La noche ha caído dando fin a la cinegética, la oscuridad y la falta de presas vuelve el ambiente inocuo y aburrido.

Strange deambula cerca de su Santuario y mientras lo hace, se vanagloria con el sabor de la sangre de los Hijos de Thanos que todavía habita en sus fauces, lo que le trae recuerdos de la última faena a su putrefacta (pero aún privilegiada) memoria y en su reminiscencia, no hay algo que destaque más que la podrida figura de Stark, la forma en había despedazado a Maw para después beber su bilis no le causó otra cosa más que excitación, y tal vez, un poco de envidia.

El hechicero no se sorprendía de sus sentimientos, podía decir con firmeza que su hambre insaciable hacia Tony ya existía desde antes de su pútrida transformación.

Mientras se encontraba alejado en sus pensamientos, un seco estertor que rápidamente reconoció, inundó sus oídos, sin inmutarse, se dio la vuelta, posando su mirada en la sombra que se movía furtiva en la niebla.

Con lentitud se hundió en la calígine, hasta que unos orbes rojos se encontraron con los suyos, el hechicero resolló con ánimo y Stark pareció responder con un rugido. Ambos se sonrieron, mostrando su disgregada dentadura; en ese momento de parcialidad, Strange se dedicó a admirar al otro, la escasa luz lunar se reflejaba en las secas mejillas de Tony dándoles un insano color plomizo, para Stephen aún no llegaba el día en el que el millonario no se viera hermoso.

Tuvo que dejar su momento de contemplación al sentir su boca siendo devorada por Stark, su nula cordura se vio desatada por aquel sucio ósculo y correspondió con la misma fiereza, aquello se había convertido en un verdadero festín dónde ambos degustaban la sangre que había quedado en la boca del otro mientras que ocasionalmente sus lenguas se asomaban por los agujeros de sus mandíbulas.

Eventualmente, aquel íntimo contacto los había llevado a la necesidad de saciar sus ansias de carne, Tony yacía en el piso, sus nanobots ya lo habían despojado de su armadura quedando sólo en sus prendas comunes, mientras tanto, Strange se retiró la túnica y dejó expuesto todo su rancio ser para deleite de Stark, sin embargo, sintió molestia al ser el único desnudo por lo que arrancó con hostilidad la camisa del otro, llevándose piel en el proceso y dejando heridas sanguinolentas al aire, las cuales no dudó en chupar, mientras descendía hacia la entrepierna de Tony no dejó llaga o laceración sin atender debidamente con su lengua. Cuando llegó a su destino, desguarneció al otro de sus pantalones y ropa interior, dejando libre el miembro erecto de Stark, su aspecto era purulento y eso sólo sofocó más al hechicero que no dudó ni un segundo más en atentar la entrada de Tony y penetrarlo.

El millonario soltó un gemido gutural y Strange lo tomó como señal para embestirlo, la cantidad de fluidos que sus infectados cuerpos emanaban hacían el acto más placentero.

En medio de la fornicación, Stephen vió como su miembro salía y entraba del cuerpo de Tony a través de una gran abertura que este tenía en el vientre, eso terminó por aumentar su libido y lo llevó a dar empujes más fuertes, volviendo más fuertes los gemidos de Stark, la excitación fue inmensurable y concluyó con ambos eyaculando un líquido verduzco.

El cansancio venció sus cuerpos corruptos por lo que se vieron obligados a acurrucarse en el frío pavimento, esperando con avidez la próxima oportunidad para devorarse.