabeza. Lo miró con los cachetes colorados, sus ojos expresaban deseo. Era una imagen muy erótica, Kaminari se veía sumiso, sexy y para nada inocente. Seiji tragó con dificultad. Tenían que salir de esa situación de una buena vez. Rompió el empaque del comprimido y acercó sus dedos a los labios de Denki que abrió la boca sin dejar de mirarlo a los ojos—. Levantá un poco la lengua. Tengo que ponerlo abajo.

Kaminari hizo caso, rápidamente Shishikura puso la pequeña pastilla en el lugar indicado, tocando un poco la lengua y los dientes de Denki. Cuando estaba por sacar su dedo, Denki lo mordió, apenas apretando los dientes.

»¡Hey! No me muerdas.

—Me gustan tus ojos chiquitos Shishi.

—Mis ojos no son chiquitos. Y no hables. Cuando se disuelva la pastilla tragala. O tragá el líquido, mejor dicho. —Kaminari asintió con la cabeza y volvió a recostarse en su pecho.

Seiji esperaba que el supresor actuara rápido. No quería estar más tiempo en ese lugar ni en esa situación.

Unos minutos después Denki aflojó su agarre y se incorporó, separándose de Seiji.

—Creo que ya me siento mejor —exclamó sosteniendo su cabeza—. Perdón por molestarte y gracias por ayudarme. —Puso una sonrisa cansada en su rostro y se levantó con la intención de irse, pero se tambaleó. Shishikura lo sostuvo a tiempo.

—Dejame que te acompañe a tu casa, no parecés estar bien del todo. —Denki solo asintió con la cabeza. Se sentía mejor, pero estaba un poco mareado y le costaba pensar con claridad.

Durante el camino a casa de Kaminari, Seiji se preguntaba por qué estaba haciendo todo eso en su sábado libre, podría haber llamado a un familiar para que vaya a buscarlo, mientras él compraba algunos mangas nuevos. Pero algo en su interior le decía que no iba a sentirse seguro hasta dejarlo en su casa.

Durante el camino se mantuvieron callados, era un poco incómodo, pero ninguno de los dos decía nada. Diez minutos después llegaron a destino. Denki le volvió a agradecerle por toda su ayuda, quería entrar rápido a su casa, se sentía avergonzado por todas las cosas que había dicho y hecho. Sin embargo, antes de que salga corriendo, Shishikura lo sostuvo suavemente del brazo.

—¿Me das tu número? —Denki lo miró con sorpresa, las mejillas de Seiji estaban apenas rosadas.

—Claro.

Y así, sin muchas vueltas, empezaron a chatear.

Al día siguiente, Seiji fue el primero en enviar un mensaje. Después de todo había sido él quien había pedido el intercambio de números, tenía sentido que sea el primero en escribir. O al menos eso se dijo a sí mismo al momento en que escribía el mensaje.

Hola. ¿Cómo estás?

¡Hola Shishi!
Todo cool.
¿Vos?

Bien. ¿Estás mejor?

Sí.
Gracias de nuevo.

Me alegra. Deberías tener más cuidado.

Jaja.
Sísí. Ya sé.
Pero ya estoy bien mañana voy a clase.
Aunque me gustaría quedarme durmiendo debería hacerme el enfermo jajaja.

Se nota que estás mejor. Nos vemos.

Luego de chatear un ratito, Seiji buscó a Kaminari en las redes sociales, puso su número de teléfono en el buscador, lo encontró en Twitter y en Instagram. El rubio subía muchas fotos suyas haciendo caras raras y algunas fotos donde se lo veía un poco más serio, haciendo poses de chico cool, aunque a él le parecía que se veía muy bonito. También tenía muchas fotos con sus amigos. El pelirrojo que había defendido a Bakugo de su ataque en el examen de licencias aparecía seguido. También se veía mucho a un chico de pelo negro que no recordaba del examen.

Sin detenerse a pensar mucho, tomó captura de pantalla de algunas fotos y luego buscó algo mejor para hacer.

Durante la semana Denki y Seiji intercambiaron algunos mensajes. Kaminari le enviaba muchos stickers con deseos de buena suerte o buenos días. Shishikura se reía y enternecía al mismo tiempo, pues parecían mensajes que le enviaría su tía abuela. Siempre le respondía los mensajes, aunque sea con un simple "igualmente".

El jueves llegó un mensaje donde Denki lo invitaba a tomar un helado por las molestias que le había ocasionado. Aunque no haya querido admitirlo, se emocionó mucho ante la idea de volver a verlo. Su corazón latiendo como loco no le dejaba mentir. Tratando de mantenerse sereno le respondió un simple "el sábado estoy libre". Así, quedaron para verse en una heladería en una zona tranquila de la ciudad.

Cuando por fin llegó el sábado, Seiji pasó mucho rato buscando qué ponerse. Se repetía una y otra vez que no era una cita, pero no podía dejar de buscar el mejor atuendo. Al final se decidió por una remera holgada y un jean normal. Cuando estaba a punto de salir se miró al espejo y salió corriendo a su habitación para cambiarse nuevamente. La remera que había elegido tenía una mancha enorme, ¿cómo no la había visto?

Después de un pequeño viaje en tren, llegó a destino. Caminó hasta la heladería y cuando vio a Kaminari con una mano en el bolsillo del pantalón, recostado en la pared mirando algo en su celular, luciendo tan fresco y lindo con una remera celeste que se adhería a su pecho quiso golpearse por no haber buscado algo mejor para ponerse.

Kaminari era un omega muy bonito, llamaba la atención de las personas que pasaban por el lugar. En ese momento deseó haber nacido alfa para espantar a todos con sus feromonas. Suspirando se acercó al rubio, quien lo saludó de manera efusiva y entraron al local.

Luego de pedir sus helados, se sentaron en una mesita.

—¿Me das un poco de tu helado? —pidió Denki.

—No. Vos tenés el tuyo.

—Te doy del mío si me das del tuyo.

—No me gusta el chocolate. —Denki hizo un puchero—. Pero te acepto un poco de frutilla.

Con una sonrisa enorme Kaminari extendió su brazo para que Shishikura pueda tomar un poco de la frutilla con su cucharita.

—Quiero probar el pistacho —dijo Denki recostándose en la mesa, ansioso por tener su probadita. Seiji no pudo evitar sonreír ante la actitud infantil del rubio. Se veía muy lindo—. Oh, está bueno, me gusta. La próxima vez voy a pedir ese sabor.

—Hacés bien —respondió Seiji tratando de mantenerse serio.

Estuvieron un rato en silencio comiendo sus helados, riendo por tener las manos llenas de líquido pegajoso e intercambiando miradas rápidas, con la esperanza de que el contrario no se diera cuenta.

—Mi mamá está muy agradecida con vos —comentó Denki—, por la ayuda del otro día. Quiere invitarte a comer. Le dije que estabas ocupado.

—¿Ese día estabas en celo? —preguntó con cautela.

—Sí —rio nervioso—. Mis celos son muy irregulares, supongo que es algo hormonal. Esta vez se adelantó, pero no me había dado cuenta hasta que te acercaste.

—Tenías un alfa atrás tuyo que parecía a punto de comerte —se sintió molesto al recordar a ese tipo peludo.

—Es que estaba concentrado buscando un manga para regalarle a mi amigo Sero por su cumpleaños.

—Como sea. Lo raro es que en lugar de encimarte al alfa peludo que parecía que te estaba acechando te hayas encimado conmigo que soy un beta.

—En realidad eso es normal —dijo Denki un poco nervioso y con los cachetes colorados. Seiji lo miró con atención—. Aunque la mayoría de los omegas prefieran a los alfas, yo prefiero a alguien con quien me sienta seguro. Y yo me sentí más seguro con vos.

Shishikura se sonrojó mucho al saber que un omega tan lindo como Kaminari lo había elegido a él, sobre todo en un momento en que primaban los instintos. Ese comentario había inflado su ego sin dudas.

—Tendrías que haber salido con tus supresores, aún más sabiendo que tus celos son irregulares —retó tratando de disimular su nerviosismo.

—Sí, ya lo sé. Mi mamá me retó bastante. No me retes vos también Shishi. —Lo miró con ojitos de perro mojado, lo que hizo que vuelva a sonrojarse. Kaminari se veía extremadamente adorable.

Se quedaron un rato más en la heladería, conversando acerca de todo y nada al mismo tiempo. Ambos se sentían cómodos uno con el otro. Cuando el sol comenzaba a caer, decidieron emprender el regreso. Caminaron hasta la estación de trenes donde debían tomar caminos separados.

—Gracias por el helado —dijo Seiji. Denki negó suavemente con la cabeza.

—Sería bueno vernos otro día. —Con el sol del atardecer de frente, los ojos de Denki se veían aún más dorados y Seiji sintió que se enamoraba al ver esa expresión tan dulce en su rostro.

Estaba a punto de responderle, pero Kaminari se puso en puntas de pie y le dio un beso en la mejilla. Cuando cayó en cuenta de lo que había pasado, Denki estaba subiendo las escaleras a toda prisa.

Shishikura se quedó viendo como subía los escalones, una sonrisa boba se formó en su rostro. Esta vez no tenía dudas de que el pinchazo que sintió en el pecho fue la flecha de Cupido.

Sí, sería bueno verse otro día. Debía invitar a Kaminari a algún sitio, así estarían a mano.

Fin ✨

Hola 😊 Final abierto, pero esperanzador. La típica que hago en las weeks. Cuando escribo por primera vez sobre un ship me gusta arrancar desde el comienzo de la relación, porque lo primero que pienso es "¿cómo se habrán conocido?, ¿cómo empezaron a salir?". La verdad que tenía ganas de hacer que los dos terminen juntos, pero me iba a llevar mucho tiempo y no quería hacer una historia tan larga. Además, estoy planeando otro omegaverse con esta pareja, porque se me ocurrieron dos ideas 🤩 y la otra historia sí tendrá varios capítulos y un mejor desarrollo de su relación. Honestamente creo que recién saldrá el año que viene, pero esperá por ella jiji.

Bueno, espero que te haya gustado; fueron casi tres mil palabras, estoy agotada. Si quedó feo, lloro. Gracias Aby por pedir por este ship :D Me divertí mucho escribiendo esto. Nos vemos, que andes bien 😊                                                                                                                                                                                

Son muy lindoooosss 😫

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