Nunca he viajado en tren, pero que tan malo puede ser.
De igual manera los accidentes horribles solo pasan en las películas, y yo vivo en la vida real. Y otra cosa que hace que el viaje me de emoción es que yo no soy una persona miedosa ( a diferencia de la escritora)
La rutina que prepare es simple y sencillamente “MAGNIFICA” Estoy segura que entraré a esa universidad.
Algo que deberían saber de mi, es que hago muchos planes. Tengo mi vida planeada, después de entrar a la universidad seré una gimnasta famosa; y en si esos son mis planes.
Jeje, no soy muy buena planeando cosas.
En la Estación de trenes me di cuenta de que soy muy mala sobrestimando las cosas, claramente esta estación es más elegante de lo que creí.
Una vez arriba del tren me senté junto con mis amigas; ellas estaban mas emocionadas que yo.
– Hola, Alba. –Dijeron ellas al mismo tiempo, pareció como si me estuvieran esperando.
– Hola, – dije para saludar. – ¿Emocionadas?
– ¡Sí! – De nuevo lo dijeron juntas.
Sí, en definitiva sobrestimó mucho.
El viaje empezó y de hecho era muy tranquilo, se podría decir que relajante.
Todo iba de maravilla, todos hablaban de sus rutinas; era muy divertido.
– Alba, ¿trajiste las cosas? –Preguntó Sofí de una manera misteriosa.
– Claro, – Respondí – ¿Como se me podrían olvidar?
– ¡Aah! – Noelia gritó tan fuerte, con un tono de emoción, que casi me deja sorda.
– Les dije que no los olvidaría en casa, – dije para aumentar la emoción – esta vez no.
– ¿que trajeron, que? – Preguntó una voz masculina
– ¿Marco?
– El único y original, Sofí. – Dijo con su típica voz arrogante.
– Solo trajo maquillaje, Marco. – le respondió Noelia.
Entre nuestras platicas y de los demás pasajeros, se oyó el silbato del tren, ¡Estabamos apunto de cruzar un puente! ¡Este era el mejor viaje que había hecho en mi vida, o al menos hasta que.