10
Hawsk le había explicado toda la situacion al rubio mayor, este con cada apalabra estaba cada vez más preocupado por la pecosa, incluso apenas se enteró de que estaba en la enfermeria salió corriendo de inmediato en busca suya.
Al entrar en la enfermería noto a la pecosa ya despierta sentada en una de las desgastadas camillas con la anciana Chiyo haciendo unas leves pruebas.
— Jovencita Midoriya... — ambas mujeres voltearon al rubio, este entro tambaleándose y de inmediato fue a abrazar a la pecosa — me preocupaste, apenas Hawsk me conto todo yo...
— Toshi~ no te preocupes, estoy bien — la menor afirmó con una sonrisa mientras correspondía el abrazo, sabía cómo era el rubio jefe.
— No debí asignarte a esos chicos... Fui muy caprichoso, perdóname, solo te puse en peligro innecesario, los cambiaré, pondré a Mirio o a Fat a cargo.
— No, no, estoy bien con ellos, tranquilo Toshinori-San...
— No... A partir de ahora Midoriya, incluso tu estas fuera — la menor abrió los ojos como platos — no más misiones para ti, no más entrenamientos, te quedaras adentro y ayudaras de forma interna, supe que tuviste un encuentro con Shigaraki, eso es aun peor.
— Pe-pero no pasó nada, S-shigaraki no es un rival para mí, puedo sacarme de cualquier problema con él sin problemas — la menor dijo con preocupación, ella no era una persona que podía estar sin hacer nada con adrenalina.
— ¿Por eso te tuvieron que rescatar?
— ¿Eh?
— Los demás... De no ser por ellos estarías en la asociación de All For One ¿Querías eso? — el mayor paso un muchos del cabello de la menor detrás de su oreja — lo hago para protegerte, no quiero que salgas lastimada por una idiotez, Shoto e Iida se encargaran ahora de tus misiones — la menor le vio sorprendida.
— No... Yo...
— No voy a aceptar un no como respuesta Midoriya, no hay excusas, esto es lo que digo por ahora y se cumplirá, hasta nuevo aviso estás en descanso — sin más el mayor se fue, la pecosa le vio sorprendida, eso no estaba en sus planes por completo, miro preocupada a lo lejos.
Mientras tanto, en la casa de la pecosa los cuatro chicos seguían preocupados, no había noticia algunade la pecosa, el timbre sono, Kirishima de inmediato abrió la puerta esperando a la menor, pero, solo vieron al rubio dorado.
— ¿Y Mido...?
— Deben irse — la mirada sería del mayor les decía que era en serio — si se quedan no sé de lo que Toshinori es capaz fe hacerles por Midoriya... Escuchen, incluso yo estoy molesto por ustedes, pero no llego al punto de Toshinori, es un antiguo soldado de guerra, así que ya se imaginarán.
—No me iré... Me quedaré y veré el estado de Midoriya — Kirishima veía retador al mayor, a él no le importaba cualquier castigo que les dieran, sabia bien que se lo merecía — Lo que me den lo tomaré como un hombre, por la señorita Midoriya.
— No te hagas el varonil Kirishima-Kun — la voz de la pecosa se escuchó y la sonrisa de todos se vio, incluso Katzuki sonrio levemente — eso no servira conmigo — la menor les vio con un ligera sonrisa altanera.
— ¡Señorita Midoriya! ¿Está bien? — el pelirrojo parecía ser el más preocupado de todos por la menor, se acercó a ella y esta le medio sonrió al recibirlo en un abrazo — nos tenía preocupados... — la menor por alguna razón sintió el calor amoroso en ese abrazo, quien lo diría, el odiador de pobres la abrazaba con tanto cariño reunido.
— Soy indestructible... Jeje, aunque — la menor se separó — la verdadera pregunta montón de idiotas ¿Qué hacen ustedes aquí? Habían dicho que se irían... — hablo con un toque de decepción.
— Oh... Eso.
— Señorita Midoriya... Yo, quería disculparme por todo lo que le dije... Fue algo estúpido y sin sentido alguno — el rubio de golpe se arrodilló frente a la menor — porfavor... Perdone mi insensatez — la menor se sonrojo de la vergüenza, además la sorpresa que le daba la acción del rubio.
— Kaminari... Agh levántate — afirmó la menor el rubio se levantó con una expresión de llanto que no hizo más que hacer reír a la menor — jajaja, con la.simple... simple acción jajaja Dios... En serio que ustedes me matan, aggg malditos idiotas — la menor tapo su rostro, sonrió debajo de su mano y nego con la cabeza — escuchen idiotas... A partir de ahora... Deben verse por si mismos, Toshi... Él simplemente no quiere que esté con ustedes a partir de ahora, suerte montón de idiotas, espero verlos por ahí — la menor les sonrio, para después darse vuelta y comenzar a irse, los chicos le vieron irse de la forma más sensual y adorable posible, Dios esa mujer en algun punto iba a matarlos.
Así fue que la linda pecosa se fue de sus vidas por un tiempo, y que a los dos días la encontraron en un bar después de un entrenamiento, Toshinori de verdad los quería matar ahí, los odiaba y se notaba demasiado, aunque ya habian logrado varias cosas gracias a ello, sobre todo en resistencia y eso que apenas y llevaban dos dias, dos dias en los que el rubio lo cansaba hasta que se desmayaban.
Recuerdan ese día, lo único que querían era un buen whisky, fino y caro que les arreglará hasta los más terribles problemas con el señor Toshinori.
Al llegar al bar quedaron sorprendidos por el ambiente, todos parecían ser conocidos de toda la vida, eso les hizo sentirse un poco excluidos, pero no se iban a quejar.
Al llegar iban a pedir, pero de golpe una voz femenina les llamo la atención.
— ¡Miren nada más! — la linda pecosa se acercaba a ellos, sus mejillas ya estaban por completo sonrojadas e incluso tenía ya una corbata atada a su frente, su ropa estaba desarreglada y se le notaba por lo más borracha, eso y que tenia una botella en mano — mis imbeciles idiotas favoritos~ — la menor se acercó a ellos, el aroma a alcohol "barato" llego a sus fosas nasales y no hicieron más que taparse la nariz — veo que el viejo Toshi no los ha matadop~ ufff~ pensé que a este punto ya estarían *hip* muertoosssss~ jeje... — la menor les vio curiosa y sonriente — en fin ¡Oigan todos! ¡¿Ven a estos de aquí? ¡Por su culpa casi me vuelve a secuestrar Shigaraki jajajaaja! — todos Enel lugar les vieron de forma que sentían que acababan de cavar su propia tumba — vamos chicos... Diviértanse — la menor se fue a la bola de chicos con los que tomaba a gusto, sin dudas la menor desprendía una enorme vibra de confianza, sensualidad y destreza, esa mujer era la belleza, lujuria, pecado y confianza encarnada, cualquiera que le viera caía a sus encantos y también tenerle de enemiga no era una muy buena opción, sin dudas el fruto que esos niños mimados querian probar.
Recuerdan que la noche siguió, Izuku era el centro de atención de todas y cada una de las personas presentes, haciendo retos para tomar en los cuales incluso ellos se vieron envueltos, la menor era un torbellino de emociones donde todos se veian envueltos de alguna manera.
— Pff... Ya me aburrí ¡Oye Shindo! — la menor desde la barra vio al camarero pelinegro, este mismo se le acercó y le vio fijamente — ¿Ves a esos cuatro de ahí? — la menor apunto a los 4 chicos que estaban sentados en una mesa, después de una buena ronda de "alcohol barato" habían caído, incluso Katzuki que era un experto bebiendo — dales una ronda especial y prepara el escenario para mí... Se merecen algo bueno después de estar en entrenamiento con el viejo Toshinori — el pelinegro le vio mal.
— Eso no es justo Midoriya... Cuando yo recién llegue no hiciste nada por mi.
— Oye — la menor le jalo la corbata y le miro de cerca — has lo que te digo, al final del día tu también podrás ver~ — el pelinegro quedó hipnotizado ante la sensual voz de la menor, Izuku era una maestra de la sensualidad.
— Tsk... — el pelinegro se fue de la barra he hizo lo que la menor le pidió.
Izuku se dirigió a los cuatro, estos le vieron algo curiosos.
— Oigan~ prepárense, de alguna forma comenzaron a caerme bien montón de mimados, así que por su arduo trabajo les daré una recompensa — antes de que alguien pudiera decir algo la menor los dejo con la palabra en la boca y se fue directo al escenario.
Los cuatro vieron fijamente el lugar, las luces del bar se apagaron y la música comenzó, aquella antigua canción de un antiguo grupo coreano "tomboy" curioso que la canción le quedaba perfecto a la menor, comenzó a sonar y la pecosa salió de entre las cortinas, si Izuku había tenido un sueño ese sin dudas había Sido ser bailarina, cosa que en sus condiciones nunca habría logrado sin hacer una mierda asquerosa con algún maldito y pervertido pez gordo.
La menor seguía el ritmo de la canción con gracia, sus movimientos tan sensuales, pero a su vez tan sinceros y rudos, incluso mas que un baile parece alguna coreografía fina de teatro, calculada fielmente para la escena de un asesinato, cuando la canción termino todo el público no aplaudió, todos estaban boquiabiertos con sus rostros aún mas rojos e incluso uno que otro con problemas en los pantalones.
Izuku feliz por la reacción del público bajo delicadamente, amaba provocar eso en los hombres, así es como ella sabia que los mantendría a su merced, a la cabeza una mujer dominante que se comenzo a ir del bar, despues de dejar el dinerp de lo aue habia consumido obvio, de una forms sensual y con una cajetilla de cigarros, sus caderas y piernas moviendose al compaz y con el toque del aporreó de la puerta.
Los chicos quedaron sorprendidos por lo que acaba de suceder, no se lo esperaban para nada, claro aquello les daba alas a ser más cercanos con la pecosa de alguna forma, sorprendidos se fueron del bar.
Por su parte la pecosa estaba en la azotea de la mini-ciudad, donde ella observaba el panorama nocturno mientras fumaba un poco, escucho unos pasos detrás suyo y de inmediato suño de quien se trataba.
— Midoriya...
— ¿Sucede algo Aizawa-San? — el pelinegro tenía su cabello atado en una coleta, con una caja de cigarros igual, se acercó al borde donde la menor estaba apoyada, a su lado prendió su cigarro y vio lo mismo que la menor.
— Nada en especial... Solo, que aún me causa curiosidad lo que pasó con Shigaraki — aseguro, la menor suspiro el humo y le miro.
— Saben que no es de su incumbencia...en este lugar solo 3 personas lo saben y hay buenas razones para ello Shota — aseguro la menor segura de lo que decía — esos son Shoto, Toshi y Mirio.
— ¿Mirio? — la menor asintio — ¿Y porqué?
— Ya dije que no te incumbe... Adiós — la menor comenzó a irse dejando al pelinegro igual que antes, quería saber más de la pecosa, pero siempre era lo mismo, vio a lo lejos y noto a uno que otro zombie por ahí, quizá desestresarse un rato no le iba mal.
— ¡No puedo creer que otra vez hayas fallado Midoriya! — un chico pelinegro
miraba a una pecosa un poco menor, la pecosa con un francotirador le vio mal.
— ¡Déjame idiota! Por lo menos a mí sí me dejan salir, no soy la "hija de papis" — burlo.
— ¡Oye! — el pelinegro le vio mal y comenzó a perseguirla, ambos comenzaron a reír hasta que el mayor cayó sobre la pecosa, ella le vio fijamente a aquellos ojos escarlatas, tan rojos y seguros para ella que cayó hipnotizada una vez más.
— Tenko... — susurro la menor, atrajo al mayor a ella y lo abrazo por la espalda — no me dejes nunca, porfavor — el pelinegro sonrió y le abrazo de vuelta.
— Sabes que no estúpida — el pelinegro se separó y le vio fijamente, ambos unieron sus labios y se abrazaron riendo.
— ¡Mierda! — la pecosa se levantó de golpe de su cama, miro a los lados y después corrió a la ventana, estaba en casa, se pasó una mano por la frente y después la.bajo por su rostro, fue ahí que noto que estaba llorando — agg... Carajo.
A la mañana siguiente la menor tenía un humor de perros, necesitaba ir y desestresarse un poco matando a uno que otro zombie, además, aún tenía pendiente un asunto con aquella nueva raza que pareció surgir, incluso pensó en escaparse y desobedecer, pero en esa fortaleza sería imposible, tenía resaca y la ansiedad la estaba matando.
Fue directo a la salida y vio como Iida y Shoto guardaban cosas en su bang.
— Chicos~ — hablo melosa — llevenme con ustedes, este encierro me mata~ — hablo mirandoles.
— No Midoriya... Sabes que tenemos las órdenes directas de All Migth, no podemos desobedecer — afirmó el peliazul de lentes, la menor suspiro y le vio mal, ella quería irse ya, no necesitaba estar ahí encerrada.
— aggg maldito sea Toshinori... Él no entiende, lleve me porfavor, prometo no hacer nada, solo quiero salir de esta prisión — la pecosa seguía insistiendo con unos enormes ojos de cachorro, pero tanto Iida como Todoroki debian der fuertes a esas hermosas esmeraldas.
— No — sin más los dos se subieron a la bang y se fueron, dejando ahí a la decepcionada pecosa.
— carajo... Debo salir de alguna forma de aquí — la menor comenzó a caminar a la sala de entrenamientos, necesitaba desahogarse aunque sea matando a uno que otro zombie en los juegos que tenían por ahí.
Al llegar alugar comenzó a escuchar gritos de dolor y suplica, al escucharlos salió corriendo preocupada, viendo desde arriba que solo eran ese grupo de idiotas con los que había estado, estos estaban siendo entrenados por el rubio jefe, quien parecia no querer si quiera darles cinco minutos.
Río enternecida al verlos ahí, bueno, los entrenamientos de Toshi aveces ni se comparaban con los propios, es decir, eran un maldito infierno.
Bajo emocionada para verlos más de cerca, abriendo la puerta de la arena donde entrenaban, mirando les con una sonrisa a lo que incluso el rubio mayor le vio algo sorprendida.
— ¡Qué comience este entrenamiento! — dijo feliz y emocionada.
Mientras tanto en otro lugar de ese desolado mundo, cierto chico peliazul miraba con desesperación toda su habitación, recordar como le habían arrebatado lo que le pertenecía lo tenía mal, la puerta de su habitación fue tocada, de inmediato con un seco "pase" está fue abierta.
El mayor vio al pelinegro, cabello tan negro como la noche y unos ojos escarlatas en su pálido rostro, nada comparado al suyo, su piel fina parecía de porcelana al no tener un simple rasguño en su contraparte que tenía múltiples cicatrices y labios rececos.
— ¿Qué mierda quieres Tenko? — pregunto a su hermano ligeramente menor a él.
— Tomura~ supe que tuviste un encuentro con alguien que conozco — dijo altanero y sin gracia, ver sufrir a las personas era algo que le satisfacía.
— A ti no te interesa psicópata, ahora lárgate de mi habitación.
— Tomura... Bien sé que deseas a Midoriya tanto como yo lo hago... Somos hermanos al final del día, así que... ¿Porque no hacer una tregua?
— ¿Tregua? — el peliazul le vio con una ceja alzada, nada bueno podía salir de su hermano menor.
— Si, ambos unimos fuerzas y capturamos a Midoriya... Después, la compartimos — aseguro con una sonrisa que dejo con escalofríos el cuerpo contrario.
— ¿Cómo sé que no vas a traicionar me?
— No lo haré, ya que este beneficio es el mejor que pueda obtener — sonrió extendiendo su mano al contrario — ¿Tenemos un trato? — el peliceleste le vio sin estar muy convencido, pero, suspiro, al final del día los dos tenían el mismo objetivo.
Los dos estrecharon sus manos, ambos habían hecho aquel trato, uno para recuperar algo perdido hace años y el otro para obtenerlo por siempre.
Hols s'mores mios!! Jeje, ya regrese después de casi un año, jeje, pido perdón, pero realmente se me olvida en algún punto, pero hey tranquilos, aquí está el nuevo cap ¡Espero lo disfruten! ¡Los amo!
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