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Capítulo 00:09


Jungkook no despertó con aquellos fuertes y cálidos brazos rodeándolo como lo habían hecho en medio de la noche, sosteniendo su cuerpo e impidiendo que se rompiera consumiéndose en la oscuridad.

Y aunque había sido un sentimiento agradable, ahora despertar y enterarse de que no había sido más que un simple y hermoso sueño, lo estaba deprimiendo.

Rodando sobre su costado, movió sus brazos y se percató de que su muñeco no estaba a su lado.

—¿TaeTae? —llamó haciendo un esfuerzo por sentarse en su cama.

Observó alrededor de su habitación, pero Taehyung no estaba en ninguna parte.

—Ya voy kookie —contestaron antes de que el castaño pudiera comenzar a preocuparse y angustiarse por no tenerlo a la vista.

El pequeño cuerpo de Taehyung en su delicada forma cruzó la puerta sosteniendo su teléfono móvil entre sus manos.

Deteniéndose al costado de la cama, inclinó su cabeza hacia atrás y estiró sus brazos hacia arriba. Sin siquiera preguntarle, Jungkook lo tomó entre sus brazos y lo sentó en su regazo, permitiendo que la pequeña espalda se recargara en su torso.

—¿Cómo dormiste? —preguntó el muñeco de porcelana.

—Mm... Supongo que ¿bien? —respondió algo dudoso.

Taehyung inclinó su cabeza hacia atrás y le observó pidiendo más detalles ante su escasa respuesta.

—Tuve una pesadilla... —murmuró.

El pelinegro asintió con su cabeza—. Lo sé, estuviste a punto de romperte otra vez.

—Pero tú no lo permitiste —recordó y luego juntó sus cejas—. Luego sucedió algo extraño, creo que me quedé dormido y tuve un extraño pero hermoso sueño donde te veía como un humano...

—¿Un humano? —pregunto Taehyung, con una sonrisa de labios.

—Sí —asintió el castaño—. Eras tú y de un momento a otro tenía a una versión tuya pero más realista, como si fueras un humano normal —explicó—. Incluso tenías en versión más grande la ropa que estás usando ahora... Y —suspira.

—¿Y qué pasó? —preguntó alentándolo a seguir.

—Creo que... Me consoló y provocó los mismos sentimientos que tengo cuando estás entre mis brazos, solo que más intenso... Más fuerte —respondió y sacudió su cabeza ante sus palabras.

¿Qué estaba diciendo? ¿Qué pasaba si Taehyung mal entendía sus palabras y pensaba que no lo quería?

El miedo invadió su cuerpo e inmediatamente observó a su muñeco, solo para encontrarlo mirándole con una sonrisa orgullosa y llena de superioridad.

—No fue un sueño, bebé —anuncio.

—¿Qué? —pronunció confundido.

—Después de las doce puedo cambiar a mi otra forma, un humano —explicó—. Antiguamente solo me podía mover cuando estaba en esa forma, pero con el tiempo aprendí a controlar mis movimientos en el cuerpo de porcelana —reveló.

—Pero... Pero... ¿Por qué no lo habías hecho antes? —preguntó frunciendo el ceño.

—Debido a que mis heridas dolían e impedían mi cambio. En la porcelana podría parecer una simple fisura algo profunda, pero en el cuerpo humano, sería un profundo corte que necesitaría puntos de sutura —explicó y Jungkook le observó con horror—. Por eso no cambié antes, y no tenía planeado hacerlo pero esa cosa que dejó tu amigo en forma de disculpa en verdad me ayudó.

—Oh, Tae —exclamó estrechándolo entre sus brazos—. Estoy feliz por ti.

—Yo igual —sonrió satisfecho, eso solo significaba que tenía otra forma de llegar a su humano.

—¿Y por qué no permaneces en la otra forma? —pregunto algo excitado, ansiado verlo otra vez.

Ahora que sabía que no era un sueño, deseaba ver otra vez a aquel hermoso hombre de facciones perfectas y cabello negro.

Pero lo que más anhelaba contemplar nuevamente, eran aquellos ojos azul cielo que transmitían vida a través de ellos, un pequeño universo dentro de una densa oscuridad.

—Hay reglas para cumplir —negó para decepción del castaño—. Nuestro creador tenía esta enfermedad que le impedía dormir a pesar de tener mucho sueño, por lo que para tener compañía en la noche, nos permitió cambiar cuando el reloj tocaba a las doce y luego cuando sonaba a la seis de la mañana, volvamos a ser muñecos —explicó.

Jungkook frunció el ceño no encontrando aquello muy justo, y sus ojos le delataron.

—Está bien, Kookie —pronunció el pelinegro al contemplar la expresión de su dueño—. Al menos anoche pude cambiar y estar ahí cuando me necesitaste.

Abriendo su boca, Jungkook se vio interrumpido cuando su teléfono sonó.

Taehyung lo tomó y leyó el mensaje antes de negar con su cabeza.

—¿Qué sucede? —preguntó.

—Tu teléfono no dejaba de sonar y no quería que te despertaras después de tu difícil noche, por lo que comencé a revisarlo —explicó—. Está lleno de disculpas por parte del tal SeokJin hyung y Namjoon hyung, pero lo más relevante sería lo de este último chico diciendo algo de tu trabajo —anunció—. Al parecer el padre de este está preocupado por si volverás a trabajar o no, necesita saberlo para contratar a otra persona en caso que no —explicó luego de volver a leerlo—. ¿En qué trabajas?

—Reparo autos —respondió y torció sus labios, parecía que pronto debería de volver a trabajar pero no creía que se encontrara listo todavía.

No después de su pequeña crisis de anoche.

—Le dije que si vas a volver —anuncio Taehyung y Jungkook le observó con pánico.

—¿Por qué hiciste eso? —cuestionó asustado.

—Razón uno, estás considerablemente mejor a la primera vez que nos vimos...

—Anoche-...

—Lo de anoche fue una recaída, todo el mundo tiene recaídas —interrumpió—. Razón dos, salir te ayudará un poco a despejar tu mente y darles un respiro a esas voces que te acosan dentro de tu cabeza.

—Pero cuando tú estás conmigo ellas desaparecen —refunfuño—. Nada pasa cuando te tengo entre mis brazos. No hay miedo, dolor... Ni culpa —reveló.

Taehyung mentiría si no dijera que eso era justamente lo que quería escuchar, saber que su Jungkook dependía tanto de él le producía tal felicidad que apenas podía contenerla dentro de su pequeño cuerpo.

Jungkook tenía que amarlo hasta el punto en que no pudiera respirar si él no estaba cerca, que ni siquiera pudiera pensar en vivir si él no estaba a su lado.

Él tenía que ser su centro, su todo.

Solo así, se aseguraría de que nunca lo abandonaría, no como sus otros dueños.

—Me alegra escuchar que puedo ayudarte de alguna forma con mi presencia —pronunció apenas conteniendo su sonrisa—. Pero Kookie... Tus amigos no te dejarán tranquilo —indicó evitando rodar sus ojos al pensar en ellos—. Y lo sabes.

Jungkook guardó silencio, sabiendo que aquello era verdad. Por muy enojado que estuviera con Namjoon y SeokJin, la pareja no se olvidaría de él y lo dejaría a su suerte.

No, ellos no eran esa clase de persona y amigos, pronto volvería a intentar entrar en su vida nuevamente y sabía, que no se rendiría hasta lograrlo.

—Ellos te lastimaron —gruño estrechando más fuerte entre sus brazos a su muñeco.

—Lo sé, pero para que eso no vuelva a pasar... Solo debes de impedir que vengan aquí —anunció con simpleza.

—¿Y cómo hago eso?

—Saliendo y fingiendo estar bien frente a ellos —propuso—. Tampoco creo que debas hablarles sobre mí —pensó.

—¿Por qué no? Tú eres lo único que me hace bien, ellos se darán cuenta de que alguien está conmigo —pronunció.

—Ya pero... No creo que consideren que estás bien si les dices que un muñeco que habla y se mueve te ayudó —explicó acariciando los brazos que rodeaban flojamente su pequeño cuerpo.

Y después del pequeño susto que les había dado... Sería algo difícil que creyeran que era un simple muñeco, pero él no se iba a alejar de su Jungkook, y con el tiempo, tendrían que aceptarlo o simplemente alejarse.

Taehyung no aceptaría que nadie que intentara separarlo de su dueño permaneciera cerca de ellos.

No estaba dispuesto a tener ninguna amenaza a su alrededor.

O lo aceptaban, o se iban de la vida que compartiría con Jungkook el resto de su vida, así de simple.

—Si quieres hablar de mí, tienes que hacerlo como si fuera otra persona normal que conociste por casualidad —indicó Tae, distrayendo de sus pensamientos al humano.

—¿Cómo mi pareja? —preguntó para estar seguro.

La idea de presentar a Taehyung como su pareja, en verdad le emocionaba.

—Tú eres mío y yo soy tuyo... Por lo que sí, podríamos decir que somos exactamente eso... Parejas ¿te gusta? —preguntó volviendo a inclinar hacia atrás la cabeza para observarle.

Recordando al apuesto hombre que lo había sostenido entre sus brazos en medio de la noche, y mirando el pequeño cuerpo que siempre le apoya, asintió sin dudarlo.

Ambos eran su Taehyung.

—Sí, eres mi pareja —respondió y... Se sintió bien aquello.

—Muy bien, entonces ahora irás a tomar una ducha, comerás algo y te presentaras a trabajar —ordenó—. Solo por un par de horas, y cada vez que sientas que no puedes seguir, me llamas.

—Pero no tienes teléfono, ¿cómo te llamaré?

—Me dejas el tuyo y cuando necesites llamarme, se lo pides a tu amigo, a ese que te acompañó a buscar mi baúl —recordó—. ¿Trabaja ahí contigo?

—Sí, Yoongi hyung trabaja ahí también —asintió recordando las palabras del mayor.

Parecía que necesitaba ayuda también, pero Jungkook no era quien para ayudarle cuando estaba dependiendo de un muñeco, de su Taehyung.

—Bien, entonces se lo pides a él —ordenó.

(***)

Cuando Namjoon observó por el espejo retrovisor del auto en el cual trabajaba, no esperó ni un segundo para bajarse y observar a Jungkook entrar en el taller.

Su cabello estaba húmedo y peinado, su ropa era casual pero no desordenada o sucia, e incluso su rostro se veía más sano.

El alcohol hacía todo lo contrario, según recordaba.

"Jungkook dijo la verdad" pensó culpable.

—Jungkook... —pronunció acercándose a él, queriendo disculparse y preguntarle cómo estaba.

Pero cuando intentó abrazarle, el castaño retrocedió colocando una pequeña distancia entre los dos y negó con su cabeza.

—Me presenté porque no quería perder mi trabajo —explicó y se alejó dirigiéndose a la oficina de su padre.

Dolía la reacción del menor, pero también la comprendía.

Sacando su teléfono móvil, buscó el número de su pareja deseando contarle que Jungkook estaba ahí.

—¿Estás seguro de hacer eso? —pregunto Yoongi parándose frente a él, en sus manos había un trapo con el cual limpiaba una pieza del auto en el que trabaja.

—Se sentirá feliz y aliviado de saber que Jungkook salió de su departamento después de casi un mes de estar ahí encerrado —respondió.

—Creo que lo que quieres decir, es que ambos se sentirán aliviados de verlo fuera del departamento para así calmar la culpa que sienten por invadir su hogar cuando él no estaba —corrigió.

—... ¿Te lo contó? —preguntó observando la pantalla de su celular, dividido entre llamarle o no.

—Está enojado con ustedes, no conmigo y con razón —se encogió de hombros—. Y por lo que pude apreciar, todavía lo está, ¿en verdad crees que es buena idea siendo así que venga Jin y lo moleste, presionándole para que les perdone?

Namjoon abrió su boca y luego la cerró.

—Solo quiero que todo sea como antes —pronuncio cansado.

—No todo el tiempo será lo mismo, las cosas cambian y las personas cambian. No se puede volver al pasado y vivir solamente de los momentos felices —pronunció antes de darle la espalda para volver a su trabajo.

Aquello provocó que juntara suavemente sus cejas mientras contemplaba a otro de sus mejores amigos alejarse.

Yoongi en verdad que estaba actuando raro últimamente, más de lo normal y temía... Que recayera en la depresión otra vez.

Sus ojos se posaron sobre Jungkook cuando este salió de la oficina de su padre, observando a su alrededor, el menor le ignoró y rápidamente se dirigió hacia Yoongi cuando lo ubicó.

Suspirando, observó el número de su pareja y finalmente se salió para bloquearlo y guardarlo en su bolsillo.

Realmente no era momento para que su pareja entrara en acción cuando las cosas parecían estar tan tensas y delicadas.

Y aunque Yoongi se lo negara, parecía que el aniversario de la muerte de Agust le estaba afectando otra vez.

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