𝐒𝐎𝐋𝐄𝐃𝐀𝐃
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Stephen no es alguien exigente en las relaciones, al menos, eso quiere pensar. En su cabeza el concepto de pareja parece bastante claro: dar siempre lo mejor de ti y ser lo mejor para esa persona. No sabe si es que su concepto es demasiado ambiguo, siendo como esos viejos que sueltan cada dos minutos "así es como solía hacerse antes".

Tampoco está cerca de querer saberlo, o entender. Se siente mareado cuando del otro lado de la línea Clea le dice que no volverá; pero que aún así, guardaría su relación como un grato recuerdo para mirar en los días malos y sonreír, que le quiere mucho, y por último ⎯esta es la parte en donde Stephen se encuentra confundido⎯ no es su culpa, para nada, él no es el problema por el cuál termina su relación.

Stephen no logra entenderlo, ¿no sé supone que la relaciones son de dos? Por lo tanto, si uno decide terminar la relación es porque debe haber algún tipo de falla que le involucre lo suficiente grande para decir "por mi bien es mejor dejarte", entonces se da cuenta, está sobrepasando demasiado palabras clichés y vacías.

No hay mucho que pueda hacer al respecto, solo sentarse mientras se siente miserable en una esquina de la habitación, tomando un trago fuerte de whisky que robó de la despensa. Es todo. Stephen Strange triste, sucio y solo, en una esquina bebiendo porque no entiende que más hacer.

Escucha el timbre de su teléfono, aún dudando si debió responder o no, contesta con un simple⎯⎯hola.

⎯⎯¿Stephen? ⎯⎯Christine contesta del otro lado de la línea⎯⎯, ¿estás bien? Acabo de enterarme, ¿quieres que vaya a verte?

Ella es muy dulce, Stephen cree que puede llorar un rato en su hombro, termina aceptando.

Christine llega al santuario media hora después con una bolsa de comida rápida en la mano para su mejor amigo, luego de eso, son cuarenta minutos de Stephen devastado murmurando cosas que si Christine no conociera la historia desde principio a fin, no entendería.

⎯⎯Estoy cansado...⎯⎯le dice débil sobre el hombro de la pelirroja.

⎯⎯Hey ⎯⎯ella presiona sus brazos alrededor de Stephen⎯⎯, está bien, encontraras a alguien, lo juro.

Pero no, no quiere esperar hasta encontrar a alguien. Quiere que el nuevo amor de su vida llame a la puerta; o suceda como en esas películas románticas baratas que Wong mira cuando no hay nada por hacer, en donde una chica linda se le cae alguna pertenencia, Stephen haría el favor de recogerla mientras sus manos se unen una sobre otra. Tal vez en serio, deberían dejar de mirar esas películas.

En el fondo, Stephen empieza a odiar la soledad que va creciendo en su interior con el paso de los años.

Nada es suficiente, todo es demasiado simple. El mundo sigue su curso sin pensar en aquellos que no quieren dejar pasar los días en el calendario sintiéndose solos y depresivos.

Stephen termina estallando como un globo lleno de agua que revienta contra el piso, harto de seguir esperando a un amor que llame a su puerta, o pida un café en el mismo día, a la misma hora, en la misma cafetería, que él, algún día.

⎯⎯¡No! ¡Estoy harto Christine! ⎯⎯le grita a la chica levantándose del piso⎯⎯. ¡Ya no quiero seguir sufriendo por sentirme solo!

⎯⎯¿Qué se supone que puedes hacer ante eso Strange? ¡Nada! Nadie sabe cuando llegara la persona correcta, o quién es, o cuándo y cómo llegará, así que deja de atormentarte por eso, y sigue la vida que tienes.

Es como si alguna alarma extraña se prendiera dentro de Stephen, cuando gira sobre sus tobillos con una expresión diferente. ⎯⎯¿Qué pasa si pudiera?

Christine no sabe que rara idea ha despertado en Stephen; pero lo ve en su mirada, no es algo inteligente. ⎯⎯Stephen...

⎯⎯No, no. Escucha. Yo literalmente puedo controlar el tiempo, ¿por qué no podría encontrar la forma para saber cuando llegará mi alma gemela?

Al minuto siguiente, Stephen está paseándose por la habitación, haciendo gestos que Christine entiende, es sobre él pensando esa extraña idea suya.

⎯⎯Stephen...

⎯⎯Y si pudiera conseguir, no lo sé, tal vez un reloj, o algo, que me diga cuanto tiempo tengo que esperar, así dejaría de perder el tiempo intentando con la persona incorrecta, es brillante, ¿no lo crees?

Niega repetidas veces⎯⎯, estás loco, Stephen.

⎯⎯Por el contrario, no entiendo como no se me ocurrió antes.

Christine ya se encontraba arrepentida por haber causado tal idea.

La parte fácil de su plan fue saber que hacer con su vida, de resto todo era un desastre. Llevaba ya una semana intentando crear el hechizo que haría a su reloj transformarse en un calendario para hallar su alma gemela.

Stephen estaba estresado, había intentado de todo, sus progresos hasta ahora fueron: dañar tres reloj de una de sus líneas favorita, y convertir uno en un pájaro cucú.

Aveces, el universo si conspira a favor de los que parecen mas desgraciados, tal vez por eso, el 12 de junio de 2016 por la tarde, Stephen había conseguido su hechizo.

⎯⎯Zeit messen ⎯⎯susurró al aire, apenas por inercia, como si estuviera soltado el resultado al azar de una adivinanza.

La gema del tiempo brillaba en un color verde incandescente, filtrado su poder a través del aparato.

Una cuenta regresiva de un año, quince día, ocho horas, cincuenta y cuatro minutos, se muestra en el reloj ahora.

Stephen piensa internamente que tiene la suficiente paciencia para esperar un año.

Stephen no ha estado tranquilo esa semana.

Su reloj es una bomba de tiempo para el mismo, lo ha estado observando, mira como cada segundo se desvanece, como el tiempo aveces suele pasar rápido y en otras ocasiones es tan lento que uno siente puede realizar toda su vida en una hora.

Esa última semana ha sido la más lenta de su vida, siente que pudo haber conquistado el mundo en ella.

En cambio, decide utilizar esa ventaja de que el tiempo sea más lento para hacer cosas más mundanas, como salir a comprar ropa nueva o tener largas discusiones con Christiane y Wong, sobre que tan moral es tener un reloj que le diga cuándo va a llegar su alma gemela; aunque como ya se estableció, el tiempo es lento, puede que esas conversaciones no pasen de cinco minutos.

Cuando el reloj marca que solo faltan veinticuatro horas para conocer al amor de su vida, Stephen decide asistir a esa fiesta a la cual Christine le ha rogado que vaya, siente que no hay mejor lugar para conocer al amor de tu vida, que en una fiesta lujosa con gente adinerada.

Y así sucede.

Ahora está dentro de un gran living, las personas van y vienen, algunos portan copas con licor; otros, cigarrillos; Stephen tiene ambos en sus manos. La fiesta se le ha hecho de lo más aburrida. Christine parece estar muy ocupada hablando sobre intentar caerle bien a un rubia de lindo vestido y tacones altos, para conseguir un nuevo trabajo en la empresa de sus sueños.

Ojalá le hubiera dicho desde un principio que la fiesta era en nombre de Tony Stark, porque muy seguramente no hubiera asistido, tal vez, por eso la pelirroja omitió esa parte; aunque no es ninguna suposición, Stephen sabe que son hechos.

Stark se le hace una persona interesante, no el sentido en que alguien interpretaría "interesante". Han tenido un par de encuentros por el asunto de los acuerdos de Sokovia. Stephen no tiene idea de como termino en ese enredo, cuando uno: él no es un vengador, dos: todo el asunto no podría importarle menos.

Sus encuentros con Stark para discutir sobre los acuerdos han sido intercambios de palabras vacías con insultos de por medio. Lo tiene en su lista de "personas a las que acudir, cuando venga alguna amenaza gigante, por la que esté en juego el universo propio", por lo tanto, sí. Si el universo no se encuentra en peligro, o no tiene que asistir a la naciones unidas por un asunto que no le importa, Stephen Strange nunca, si quiera, se le hubiera pasado por la cabeza buscarlo, como el puede verlo, no es el fin del mundo, ni hay dirigentes políticos, por lo que su presencia en la torre se siente vacía y algo incómoda.

Tal vez, es solo que Tony le recuerde mucho esa parte de si mismo que tanto odiaba, y le costó dejar atrás.

⎯⎯¡Christine! ⎯⎯Llamó a su amiga, intentando acercarse; pero ella está rodeada por un montón de gente que no conoce.

Cuando al fin parece que lo ha escuchado, se acerca a su amigo a toda prisa con una sonrisas resplandeciente.

⎯⎯¿Te estás divirtiendo? ⎯⎯pregunta animada. Escucha como a lo lejos la rubia a la que estuvo intentado caerle bien, le pregunta a dónde va.

⎯⎯No realmente, quiero irme a casa ⎯⎯Strange le reclama⎯⎯. No sé si quiera encontrar a mi alma gemela aquí ⎯⎯confiesa. Da una media vuelta señalando el lugar, y toda la cumbre que ahí habita.

⎯⎯Pero no importa que hagas, es el destino quien elige, no tú ⎯⎯quitando su sonrisa por un momento, dejar ver su semblante completamente serio⎯⎯. Si quieres irte bien; pero yo me quedo ⎯⎯se arregla el cabello, da media vuelta y regresa con el montón de gente en el que estaba hace unos minutos.

Stephen rueda los ojos, camina con cuidado hasta la salida del lugar, pero una vez afuera se percata de que ha dejado en algún lugar del living su anillo, cansado de toda la situación, vuelve a subir para buscarlo.

Revisa todos los lugares en los cuales estuvo durante su presencia en la fiesta, la mesa, la barra de tragos, el baño y aquel rincón a donde fue analizar cada persona con la que le gustaría quedarse cuando su reloj marcará la hora.

Su reloj...

Le lanza un rápido vistazo preocupado, ocho minutos para conocer al amor de su vida. Siente que cuando llegue a cero, solo verá el piso y a él buscando su ridículo anillo, tiene sentido, tal vez todo este tiempo el destino ha intentado decirle es mejor quedarse solo.

Stephen le termina pidiendo ayuda a Christine, quien ya se encuentra algo harta de la situación. Pepper ⎯la chica rubia de lindo vestido y altos tacones⎯, le dice que Tony Stark encontró un anillo bastante lujoso, si alguien pregunta, lo tiene con él.

A cuatro minutos de que su reloj llegue a cero, Stephen entra a una de las muchas habitaciones del lugar, es más como un estudio en la terraza del edificio, unas puertas yacen abiertas, supone el multimillonario se encuentra adentro, estando tan concentrado en irse que no se da cuenta ahora su reloj marca tres minutos con diez segundos.

⎯⎯¿Qué haces aquí? ⎯⎯Tony le cuestiona con aires de grandeza. Él muy descarado juega con el anillo del mago entre sus dedos⎯⎯. Por dios, ¿qué haces tú en mi fiesta?

⎯⎯Vine por mi anillo, animal ⎯⎯explicó. Rodando los ojos, camina a paso firme hasta el contrario, quien se sorprende por la confesión.

⎯⎯No tienes que ser tan agresivo, ¿sabes? con pedirlo basta ⎯⎯Tony extiende el anillo hacia Stephen, quien lo toma entre sus manos⎯⎯. Que desilusión, pensé que sería de una linda chica.

Justo entonces ocurre. El reloj ha marcado los ceros segundos, empezando a sonar como un despertador, Stephen toma su anillo. Da media vuelta, le toma exactamente diez segundos darse cuenta que su reloj ha marcado los ceros segundos, y justo ahora se supone le está dando la espalda a quien sería el gran amor de su vida.

Su cara se vuelve un poema, uno que habla sobre lo despiadado, pero espontáneo que es el destino.

Aveces el tiempo suele irse de forma lenta y pausada, uno siente puede construir todo un castillo en una semana. Aveces, es tan rápido que ocho minutos de tu noche la pasas buscando un anillo para irte a casa, pero luego te pone cara a cara con la persona con la se supone debes vivir dentro de ese castillo. Es entonces cuando entiendes, el tiempo es algo tan relativo, y en realidad lo que suele hacer que se vaya rápido, es lo extraña que puede resultar la realidad.

Y su realidad es que no quería tener que verle la cara a Tony Stark más nunca en su vida.

⌦ Nota| 30 de abril 2020.

Publiqué esta historia por primera vez, hace un año en 2019, empezó como algo simple, luego vinieron varias ideas, y más ideas, ahora lo que tengo planeado es bastante grande y extenso.

Creo que esta será mi historia más ambiciosa hasta la fecha, les pido que lean de nuevo el prefacio, si van a la descripción verán que puse "multiverse au", siempre tuve este plot de multiverso, en realidad lo estuve ocultando porque pense que sería alerta de spoiler, pero creo que en realidad no te daña nada.

Esta historia será larga, tenía pensado 25 capítulos, pero viendo la cantidad de palabras en borrador no me extraña si pasa los 80/90 caps, los caps serán de alrededor de 4 a 5 mil palabras, siendo este el más corto.

Si las historias largas, y un poco lentas, no son lo tuyo, no creo que este fic sea de tu completo agrado.

Por otro lado, si amas las fics con una buena historia que se toma el tiempo de desarrollarse, ¡paciencia! no tengo idea de cuando la termine, ni que tan seguido serán las actualizaciones, pero prometo no abandonar esto nunca, así tarde un mes en actualizar.

Estoy volviendo editar los primeros caps, pero este y por lo menos hasta el cuarto, se mantienen igual, así que no es necesario volver a leerlo. Creo que eso es todo

¡Disfruten la lectura!