II: Anir
Anirak bajo las escaleras seguida de Fred el cual tomaba su mano mientras platicaban de cualquier cosa banal, la azabache trataba de no hablar de cosas del pasado ya que no sabía que tanto habían cambiado, al menos estaba segura de relación con Fred ya que seguía teniendo el tatuaje que se hicieron el día que salieron de fiesta.
Antes de entrar a la cocina el pelirrojo la detuvo jalandola y haciendo que se diera la vuelta para quedar frente a frente.
—¿Pasa algo, Freddie? —lo observo con la ceja enarcada, parecía algo nervioso — ¿Estas bien?
—Si...todo bien —las manos del pelirrojo sudaban, Anirak lo ponía demasiado nervioso —...tengo algo que decirte.
—¿Qué cosa? Sabes que puedes decirme lo que quieras, cielo — los ojos de Anirak brillaban con intensidad viendo a Fred.
—Yo...bueno, no llevamos mucho como novios oficiales, pero —parecía pensar lo que diría, la Black lo veía esperando a que continuara —... tú, eres preciosa...y mi primera novia y relación seria, eso ya lo sabias...a lo que quiero llegar es que te am...
—¡Fred! ¡Zibelth! — la ronca voz de George interrumpió — ¡Feliz cumpleaños, Zib!
A Anirak le extraño que la llamara por ese nombre, ya que nunca lo menciono, él único que conocía su primer nombre era Fred.
Bueno, quizá el gemelo mayor le hubiera contado.
—Gracias — George la abrazo con fuerza para alzarla uno centímetros del suelo, Fred solo soltó un suspiro de frustración, nunca pensó que fuera tan difícil decirle esas dos palabras a la azabache.
—De nada, anciana —bromeo el gemelo mayo, ganándose un golpe en el pecho por parte dela cumpleañera —...ya cada vez estas más cerca de los veinte...Fred, no puedo creer que salgas con una anciana.
Fred soltó una carcajada.
—Solo soy seis meses mayor que ustedes, no es tanto —se defendió Anirak.
—Seis meses, son seis meses, Zib — George palmeo el hombro de su hermano — ¿Ya se lo mostraste a Zib o aun no?
—¿Mostrarme qué? — los vio con curiosidad, Fred parecía buscar algo en su bolsillo.
—Nuestro nuevo producto para Sortilegios Weasley —explico George con una sonrisa para abrir la puerta de la cocina —...Freddie lo invento, creo que te gustara.
El gemelo mayor le entrego una pequeña botella en forma de diamante que tenía un líquido de color rojo intenso con pequeños destellos de gris, la azabache lo veía hasta leer la etiqueta negra con unas hermosas letras plateadas.
—¿" Anir: ve a tu ser amado en cualquier lado"? — Anirak observo a su novio con una dulce sonrisa, las mejillas de Fred comenzaron a volverse rojas y tenía una tímida sonrisa.
Si, Fred llamo al nuevo producto como su novia.
—Dame tu mano — la azabache le extendió la mano, Fred la tomo y con suavidad le quito el pequeño frasco para vaciar el contenido sobre su palma, Anirak iba a decir algo, pero antes de que lo hiciera, el líquido sobre su mano comenzó a solidificarse para formar un pequeño diamante rojo —, se supone que te mostrara un recuerdo con la persona que amas, y use algunos ingredientes de la Amortentia para que desprenda el aroma de esa persona.
Anirak acerco la mano a su rostro para admirar el diamante, y como dijo Fred, para ella desprendía un aroma de canela con manzana, pólvora y caramelos. Sonrió y centro la mirada en la imagen que comenzaba a mostrar el pequeño diamante: Fred durmiendo sobre sus piernas mientras ella le acariciaba el cabello, ambos se encontraban en el patio de la madriguera.
—Estamos seguros que funciona — hablo George viendo como su gemelo trataba de ver la imagen que se reflejaba en el diamante, pero como Anirak lo tenía tan cerca no le permitía tener una buena visión —, lo probamos con mamá y ella vio y olio a papá y viceversa, también con Bill y Fleur obteniendo el mismo resultado... a partir del lunes estará a la venta, estamos seguros que será todo un éxito.
—Es precioso, chicos, en serio — Anirak tenía los ojos llorosos y alzo la mirada para sonreírles —...sin duda, son muy buenos con todo lo que hacen.
—Bueno, ese fue idea de Fred —George admitió orgulloso de su hermano —, se esforzó para tenerlo listo hoy y que tú tuvieras el primer frasco —el gemelo mayor distinguió las miradas que intercambiaba la pareja por lo que agrego —...creo que van a tener su momento cursi, así que me adelanto a la cocina.
Y sin decir más a zancadas rápidas entro a la cocina para cerrar la puerta.
—¿Te gustó? — Fred la ayudo a guardar el contenido de nuevo en el frasco.
—Me encanto, Freddie, es asombroso...
—Me alegro, me basé en ti para hacerlo, por eso le puse tu nombre —confeso con un leve sonrojo.
Ella alzo la mano para acariciar con suavidad su mejilla.
—Cada día me sorprendes más... pensé que probaban los productos en ustedes mismos...
—Sí, también quise probarlo en más personas, porque George me dijo que vio a nadie —se encogió de hombros restándole importancia —, conmigo funciono, pero, aun así, lo probé en alguien más para estar al cien por ciento seguro.
—Entonces viste y oliste a la persona que amas... ¿Quién fue, Freddie?
El pelirrojo sonrió sin decir nada para tomar a la azabache de la mandíbula y atraerla hacia él, murmuro algo para juntar sus labios iniciando un beso demasiado cariñoso y necesitado.
Anirak con ese simple gesto entendió la respuesta y sonrió entre el beso.
Ambos sentían lo mismo, quizá no era fácil expresarlo con palabras, pero si con pequeñas acciones y gestos.
Rodeo el cuello de Fred con los brazos para continuar con el beso introduciendo su lengua, y dando inicio a una danza pasional.
Se estuvieron besando por unos largos segundos hasta que escuchar el carraspeo de alguien por lo que se separaron.
—¿Cuándo llegaste comadreja? — Sirius veían con una mueca a su hija y a Fred, no es que no le agradara el pelirrojo, pero no podía evitar los celos de padre—, no te vi, ni escuche entrar...
—Llego a las siete, papá, aun seguías durmiendo — explico con tranquilidad Anirak para acercarse al azabache — ¿No me vas a felicitar? — hizo un mohín con los labios —, es mi cumpleaños, papá.
—Cariño, nunca me olvidaría de tu cumpleaños —rodeo a la menor en un cariñoso abrazo para besarle el cabello — ¡Feliz cumpleaños, Anirak! Te amo mucho.
—Y yo a ti, papá — la azabache abrazaba con fuerza a su padre, alegraba que esta realidad él la quisiera y no la viera con desprecio.
—Vamos a la cocina, todos te están esperando — Sirius rodeo los hombros de la azabache para hacerla caminar —...apúrate, comadreja.
Fred solo soltó una risa ronca para seguirlo.
✷✷✷
El cumpleaños de Anirak transcurría lentamente, el desayuno fue en compañía de los Weasley que no estaban en la escuela, de su padrino y de Sirius, su padre, todos les dieron regalos muy lindos.
Ahora se encontraba recostada en el sillón de dos plazas del gran salón mientras veía con una sonrisa el pequeño frasco del nuevo producto de Sortilegios Weasley.
Fred era demasiado dulce y lindo con ella.
A pesar, de que varios —incluidos los Weasley— llegaron a pesar que el gemelo mayor nunca se tomaría algo enserio, estaba demostrando todo lo contrario, seguía siendo el mismo chico bromista y despreocupado pero cuando se trataba de la azabache que tenía como novia era muy distinto, siempre se preocupaba por ella, la consentía demasiado y cumplía todo lo que le prometía, también a pesar de disfrutar de molestar a Sirius era una persona responsable y demasiado centrada en su trabajo para darle una buena impresión a sus suegro.
—Anir —la voz de Sirius el saco de su ensoñación — ¿Qué haces, cielo? Creí que ibas a salir con la comadreja.
El Black mayor se sentó a lado de su hija piernas, Anirak se hizo un poco hacia adelante para recargarse sobre él.
—Pasara por mí a la siete, apenas son las cuatro... pensé que no me dejarías salir de noche con él.
—Solo porque es tu cumpleaños —soltó un suspiro—, y aunque no me agrade mucho la idea, estuve hablando con tu madre, y tiene razón, tarde o temprano volaras del nido, cariño, aunque no me guste ya eres una adulta y al menos sé que Fred es un buen muchacho—la azabache sonrió escuchando las palabras de su padre —, pero eso no significa que te vas a ir a quedar a su departamento...
—No es como que necesitemos el departamento para tener sexo —canturreo con burla.
—¡Anirak! —riño Sirius poniendo los ojos en blanco —...no me obligues a volver a Azkaban por asesinar a un niño tonto.
—Era broma, papá... ¿Sabes cuándo vendrá mamá?
—Tenía planeado venir para tu cumpleaños, pero tuvieron una emergencia en el ministerio de Magia Francesa, me dijo que tratara de venir para la semana que viene.
A Anirak no le molestaba que su madre no estuviera, entendía muy bien que por su trabajo siendo Auror del departamento de magia francesa estuviera demasiado ocupada y más cuando estaba por venir una guerra.
—Ojalá venga...
—Al menos tu descansaste hoy y mañana, también el trabajo te esta absorbiendo mucho.
¿Trabajo?
¿A caso si paso la prueba y ya es Auror?
Al rato subiría a buscar su placa o algo que lo indicara.
—Si...pero ya sabes cómo es de cansado.
Escucharon algunos pasos que se arrastraban.
—Amos —la voz de Kreacher hizo que ambos voltearan —...Albus Dumbledore está en el estudio y dice que quiere hablar con la joven ama.
—Anirak, ve —Sirius empujo a su hija con suavidad —...tal vez sea algo importante, él no se tomaría la molestia de venir hasta solo a saludar.
—Tal vez me trae un regalo de cumpleaños —le guiño el ojo para ponerse de pie —...ya sabes, soy adorable.
—Tan adorable como un conejo —Sirius se acomodó en el sillón para recostarse —...anda ya vete.
Anirak solo le sonrió para salir del gran salón y caminar rápidamente al estudio.
Al menos sabía que la relación con sus padres no había cambiado para nada.
¿Qué habría afectado su decisión?
Al llegar al estudio vio que la puerta estaba abierta por lo que entro.
—Anirak —llamo el anciano que estaba sentado en la silla frente al escritorio de madera fina —...feliz cumpleaños
—Gracias —la azabache tomo otra silla para sentarse viendo al anciano —... no creo que solo venga a felicitarme por mi cumpleaños o ¿sí?
—Tan perspicaz como siempre —Dumbledore le dejo un pequeño paquete envuelto con un papel extraño sobre el escritorio —...un pequeño presente, ábrelo después —le sonrió amablemente, Anirak asintió para tomarlo—. Me imagino que has de tener demasiadas dudas ¿no?
—Ciertamente — la azabache no sabía por dónde empezar — ¿Qué cambios afecte? ¿Qué paso con Regulus? ¿Qué paso con mis resultados de Auror?
—Me imagino que en tu habitación podrás encontrar tu uniforme y placa de Auror, trabajas en el departamento de Kingsley —explico con tranquilidad—, realmente no afectaste muchas cosas, solo el que la orden esté al tanto de los horrocruxes, de ahí en fuera todo sigue como hasta donde recordabas, solo quizá tu infancia cambio un poco y las cosas que sucedieron este mes no fueron tan importantes.
—¿Por qué desperté hasta un mes después? — Dumbledore le entrego un pequeño frasco, un líquido azul demasiado brillante — ¿Qué es?
—Bébelo, son todos tus recuerdos... no recuerdas ese mes porque tu conciencia estuvo vagando en el tiempo-espacio...
Anirak sin rechistar bebió en un solo trago todo el contenido del frasco, sintió como si algo golpeara su cabeza llenando con nuevos recuerdos su cabeza.
En varios de ellos salía un azabache demasiado parecido a ella, él le enseño a montar la escoba y su primer hechizo, su mamá pasaba demasiado tiempo con ella, pero hubo un recuerdo que le hizo doler demasiado la cabeza: Walburga Black la intento matar cuando era pequeña por el odio hacia Sirius, si Regulus y Laetitia no hubieran estado presentes ella no seguiría con vida.
Regulus llevaba una vida en las sombras, se escondía y tuvo que borrarle los recuerdos a Walburga y Orión para implantarles nuevos en los que él estaba muerto, eso provocó su muerte temprana.
Bueno, al menos no tuvo dos abuelas locas al mismo tiempo.
Llevaba una excelente relación con Regulus, más que su tío era como su hermano mayor. Sirius después de que logró escaparse de Azkaban arreglo su relación con su hermano menor, eran una familia muy unida. E incluso, el juicio de Sirius ya había pasado, resultando con un veredicto de inocencia gracias a la ayuda del pensador de Dumbledore donde pudieron ver sus recuerdos y todo lo que paso, demostrando que el verdadero culpable fue Peter Pettigrew, así que el Black mayor ya podía pasearse con toda tranquilidad por Londres mágico, y poco a poco comenzaba a recuperar todo su poder e influencia.
Al parecer, al final de cuentas su decisión había sido la correcta, sin alterar tantas cosas o eso creía ella.
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