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XII: San Mungo

—¿Anir? —Fred detuvo la velocidad de sus embestidas al ver que su novia no jadeaba ni se movía — ¡¿Amor?!

Quito la mano de su cuello, llamándola, pero no contestaba, el pelirrojo rápidamente salió de ella para moverla, pero ella seguía sin responder, tomo la varita para quitar las cadenas que le sostenían las muñecas a la Black.

—¡Anir, deja de jugar!

Pidió Fred poniendo los dedos en su cuello, tenía pulso, pero no respondía a nada, el miedo lo recorrió al ver que Anirak no abría los ojos, no sabía que hacer así que sin perder más tiempo a como pudo la vistió y él hizo lo mismo sin perder el tiempo en ocultar las marcas en la pálida piel de la azabache.

La tomo en brazos para ir de forma rápida a la chimenea y dirigirse a San Mungo, le aterraba ver que los minutos pasaban y ella no daba ninguna respuesta.

[...]

Fred camina una y otra vez alrededor del pasillo de la sala de espera, nadie le daba ninguna noticia y ya habían pasado más de treinta minutos...

¿A caso él...? mato a su novia?

Se negaba a creer eso, aun respiraba y Bill no mato a Fleur cuando los descubrieron ¿Entonces por qué Anirak termino en el hospital?

Paso la mano entre su cabello a mano de frustración, estaba demasiado asustado y solo logro mandarle un patronus a su gemelo, esperaba que viniera rápido no sabía a quién más llamarle.

Estuvo tentado en avisarle a Sirius.

¿Pero cómo le explicaría que Anirak termino en el hospital porque él la ahorco y quedo inconsciente?

Cada que salía alguna sanadora la veía esperanzado, pero ellas solo pasaban de largo para ir con otras personas menos con él.

—¡Fred! —escucho una voz que lo llamaba, giro el rostro para toparse con dos pelirrojos y una rubia que reconoció de inmediato: Bill, Fleur y George — ¡¿Qué paso?!

El gemelo menor fue el primero en llegar a su lado, parecía demasiado preocupado.

—¡Georgie! — Fred se acercó de inmediato a él que lo abrazo con fuerza tratando de darle consuelo —...Anir no despierta, lleva más de media hora inconsciente...yo...yo no quise lastimarla.

—Fred — el mayor de los hermanos se paró a su lado junto con la veela — ¿Qué paso con ella? ¿Los atacaron o qué?

—¡Frederick!

Fred iba a responder cuando la voz de un adulto llego hasta sus oídos, se separó de George para distinguir a dos azabaches que acaban de salir de la chimenea, tenían el rostro lleno de preocupación.

—¿Qué hacen ellos aquí? — Fred volteo a ver a George —...te dije que no le dijeras a nadie más.

—Cuando tu patronus llego, yo estaba en la sala de la madriguera y mamá escucho todo —explico George con una mirada culpable —, trata de que no lo hiciera, pero ella les aviso a Sirius y Regulus que hicieron una aparición de inmediato en la casa.

—Mierda...

Musito por lo bajo, estaba muy seguro que lo iba a matar.

—¡Fred! —Los dos Black estaba frente a él, esperando una explicación — ¿Por qué Zizi está en el hospital?

A diferencia de Sirius, Regulus estaba un poco más calmado, claro que se moría de la preocupación por su única sobrina, pero sabía que si no tenía la cabeza fría no sería de ayuda en caso de ser necesaria.

—¡¿Los atacaron o qué diablos?! ¡¿Y por qué estaban juntos tan tarde?! ¡Son las cuatro de la mañana! — el animago hablaba de forma rápida y alterara que apenas y se entendía lo que decía — ¡Se supone que Anir se quedaría en la casa! ¡¿Alguien entro y la ataco o qué demonios?!

—Sirius, deja al muchacho hablar — Arthur los interrumpió, a su lado estaba la matriarca de los Weasley que de inmediato se acercó a su hijo.

—Freddie — Molly lo obligo a ponerse a su altura para revisarle el rostro — ¿Estas bien? ¿Estas herido? ¿Qué paso?

—Estoy bien, mamá —se alejó unos centímetros, estaba demasiado indeciso, no sabía que responder ante tantas preguntas —...Anir y yo...ella...yo...

Titubeaba buscando alguna explicación en la evitara mencionar que Anirak Black era una masoquista sexualmente, que la estaba ahorcando y que por eso terminaron en el hospital.

—¿Familiares de la señorita Black? —una sanadora rubia, bajita y con uniforme blanco se acercó a ellos, todos asintieron de forma inmediata —...la señorita se encuentra bien, termino inconsciente por la falta de oxigenación en el cerebro —un poco de tranquilidad invadió a Fred —...ahora, me gustaría que el hombre que la trajo —todos observaron al gemelo mayor que enarco la ceja —...me explicara ciertas cosas.

—¿Qué cosas tiene que explicar mi hijo?

Molly respondió a la defensiva ya que la sanadora le lanzaba cierta mirada al pelirrojo, como si estuviera viendo a un criminal.

—Primero... ¿Qué clase de relación tiene con Anirak Black?

—Soy su novio desde hace meses —todo el presente lo veía fijamente poniéndolo nervioso — ¿Puedo pasar a verla?

—Tú la trajiste por lo que me imagino que llevaban mucho tiempo juntos ¿No es así? —Fred asintió, no entendía a donde quería llegar la sanadora —...bien, entonces explícame por qué tiene laceradas las muñecas como si alguien la hubiera amarrado, también un hematoma el cuello y el pómulo izquierdo levemente inflamado con unos dedos marcados como si alguien la hubiera golpeado.

La piel de Fred perdió todo su color, sentía la garganta seca.

—¿Puedo hablar con ella antes de dar una respuesta?

—¿Qué le paso a mi hija? — Sirius se acercó a Fred de forma amenazante — ¡¿Por qué tenía esas marcas, comadreja?!

—¡Sirius! — Molly lo siguió — ¡¿No pensaras que Fred la golpeo o sí?! —el Black no respondió — ¡Por Merlín! ¡Sabes que él no sería capaz de hacerle algo así!

—Les pido que se calmen, por favor, están en un hospital —intervino la sanadora para ver a Fred —... ¿Me explicaras que paso o tendré que llamar a los aurores para que te detengan por violencia y tortura en contra de tu novia?

Molly replico, Arthur y Bill trataban de calmarla, mientras George sonreí divertidamente le causaba mucha gracia en la situación en la que se había metido Fred.

—Se lo explicare, no fue violencia o tortura ¿de acuerdo? ¡Todo fue consensuado! —Fred evito la mirada de los dos Black para centrarse en la sanadora—...Anirak y yo estábamos teniendo sexo...a mi novia le gustan ciertas cosas durante el sexo...bueno, a ambos nos gustan...

Todos se quedaron callados escuchando su explicación.

—¿Qué cosas?

Las mejillas de Fred se pusieron tan rojas como el cabello de todos los Weasley al recordar lo que estaba haciendo con su novia hace unas horas.

—Mi novia...es masoquista ¿sí? —confeso, el mayor de los Black lo miraba sin poder creerlo—...así que ella disfruta de que la amarre, la golpee y esta vez estábamos experimentando algo nuevo...mi hermano mayor dijo que se sentía demasiado bien ahorcar...así que lo intentamos, pero no sé qué paso que ella se desmayó...

—¿Todo fue consensuado?

—Sí, puede preguntarle a ella —la sanadora asintió ante las palabras de Fred —, yo nunca le haría algo que ella no quisiera o que la dañara.

—¡William Arthur Weasley! — Molly observo con furia al mayor de sus hijos— ¡¿Cómo es posible que le hayas dicho eso a tu hermano?! ¡¿Qué son esas clases de prácticas, mocoso del demonio?!

Fred escuchaba como Molly regañaba a Bill, quizá estuvo mal pero no estaba seguro de cómo explicar que llegaron a ese punto.

—¡Frederick! — Sirius lo tomo del cuello — ¡¿Te atreviste a golpear a mi hija?!

—¡Sirius suéltalo! —pidió Regulus — ¡No armes una escena en medio hospital!

—¡Ella quería! —se defendió Fred tratando de zafarse — ¡Nunca haría algo que a ella no le gustara!

—¡Sirius, suelta a mi hijo! — Molly intervino — ¡Le estas echando toda la culpa a Fred, cuando tu hija es a la que le gustan esas prácticas de mujeres vulgares! ¡Anirak es la que está pervirtiendo a mi hijo!

—¡¿A quién llamas mujer vulgar?! —Regulus le lanzo una gélida mirada — ¡Zizi no ha hecho nada, no entiendo porque diablos se ponen así los dos! ¡Ambos son adultos y saben lo que hacen!

—¿Culpa de mi hija? ¡Es culpa de tu mocoso! ¡Él la golpeo!

—¡Porque ella se lo pidió! ¡Mi Fred nunca tuvo esas mañas hasta que esa sucia mujer apareció en su vida! — el rostro de Molly estaba rojo de la furia— ¡Tu hija fue la que provoco todo eso, siempre ha sido muy "abierta de mente" y trajo esas prácticas raras hasta Fred! ¡No sé qué otras cosas más le enseñara!

—¡Mamá, basta!¡A ambos nos gusta de esa forma!

Pidió Fred, pero lo último que escucho fue un grito de Molly cuando el puño del animago se estrelló contra su rostro en un golpe seco —sin duda, su suegro tenía mucha fuerza a pesar de su edad— y todo se volvió negro.

✷✷✷

Anirak observaba todo el cuarto pulcramente blanco con curiosidad y aburrimiento, no entendía muy bien como llego hasta ahí, lo último que recordaba era a Fred sobre ella mientras la embestía una y otra vez, ahorcándola mientras gruñía, de solo pensarlo su núcleo volvía a palpitar, definitivamente quería volverlo a intentar.

Antes de salir, la sanadora le dijo que perdió el conocimiento por más de media hora por falta de oxigenación en el cerebro y que un hombre pelirrojo la trajo en brazos, sin duda se trataba de su novio.

Ya se quería ir, la camilla era demasiado incomoda y se sentía cansada, las piernas le dolían horrible como siempre que tenía sexo con Fred, probablemente él estaría muy asustado.

Alzo la mirada al escuchar la puerta abrirse y toparse con unos ojos tan grises como los suyos.

—¿Qué haces aquí? —lo miro con sorpresa — ¿No estabas una misión con Regulus?

—Párate de la cama, nos vamos.

—¿Qué? ¿Por qué? — se puso de pie sin entender nada, Sirius tenía el rostro completamente serio y no había una pizca de diversión o burla que siempre lo caracterizaba — ¿Y Fred?

—La comadreja ya se fue — musito entre dientes para tomar la muñeca de su hija—...Regulus nos vera en la casa.

Y sin antes que pudiera responder la menor hizo una aparición llevándola con él.

Anirak se sentía demasiado mareada cuando sus pies quedaron en el suelo.

—¿Papá? ¿Qué paso?

—Anirak — Sirius tomo las manos de su hija para ver las laceraciones en sus muñecas —...por merlín, mírate como estas...

—Papá...no es lo que crees. Está bien ¿sí?

—¡Anirak, basta! — la soltó para verla fijamente — ¡Sé que te las hizo Fred!

—¡Pero no fue porque quisiera lastimarme!

—¡Anirak, comprendo que tengan sexo! ¡Comprendo que quieran pasar tiempo juntos y por eso se haya venido a quedar contigo hoy! —hizo una pausa— ¡Pero no voy a permitir que ese imbécil te lastime de esa manera! ¡Mírate, estas toda marcada y tienes la mejilla inflamada!

—Pero...

—¡Pero nada, Anirak! —paso la mano entre el cabello — ¡Acabaste en el maldito hospital porque él te ahorco! ¡¿Qué más quieres?! ¡¿Morir?!

—¡Fred lo hizo porque yo quería!

—¡No me importa! ¡No lo quiero más contigo! ¡No lo quiero volver a ver en esta casa y si me entero que siguen juntos me va a valer una mierda volver a Azkaban por matarlo! ¡¿Entendido?! ¡No quiero que te relaciones más con los Weasley!

—¡No me puedes prohibir eso! ¡No soy una maldita niña a la cual le puedes decir que hacer! ¡Soy una adulta, es estúpido lo que dices!

Ambas miradas grises reflejaban demasiado enojo, padre e hija eran como dos gotas de agua en cada gesto o movimiento.

—¡Claro que puedo! ¡Te recuerdo que vive bajo mi techo! — replico el mayor — ¡Mi casa, mis reglas! ¡Y se acabó la conversación, el mandaras una carta a Fred diciéndole que terminaron y si lo veo en la puerta me encargare de golpearlo!

—¡Bien, tu casa, tus reglas!

Fue lo último que dijo para pasar a lado del mayor y subir las escaleras corriendo para entrar a su habitación.

Sentía la sangre hervir por el enojo que albergaba, pero, bien, si su papá lo quería así seria.

Su casa, sus reglas ¿no?

Fue al closet rápidamente para tomar dos mudas de ropa que ella se había comprado con su primer sueldo al igual que la ropa de Fred que estaba ahí y dejarla en la cama, fue al tocador para tomar las joyas que su madre le había dado y las cosas que su novio le regalo como pulseras, collares, discos de música, dulces, al igual que los portarretratos con fotos importantes.

La mochila del Weasley estaba tirada a un lado de la cama así que la tomo para guardar todas esas cosas, se quitó la ropa para ponerse una de las mudas que llevaría con ella y una sudadera que le quedaba demasiado grande.

De esa forma llevo consigo todas las cosas que no fueron compradas por su padre o por el dinero de la familia Black, si eso quería Sirius eso tendría.

Se colgó la mochila y acomodo su varita, no sabía a donde ir, pero sin pensarlo más se concentró para hacer una aparición lejos del número doce de Grimmauld Place...

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