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_/tres\_

Suspire observando el reloj de pared. Marcaban las 3 a.m. y papá todavía no despertaba. Tenía ganas de zarandearlo por ser tan terco y no hacerme caso cuando le digo las cosas.

Recuerdo que días antes de esto habíamos discutido por el tema, sobre que no quería que saliera porque es peligroso para su condición, y como siempre Noah estaba presenciandolo todo, por eso no entiendo por qué demonios no lo detuvo cuando se fue.

Hablé con Esteban, el chófer, me dijo que le insistió varias veces a mi padre para que vuelvan porque se estaba asustando viéndolo pálido y sudoroso, pero este no le hizo caso. Y hacía demasiado calor, el calor no le hace bien.

Me daba rabia que no se preocupara en lo más mínimo por su condición. O que por lo menos le de algo de pena por los demás, que también sufrimos con el y por el. Y a la vez, no podía evitar sentir ese terror de que no despierte nunca más.

El doctor me había dicho que va a estar inconsciente hasta mañana porque está demasiado agotado.

Apreté su mano fría con apreciación.

Observé el catéter transfiriendo sangre a su brazo. Seguramente le saldría una marca de colores violaceos, azules y amarillentos que tardarían meses en desaparecer. Su piel ya no era tan fuerte como antes, ahora hasta se arruga con mayor facilidad. Antes solía tener un precioso bronceado, y ¿ahora?. Ahora se encontraba pálido, las venas azules se distinguían con facilidad y la enfermedad impedía que se cure con normalidad. Apreté los dientes observando su falta de cabello, recordando el precioso color marrón que poseía, como el mío. Debido a la quimioterapia se le fue cayendo el pelo, hasta que tuvo que raparse lo poco que le quedaba para verse ligeramente más presentable.

Antes, papá era un hombre atractivo y divertido, siempre tenía las respuestas más ingeniosas, hacía reír a todo el mundo. Siempre estaba ahí para mi, pero se fue apagando cuando mamá murió cuando tenía seis años. Cayó en una depresión, se encerró en el trabajo y dejó que niñeras se encarguen de mi. Así es como hizo su imperio, matando cualquier pensamiento con trabajo.

Ahora, verlo así, realmente me duele. Siempre tuvo una sonrisa hermosa para regalar en el rostro, ahora simplemente parece una triste versión de lo que un día fue, tan delicado como se ve. Y es doloroso pensar que esto le suceda a personas amables, honestas y confiables, leales ante todo. Siempre velando por lo demás, buscando el bienestar ajeno.

Yo sin el no sabría que hacer realmente, siento que no me queda nadie más.

Me coloqué una mano en la boca para ahogar el solloso, comenzando a llorar de nuevo, no me quería imaginar lo que sería perderlo, no volver a escuchar su voz, verlo pasear ordenando a sus empleados por teléfono, verlo reírse de los chistes malos de Sabrina la cocinera con tal de que esté contenta, trabajando con la laptop desde el sillón todo encorvado, chistandome por hacer ruido y desconcentrarlo, para después regalarme una sonrisa divertida.

Leucemia...

Le diagnosticaron leucemia hace medio año, desde que empezamos a notar que estaba decaído, perdió mucho peso, pelo, últimamente estaba más deprimido que de costumbre, cabizbajo, vomitaba casi todo lo que comía. No tenía ni ganas de levantarse, cuando debía ir a trabajar temprano se quedaba dormido, según el no escuchaba la alarma.

Y yo la escuchaba desde mi habitación.

Lo obligue a ir al hospital y fue cuando le dieron los resultados, que el mundo se nos vino abajo, a el, a mi y a su hermana.

Lo llaman mieloide aguda, es un tipo de cáncer por el que la médula ósea produce mieloblastos. Cuando las células madre hematopoyéticas están atrofiadas, no pueden convertirse en glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas

Las opciones eran empezar con quimioterapia o hacer el trasplante de médula ósea, pero sabíamos que llevaría sus riesgos, como: enfermedad de injerto contra huésped (solo transplante de un donante), insuficiencia de células madre, daño en los órganos, infecciones, ceguera o problemas en la visión, esterilidad (aunque eso no le importa), cánceres nuevos (no quería ni pensarlo), o... la muerte.

Por lo que votamos por la opción más segura pero dolorosa, quimioterapia.

Le dieron tiempo de vida de mínimo un año y de máximo cinco años. Aún no tienen asegurado nada, todavía le siguen haciendo estudios.

Las quimioterapias se dividen en fases: Inducción, consolidación.

Dura dos años el tratamiento y apenas vamos por el primer mes. Debido a que mi padre le tomó cinco meses hacerse a la idea de que tenía cáncer, y que debía ser tratado.

Me comentó su doctor que la caída del cabello se debe a que la quimioterapia impide que la sangre fluya a la papila y que destruye los folículos, desterrando el bulbo. Pero que probablemente luego vuelva a crecer, aunque la textura y el color no podrían ser el mismo, por un tiempo.

Me pasé las manos por la cara, exhausta, molesta, triste. Ya no sabía decir que emoción predominaba.

Siento un toque en mi espalda y volteó a verlo, es Noah, que se encuentra igual de deshecho que yo, despeinado y con la mirada algo apagada. Y tiene algo que no me gusta.

Me está mirando si, pero con compasión. Odio la compasión.

Me alegra que se haya quedado para acompañarme todo este tiempo, sin interrumpir mi momento con mi padre, pero odio que me mire así, especialmente el.

__Deberías ir a casa Zoey, ya es muy tarde__ extendió su mano hacia mi, murmurando con voz ronca.

Asentí con la cabeza y me puse de pie, ignorando su mano. Noto el gesto pero no dijo nada. Me limpié las lagrimas con la manga del buzo y sorbí por la nariz ruidosamente, pasando por su lado.

Estoy segura de que tengo los ojos hinchados, rojos e irreconocibles de tanto llorar. Pongo una mueca. Genial, me duele la cabeza y la garganta, hace como unas nueve horas qus debo haber estado sentada incomoda en esa silla.

Supongo que son consecuencias de pasar horas llorando hasta la madrugada.

Camine en silencio a su lado todo el trayecto hacia el auto. La verdad es que al lado suyo siempre estaba actuando como una tonta, sentía el corazón latiendo de una forma anormal y se me atoraban las palabras en la boca. Pero estoy tan bajoneada que no tengo energías para recordar eso.

Me voy a la parte trasera del coche y me dejó caer en los asientos de atrás, rendida.

...

Un suave toque me hace removerme en el asiento. Suelto un suspiro reacomodandome.

__Zoey__

Las hebras de mi cabello fueron suavemente removidas de mi rostro.

__¿Mmh?__

__Ya llegamos__ aviso.

__Ah... mira vos che__

Y me volví a dormir, o eso intenté, cuando sentí una risa y luego que abrieron la puerta donde yo me encontraba.

__Vamos dormilona, ya tendrás tiempo de dormir en tu cama__ siguió hablando, mientras sentía que me jalaba de los brazos y me dejaba en una posición sentada con los pies colgando fuera del auto.

Me ayudó a pararme tratando de que camine, pero terminó cargandome como princesita cuando di un traspié y casi caigo de cabeza al piso. Me aferre a su cuello murmurando incoherencias.

...

Me despierto con la cara enterrada en las sábanas, trato de sacarmelas porque comienzo a asfixiarme. Cada vez que jalaba la sábana más me apretaba el cuello, comencé a lloriquear exasperada. Tiré con fuerza y caí de espalda en el piso, la sábana por fin se separó de mi cuello.

Hasta para dormir eres un peligro

Me pongo de pie con una mueca, acariciando mi espalda donde me di el golpe. Justo en la columna, mierda.

Bajo por la gran escalera hacia la cocina. No tengo la mínima intención en arreglarme, aunque trato de sacar un poco de la saliva seca en la comisura de mi boca. Me muero de hambre.

Siento el olor a panqueques que habrá preparando Sabrina. Me la imagino en su regordete cuerpo con un delantal floreado moviendo el trasero al ritmo de Daddy Yankee frente a las hornallas. Sabrina es argentina, habla perfectamente el ingles, pero aún le cuesta un poco, por lo que se le nota un chistoso acento cuando trata de hablar como nosotros. A mi me da ternura.

Entré apresurada al comedor y casi me caigo de boca al piso cuando frene de golpe.

¡Que mierda!

Su sonrisa se arquea con diversión cuando me ve en mis fachas. Me acosté con la ropa de ayer, por lo que está toda arrugada, mi pelo está hecho un desastre por ahorcarme con las sábanas y seguro tengo toda la cara hinchada. ¡Me quiero morir!.

¡Como impresionar a tu Crush número 500! Siganme para más consejos.

__¿Dormiste bien?__ me preguntó con una ceja arqueada, obviamente burlándose. Llevaba la misma ropa desarreglada de ayer, el cabello despeinado de forma desinteresada (aunque sospecho que se lo ha peinado con los dedos). Pero el asqueroso se ve bien, demasiado bien, suculentamente bien. Y sostiene un café que se ve delicioso.

Le frunzo el ceño y me siento, donde Sabrina me dejó el plato lleno de panqueques y ese dulce de leche que tanto me gusta. Me pongo a comer sin darle importancia, si ve que no me molesta, no tendrá oportunidad de burlarse.

Ah, cierto, ¿por qué estoy tan tranquila cuando se ha quedado en mi casa sin que me entere?. Pues lo ha hecho desde un año después de haberlo conocido y de haberse ganado la confianza de mi papá. Papá sabe que antes jugaba con el, entonces ya no le preocupa esa parte de que "se fije en mi" porque cree fervientemente en que nos vemos de forma fraternal.

Suena una canción de Bruno Mars en la radio, escucho a Noah murmurar la letra -aunque sospecho que es porque no la sabe-.

Traté de ignorarlo mientras comía, pero no podía evitar mirarlo de reojo. Me estaba mirando. Aparte la mirada con rapidez. Si, soy genial disimulando.

Llego la parte del estribillo y no pude evitar observarlo cuando subió el tono y se distinguió su perfecta voz melodiosa.

¿Ya había mencionado que cuando era pequeña siempre me gusto cantar? Si, esta anécdota empieza raro. Bueno, el punto es, que me gustaba, pero obviamente no sabía, por lo que cantaba como una gaviota apareandose. Cuando Noah llegó, en uno de los primeros días, me escuchó cantando, y así es como formamos un vínculo.

10 años antes...

__I love this plase...

To light the night
To help us grow
To help us grow
It is not said I always know

You can catch me
Don't you run...__ cantaba apasionada con el lápiz en la mano, en vez de hacer mis deberes.

__Don't you run
If you live another day in this happy little house
The fires here to stay

Cantó una voz a mis espaldas. Pegué un brinco en la silla haciendo un sonido bastante molesto. Me pasé los dedos por los dientes mirando con mala cara al que se atrevió a asustarme. Pero me quedé congelada cuando supe quien era.

Oh, el tipo del peinado chistoso...

Ejem, digamos que todavía no me acuerdo el nombre. No sé si tengo algún tipo de retraso, mi papá dice que no, pero no puedo evitar pensarlo cuando olvido todo con rapidez.

_To like the night
To help us grow
To help us grow
It is not said I always know
Please don't make a fuss
It won't go away
The wonder of it all the wonder that I made
I'm here to stay
I'm here to stay
Stay

Me quede impresionada como una idiota. ¡Su voz es preciosa!.

__Little House de Amanda Seyfried, tienes buen gusto__ señaló.

__Wow__ mi boca tenía la forma de una perfecta 'o' __¿como haces eso?__ pregunté entusiasmada.

__Practicando__ respondió sonriente __¿quieres que te enseñé?__

__¡Si!__ grite parandome. __¿Cuando empiezo?__

El hombre se empezó a reír con ganas. No me importaba si se estaba riendo de mi, yo solo quería aprender.

__Okey, okey__ levanto las manos __pero todo a su tiempo, también tengo que trabajar y estudiar, por lo tanto cuando tenga tiempo libre te daré clases de canto.

Asentí satisfecha.

Actualidad...

Y así es como pasamos durante seis años cantando juntos, el me enseñó todo lo que se ahora. Al principio todo era genial, el me agradaba mucho y tenía una excusa para no estar sola, también a la vez hacer algo que me gustara. Pero después llegué a los quince años, mi estapa rebelde. Comencé a mirarlo mal, a hablar mal con mi padre. Era un desastre. Aunque seguía siendo consciente de esa necesidad de tenerlo cerca, al principio comencé a odiarlo por eso, y después me di cuenta que lo buscaba con la mirada, que lo observaba más de lo que debería. Y de repente era consciente de lo guapo que se veía, de sus sexys venas marcadas, de su cuerpo estructural, de lo impecable que le quedaba el traje, de que me gustaba con su ligera barba.

Y ahí me di cuenta de que me gustaba, no solo por su físico, todo de él me gustaba, pero había un inconveniente, o varios, para el caso. Mientras yo tenía 15, el tenía 25, el ya tenía novia, y a mi padre no le gustaría un carajo enterarse de que a su hija le gusta "un hombre mayor".

Empecé a odiar a su novia Rita también, fue mi niñera cuando estuvo castigada -ni idea porque- cuando yo era niña, y ahora odiarla era mi pan de cada día. Ella me saludaba amigable y yo estaba que le mordía un dedo.

Hasta que terminaron, y llegue a una estapa más relajada a los 16 años, hablaba con más gente y salía seguido. También fui castigada un par de veces por salir a fiestas a escondidas, pero me iba bien, había retomado mis estudios, ya no peleaba con mi padre y estaba bien con eso. Pero Noah era caso aparte. Realmente no lo quería cerca, y sigo sin hacerlo, me molesta no poder evitar quererlo, sabiendo que ni en mis sueños podría o querría corresponderme.

No me di cuenta de que me había quedado mirándolo como tonta hasta que Sabrina chasqueo sus dedos en mi cara, dándome cuenta de que la canción había cambiado y el dulce de leche se había chorreando en la mesa y en mis dedos. Avergonzada carraspee mi garganta y mire a Sabrina, quien me arqueaba una ceja.

__Llamaron del hospital, dijeron que tu padre ya desperto__ me avisó. Deje lo que me quedaba del panqueque en el plato y corrí escaleras arriba chupeteando mis dedos cubiertos de dulce.

Cuando llegue a la habitación me despoje rápidamente de la ropa y me metí a la ducha, tratando de bañarme rápido.

Me vestí con lo primero que encontré, sequé y peine mi cabello así nomas, dejándolo suelto, me puse algo de desodorante y agarre las cosas básicas para mi mochilita. Corrí escaleras abajo casi tropezandome en el último escalón.

Me detuve cuando note a Noah también con el cabello mojado (supongo que se abra dado una ducha) y un traje nuevo. Estaba arreglando las mangas de su camisa.

Cuando no tu pasando pena...

__Te llevo__ zanjó antes de que diga cualquier cosa.

Asentí con la cabeza porque no tenía muchos ánimos para discutir, quería llegar rápido al hospital.

Cuando salí afuera la ola de calor me golpeó como si de repente el pavimento se estuviera incendiando. Ni siquiera había dado dos pasos y ya sentía la gota de sudor cayendo por un lado de mi frente.

Sin darle mucha importancia para no ponerme histérica me subí al coche junto a el. Arrancó en silencio, solo con el ruido de su playlist sonando. Agradecí eso.

Durante el viaje tuve el impulso de olerme la axila para corroborar que el desodorante aún hacía efecto, pero deseche la idea por vergüenza, ya bastante me mando cagadas frente a el.

Como si leyera mis pensamientos subió el aire acondicionado del vehículo. Agradecí eso también, aunque la incomodidad no se me iba. No podía evitar preguntarme cómo carajos hacía para estar completamente seco, yo con esa ropa sería como un cerdo a la parrilla.

De a ratos sentía sus ojos en mi, yo traba de esquivar su mirada observando por la ventana. A sus ojos supongo que parecía que me quería quebrar el cuello. Igual yo se que no lo hace a propósito, es observador, normalmente mira a la gente porque si, no necesita razones. He notado que siempre tuvo esa costumbre, pero aveces mi mente me engaña y me hace creer otra cosa, cuando en realidad lo hace por costumbre.

Observé mi celular para identificar si me habían llamado y si, pero noté que estaba en modo silenciado. Yo no lo dejé en mude.

Fruncí el ceño mirando a la nada pensando en todo, literalmente hablando.

__Yo te puse el celular en silencio__ aclaró mis dudas no resueltas.

__¿Por qué?__ pregunté entre confundida y recriminandolo a la vez.

__Estabas muy cansada, anoche no te pude despertar para que salgas del coche, así que tuve que cargarte__ seh... digamos que estuve toda la noche fantaseando con su olor... __me di cuenta que estabas realmente agotada, así que preferí que si llamaban te avisaría yo. Hablé con tu padre, me pidió que hoy me tome el día libre y te cuide__ entrecerre los ojos.

Oh, que lindo de su parte. But I don't want to man.

__Puedo cuidarme sola__ contesté orgullosa, desafiandolo con la mirada.

Su coche se detuvo en un semáforo y dirigió sus ojos burlones a hacia mi.

__Claro, ni tu te lo crees. Suerte si no terminas con un chichon o un moretón para el final del día__ lo fulmine con la mirada.

__Ese es mi problema__ le aseguré __igual no entiendo porque tanta preocupación, siempre me tocó cuidarme sola, como mucho puedo incendiar la cocina, pero para eso esta Sabrina__ encogí los hombros.

__Tu padre siempre se preocupó por ti Zoey__ sus ojos se volvieron más cálidos. __siempre me pidió que cuidara de ti, cuando me contaba tus cagadas lo hacía con una sonrisa, cuando hablaba de tu madre su mirada triste reflejaba una de amor, y eres el fruto de ese amor, por lo tanto, siempre estará preocupado por tu bienestar__ me aseguró.

Tragué saliva ruidosamente, sintiéndome triste de repente.

__Lo se__ asentí, con una sonrisa triste.

__Ya casi llegamos__ me recordó. Es cierto, estábamos a una cuadra de Midtown.

Cuando entramos casi se me van los ojos apuntando para el cerebro. Jebus, esta mujer de nuevo no por favor. Suspire hinchando los cachetes, Noah me observo curioso, pero no dijo nada.

__Hola__ dije en un carraspeo, esperando llamar su tan importante atención -si notan el sarcasmo-.

__Oh, tu__ sus ojos avellana brillantes me rebajaron, mascando un nuevo chicle en su boca abierta. Haciendo RUI-DO.

Le sonreí exagerante achinando los ojos __Si, Zoey Sullivan. Vengo a visitar a Marco Sullivan__ me apoyé en el mostrador. Noah se quedó a mis espaldas.

__Y ¿usted es?__ sus ojos estaban detrás de mí. Observé a Noah esperando que hable, pero estaba más atento a otra cosa. Me quedé paralizada notando que... espera ¿me está mirando el trasero? ¿o me confundí?.

Parpadeo confundido y noto que habían dos pares de ojos mirándolo con una ceja arqueada. Tosio disimuladamente y arregló la corbata de su traje.

__Noah Murphy__ contestó decentemente.

__Ajam...__ murmuró la morena mientras anotaba en la computadora. __pueden pasar, el horario termina a las 5 de la tarde__ comunicó con desgana. Asentí, aún sintiendo algo raro en el pecho por lo de recién.

¿Me estaba mirando el trasero? ¿Se supone que debería sentirme bien o enojarme con el?

Trate de ignorarlo porque por ahora lo que más me importa es ver a mi padre. Subimos por el ascensor al piso 4 y nos detuvimos delante de la habitación 36B, justo venía de salida su doctor. El cual estaba bastante serio.

__Señorita Sullivan, necesito hablar con usted__ me pidió directamente. Hizo un asentimiento a Noah en modo de saludo y este ingreso en la habitación.

El Dr. Ronald está bastante más inexpresivo que de costumbre. No es malo, pero si bastante frío.

__¿Que sucede?__ estaba comenzando a preocuparme.

__La quimioterapia no le está haciendo efecto. Se que llevamos un mes y medio de pruebas, pero no esta haciendo efecto en lo más mínimo para revivir las células madres. Tendremos que operarlo__ la respiración se me atascó en la garganta.

__¿O-operarlo?__ No... no se como sentirme al respecto.

__Le haremos una operación programada para el martes a las 11 a.m. Ya hablé con su padre, el tratamiento consistirá en ingresar células madre de un donante en su cuerpo, esperemos que funcione__

¿No está funcionando? Osea que ahora mismo se esta muriendo. Eso es lo que quiso decirme, si no lo operan es probable que muera.

Tenía miedo por como reaccionaría su cuerpo a la injesta de huesped.

El Dr. Ronald inclino la cabeza y se retiró, su cabello cano agitandose por el movimiento.

__Zoey, ¿vamos?__ observé a Noah, aún consternada, enfocándome de nuevo.

Papá.

Abrí la puerta y mi corazón se achicó al verlo, sentado apoyado en una gran almohada, con la sábana blanca a la altura del pecho, tapado por una bata de hospital. La falta de vello, las ojeras y la palidez impactandome nuevamente. No estaba acostumbrada a verlo así.

Es como si cada vez que lo viera de este modo, algo se rompiera dentro de mi.

Mire sus ojos marrones, iguales a los míos, agotados, y tristes.

__Hola Nenita__ me saludo, tratando de sonreirme.

Sentí mis ojos cristalizarse. Le devolví la sonrisa con la misma energía.

__Hola papá, ¿cómo estás?__

Pregunta estúpida, lo sé, más bien es por cortesía.

__Con la boca seca__ dijo mirando esta vez a Noah. El comprendio la indirecta y se retiró.

__¿Por que saliste ayer?__ no pude evitar el tono de reclamo. __hubiera preferido que te quedaras en casa, así por lo menos estaba segura de que estarías bajo el cuidado de Sabrina.

Sus ojos bajaron a sus manos, suspirando.

__Zoey, tener que reducirse a una cama y que tu vida se caiga a pedazos no es fácil. Estar encerrado todo el día comienza a atosigarme, me sofoca porque pienso mucho hija.

Agarré su mano, tratando de contener las lagrimas.

__Me preocupas papá__ no era una confesión, el ya lo sabía.

__Lo se hija, estoy tratando de sobrevivir, por ti, por mi, por nosotros. Por eso decidí hacer la operación, es una forma de demostrarte que quiero vivir__ sus ojos también se cristalizaron.

Una lágrima resbaló de mi ojo y la secó con su pulgar calloso. Le sonreí entre lágrimas, abrazandolo.

__Ahora ve, Noah tiene el día libre, y dijo que quería que lo acompañes a un lado. Ve tranquila, yo me quedaré aquí, de todos modos tienen que hacerme estudios todo el día y los resultados vendrán mañana.

__Pero pap...

__Papá nada, ve, ve.

Me empujó del hombro y yo le puse mala cara.

__Un poquito más de delicadeza, ¿no?__ el rodó los ojos.

__No te hagas ahora la delicada, si eres una salvaje.

Uhm, eso es verdad.

Salí afuera cuando me di cuenta de que realmente estaba echandome -super indignada claro- y me encontré con Noah. Traía una botella de agua mineral, se la dejo a mi padre y luego volvió conmigo.

__¿A donde piensas llevarme?__ le pregunté cuando íbamos en el ascensor.

__Te lo dije ayer ¿no lo recuerdas?__

Oh si, el regalo para esa mujer...

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