Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1 - ShinKami - Songfic

Día 1 - Con tu canción favorita. Elegí You and I de Dreamcatcher. Mis diosas, las amo 💜 Tengo miles de canciones favoritas, como todo el mundo. 

Sinopsis: Denki sueña con un extraño que lo llama por su nombre con voz anhelante. ¿Quién es esa persona y por qué siente que lo conoce?

Ship: Shinso Hitoshi x Kaminari Denki.

AU fantasía. La historia está ambientada en la actualidad. La cosa va sobre hechizos, encantamientos y esas cosas.

Dedicado a DutHolmes que le gusta mucho el ShinKami 💜💛 Y escribe hermoso, es mi escritora favorita 💖 Merece mucho amor.

Sueños de aster


Cierra los ojos y toma mis manos
Olvidaré todo el tiempo que estuve sola
Estaré a tu lado en este mundo oscuro
Bebé, quédate conmigo ahora.

Dreamcatcher - You and I


Denki se despertó sobresaltado. Otra vez tuvo el mismo sueño donde un extraño lo llamaba por su nombre. Era la quinta noche que soñaba lo mismo. De repente se encontraba en un bosque oscuro, alguien aparecía a lo lejos y lo llamaba. Pero, aunque él quisiera ir hacía esa persona, no podía porque el extraño desaparecía tras la niebla y él despertaba.

Cansado de la situación, se dispuso a buscar en Internet. Si existía, tenía que estar en Internet. Claro que encontró información, mucha información. El extraño en su sueño podía ser su alma gemela, alguien que iba a conocer en el futuro, alguien que estaba conectado a su vida pasada o simplemente una expresión de su inconsciente.

Pasó el día pensando en qué debería hacer, sus sueños no le daban miedo, pero era raro que se repita tanto. ¿Quizás debería consultar a un médium o algo así?

Por la noche se acostó pensando en esa persona que no conocía, cuando estaba a punto de quedarse dormido pensó en un bosque oscuro con pequeñas flores violetas que destacaban entre la vegetación. El sueño empezó al instante en que se durmió, aunque él se sentía semi consciente, pero no quería despertar. Algo en ese lugar lo atraía, otra vez estaba en ese bosque oscuro, y aunque se veía tenebroso no tenía miedo, tenía curiosidad.

Ese sueño se sentía como si fuese real, podía sentir el frío húmedo, el olor a tierra mojada por el rocío de la noche. La luna y las estrellas iluminaban solo un sector, como mostrando un camino. Un ruido a su derecha lo distrajo de su observación, volteó la cabeza y se encontró con dos ojos pequeños que reflejaban la luz lunar. El animalito se sintió intimidado por su presencia y trepó por el tronco de un árbol.

Kaminari decidió moverse, caminó por el sector iluminado, aunque no sabía a dónde quería ir.

—Denki. —Escuchó esa voz grave que conocía bien, era la voz que siempre lo llamaba con anhelo. El rubio se volteó despacio, no quería que desaparezca otra vez. Pudo ver a un chico de su edad que vestía ropa oscura sencilla. Su pelo era violeta, le recordó a las pequeñas flores que había visto en alguna parte. Sabía que había visto esas florcitas, pero ya no estaban. Alrededor del chico misterioso comenzó a formarse una niebla que de a poco se volvía más espesa. —Te espero —dijo antes de desaparecer.

Denki despertó sobresaltado. Miró la hora en su celular, las dos de la mañana. Esta vez el sueño había sido más largo y vívido. Tuvo la idea de anotar todo lo que había pasado antes de que se olvidara.

Quería saber quién era ese extraño, por qué lo llamaba con anhelo y que le decía que lo esperaba.

Pasó una semana entera sin tener sueños de ningún tipo. Trató de dibujar el bosque con flores violetas o al muchacho que había visto, pero sus habilidades para dibujar eran nulas. Estaba harto de todo, no iba a gastar más tiempo en tratar de entender qué estaba pasando.

Ese día se fue a dormir leyendo un libro de jardinería en su celular, no iba a gastar más tiempo en el extraño de pelo violeta, pero las flores le habían gustado y quería saber cuáles eran.

Los sueños volvieron esa noche. Otra vez estaba en el bosque, mirando a ese muchacho, estaban frente a frente. Denki podía ver sus ojos color amatista, eran muy hermosos.

—Denki, volviste. —Su mirada expresaba mucho amor.

—¿Quién sos? ¿Por qué siempre aparecés en mis sueños? —Lejos de ofenderse, el chico misterioso sonrió apenas. Denki sintió que su corazón se saltaba un latido ante esa imagen tan hermosa.

—Soy Hitoshi.

—Hitoshi —repitió Denki y sin saber por qué comenzó a llorar. —Hitoshi —susurró. Su chico misterioso, ahora no tan misterioso, tenía una mirada de comprensión.

—Tenemos poco tiempo, el rey Vlad me está buscando.

—¿Qué? No entiendo... —Denki enjugaba sus lágrimas, pero nuevas volvían a caer.

Hitoshi tomó su mano, el corazón de Denki comenzó a latir desenfrenado. Ambos corrieron y se escondieron detrás de varios arbustos altos. Hitoshi hizo un gesto de silencio y señaló al frente. Denki giró su rostro, pudo ver a un hombre corpulento que parecía un oso por lo grande que era y por los colmillos que sobresalían de su boca.

Los chicos se quedaron quietos sin hacer ruido, el hombre se marchó poco después. Denki, que había dejado de llorar cuando llegaron a los arbustos, miró sus manos entrelazadas. No entendía por qué, pero no quería soltar a Hitoshi.

—Tengo que irme, pero te espero —susurró Hitoshi cerca de su rostro.

—Quedate conmigo —pidió Denki con una mirada suplicante.

Hitoshi lo miró con dolor, antes de que pudiera decir algo una niebla los envolvió y Denki despertó.

Cuatro días después Kaminari seguía sin entender en absoluto lo que pasaba. Sus sueños no eran tan frecuentes como antes, pero ahora podía estar con Hitoshi, verlo, tocarlo, hablar con él. El muchacho de ojos amatistas era muy reservado respecto a él mismo y a la situación que estaban viviendo.

Denki comenzó a desear que llegara la noche para dormir y poder encontrarse con Hitoshi. Aunque no supiera nada de él, se sentía bien estando así, recostados contra un árbol, con su espalda en el pecho de Hitoshi que le acariciaba el pelo y siempre le contaba una historia sobre dos amantes que se volvían uno al darse un abrazo a la luz de la luna y permanecían juntos en un sueño eterno.

—Siempre me contás la misma historia —dijo Denki una noche.

—Me gusta. Podríamos ser nosotros —acotó Hitoshi.

Denki se giró y lo miró con los ojos muy abiertos, sintiendo su corazón latir demasiado rápido. Todo su rostro parecía preguntar "¿de verdad?" ante esa confesión camuflada y Hitoshi parecía responderle "sí" con su mirada llena de amor y una pequeña sonrisa adornando su rostro.

Sus ojos miraron la boca del otro, como queriendo medir las distancias. Sus rostros se acercaron lentamente, dejándose llevar por su deseo. Cuando estuvieron a punto de besarse se miraron a los ojos. Denki deseó con todo su corazón ver esos ojos hermosos todos los días de su vida.

Sin querer esperar más, juntó sus rostros en un beso que hizo gemir a Hitoshi a pesar de que solo sus labios se estaban tocando. Hitoshi tomó a Denki por las mejillas y profundizó el beso con lentitud, moviendo sus labios despacio. Acariciando la boca de Denki tan despacio que resultaba tortuoso. Cuando sus lenguas se tocaron el beso dejó de ser tierno y sus bocas se acoplaron como si se conocieran de toda la vida.

Denki sentía que se derretía entre sus brazos. Los pulgares de Hitoshi acariciaban sus cachetes colorados y él quería gemir y llorar al mismo tiempo por el beso ardiente y el gesto tierno. Kaminari quería saber, necesitaba saber quién era Hitoshi, por qué lo veía en sus sueños, porqué sentía que quería aferrarse a él y no soltarlo nunca.

El beso ardiente terminó, y le siguieron pequeños besos cortos. Muy despacio Denki abrió los ojos, encontrándose con la mirada llena de amor de Hitoshi.

—Denki tenés que recordar.

Kaminari negó con la cabeza, sintiéndose desesperado.

—No, no puedo. Tenés que decirme Hitoshi.

Los ojos violetas se llenaron de lágrimas.

—No puedo bebé...

—¡Shinso! —gritó una voz profunda cerca de ellos.

Hitoshi se alarmó. Denki se asomó sin salir de su escondite y pudo ver al hombre de la otra vez.

—Tengo que irme —dijo Hitoshi—. No sería bueno que me encuentre acá.

—¿Quién es? ¿Por qué te busca? —preguntó Denki apurado, al ver que el chico frente a él se levantaba tratando de no hacer ruido.

—No puedo decirte eso mi amor. —Denki sentía que sus piernas se aflojaban con cada apodo tierno.

—¡Shinso!

Denki volvió a mirar al hombre y sus ojos se encontraron. Sintió escalofríos al ver esa mirada fría que buscaba a... Shinso. Miró a su lado, pero Hitoshi ya no estaba. Se quedó pensando en ese nombre, se le hacía conocido. Giró la cabeza hacia adelante al escuchar la voz de Hitoshi.

—Acá estoy Vlad.

Denki vio cómo se iban juntos sin mirar atrás. No quería que Hitoshi se vaya con ese hombre extraño, claramente no sabía quién era, pero no le gustaba.

Esta vez Hitoshi no había desaparecido con la niebla y él no había despertado de su sueño. Por primera vez desde que había conocido ese bosque, estando solo después del beso que habían compartido, el lugar se veía sombrío, frío y tenebroso. Abrazó sus rodillas ante la sensación de desamparo.

Tenía que encontrar una manera de saber qué sucedía. Hitoshi dijo que tenía que recordar. Ahora que tenía algunas pistas se sentía más animado. El bosque comenzó a llenarse de niebla y poco después despertó.

Luego de desayunar una taza grande de café y un par de tostadas con mermelada, tomó su cuaderno y anotó todo lo que había pasado en el sueño. Tuvo un escalofrío al recordar al tal Vlad. Todavía no entendía qué estaba pasando. Había demasiadas incógnitas que no podía resolver él solo, por lo que decidió buscar ayuda.

Al buscar en Internet alguien que pudiera ayudarlo con ese tema, encontró una mujer de nombre Ibara que vestía ropas amplias y de colores oscuros que le recordaban a un bosque. Quizás por eso se decantó por ella. Acordaron una cita en el lugar de trabajo de Ibara, una pequeña oficina que tenía demasiadas plantas y algunos dibujos en las paredes que parecían de alguna religión pagana.

—No puedo ayudarte con eso —comentó Ibara luego de que Denki le explicara la situación—. Soy tarotista, necesitás una bruja.

—¿Una bruja? ¿Existen?

—Claro que existen. —Su rostro permanecía serio, aunque hablara con amabilidad. Se levantó y buscó algo en una cajonera. Luego se acercó a Denki y le extendió una tarjeta—. Estoy segura de que va a poder ayudarte. Es muy buena.

Denki agradeció y salió del lugar. Se sentía un poco frustrado, pero al menos ya no tendría que hacer una búsqueda en Internet. Pero tenía miedo de resultar estafado. Lo que sucedía con Hitoshi era algo muy extraño. Cualquier persona le diría que estaba teniendo alucinaciones, por lo que decidió buscar opiniones de la bruja en cuestión.

Mei Hatsume tenía una cuenta en Instagram y una página web, mucha gente la seguía y había muchas opiniones positivas. Pensó que quizás sería bueno hablar con ella. Llamó al número que estaba en la tarjeta que le había dado la tarotista y acordó una cita con la bruja.


Denki esperaba encontrarse con una anciana, pero en lugar de eso, fue recibido por una mujer joven que sonreía mucho y usaba su pelo en rastas gruesas de color rosa.

—Adelante querido. ¿Sabés? Es raro que me llamen por teléfono, por lo general me contactan por Instagram. Supongo que alguien me recomendó —dijo con entusiasmo.

—Sí —respondió Denki—. Ibara... algo, me dio una tarjeta.

—Oh, sí. La religiosa. Hace mucho que no hablo con ella. ¿Cómo está?

—Supongo que bien.

—¿Y qué te trae por acá? —preguntó Mei sin dejar de sonreír.

Denki le contó un resumen de sus sueños. Omitió al hombre extraño y el beso con Hitoshi. Le explicó que sentía que lo conocía, pero que no lo recordaba y que le gustaría recordar, para saber por qué se sentía así con Hitoshi. Mei se emocionó mucho al tener un cliente tan peculiar.

La bruja opinaba que Hitoshi podría ser alguien de su vida pasada, pero era raro que se hayan encontrado en sueños. Además, parecía que él estaba preso en ese mundo onírico. Sin prestar atención a Denki se puso a buscar algo en su biblioteca, la cual era bastante grande.

Denki aprovechó para observar el lugar. La habitación era muy bonita, estaba decorada en tonos violetas y marrones. Había algunos cuadros con ilustraciones de máquinas antiguas. También pudo ver un estante cerca de la ventana con piedras de varios colores y un mazo de cartas grandes.

Habían pasado diez minutos y Denki ya estaba aburrido. Estaba a punto de preguntarle si encontró lo que buscaba cuando ella cerró el libro que estaba leyendo y se acercó a él.

—¿Entonces? —preguntó Denki con cautela viendo su cara seria.

—Si es lo que creo que es, es complicado. Se puede hacer un ritual para que vuelvan a estar juntos, pero es difícil y vos tendrías que entregar algo a cambio. —Denki parpadeó un par de veces antes de hablar.

—¿Para que volvamos a estar juntos? ¿Entonces él es alguien de mi vida pasada?

—Es probable. Pero es primordial que recuerdes.

—¿Y cómo hago eso? —Mei negó con la cabeza.

—Yo no puedo hacer eso. No es mi campo de trabajo y por ética no puedo meterme ahí. Pero si te puedo recomendar a alguien. —Se sentó en un sillón que había cerca de la biblioteca—. Podés hacer hipnosis, pero es un poco lento y puede que recuerdes otra cosa. La otra opción es un embrujo. Como dije, yo no hago ese tipo de trabajo, pero te puedo recomendar a una bruja muy buena.

Denki se quedó sorprendido, cuando la tarotista le dijo que las brujas existían no pensó que serían el tipo de bruja que hacían pociones en un caldero de hierro. Pero tampoco había pensado que podía viajar a otro mundo a través de sus sueños.

—Está bien. Creo que voy a probar el embrujo. —Mei asintió y le extendió una tarjeta que sacó de un pequeño cofre de madera.

—Tené mucho cuidado Denki. Pensá bien antes de hacer el ritual, porque después no habrá vuelta atrás.

Asintió y le agradeció por la ayuda. Luego se quedó pensando si en algún momento le había dicho su nombre. Suponía que sí.

Miró la tarjeta que tenía en la mano, era de color naranja, en el centro decía "Emi" junto a una cara sonriente. No parecía la tarjeta de una bruja.

Dos días después, Denki decidió contactar con Emi. No había vuelto a soñar con Hitoshi y lo extrañaba. No podía dejar de preocuparse por él. Se había ido con ese hombre de mirada fría que lo llamaba por otro nombre. Se sentía un tonto por haber estado indeciso, la verdad es que las palabras de Mei lo habían asustado un poco. Pero ya no quería esperar.

Se contactó con Emi y acordaron una cita para el mismo día. La mujer no tenía un consultorio u oficina, atendía en su propia casa, la cual era bastante extraña. La puerta estaba pintada con caritas sonrientes. El timbre emitía una risa estruendosa al ser presionado.

Una mujer de pelo verde abrió la puerta.

—¡Un invitado! ¿O un cliente?

—Creo que un cliente. Soy Denki.

—¡El chico de Mei! Claro, pasá. Me dijo que un rubio lindo iba a venir. —Denki se sintió un poco incómodo, quiso decir que él no era el chico de nadie, pero ella lo interrumpió—. Mei no me dio muchos detalles, así que necesito que me cuentes todo. Pasemos a al living.

—Bueno, hace tiempo tengo sueños raros. Siempre veo a la misma persona, Hitoshi. —Emi asentía sin interrumpirlo—. Yo siento que lo conozco, pero no sé de dónde. Él me dijo que tengo que recordar, pero no me dijo qué. Además, nos besamos —se sonrojó al contar algo tan íntimo—. Pero después él se fue porque alguien lo llamó con otro nombre. Y dijo que no sería bueno que nos encuentre juntos.

Emi se quedó callada pensando.

—¿Y él sí te recuerda?

—Sí, creo. Siempre me llama por mi nombre, desde el principio. Al principio él aparecía, me llamaba y después desaparecía. Después empezamos a hablar, pero desde que nos besamos no volví a soñar con él.

—Ya veo. ¿Y qué es lo que vos querés? ¿Por qué viniste a verme?

—Quiero recordar. Además, Mei me dijo que probablemente él sea alguien de mi vida pasada y algo de un ritual difícil.

—Sí. Hay un hechizo que puede hacerte recordar. Pero no creo que sea alguien de tu vida pasada. Dado que solo pueden verse en sueños y que interactúan entre ustedes, lo más probable es que él sea de otro mundo. Pero la pregunta es, ¿de dónde te conoce?

Denki quería reírse de toda esa situación, realmente quería hacerlo. Pero era él quien estaba viviendo toda esta locura.

Esa misma noche, Emi tenía preparado el brebaje que Denki debía tomar para recordar. Ella le dijo que lo mejor sería que lo tome en su casa, antes de dormir, para que esté cómodo.

Denki estaba nervioso y ansioso. Ya no quería alargar el momento, por lo que tomó esa bebida extraña, que para su sorpresa sabía muy bien y se acostó.

Rápidamente se quedó dormido, quizás por efecto de la poción. Las imágenes llegaron pronto. Estaba en el bosque oscuro, las flores violetas que había visto alguna vez estaban ahí. Hitoshi estaba al lado de ellas escribiendo en un cuaderno. Se emocionó al verlo y lo llamó, pero él no se volteó.

¿Se suponía que estos eran sus recuerdos? No estaba recordando nada. El hombre con apariencia de oso apareció en su campo de visión.

—Shinso. ¿Qué estás haciendo? —hablaba con una voz suave, no parecía el mismo tono que Denki había escuchado antes. El hombre abrazó a Hitoshi, Denki se sintió celoso. Le gritó intentando llamar su atención, pero ellos no podían verlo o escucharlo.

—No me toques Vlad —Hitoshi se zafó de su agarre—. Ya te lo dije antes—. Hitoshi lo miró con enojo.

—¿Toshi? —Denki se vio a sí mismo, pero con otra apariencia. Era más flaco y tenía el pelo más largo. Vestía ropa clara, pero se notaba vieja y sucia. Se sorprendió mucho. Su cabeza empezó a doler, pero se esforzó en ignorar el dolor.

—Denki. —Hitoshi lo miró asustado—. Bebé, ¿qué hacés acá?

—Te olvidaste esto y quería alcanzártelo, para que no te dé frío. —Denki de pelo largo tenía una bufanda amarilla en sus manos. Miró rápidamente a Vlad y le hizo una reverencia. Se acercó un par de pasos y extendió el brazo para entregar la bufanda, Vlad tomó su muñeca con fuerza. Su mano tembló un poco, pero no dejó caer la bufanda.

—¿Este es tu juguete? —preguntó Vlad mirando a Hitoshi con desdén.

Soltalo —dijo Shinso. En un movimiento automático Vlad soltó el brazo de Denki de pelo largo.

—¿Te atreviste a usar magia en mí? —preguntó Vlad, Hitoshi lo miró con furia—. No juegues conmigo Shinso. No te olvides que sos mío.

—Ya te dije que nunca voy a ser tuyo. Y no te atrevas a tocar a Denki. —Hitoshi se acercó a Denki que miraba todo en silencio. Vlad le dirigió una mirada de odio y luego se retiró.

Denki actual miraba la escena, asombrado. Hitoshi tenía poderes, lo había protegido de ese hombre espeluznante. ¿Pero qué quería él con Hitoshi? Toda la situación era muy confusa, todavía tenía dudas, pero no tuvo tiempo para pensar. La escena frente a él cambió.

Hitoshi estaba recostado contra el tronco de un árbol y Denki de pelo largo estaba con su espalda en el pecho de su amado. Para Denki era un poco raro verse a sí mismo, pero sabía que quien estaba con Hitoshi era él mismo. Hablaban en voz baja, no podía escucharlos, quería acercarse para saber de qué hablaban, pero Vlad apareció.

—Van a arrepentirse por haberme desafiado —habló con una sonrisa arrogante. Ambos muchachos se levantaron, Hitoshi se paró delante de Denki y tomó su mano—. Hice un pacto con Curious. —Hitoshi abrió los ojos, asustado—. En poco tiempo tu juguete va a estar muerto y vos vas a ser solo mío.

Hitoshi temblaba levemente. Denki de pelo largo, quien se veía frágil y vulnerable, se posicionó al lado de Shinso.

—No me importa que seas el rey, no voy a dejar que lastimes a Toshi —dijo mirando desafiante a Vlad. Hitoshi se giró hacia él, mirándolo con miedo.

—Denki, esto es grave. Curious es muy poderosa, no voy a poder contra ella. —Denki posó sus manos en sus mejillas y lo miró con ternura.

—Nada ni nadie va a poder separarnos amor. Confiá en vos y en nosotros.

—¿Estás seguro? —Denki asintió con la cabeza sin dejar de sonreír ni mirarlo a los ojos. Denki actual miraba todo en silencio, el dolor de cabeza había aumentado, pero todavía era soportable.

—Infelices —Vlad estaba furioso. Sabía que Shinso iba a hacer un hechizo para protegerlos a ambos, y era probable que lo logre. Se arrepentía de haber fanfarroneado frente a ellos. Pero él tenía su orgullo, no podía dejar que se salgan con la suya.

Hitoshi comenzó a murmurar cosas en algún idioma extraño, una luz violeta rodeó su cuerpo, sus ojos amatistas brillaban como si tuvieran luz propia. Ante la mirada de todos, tomó las manos de Denki que sonreía, aunque su mirada expresaba nerviosismo. Un momento después la luz violeta los rodeó a ambos, volviéndose más brillante, haciendo que todos deban cerrar sus ojos. Cuando la luz disminuyó hasta desaparecer, Denki ya no estaba con ellos.

—Pero... Bebé... —susurró Hitoshi. Comenzó a temblar de manera violenta, su pecho subía y bajaba con rapidez, sus ojos se llenaron de lágrimas y el llanto llegó de manera desconsolada. Denki actual seguía ahí como un fantasma. Se acercó corriendo, intentó abrazarlo y decirle que estaba ahí con él, pero Hitoshi no lo escuchaba. El dolor de cabeza aumentó con una punzada que hizo que caiga al suelo de rodillas.

Vlad rio burlón. Se acercó a Shinso y levantó su cabeza sosteniéndolo por el mentón.

—Ahora sí vas a ser mío. —Una mujer apareció como si se hubiera teletransportado. Denki apenas podía verla, le dolía mucho la cabeza. Su piel era celeste y tenía el pelo de color lila—. Por fin llegaste Curious.

—Lo bueno se hace esperar mi rey. —La mujer miró en dirección a Denki, pero no lo miró directamente. Volvió su vista a Vlad y sonrió con malicia—. El hechizo está hecho. No te quejes cuando reclame lo que me corresponde.

Eso fue lo último que Denki pudo ver. Se despertó sudado y con la respiración agitada.

—Toshi —susurró con tristeza en la oscuridad de su habitación. En ese momento lo supo. La historia que siempre le contaba Hitoshi no era una historia, era el modo en que podrían volver a estar juntos.

Ya no pudo volver a dormir. Se levantó y revisó todas las anotaciones que había hecho acerca de los sueños que había tenido. Acarició las palabras como si pudiera acariciar a Hitoshi. Estaba feliz de haber registrado sus sueños. No podía esperar para volver a abrazar a su amado.

Cuando amaneció salió hacia la casa de Emi, tenían que preparar ese ritual cuanto antes.

Al llegar, y luego de haber tocado el timbre muchas veces, le contó a Emi todo lo que había visto mientras dormía. También le llevó el cuaderno donde tenía sus anotaciones.

—Tenemos que hacer el ritual para que pueda volver con él. Me está esperando —dijo sonando desesperado. Emi no lo miraba. Estaba concentrada pensando en algo.

—Hagámoslo —dijo emocionada—. Puede que sea difícil, nunca hice algo así. Pero soy una bruja poderosa, y junto con tu determinación, estoy segura de que podremos lograrlo.

—Tengo algunos detalles —dijo Denki sonriendo, feliz de que la mujer haya aceptado—, necesitamos la luz de la luna. También necesito a Toshi, tengo que encontrarme con él.

—Eso quiere decir que tiene que ser por la noche y cuando estés soñando con él. Además, necesitamos que haya luna llena —Emi se levantó de su asiento para revisar el calendario—. Habrá luna llena en tres días. Eso es bueno porque nos da tiempo para prepararnos. ¿Hay alguna posibilidad de que le avises a Hitoshi?

Denki la miró preocupado.

—No sé. Hace muchos días que no lo veo en mis sueños. Pero si tenemos tres días...

—Podemos hacerlo Denki.

—Sí.


Denki podría jurar que ese día fue el más largo de su vida. En lo único que podía pensar era en que necesitaba que llegue la noche para ver a Hitoshi, lo extrañaba mucho y era imperioso comunicarle los planes. Quizás si se acostaba pensando en él, con el deseo desesperado de querer verlo otra vez, podrían encontrarse.

Estaba muy preocupado por él, la última vez que se vieron fue muy especial ya que se besaron, pero Hitoshi se había ido con Vlad. Ese cara de oso estaba loco. Tenía miedo de lo que pudiera hacerle a Toshi.

Esa noche no soñó con él. Al día siguiente se despertó muy angustiado. Si no podía contactarse con Toshi tendrían que esperar hasta la próxima luna llena. Si al menos pudiera verlo y cerciorarse de que estuviera a salvo.

Se dijo a sí mismo que no podía deprimirse, necesitaba mantenerse positivo. Ese día mantuvo su rutina como siempre y por la noche se retiró a dormir nervioso y expectante. Sin embargo, tampoco pudo ver a Hitoshi, al día siguiente se permitió sentirse desesperado. Se aferró a sus notas, las leyó hasta que sus ojos quedaron irritados. Su negatividad se había apoderado de él y se había convencido de que no podría verlo y comunicarle los planes. Si no podía verlo mientras durara la fase lunar, tendría que esperar varias semanas hasta la próxima luna llena.

Pasó el día entero en pijama, escuchando música triste y pensando en las flores violetas que había visto en sus sueños. Ahora entendía por qué le gustaban tanto, le recordaban a él. Quizás debería salir a comprar algunas, aunque no sean las mismas de su mundo onírico.

Mientras se imaginaba a sí mismo yendo a la florería, se quedó dormido con el cuaderno de notas en sus manos. En su sueño caminaba por la calle de su ciudad, pero de repente el paisaje cambió al bosque sombrío. Solo que no era sombrío, porque era de día.

Se veía muy distinto a la luz del sol, parecía un lugar realmente bonito, había varios pájaros y algunos insectos revoloteando por la vegetación. Sin perder tiempo buscó a Hitoshi.

Como si lo hubiera llamado con la mente, su enamorado de pelo violeta llegó corriendo a él, lo abrazó y dio vueltas, mientras él gritaba por la impresión.

—Volviste mi amor —dijo Hitoshi con los ojos brillando por la emoción.

—Toshi. Yo recordé todo, o casi. —Denki acarició su rostro.

—¿Enserio?

—Sí. Perdón por tardar tanto. —Hitoshi cerró los ojos e inclinó su cabeza hacia la mano de Denki.

—Yo te esperaría todo el tiempo del mundo si me prometés que vas a volver.

—Y yo siempre voy a volver a vos. Es nuestro destino estar juntos.

Había muchas cosas de las que hablar, pero ya tendrían tiempo para eso. Ahora lo más importante era besarse como si fuera el último día de sus vidas, y eso fue lo que hicieron. Se besaron como dos amantes que se reencuentran, como si el tiempo se hubiese detenido, como si solo ellos existieran en el mundo, porque eso era lo que realmente había pasado.


Un rato después estaban recostados en un árbol, con Denki sobre Hitoshi, tal como lo hacían antes.

—Estos días estuve tratando de verte, pero no pude soñar con vos —explicó Denki.

—No te preocupes bebé, lo importante es que ahora estamos juntos y que me recordaste.

—¿Vlad te hizo algo? Tenía miedo de que te hubiera hecho algo. —Apretó las manos que lo rodeaban.

—No me hizo nada, no podría aunque quisiera. Sigo siendo más poderoso que él. —Denki se dio vuelta, quedando frente a frente.

—Toshi, mañana habrá luna llena. Mañana a la noche tenemos que encontrarnos otra vez. Encontré alguien que me puede ayudar a preparar todo. —Frunció el ceño pensando en sus próximas palabras—. Pero tengo miedo de que no podamos vernos, no quiero esperar más.

Hitoshi sonrió mientras acariciaba sus cabellos rubios.

—Confiá en vos y en nosotros. —Denki abrió los ojos ante esas palabras. Eran las mismas que le había dicho hace tiempo—. Pensá en las flores, bebé. Pensá en el día en que nos conocimos.

Antes de que pudieran decir algo más, la niebla que ya conocían los envolvió a ambos y Denki despertó en su habitación.


Denki se sintió un poco desconcertado, sabía de qué flores hablaba Hitoshi, pero no tenía idea de cómo había sido el día que se conocieron. Las flores eran especiales, le recordaban a él porque tenían los pétalos violetas y el centro amarillo como su cabello. Era como si los hubieran mezclado, era como si... Como si Toshi lo rodeara...

Y así, como un rayo, los recuerdos vinieron a él. Recordaba espiar a Hitoshi mientras hacía sus anotaciones en el bosque. Recordaba el momento en que le había declarado sus sentimientos, entendiéndole un ramito de esas flores. Estaba seguro de que sería rechazado, después de todo él era un simple esclavo, pero Hitoshi, el aprendiz de magia, tomó las flores con una sonrisa y le dijo que le gustaban porque parecía que lo estuviera abrazando.

En su habitación, Denki sentía que volvía a enamorarse de Toshi. Definitivamente ellos estaban destinados a estar juntos, y ese ritual saldría bien. No había otra alternativa.

Después de volver de la tierra de los recuerdos, Denki le envió un mensaje por celular a Emi para comunicarle que pudo ver a Hitoshi y que ya sabía cómo viajar a su mundo a través de los sueños. Le contó acerca de las flores, por las dudas de que fuera importante para el ritual.

El resto de ese día transcurrió con normalidad. Según le había dicho Emi, ella se ocuparía de todo, por lo que él se limitó a escribir en su cuaderno de notas y descansar para el día siguiente.

Finalmente, el día había llegado. Denki no podía contener la ansiedad. Había salido a caminar, fue a ver a Emi, pero ella le pidió que se fuera para poder preparar las cosas y que se quedara tranquilo en su casa.

Sin más que hacer, decidió volver a su hogar y mirar alguna película en la televisión. Así, el día pasó lentamente. Cuando anocheció se asomó por la ventana para ver el cielo. La luna se veía grande y redonda, como si estuviera más cerca de la Tierra. Era la noche perfecta para el reencuentro, pero tenía tanta ansiedad que no iba a poder dormir. Aunque todavía era muy temprano y debía esperar que Emi le avisara cuando tuviera todo listo.


Un par de horas más tarde recibió un mensaje de Emi diciéndole que ya tenía todo listo. Cada uno estaba en su casa, Denki necesitaba estar cómodo para poder soñar y Emi no quería quedarse en la casa de él una vez que haya viajado al otro mundo.

Acordaron esperar quince minutos después de que Denki le confirmara que se había acostado, para darle tiempo a conciliar el sueño y encontrarse con Hitoshi. Como siempre, el sueño llegó rápido. Al instante en que se dio cuenta de que estaba en el bosque, corrió al lugar donde siempre se encontraban y espero por Hitoshi, quien llegó un momento después.

Se saludaron con un abrazo que ponía en sentimientos todo lo que ellos no podían poner en palabras.

—Tenemos que buscar un claro, donde dé la luz de la luna —dijo Denki luego de un momento de estar unidos. Toshi tomó su mano sonriendo.

—Conozco un lugar así. Vamos.

Un parte del bosque se veía un poco más elevada y parecía iluminada por la luz estelar, era como si el cielo les estuviera indicando el camino. Cuando llegaron a la parte más alta se quedaron de pie frente a frente con las manos entrelazadas.

Los ojos violetas de Shinso se veían brillantes, Denki pensó que no había nada más hermoso en todo el Universo.

Una voz suave como la brisa llegó hasta ellos. Era la voz de Emi. El ritual había comenzado.

Que las estrellas de la noche iluminen el camino de regreso a tu alma gemela para que no te piernas. Tomá sus manos, reencontrate con la persona que ves en tus sueños.

—Estuve esperando por este momento donde solo estemos vos y yo. Ahora que estamos juntos quedate conmigo bebé.

—Ahora estamos juntos como en uno de mis sueños, pero esta vez será eterno. Voy a estar a tu lado por siempre. Ya no vas a estar solo.

Cuando la luz de la luna los ilumine al final del camino y se fundan en un abrazo, se volverán uno en un sueño eterno.

Denki y Hitoshi se abrazaron sin dejar de sonreír. Sus cuerpos encajaban uno con otro, como si fueran las mitades de un todo. Una luz verde claro los cubrió e iluminó todo el bosque hasta los lugares más recónditos y oscuros.

Vlad estaba en su morada esperando que uno de sus sirvientes le sirva la cena. Una luz cálida que entraba por la ventana lo encandiló y le trajo viejos recuerdos. Curioso por el evento salió de su casa, encontrándose con una mujer que hacía años no veía.

—¿Curious? ¿Esa luz es cosa tuya?

—No. Alguien volvió a su mundo. Y yo vine a reclamar lo que es mío. —Sonrió de una manera espeluznante.

—Ah sí, el pacto. ¿Y qué vas a querer?

—Tu sangre. Toda tu sangre.

En otro mundo una luz verde claro rodeaba a Emi, como si fuera un espíritu. Tenía los ojos cerrados y los brazos extendidos hacia los costados.

—Por la diosa —susurró—. Lo lograron. ¡Lo lograron! —La luz se desvaneció de a poco. Comenzó a reír por la felicidad. Aunque sabía que ella también había perdido algo importante, estaba feliz por Denki.

Salió a su patio trasero para mirar la luna que se veía grande y redonda. Muy cerca del astro pudo ver dos estrellas que se veían muy juntas y brillaban con mucha intensidad. Una parecía amarilla y la otra violeta, pero seguramente era azul. No hay estrellas violetas, ¿o sí?

Holaa 😊 Bueno acá me pongo al día con este apartado. Quería publicar esto en octubre y por eso tiene esta onda de hechizos y esas cosas, onda Halloween.

Algunas aclaraciones que no supe incluir en el relato:

-Usé el principio de alquimia que mencionan en el anime Fullmetal Alchemist que dice algo así como que tenés que entregar algo del mismo valor (¿o la misma masa?) de lo que sea que quieras obtener. Así, cuando Hitoshi hizo el hechizo, logró proteger a Denki de la muerte enviándolo a otra dimensión, pero perdió a su alma gemela.

-Vlad hizo un pacto con Curious para que Shinso no pueda escapar de él, pero a cambio debía entregar algo valioso. Eso valioso era su sangre (esto es una referencia a su quirk), como él era de la realeza, su sangre era especial (idea sacada de Shingeki no Kyojin). Pero esta condición solo se activaría cuando el hechizo que puso sobre Hitoshi se rompa. Lo cual sucedió cuando Denki volvió a su mundo.

-Denki no recuperó todos sus recuerdos, pero recordó a su amado y el sacrificio que Toshi hizo por los dos. Shinso lo esperó por años y gracias a su magia fue que pudieron verse a través de los sueños. Hitoshi sabía que Denki tenía la capacidad de romper el hechizo de Curious, pero Denki debía ir a él por voluntad propia.

-Denki tuvo que entregar su vida a cambio de volver a su mundo y recuperar a Toshi, pero Emi logró que sus cuerpos queden inmortalizados. Sus almas permanecen unidas, y sí, son esas estrellas que Emi ve en el cielo (referencia a La princesa y el sapo).

-Las flores que Denki veía en el bosque se llaman ásper (ásperes en plural). Acá dejo una foto por si no las conoces. La foto la encontré acá:  https://pixabay.com/es/photos/%C3%A1steres-aster-tongolensis-violeta-4282887/

La verdad me encantó hacer esta historia, me gusta mucho Dreamcatcher y me puse en modo fangirl haciendo una historia que habla sobre sueños, maldiciones, universos paralelos y brujas. Cuando vi la letra en español la idea vino solita. Y me gustó hacer algo misterioso (muy Dreamcatcher también), al principio ni siquiera yo sabía qué era la que había pasado entre estos dos, pero no podía dejar de escribir. Fue un relato que me llevó mucho tiempo prepararlo, tenía miedo de que quede muy largo, pero después de mucho pensarlo (y preguntarles a mis seguidores) decidí que debería tener el largo que necesitara.

Me di el gusto de incluir algunos personajes secundarios que no suelo ver seguido y de los cuales nunca hablo. No sé, se me hizo divertido jiji.

Bueno, espero que se haya entendido y que lo hayas disfrutado. Si te quedó alguna duda, podés preguntar. Sé que hay miles de errores y cada vez que pienso en eso me dan ganas de borrar todo, peor me llevó tanto tiempo hacerlo que no puedo.

Dejo este fanart hermoso. Créditos: @noeliad318 en Twitter.

Muchas gracias por leer el relato y la nota. Besitos 😚🎃

Son adorables aaaa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro