Zombis en Utah

Capítulo 4: El consejo

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La Reina exhaló el humo del cigarrillo haciendo que la voluta cubriese parte de su semblante.

―Vaya historia, dime, ¿crees que lo que le pasó a la gente de Chapoc, fue premeditado?

―¿A qué te refieres?

―Que los aztecas al llegar a Teotihuacan, la encontraron vacía. ¿La que era la ciudad más grande de Mesoamérica y no encontraron nada?

―Maguie Carter no dice gran cosa en su diario, pero todo puede ser. Ahora se sabe que en Teotihuacan había tecnología antigua, pero se desconoce su propósito... Puede que allí se probase el virus zombi y al final, las cosas se saliesen de control. Respecto a Chapoc, él solo menciona como estos supuestos dioses procedieron a quemar el pantano y por ello tuvieron que emigrar hacia el sur.

―Cielos, me pregunto cuánto se cambió la historia y nosotros sin darnos cuenta. El diario de esta Carter, ¿dice más cosas?

―No mucho, no es muy específica al respecto, pero habla de algunas misiones a través del tiempo como ser a los Cayos de Florida y otras locaciones menos importantes. Lo único destacable es que al parecer esto de viajar en el tiempo es muy peligroso, al parecer los rumores del Experimento Filadelfia, sí son ciertos. Hubo mucha gente que murió o desapareció.

―¿Y el destino de esta mayor del ejército?

―Actuó con inteligencia, aprovechando que algunos tripulantes desaparecían con cada misión, desertó a principios del siglo XX y fue a Alemania, allí se pierde todo el rastro de ella.

―Ya veo, sí, es toda una historia, amiga, ¿me pasas el diario?

Tatiana así lo hizo y esperó calmada hasta que La Reina terminase de leer las partes que consideraba importantes, al finalizar, volvió a tomar coñac y le devolvió el diario a Tatiana.

―Y ahora... ¿Qué crees que debería hacer con esta cosa?

―Ummm... Quema el diario.

―¿Perdón?

―Tatiana, hermosa, no eres la primera persona que viene a mí para contarme una cosa increíble. Te digo algo, las personas que se aferran a las pruebas de sucesos paranormales o cosas por el estilo, acaban muertas... No sé, tal vez haya una fuerza cósmica que dicta que nosotros, los humanos, veamos la historia como algo lineal y aburrido, una fuerza que se encarga de eliminar a quien sea quiera destruir lo ya establecido, quien sabe, puede que haya una fuerza elite del ejército norteamericano encargada de matar a todo aquel quien considere un peligro de exponer los viajes en el tiempo o cualquier suceso paranormal.

―¿Tú crees?

―Ya he perdido a muchos amigos en sucesos bastante extraños, no quiero perderte a ti también. Quema el maldito diario.

Tatiana bebió su copa de coñac y luego La Reina se despidió para dormir.

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Ya en su casa, Tatiana no tuvo el valor suficiente para quemar el diario.

«¿Y si los otros manuscritos de Hochschild, son más que literatura fantasiosa?», pensó y leyó con avidez cada uno de ellos.

Los relatos eran fantásticos, pero debido al diario ya no estaba segura si debía considerarlos meras fantasías o darles algún tipo de crédito respecto a que tal vez sucedieron en la vida real.

Al final, Tatiana hizo lo que debía haber hecho al principio, dio a cada uno de los manuscritos un numero ISBN y luego los llevó a la Biblioteca Municipal.

«Cielos, no puedo quemar estos libros. Supongo que nada malo va a pasar, después de todo, ¿quién lee libros viejos en físico estos días? Menos unos de fantasía en una biblioteca».

Con esa resolución, dejó los viejos manuscritos que pertenecieron al Barón del estaño a acumular polvo, y hasta el día de hoy, aguardan que su contenido extraño y maldito sea sacado a la luz por una pobre alma incauta.

FIN