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Capítulo 00:23


Con su pequeño cuerpo, Jimin empujó con todas sus fuerzas la dura superficie, intentando abrir aunque sea un poco la puerta de la habitación en la cual había sido encerrado.

Pero al igual que antes, fue inútil.

No importaba cuánto lo intentara, cuánto lo deseara, el resultado siempre iba a ser el mismo.

Enojado, pateó inútilmente la puerta perdiendo el equilibrio para finalmente caer sobre su trasero.

Sentado en el suelo, mientras contemplaba con resentimiento la gran puerta. Sintiendo la necesidad de llorar, el pequeño muñeco rubio abrazó sus piernas y ocultó su cabeza entre sus brazos en busca de consuelo.

Él quería a su Yoonie.

Todavía no podía comprender cómo el extraño había logrado entrar en el departamento de Jungkook sin forzar la puerta, casi como si fuera el dueño de este.

Convencido de que su humano estaba de vuelta, Jimin había corrido a la entrada solo para contemplar la escalofriante sonrisa de aquel hombre.

Jimin no quería estar encerrado en un lugar pequeño y oscuro, le traía malos recuerdos. Tampoco quería estar lejos de su humano, Yoongi debía de estar pensado que lo había dejado y él no podía permitir eso.

No quería que su humano pensara que había vuelto a ocurrir por su culpa.

Tenía que pensar en un plan para escapar, pero lo único que se le ocurría de momento, era esperar su oportunidad cuando tuviera su cuerpo de humano, y para eso todavía faltaba media hora.

Además, aunque lograra abrir la puerta de aquella forma, todavía le quedaba enfrentarse a su temible secuestrador.

Tal vez con su cuerpo de humano podía ser algo más fuerte, pero seguía siendo una persona pequeña, delgada y débil a comparación de otros. Y sin la ayuda de Taehyung, las cosas solo se volverían más difíciles.

Porque a pesar de que los dos estaban encerrados juntos, algo extraño ocurría con su hermano, quien parecía como cualquier otro muñeco normal recostado en la esquina de la habitación, sobre una pequeña cama a su medida sin moverse.

Por más que Jimin le había hablado o intentado moverle, este no había reaccionado en lo más mínimo.

Y eso le asustaba.

Un pequeño gemido lo sacó de sus pensamientos. Alzando su cabeza, contempló a Taehyung retorcerse y caer al suelo, por fin dando una señal de vida en tan exasperante momento.

Ese había sido el primer movimiento que había hecho el pelinegro desde que lo había encontrado en aquella escalofriante habitación.

—¿TaeTae? —pronunció levantándose y acercándose hacia su hermano con preocupación.

Jimin tuvo que retroceder cuando de un minuto a otro, el cuerpo de su hermano comenzó a crecer para luego volver a su pequeño tamaño.

—Es el cambio —susurró sorprendido, contemplando al pelinegro con asombro—. Oh Taehyung, ¡lo lograste! ¡Lo lograron! —exclamó borrando su felicidad inmediatamente.

Ahora más que nunca, tenía que hacer algo para sacarlos de ahí.

Decidido, se volvió a acercar a la puerta y comenzó a golpearla con violencia mientras gritaba.

Tenía un plan en mente, y aunque tendría que dejar a Taehyung a solas con su secuestrador, sería solamente por un momento. Además... Si lo lograba, tal vez sería la única oportunidad para ambos de salir de ahí.

Cuando escuchó pisadas, Jimin se alejó de la puerta y apegó su pequeño cuerpo en la pared, escondiéndose detrás de la puerta cuando esta se abrió.

—Tienes que guardar silencio —exclamó la tenebrosamente suave voz de su secuestrador, casi como si le hablara a un bebé.

Un grito de terror puro escapó de la boca de Bo-Gum al contemplar el cuerpo de Taehyung crecer y disminuir por partes.

Él había sabido que el muñeco podía moverse y hablar por voluntad propia, casi como si fuera cualquier otro humano, lo había presenciado al estar vigilando el departamento de al frente pero...

Bo-Gum no tenía ni idea de que ellos podían cambiar a humanos antes de las doce.

Sabiendo que era su oportunidad, Jimin se deslizó por la puerta con cuidado y salió detrás de esta.

Contempló a su secuestrador observar ahora fascinado a su hermano, olvidándose completamente de su presencia, o ausencia.

Prometiendo volver pronto, el pequeño rubio salió de la habitación en completo silencio.

Un escalofrío recorrió toda su espalda cuando contempló en la sala de estar tres pantallas divididas en cuatro, y en ella se mostraban cada habitación del departamento de Jungkook desde diferentes puntos de vista junto a la salida.

En la pared, había fotografías de la tienda junto a la casa del abuelo de Jungkook, así como de Taehyung siendo un muñeco, un humano y para su horror, también suyas y del departamento de su humano.

Este hombre realmente estaba obsesionado con ellos.

Retrocediendo, Jimin se dirigió a la puerta al contemplar a Yoongi y Jungkook conversar fuera del departamento.

Golpeando con sus pequeños puños, el muñeco rubio abrió su boca para gritar y llamar la atención de su humano, pero una mano fue colocada sobre su boca y rápidamente fue alejado de la puerta.

Bo-Gum contempló la puerta con ojos feroces, y al no recibir señal alguna de que intentarían entrar, observó a Jimin con enojo.

—Hiciste muy mal, Minnie —murmuró con ojos duros y voz suave—. Vamos a nuestra habitación pequeño, tienes muchas cosas que explicar respecto a lo que le está sucediendo a tu hermano —anunció alejándose de la puerta.

Los bonitos ojos del pequeño rubio contemplaron con tristeza como cada vez se alejaban más y más de la puerta, hasta que finalmente estuvo otra vez encerrado en aquella habitación junto a su hermano.

Aquella que había sido decorada y dividida como una pequeña casa para muñecas en toda la altura de la habitación.

Siendo depositado en la pequeña cama, a la perfecta medida para un muñeco de porcelana de su porte, Bo-Gum se alejó y luego volvió con un cuaderno viejo entre sus manos.

—El gran abuelo nunca escribió nada respecto a que pueden cambiar a una forma humana antes de las doce —exclamó para consternación de Jimin.

¿De dónde diablos les conocía este hombre? ¿Cómo conocía su secreto? ¿Quién era el gran abuelo?

La última persona a la que habían mostrado su naturaleza había sido a Hoseok, el abuelo del padre, del padre, del padre de Jungkook.

—¿Cómo sabes de nosotros? —preguntó.

Bo-Gum sonrió y cerró el libro contemplando a Jimin.

Un estridente sonido invadió todo el departamento hasta la habitación, su secuestrado frunció el ceño y observó sobre su hombro cuando el sonido prosiguió casi azotando la puerta prácticamente.

—Haz silencio o te mantendré encerrado dentro de un baúl el resto de tu mi perteneciente existencia —amenazó antes de salir de la habitación, cerrando la puerta con llave.

Encerrado en la habitación, el pequeño rubio se levantó de la cama y se apresuró a ir al lado de su hermano quién había vuelto a quedarse completamente tranquilo, acomodado sobre la pequeña cama.

—TaeTae —pronunció tocando la frente del muñeco contrario, el calor se transmitió hasta su mano.

Taehyung ya estaba en la transición final.

Cuando los gritos y amenazas comenzaron a invadir el departamento, Jimin se alejó de su hermano y comenzó a gritar desde lo más profundo y lo más fuerte que podía.

Del otro lado de la puerta hubo silencio, y luego fue como si una guerra se hubiera desatado.

—¡¿Jimin?!

El pequeño muñeco rubio quería llorar de alivio al escuchar la voz de su humano.

—¡Yoongi! ¡Aquí! —gritó golpeando la puerta con sus pequeñas manos.

Pronto hubo más gritos, sonidos de golpes y cosas rompiéndose.

—Aléjate de la puerta —gritó Jungkook y Jimin inmediatamente obedeció.

La puerta tembló con fuerza ante las patadas de Jungkook, en la tercera, logró sacarla de las bisagras y esta cayó contra el suelo con un fuerte sonido.

Pronto, Jungkook apareció y observó a su alrededor antes de correr al lado de Taehyung, estrellando sus rodillas en el suelo, tomó con cuidado a su muñeco.

—¿Qué le sucede? —preguntó sin observar al pequeño rubio.

—Está sufriendo el cambio, debemos de intentar controlar su temperatura —explicó con angustia.

—¿Jimin?

Girando hacia la puerta, el pequeño rubio gimió con dolor al contemplar a su humano con su labio partido y un tono rojo cerca de su mandíbula.

—Yoonie —sollozo corriendo hacia su lado, inmediatamente siendo atrapado por los brazos de su humano.

—Nunca más vuelvas a hacerme esto, ¿entendiste? Nunca más —gruño abrazando con fuerza a Jimin—. Tú no te puedes ir a ningún lado —ordenó.

—No fue mi culpa —exclamó y se alejó lo más que le permitieron los brazos que le sostenían para atrapar entre sus pequeñas manos el rostro del pelimenta—. ¿Te duele? —preguntó con un pequeño puchero triste.

Yoongi negó y observó a su amigo—. Jungkook, vámonos antes de que alguien venga a dar una vuelta por el ruido que metimos —ordenó saliendo.

Observando a su alrededor, Jimin alzó ambas cejas sorprendido cuando contempló el desastre que había quedado en la habitación y al inconsciente Bo-Gum tirado en el suelo, sonrió satisfecho al ver que se había llevado sus buenos golpes también.

—Él tenía cámaras en el departamento de Kookie —susurró—. Los vigilaba.

—Lo sé, pero ya nos encargamos de eso —prometió saliendo del departamento.

—¡Espera! —gritó—. El libro, hay que volver por el libro —recordó.

Maldiciendo por lo bajo, Yoongi volvió a entrar en el departamento mientras Jungkook seguía su camino fuera de este.

Con el libro entre las manos de Jimin, ambos volvieron a salir cerrando la puerta detrás ellos justo cuando Bo-Gum gemía de dolor, volviendo a recuperar la consciencia.

—¿Crees que llame a la policía? —preguntó Jimin mientras entraban al departamento de Jungkook.

—¿Y decir qué exactamente? ¿Que fuimos a recuperar los muñecos que él había secuestrado? —bufó—. A él le iría peor cuando descubrieran que invadió propiedad privada y colocó cámaras.

Observando a su alrededor, Jimin realmente se preguntó dónde estaban las dichosas cámaras.

—¿Jimin? —llamó Jungkook desde su habitación.

Sin querer alejarlo de su cuerpo, Yoongi siguió cargando entre sus brazos a su muñeco mientras iba al lado de Jungkook.

—¿Qué se supone que haga? —preguntó—. ¿Qué es lo que le pasa? ¿Por qué no despierta?

—Tienes que ayudarle a encontrar una temperatura adecuada para un humano —respondió—. Taehyung está cambiado, gracias a ti, TaeTae ya no será atrapado en su pequeño cuerpo de porcelana luego de que cambie a su forma humana, día o noche, él seguirá siendo un humano —explicó.

—¿Por qué? —preguntó Yoongi observando interesado a Jimin por aquella revelación.

—No te puedo explicar —negó—. No porque no quiera, solo no puedo —explicó cuando su humano frunció el ceño.

—¿Por qué? ¿Si me dices ya no podrás transformarte en humano? —resoplo y luego alzó sus cejas en sorpresa cuando su muñeco simplemente le observó en silencio—. Ustedes realmente ocultan mierda misteriosa —suspiro.

Jimin torció sus labios y asintió.

—Báñalo con agua helada y luego recuéstate con él brindándole de tu calor corporal, no te asustes si Tae no cambia después de las doce —anunció.

Acunando entre sus brazos a su muñeco, Jungkook asintió.

—Hyung, ¿puedes llevarnos a la casa de mi abuelo? —pidió—. Ya no quiero estar aquí.

—Tampoco te iba a dejar aquí solo —suspiro Yoongi—. Vayámonos ahora, hace lo que Jimin te dijo en la casa de tu abuelo y ya después venimos por tus cosas —anunció.

Asintiendo, Jungkook se levantó y envolvió a Taehyung en una manta como si se tratara de un bebé.

Con el reloj marcando las doce, el cuerpo de Jimin pronto comenzó a crecer entre los brazos de Yoongi, quien inmediatamente lo acomodó para que su muñeco se aferrara a él con sus piernas rodeando su cintura y sus brazos su cuello.

—Ya me puedes bajar —pronunció el pequeño rubio.

—Ni lo sueñes —gruñó saliendo de la habitación con el pequeño rubio entre sus brazos—. No te volveré a perder de vista —declaró estrechándolo con más fuerza, necesitando del contacto con su muñeco, su Jimin.

Con Jungkook siguiéndole, ambos salieron de ahí.

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