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XVI: Ruptura

Anirak recorrió los pasillos de Hogwarts con rapidez, tenía que encontrar a Dumbledore.

Subió las escaleras para ir a la oficina del director ya que sentía que se movía de manera lenta, su pecho subía y bajaba con intensidad mientras jadeaba dando grandes bocanadas en busca de aire.

Vio la gran puerta y la toco, sin esperar respuesta entro para toparse con el anciano que sonreía.

—Anirak, pasa por favor —ella asintió entrando y cerrando la puerta— ¿Cómo has estado?

—Bien...y ¿usted? ¿Cómo sigue su mano?

—Tan bien como podría estar un anciano —se acomodó los lentes —...la maldición sigue avanzando, pero no hablemos de esto.

—¿Para qué me mando a llamar?

Tomo asiento frente a él.

—Me agrada que siempre seas tan directa —tomo un viejo pergamino —...aquí está escrito todos lo que tendrán que hacer una vez que yo no este, Snape se encargara de la mayoría, tú solo tienes que encargarte que Harry parta a destruir los horrocuxes y mantenerlo a salvo hasta que logre salir de la casa de sus tíos.

—Entendido...

—Sé que tanto tú como Snape no están de acuerdo, pero tienes que seguir con lo que te digo al pie de la letra, cada paso se ira liberando conforme hagas el anterior.

Anirak tomo el pergamino para abrirlo, pero no pudo, era como si estuviera sellado.

—No se puede abrir hasta que yo lo diga.

El azabache resoplo a manera de frustración.

—¿Y eso cuándo será?

—Cuando llegue el día lo sabrás —sonrió con diversión —, me entere que has hablado con el joven Malfoy, tratando de hacerlo cambiar de opinión ¿no es así? —la menor solo asintió con un movimiento de cabeza—...no creo que él cambie su decisión, Anirak, las cosas estaban destinadas a ser así

—Siempre existen más opciones...

—Anirak, hay veces en que no se puede cambiar el destino —se puso de pie—, recuerda que no siempre puedes controlar todo lo que va a pasar




✷✷✷





Los besos de ambos eran intensos mientras las grandes manos de Fred se encargaban de rasgar la pequeña blusa que usaba su novia sin importarle las quejas de ella.

Anirak rompió el beso para quitarse la tela que quedaba de su blusa y dejar que Fred viera que no llevaba brasier.

—Eres lo mejor de mi vida —musito el pelirrojo para vejar los besos a sus senos y llenarlos de marcas rojas que pronto pasarían a ser morada, no había día que la piel de la Black no estuviera marcada —...me encantas, te extrañe tanto.

Los gemidos escapaban de los labios de Anirak que lanzo la camisa de Fred lejos de ellos para bajar las manos a la hebilla del pantalón, Fred atrapo uno de sus pezones entre los labios para llenarlo completamente de saliva y mordisquearlo provocándole un pequeño dolor que pronto se convirtió en placer.

Anirak lo separo durante unos segundos para poder deshacerse de los jeans desgastados del pelirrojo dejándolo en un pequeño bóxer, él el tomo de la cadera para bajarla del mostrador de Sortilegios Weasley.

Fred la soltó para quitarse los zapatos mientras ella dejaba que la falda negra bajar por sus piernas, había estado dos días lejos de su novio y necesitaba sentirlo más cerca de ella.

—Te extrañe mucho.

Musito la azabache cuando el más alto la acorralo contra el gran ventanal, con lo del regreso de Lord Voldemort las calles estaban completamente vacías aparte que por ser las tres de la mañana era raro que alguien estuviera ahí.

Fred dejaba pequeños y cortos besos sobre los labios de su novia repitiéndole cuando la amaba mientras se auto acariciaba la gran erección y llevaba la mano libre a la única prenda de encaje que tenía la Black.

—Te amo, Anir —le mordió el labio inferior deslizando la braga para dejarla completamente desnuda —, date la vuelta y alza el cuello.

Ella obedeció sus órdenes dejando todo su trasero a disposición de Fred que llevo la mano hasta los fluidos de la azabache para tomar su miembro y guiarlo hacia ella.

Con la mano libre atrapo el clítoris ya inflamado para brindarle suaves caricias y en un solo movimiento ya estaba dentro de ella.

Anirak gimió y cerró los ojos con fuerza disfrutando del tamaño de Fred mientras recargaba las manos contra el ventanal. Él comenzó a bombearla de forma fuerte sin importarle nada, la vista se le nublaba por tanto placer que sentía, las pequeñas manos de Anirak se resbalaban del cristal dejando las marcas.

El pelirrojo apretó los pechos de su novia sin dejar de embestirla y acariciar su clítoris.

—Follame duro, Freddie.

Pidió la azabache, y él sonrió para dejar sus senos y tomarla de la cintura y subir la velocidad y fuerza, lo único que se escuchaba en la tienda era el sonido de ambas pieles chocar al igual que los gemidos y gruñidos de la pareja.

—Te sientes tan bien, Anir...estas tan apretada que me vuelves loco.

Musito contra su oído para bajar los labios y dejar una marca en su cuello sin dejar de penetrarla.

—Fred...ah...Freddie, sigue.

Los gemidos de la Black parecían más sensuales ronroneos que aumentaban la libido de Fred que la embestía sin control, sintiendo como un cosquilleo lo recorría desde la punta de los pies hasta el abdomen, mordió el hombro de Anir cuando se liberó dentro de ella.

—Me gusta sentir cuando te corres dentro de mí —musito echando la cabeza hacia atrás y recargándola en el sudado pecho del pelirrojo que acariciaba su clítoris de manera circular —...se siente tan bien.

—Te ves tan preciosa —sonrió viendo el reflejo de ambos contra el cristal sin dejar de masturbarla —...mira tu cara de placer, pareces toda una puta...mi puta.

—Soy tu puta, Freddie.

Las comisuras de sus labios se alzaron, disfrutando de todas las caricias y besos que le brindaba el Weasley.

Lo amaba tanto, que no se imaginaba una vida sin él.





[...]







Fred despertó por el ulular de una lechuza, con pesadez abrió los ojos para ver a una pequeña ave negra que dejaba una carta en el lado de la cama donde dormía su novia, estaba dispuesto a volver a dormir, pero por el rabillo del ojo reconoció el escudo con cera que cerraba el sobre.

Su curiosidad fue mayor, y estaba muy seguro que Anirak lo mataría cuando viera que abrió su carta, pero estaba harto que ella recibiera cartas de Draco y no le contara de que trataban.

Llevaban más de tres meses viviendo juntos y ella aun parecía ocultarle cosas.

Sin impórtale más la abrió de manera descuidada para sacar el pedazo de pergamino y ponerse pie para leerlo mejor.

"Anirak:

Siempre te dije que era una estupidez que siguieras con todo esto.

Yo tome mi decisión y hoy es el día.

Sé que era algo muy obvio, pero realmente me enamore de ti, Black. Creo que eres mi primer amor..."


La sangre del pelirrojo hirvió a leer esos renglones y lo peor esa confesión, pero decidió continuar.


"Gracias por intentar que no pasara, pero es inevitable.

Espero que alguna vez me perdones y me hubiera gustado que nuestra relación tomara un rumbo distinto, pero es más que obvio que nunca dejarías a ese traidor de la sangre.

Draco Malfoy"



¿Qué clase de relación tenían Draco y Anirak?

Fred trataba de buscar una respuesta, pero no existía, algo dentro de él le gritaba que ella estaba con ese maldito rubio, la azabache últimamente había estado extraña como más lejana a él y solía salir de manera muy seguida de "misión", a veces no llegaba a dormir al departamento donde vivían juntos.

Trataba de negarlo todo, pero era lo único coherente...tal vez Anirak lo había dejado de amar y él no se había dado cuenta.

La azabache sentía su corazón latir con fuerza mientras caminaba a la habitación que compartía con Fred leyendo el viejo pergamino que le había dado Dumbledore, por fin se abrió y algo dentro de ella le decía que se avecinaba el verdadero inicio de todo lo que temían:

La guerra mágica.

Las palabras: «Ve a Hogwarts, ahora» brillaban con intensidad por lo que solo tomaría su varita y haría una aparición de inmediato, Dumbledore le había enseñado como romper los hechizos anti apariciones de cualquier lugar por lo que no era problema.

Como si fuera poco, la lluvia estaba horrible, era como si todo indicara que estuviera a punto de ser un mal día.

Al entrar a la habitación pudo ver a Fred parado leyendo un pedazo de pergamino.

—¿Fred? —llamo viendo que apretaba la mandíbula con tanta fuerza que estaba segura que podría romperse los dientes — ¿Estas bien?

Fred se giró a verla y sin importarle más la tomo de la muñeca para arrinconarla de manera brusca contra la puerta.

—Anirak...

—Fred, no tengo tiempo para los juegos sexuales —se removió, ambos eran demasiado bruscos el uno con el otro cuando tenían sexo por lo que emplear fuerza o acorralarse no era raro —...hablo enserio, Frederick.

Advierto al ver que no la soltaba y la veía de manera enojada.

—¿Desde cuándo te acuestas con Malfoy?

—¿Qué? ¡Fred! ¿Ahora qué diablos dices?

Ella trato de quitarlo de enfrente pero no lo pudo mover ni un centímetro.

—¡Hablo de esta maldita carta! —le lanzo el pedazo de pergamino para separarse y pasar la mano por su cabello de manera frustrada — ¡Llevas meses recibiendo cartas de esa maldito Huron! ¿Por eso es que luego desapareces sin decir nada? ¡Me has estado engañado con él!

Anirak tomo el pergamino para leerlo, y comprendió varias cosas, entre ellas que:

Hoy era el día de la muerte de Albus Dumbledore.

La azabache se había acercado a Draco tratando de persuadirlo para que no siguiera con las ordenes de Voldemort por lo que intercambiaban cartas con regularidad.

—Fred...por favor —pidió al ver que su novio estaba confundiendo las cosas y ella no tenía tiempo para discutir —...tengo que salir, hablaremos cuando regrese.

—¡No, Anirak! ¡Solo dime! ¿Por qué con él? ¿Te importo un carajo lo que yo siento por ti? ¿A caso no soy lo suficiente?

Ella se mordió el labio inferior para tomar su varita que estaba en el mueble sobre la cama.

—Fred, nunca te engañaría, te amo demasiado como para hacerlo.

—¿Entonces esas cartas? — Anirak tomo una chaqueta para colocársela y mirar a Fred, él se sentía demasiado desesperado al ver que ella no parecía explicarle nada y solo sus sospechas crecían aún más — ...era obvio...si una vez te acostaste con el rubio aquel ¿Por qué no irías ahora como una cualquiera con Draco? Siempre vas por lo que te ofrecen más dinero ¿no?

El Weasley no estaba pensando en lo que decía.

—¡¿Te das cuenta de lo que dices?!— camino a la puerta—...no tengo tiempo, Fred.

—Anirak, si sales en estos momentos, olvídate que tú y yo estamos juntos.

Más que una advertencia, era una súplica para detenerla y que le explicara todo lo que sucedía.

Ella lo vio sin poder creer lo que estaba diciendo, y sin decir más salió de ahí azotando la puerta para hacer una aparición, sentía como algo dentro de ella se rompía.

¿Cómo era posible que Fred dudara de ella?

Ella siempre le mostro cuanto lo amaba de una u otra manera, rebeldes lagrimas escaparon de sus ojos mientras sus pies golpeaban el suelo de Hogwarts y la lluvia la mojaba, probablemente enserio todo lo que Fred y ella había terminado.

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