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XXX: Cielo


Existe una delgada línea entre la vida y la muerte que puede romperse con una facilidad sorprendente.

El dolor era inmesurable, Fred estaba seguro que nunca experimento algo parecido, pero solo duró unos momentos, escuchó un grito que le partió el alma ya que estaba seguro que era de su preciosa Anirak.

Desde que despertó supo que algo estaría mal, que algo horrible se avecinaba y no iba a poder evitarlo, al menos se alegraba que no hubiera sido nada malo para la azabache que era dueña de su corazón

—Mierda…

Masculló entre dientes al abrir los ojos, estaba en una habitación extremadamente blanca, no sabía si era la luz o qué, pero le lestimaba la vista.

—Hasta que despiertas, muchacho…

El pelirrojo alzó la cabeza para soltar un jadeo de sorpresa al ver al anciano frente a él.

—¡¿Nicolás Flamel?!

—Hola, ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos ¿Qué, dos años? — Fred lo miraba sin creer que realmente el abuelo de su prometida estaba frente a él, solo que con unos años menos, se daba cuenta de que era Nicolás por unas viejas fotos que Anirak le enseño de la familia Flamel —...pero, levántate, muchacho, pensé que tendrías más energía...deberás con esta juventud.

Sin entender nada de lo que estaba pasando se pusó de pie para darse cuenta que su ropa estaba completamente limpia, ni si quiera tenía puesto lo que usaba en el momento que sucedió la explosión.

—Yo….¿Estoy muerto?

Siguió los pasos del Flamel que caminaba por esa habitación blanca, ahora que se daba cuenta que era interminable.

—Si… bueno, con la explosión que viviste deberías de estar muerto —se encogió de hombros—...supongo que ahora lo estás.

El corazón de Fred se contrajo ante esas palabras, quería creer que todo eso era un sueño.

—¿Dónde estoy?

Inquirió asombrado al ver cómo lo que antes eran paredes blancas ahora se llenaba de árboles y a los lejos una pequeña cabaña de cedro.

—Los muggles lo llaman cielo… no sé si ese sea el término correcto —la mirada de Nicolas se dirigió a la cabaña—, pero, se puede decir que estad en el lugar donde debes descansar, ya sabes, encontrar la paz y todo eso.

Fred suspiro tratando de asimilar todo lo que decía.

—¿Qué pasará con mi familia, con George—hizo una pausa al recordar la mirada gris que tan loco lo volvía, a esa mujer que lo tenía a su merced, pero que para buena suerte de Fred ella lo amaba con demasiada intensidad—...con Anir?

La caminata de Nicolás se dirigió a la cabaña donde se distinguía una tenue luz.

—Deberan aceptar lo que pasó, será difícil...pero, deben de ser fuertes —Nicolas se sentía mal por el pelirrojo, no espero verlo tan pronto, siempre creyó que tendría más tiempo—...será demasiado difícil para todos al inicio, y dudo que lo lleguen a  superar, pero, no hay marcha atrás.

El Weasley no sabía que más decir.

¿Cómo se suponía que debía de reaccionar o hacer?

Unas risas y una voz demasiado conocida se hicieron presentes.

—¿Anirak...está aquí? —el anciano no dijo nada, Fred solo veía la cabaña que era de dónde venían las risas—…¿ella…?

—No, Fred, Anirak no murió. Te lo dije —la puerta de la cabaña se abrio—...en este lugar encuentras la paz que siempre deseaste...o desearon.

—¿Deseamos?— inquirió con confusión la que aumento más al ver salir a dos niños de unos cinco años, era casi idénticos excepto por la diferencias de cabello, uno pelirrojo y otro azabache — ¿Quiénes son ellos?- los ojos de Fred volvieron a la puerta y sintió las lágrimas volver.

—¡Georgie, Reggie no corran!

—Anir....

Murmuró al reconocer a la mujer azabache, se veía con unos cuantos años más, pero seguia siendo ella, usaba un bonito vestido rojo que asentuaba la pálida piel que la caracterizaba y el sedoso cabello negro estaba recogido en una coleta alta.

—Tus hijos con Anirak —el mayor veía como la azabache sonreía viendo a los dos menores jugar—...Anir y tú siempre han estado destinados, desde vidas anteriores, pero siempre tienen un final horrible en el que uno de los dos muere.

Fred sonrió de manera triste al ver a Anirak explicándole a los niños como usar un magifuego.

Anir —la voz de otro hombre llamo la atención del pelirrojo para verse a él mismo con unos años más y llevando en brazos a una niña que era la viva imágen de Anirak pero en versión pequeña—…no te vayas a tropezar con las piedras.

La Black giro para verlo e ir de inmediato con él, el Fred mayor bajo a la niña para que fuera a jugar con sus hermanos y tomar la cintura de la mujer dándole un cariñoso beso que fue correspondido de inmediato.

No me caeré, lo prometo, cariño.

—Lo que estoy viendo…No es real ¿Verdad?

Fred deseaba que todo eso fuera real, que Anirak y él tuvieran una linda familia y estar siempre juntos.

—En tu mente es real...como te lo dije, siempre estuvieron destinados y en sus vidas pasadas cada que uno moría llegaba aquí, para ver lo que siempre desearon que pasará… una vida en la que estuvieron juntos.

—¿Siempre estuvimos destinados?

Inquirió el pelirrojo procesando lo que le decía el mayor.

—Si, por eso cuando la conociste no pudiste evitar salvarla, siempre todas sus decisiones los llevan a encontrarse de una u otra manera. Lamentablemente en ninguna vida terminan juntos, creí que está vez sería distinto —se sentó en la hierba —...por lo regular siempre se conocen de forma parecida: tú salvando la y se separan algún tiempo para volverse a reencontrar, solo hubo una vez en la que se conocieron en Hogwarts, al inicio ella no te toleraba y tú estaba enamorado completamente de ella. A pesar que Anir no lo admitió tan fácilmente, siempre estuvo enamorada de ti, solo que en esa vida estaban Walburga y Perenelle aconsejando la para que tomara las decisiones que no le gustaban...

Fred sentía las lágrimas rexorrerle el rostro, lo único que deseaba era volver a lado de Anirak, verla una vez más y decirle cuánto la amaba, formar toda una vida a su lado...cumplir con la promesa que se casarían después de la guerra.

¿Por qué su destino era tan injusto poniéndole a la mejor mujer que conocía y nunca terminar a su lado?

—Aunque, es algo extraño —murmuro Nicolas—...no entiendo porque estás dividido en dos.

—¿Qué?

Fred se limpio las lágrimas de forma rápida para verlo sin comprender nada de lo que decía.

—Se supone que cuando murieras tomarías el lugar de ese Fred —señalo al pelirrojo mayor que jugaba con sus hijos y Anirak—...deberías de estar ahí y no haber dos Fred's… es raro, supongo que como todo fue tan premeditado son errores que sucedes.

—¿Qué pasará conmigo? ¿Me quedaré aquí?

—Solo te queda esperar, querido, hay más tiempo que vida…

—Darle tiempo al tiempo…

Murmuró viendo el cuando familiar frente a él, quería abrazar a su Anir, quería estar a lado de la, despertar todas las mañanas a su lado...solo quería volver.

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