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«Eres un idiota» la voz de un completo ebrio se alcanzaba a escuchar desde la parte trasera de mi auto.

«Lo sé» respondió Liam sin el menor enojo, sin ninguna molestia, aunque estaba casi seguro de que quería golpear el rostro de Andy contra el pavimento.

Me mantenía en silencio, escuchando lo que el par de amigos tenían que decirse. Era gracioso ver el rostro de Liam suplicando perdón por el pequeño inconveniente llamado Andy.

«Y lo peor es que eres un estúpido con cara de niño adorable en un cuerpo asombroso y bien trabajado con mucho dinero, como te odio» por su tono de su voz aseguro que bebió demasiado, me preocupa que vomite en los asientos de piel, realmente quería estar ahí atrás arriba de Liam o en cualquier posición que prefiriera él.

«Okay, estás borracho y entiendo que me odies, ahora intenta dormir, Andy» no había querido pronunciar ninguna palabra, no porque estuviera enojado, el amigo de Liam siempre me había parecido agradable, incluso enojado era gracioso.

«No sigues tus sueños, Liam, no haces las cosas que quieres hacer» fijé mi vista en el retrovisor para ver a un enorme chico demolido y aturdido por el alcohol.

«Después de tu fuerte resaca no vas a recordar nada» por un segundo voltee y miré el perfil de Liam, tan perfecto y limpio, así como suele ser.

El semáforo cambió a rojo y tuve que detenerme, era mucho más de la media noche y aún así había cientos de coches esperando que la luz cambiara para seguir con su camino.

«Te gusta este hijo de puta al volante y aún así huyes de él ¿por qué?» Andy asomó su cabeza entre Liam y yo, puedo jurar que me sentí ebrio con sólo inhalar el olor que propagaba aquel chico.

«Porque soy un idiota» no pensé que Liam iba a responder a eso, mi boca se abrió pero sólo alcancé a remojar mis labios cuando el sonido de al menos una decena de bocinas resonó por toda la calle. El semáforo había cambiado a verde y tenía que seguir conduciendo.

«Exacto, correcto, bien, excelente, tienes una A en este estúpido examen» Liam alzó la mano y poniéndola en la cara de nuestro pasajero lo mandó de nuevo su asiento, supongo que también le molestó su terrible fragancia.

«Vete a dormir» no era buena idea, Andy era mucho más alto que él, mi cuerpo no era el más apto para cargar con semejante masa de kilos y una vez que un ebrio duerme, no hay nada que pueda despertarlo.

«¿Donde está mi felicidad, Liam? ¿Cuando se supone que seré feliz? ¿Treinta segundos antes de mi muerte?» estaba siendo demasiado dramático, se volvía tedioso y molesto, no faltaba mucho para llegar al departamento de su actual novia, aun así, pareciera que pasó un siglo desde que entramos en el auto.

«No lo sé, es inútil que hable contigo, me pedirás disculpas y sólo habré perdido tiempo valioso tratando de convencerte sobre algo que no quieres entender» Liam siempre tenía algo que decir, ya fuera bueno o malo, pero la mayoría de las veces, realista.

«Púdrete» separó en sílabas la palabra mientras le agregaba una melodía punk formando una pésima nota musical.

«Okay» y ahora Liam había cantado en su tono más agudo esa palabra opacando con su obvio talento el intento de nota de su amigo.

Unos sollozos comenzaban a colarse por mis oídos, miré por el retrovisor y pude apreciar la forma del chico desde la parte trasera, su rostro cubierto por sus grandes manos y su cabello largo cayendo como una falda alrededor de ellas.

«Perdóname, Liam. Te amo, no debo de tratarte así. Eres mi mejor amigo y eres perfecto y te amo y tu estúpida cara y eres tan lindo y Liam, abrázame» estúpido Andy, nuestra cita estaba yendo tan bien hasta que él apareció y arruinó el momento perfecto.

¿Alguna vez dejaré de tener celos de cualquiera que se acerque, vea, toque, o respire cerca de Liam? porque es horrible tener que vivir con esta sensación.

«Deja de llorar, Andy, no seas un bebé. Eres un hombre y los hombres no lloran» pero esas palabras parecieron avivar el fuego y el chico en la parte trasera sólo comenzó a lamentarse más.

«¿Los hombres no lloran? Entonces también eres un bebé ¿O no recuerdas esa noche que llegaste conmigo llorando porque Zayn tenía una novia? ¿Con que derecho te atreves a llamarme bebé, bebé?» otro semáforo en rojo se cruzó en nuestros caminos y no pudo ser más inoportuno.

Era el silencio más incómodo del mundo, giré mi cabeza para observar a Liam quien estaba totalmente rojo de su rostro, justo cuando pensaba que no se podía ser mas adorable pasaba esto.

«¿Lloraste por eso?» era la primera frase que salía de mis labios desde que cerré la puerta del auto.

«Yo...» Andy interrumpió cualquier explicación que Liam estuviera a punto de darme.

«Y luego de eso nos embriagamos tanto que fuimos a un bar gay, pero Liam vomitó en los pies de un chico vestido de mariposa y nos corrieron de ahí. Luego este idiota a lado tuyo decidió que ir a tu casa sería buena idea, así que lo hicimos, pero los guardias nos corrieron y...» no pudo continuar porque una mano se posó en su boca.

«¿Ustedes son el par de jirafas que molestaron a mis guardias una noche?» recuerdo la queja de mi equipo de seguridad.

«¿Nos describieron como jirafas? que falta de respeto, ya nadie tiene valores en este país, en serio...» de nuevo no pudo continuar porque la mano de Liam y una posible amenaza se hizo presente.

«Vuelves a decir una palabra más y...»

«¿Y qué? ¿Quieres pelear?» abrió la puerta y salió del auto al mismo tiempo que la luz roja empezaba a parpadear para cambiar a verde «¡Vamos! si quieres lucirte frente a tu noviecito»

«Entra ahora, Andy» y así lo hizo, fue más obediente que los últimos veinte minutos, lo cual sorprendió a Liam.

El coche comenzó a moverse de nuevo y no volví a escuchar ninguna palabra por parte de nadie hasta que llegamos al destino marcado en el GPS.

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