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Capítulo 15

Esa noche se le estaba haciendo eterna. A pesar de que solo había pasado alrededor de media hora, ya la seguridad del edificio de su pareja estaba batallando con los periodistas que habían invadido la entrada del complejo. Las redes solo hablaban de la revelación que había hecho el gran empresario y CEO de Park's Corporation.

A Jimin parecía que dentro de poco comenzaría a salirle vapor por los oídos de la gran molestia que sentía. En primer lugar, aún seguía enojado por lo que le había hecho aquella omega al menor, y en segundo lugar, por la invasión que había hecho la prensa a su hogar. Había tenido que pedirle a Jackson y Wonho que permanecieran en la puerta de la casa, por si alguno de esos periodistas oportunistas se escabullía hasta allí.

Jungkook suspiró, viéndolo caminar de un lado a otro mientras soltaba maldiciones bajas. Tomó asiento en el sofá, palmeando sus muslos de manera suave mientras llamaba al pelinegro. Jimin se detuvo a mirarlo, comprendiendo al instante lo que deseaba Jungkook. Frunció los labios, inspirando hondo antes de caminar hasta el contrario y sentarse a horcajadas, escondiendo el rostro en su cuello, recibiendo gustoso las suaves caricias que dejaba el peliazul en su espalda.

—Te veías tan sexy defendiéndome en esa reunión —comentó Jungkook con una sonrisita ladina, intentando desviar la atención del zeta de toda la caótica situación—. Todo dominante, doblegándolos con tus feromonas.

—¿Qué dices? —Jimin se separó un poco, mirándolo con las mejillas sonrosadas.

—Es cierto, mí corazón quería salirse de mi pecho y mi lobo estaba tan entusiasmado q-

—De hecho —lo interrumpió—, es extraño que tú lobo no haya reaccionado a las feromonas.

No había notado ese hecho hasta que Jungkook nombró a su lobo. El ojiazul siempre había reaccionado sumisamente ante cualquier exposición de su zeta, incluso recuerda como bajó por completo la guardia cuando sufrió su primer y único celo, dejándose tocar y olfatear por él sin poner ninguna restricción.

—Ha estado extraño últimamente, más enérgico y... no sé cómo explicarlo, solo que es simplemente extraño.

—Más tarde hablaré con el doctor de la familia, que nos agende una cita para mañana. Mejor averiguar lo que sea que le esté sucediendo a tu lobo a tiempo.

—¿Crees que sea buena idea que aparezcamos juntos en público con todo lo que está sucediendo?

—Creo que por primera vez en mi vida voy a pensar solo en mí y dejar de lado todo lo demás. Los periodistas y la sociedad que se vayan muy a la mierda, yo amo a mi alfa con locura.

—Yo también te amo, mi precisoso y dominante zeta.

Pegaron sus labios, moviéndolos en un vaivén lento pero intenso. Jimin sujetó del rostro al menor, y este llevó sus manos a la cintura fina, dejando caricias leves y delicadas. Hubieran seguido así por mucho más tiempo, si el sonido de una notificación no hubiera resonado en la sala.

Jimin se separó un poco, estirándose para tomar su teléfono de la mesita a juego que había entre sus sillones. Sonrió al leer lo que decía, causando una gran intriga en su pareja.

—¿Quién es?

—Es Kim SeokJin, un amigo de la infancia. Lleva varios años en Japón estudiando, pero finalmente ha recibido su título y volverá mañana aquí a Corea. Me alegra mucho volver a verlo. Es hijo de uno de los principales accionistas de Park's Corporation, probablemente ocupe el puesto de Vicepresidente —explicó de manera resumida—, es de tu edad, de seguro se llevarán muy bien.

—Sí, sí, seguro. Pero ahora dejemos de hablar de tu amigo. —Le quitó el teléfono y lo dejó a un lado, llevando ambas manos a su trasero después—, y sigamos con lo que estábamos haciendo antes de que nos interrumpiera.

—Eres un descarado, ¿cómo puedes pensar en sexo con todo lo que está pasando? —dijo soltando una risita, sintiéndolo besar su cuello y apretar sus glúteos.

—¿Teniéndote así encima de mí como no voy a pensarlo? —Subió a besar sus labios —. Solo déjate llevar, hyung.

[...]

El día siguiente llegó con una mezcla de expectativas que parecían embargarlo en la ansiedad. Agradecía que al menos los periodistas se hubieran calmado, eso lo dejaba un poco más tranquilo. La sala de espera del hospital estaba llena de murmullos y el constante sonido del intercomunicador. Jungkook se movía inquieto en su asiento, mientras Jimin trataba de calmarlo, entrelazando sus dedos con los de su alfa.

Finalmente, después de lo que pareció una larga espera, el nombre de Jungkook fue mencionado, y ambos se levantaron al unísono. La oficina del médico era luminosa, decorada con diplomas y fotografías que atestiguaban la experiencia del especialista en Castas y Lazos que los atendería.

Una vez dentro, el hombre, un beta de mediana edad, los saludó con una sonrisa cálida. Jungkook hubiera esperado al menos una mala cara, pero suponía que gracias a su acompañante lo tratarían como a un príncipe. Después de escuchar brevemente los síntomas que Jungkook había estado experimentando —principalmente, el comportamiento extraño de su lobo—, el médico se acomodó en su silla y comenzó a explicar.

—Lo que están experimentando es bastante raro, como saben, no se conoce demasiado aún sobre los zetas, todo esto es casi novedoso. El lobo de un zeta, como lo es Jimin, tiene una forma muy particular de seleccionar a su compañero. Este lazo que se está formando entre ustedes es poderoso y puede provocar cambios en el comportamiento de ambos. El lobo del señor Park influye en el tuyo, y viceversa.

Jungkook frunció el ceño, sin entender del todo lo que decía el médico.

—¿Qué significa eso exactamente? —preguntó, con algo de preocupación reflejada en sus ojos azules cual cielo despejado.

El médico tomó un momento para elegir sus palabras con cuidado.

—Significa que tu lobo está respondiendo a la conexión emocional que están desarrollando. El vínculo entre un alfa y un zeta puede ser intensamente fuerte, y a veces provoca reacciones inesperadas en los lobos. En tu caso, Jungkook, tu lobo siente la presencia del zeta a través del lazo que están creando, y esto está fortaleciendo a tu lobo; en el caso del señor Park, su lobo se está adaptando a la nueva dominancia que posee tu alfa.

Jimin se inclinó hacia adelante, curioso y preocupado a la vez.

—¿Y eso es malo? Digo, ¿puede llegar a hacer daño a alguno de nuestros lobos?

—No es malo en sí mismo —respondió el médico con una sonrisa tranquilizadora—. Pero es importante manejar esta energía entre ustedes. Asegúrense de mantener una comunicación clara entre ambos y apoyarse mutuamente. A veces, un simple ejercicio de confianza puede ayudar a calmar a los lobos inquietos.

Jungkook asintió lentamente, sintiendo un alivio mezclado con una nueva comprensión sobre su situación.

—Entonces no hay nada de qué preocuparnos realmente... solo tenemos que adaptarnos —dijo Jungkook, dirigiendo su mirada hacia Jimin, quien le sonrió con complicidad.

Al salir del consultorio, Jimin tomó la mano de Jungkook con fuerza.

—No sabes cuanto me alegra escuchar que tu lobo se está volviendo más fuerte gracias a nuestra conexión.

Jungkook sonrió ampliamente, asintiendo de acuerdo con las palabras del pelinegro. Caminaron tomados de la mano hasta el estacionamiento, donde repentinamente Jimin se golpeó la frente, soltando una queja en voz baja.

—Oye, tengo que ir a buscar a Seokjin al aeropuerto. Te dejaré en casa de Taehyung para que puedan ir juntos a la universidad más tarde. Ya que hoy no iré a la empresa, no es necesario que vayas tú —le dijo con un tono despreocupado. Jungkook asintió, sintiéndose un poco decepcionado. Quería pasar más tiempo con su zeta.

—Está bien, nos vemos mañana en el trabajo —respondió, tratando de ocultar su desánimo. Sin embargo, esa misma noche, luego de un día que le pareció extremadamemte largo y agotador, mientras se acomodaba en su cama, no pudo evitar sentir un vacío en su pecho por la ausencia de Jimin. Habían estado pasando tanto tiempo juntos últimamente, que se sentía extraño haberlo visto solo unas horas en la mañana. Decidido a no dejar que la soledad lo abrumara, se quitó el pijama, se cambió rápidamente y pidió un taxi.

El trayecto al apartamento de Jimin fue breve, y al llegar, introdujo la contraseña que su pareja le había confiado hace poco tiempo. Al introducirla y abrir la puerta, fue recibido por el sonido de carcajadas que provenían de la cocina. Intrigado, se acercó sigilosamente y vio a Jimin riendo junto a un omega alto con aroma a arándanos. Su cabello rosa chicle brillaba bajo la luz de la cocina, y Jungkook no pudo evitar sentirse celoso al ver lo cómodos que parecían juntos. Intuía que ese era el "famoso" Kim SeokJin, y sinceramente, no se esperaba que fuera tan hermoso.

Jimin pronto notó su presencia y sonrió, alzando la mirada hacia donde él se encontraba.

—¿Kook? ¿Qué haces aquí tan tarde? —interrogó mientras le hacía señas para que se acercara. Cuando lo hizo, Jimin pasó una mano por su hombro y miró a su amigo—. Este es Jungkook, mi novio. Y él es SeokJin, el amigo del que te hablé.

A pesar del nudo en su estómago debido a los celos que estaban surgiendo dentro de él, mantuvo una sonrisa amistosa.

—Hola, Seokjin —dijo con tono neutral. El mencionado sonrió ampliamente y extendió su mano.

—¡Hola! He oído mucho sobre ti.

—Lamentablemente no puedo decir lo mismo —sonrió falsamente, ladeando un poco la cabeza. Jimin lo observó incómodo, con las cejas alzadas, sorprendido por el extraño comportamiento que estaba teniendo. Jungkook no se caracterizaba por ser alguien pesado o grosero.

Dejando de lado la incómoda situación, el pelinegro y su amigo retomaron la conversación. Se sentaron a la mesa a disfrutar de una cena improvisada que estaban realizando antes de que el peliazul llegara. Jungkook, que había decidido no unirse a ellos porque ya había comido en su casa, observaba sentado algo apartado, sintiéndose algo fuera de lugar. Molestándose cada vez más con el oemga de cabello rosa.

Seokjin, con su encanto natural, comenzó a coquetear discretamente con Jimin mientras compartían risas y palabras.

—¿Sabías que la pasta tiene una forma especial de unir a las personas? Por algo la usan tanto en las películas —dijo con una sonrisa pícara, mientras tomaba un bocado y miraba a Jimin a los ojos.

—¿Te refieres a La Dama y el Vagabundo? ¿En serio estás poniendo de ejemplo una película para niños? —Se burló, negando levemente con la cabeza. Seokjin se inclinó ligeramente hacia Jimin, acercándose un poco más.

—Sabía que ibas a captar a lo que me refería —dijo con un tono juguetón mientras sus ojos brillaban con complicidad.

Jungkook sintió cómo el ambiente se cargaba de una tensión sutil y no pudo evitar fruncir el ceño. Mientras tanto, Jimin parecía encantado por la atención de Seokjin.

—Te conozco desde que corrías en el jardín de casa como la Diosa te trajo al mundo —comentó Jimin, dejando escapar una risita que hizo que Jungkook se sintiera aún más molesto.

Seokjin aprovechó ese momento para jugar con su tenedor, girándolo entre sus dedos antes de preguntarle a Jimin:

—¿Te gustaría probar mi comida? Dicen que compartir comida es una señal de cercanía —Con esa declaración, el pelirrosa le ofreció su tenedor lleno de pasta a Jimin, quien lo aceptó entre risas.

Jungkook rodó los ojos, levantándose de la silla, llamando la atención de los otros dos. Observó a Jimin con molestia, diciéndole que lo esperaría en la habitación y que no tardara demasiado.
Y eso hizo, se marchó sin decirle al menos un "buenas noches" al omega. Estuvo esperando al mayor por al menos media hora, sintiendo la molestia en su pecho hacerse cada vez mayor. Se sentía un poco tonto por sentirse celoso de un omega, cuando sabía que Jimin tenía mayor inclinación hacia el lado sumiso de su lobo, de cierta forma; pero la manera tan descarada en la que coqueteaba ese chico con él en su cara, le molestaba mucho. Además de que a pesar de todo, Jimin seguía siendo un zeta, por lo que podía estar con una persona sin tener en cuenta su casta.

—Kook, ¿ya duermes? —preguntó el pelinegro entrenado en la habitación.

Jungkook se sentó en la cama, recostando su espalda al respaldo de esta, con los brazos cruzados sobre su pecho y los ojos entrecerrados.

—¿Qué sucede? Te comportaste extraño allá con Jin. —Tomó asiento a su lado en la cama, dejando un besito en su cuello y hombro.

—Te estaba coqueteando justo en mi cara, hyung.

—¿Qué? —Park soltó una carcajada, negando después mientras llevaba una mano a su boca—. No es así, Jungkook, solo que hace mucho no nos veíamos y Jin es alguien muy cariñoso.

—¿Vas a justificarlo? ¡Vi lo que estaba haciendo! —exclamó, posando sus orbes azules en los verdes contrarios con intensidad.

—Solo estás confundiendo la situación —le restó importancia Jimin.

—Bien, tienes razón. Solo soy yo exagerando.

Se volvió a acostar, tomando la manta para taparse hasta el cuello, dándole la espalda a su novio.

—Jungkook, no te pongas así, no es nece-

—Mañana debo levantarme temprano para trabajar, así que me gustaría dormir —le interrumpió, hablando sin girarse a verle.

—Bien, si así lo quieres... —dijo igualmente molesto, dándole la espalda al alfa.











Tuve que dividir este cap en dos porque sino iba a quedar demasiado largo.
Poco a poco se avecinan los problemas y la historia está cada vez más cerca de acabar. 😬

Espero que les haya gustado el cap, nos leemos pronto.

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