Capítulo 00:07
Jungkook mordía nerviosamente su labio inferior mientras contemplaba a su muñeco dormir a su lado.
O al menos eso creía él, ya que Taehyung estaba extremadamente quieto otra vez.
Y si...
Justo para demostrar que estaba pensado erróneamente, el pequeño cuerpo giró sobre su costado, acurrucándose más cerca de él casi como si buscara de su calor.
Suspirando en alivio, alzó su mano y acarició la larga y negra cabellera suave.
"Debe ser lindo que te regalen algo" recordó y nuevamente lamentó no poder cumplir con su promesa.
Era tan... Injusto.
Taehyung ya estaba haciendo demasiado por él, el muñeco realmente no sabía de la importancia que había tomado en su vida y él no era capaz de siquiera devolverle su baúl.
Observando las perfectas facciones de su muñeco, de un momento a otro, se decidió.
Solo tenía que ir y volver.
Él podía hacerlo... Pero no solo.
Separándose con cuidado, Jungkook colocó una almohada en su lugar para impedir que TaeTae rodara sobre el colchón y cayera al suelo. No iba a correr ningún riesgo nunca más en lo que respectaba a él.
Buscando su teléfono móvil, lo encendió. Rápidamente este se volvió loco con las, al parecer, infinitas notificaciones específicamente de dos personas. Ignorando las llamadas junto a los mensajes de SeokJin y Namjoon, fue directo al número de Yoongi y marcó.
—¿Qué? —contestó el mayor algo malhumorado.
—Hyung, necesito tu ayuda —pidió torciendo sus labios en una mueca.
—¿Qué quieres que haga? —preguntó e inmediatamente el menor se relajó.
Debió de recordar que independientemente del estado de ánimo del mayor, este siempre estaría dispuesto a ayudar si lo necesitaba.
Y realmente lo hacía, si Yoongi le hubiera dicho que no, lo más seguro era que hubiese tenido que ir solo...
Un escalofrío recorrió su cuerpo de solo pensarlo, no era lo suficientemente fuerte para ello... No todavía y no sin Taehyung.
—¿Nos encontramos fuera de la casa de mi abuelo? —pidió—. Olvidé algo y lo necesito.
—... ¿Quieres que lo vaya a buscar yo y te lo lleve? —preguntó el mayor, y eso era bastante amable de su parte siendo la forma en la que le había contestado.
Y Jungkook realmente estaba tentado a decir que sí pero... Entonces, realmente no podría considerar que había hecho algo por Taehyung.
—No, solo... Necesito que estés ahí para mí —respondió.
—Bien, te veo allí.
—Ah... Hyung, puedes... Evitar decirle algo a SeokJin y Namjoon —pidió.
Yoongi alzó ambas cejas, Jungkook solo olvidaba el Hyung cuando estaba enojado con las personas.
—No hay problema —respondió finalmente para cortar la llamada.
Con eso resuelto, Jungkook inmediatamente fue hacia su habitación por un cambio de ropa, encontrándose con su muñeco sentado en el centro de la cama observando fijamente la puerta.
—¿Con quién hablabas? —cuestionó.
—Yoongi.
—¿Para qué? ¿Te está obligando a ver a tus otros amigos? —preguntó con el ceño fruncido.
—¿Qué? No —respondió inmediatamente, acercándose a Taehyung—. Él no es esa clase de persona, solo le pedí si que me acompañara a la casa de mi abuelo —explicó.
—¿La casa de tu abuelo? —repitió obviamente más animado—. ¿Por mi baúl? —casi parecía que sus lindos ojos brillaban de verdad.
—Sí —asintió, sentándose en la orilla del colchón.
Inmediatamente el pelinegro se acercó colocando sus diminutas manos sobre su muslo, observándolo expectante.
—No puedo ir a ese lugar solo TaeTae, realmente no —negó con su cabeza—. Por eso se lo pedí a Yoongi hyung, a pesar de que hubiera preferido que fueras tú quien me acompañase.
—¿Y por qué no me llevas? —preguntó.
—Porque es peligroso allá afuera y no quiero que nada te ocurra —respondió acariciándole la mejilla—. No dejaré que nada te ocurra.
Y tocando la delicada y fría porcelana, una parte de Jungkook, se preguntaba cómo sería si fuese de verdad.
¿Cómo sería su Taehyung como un ser humano?
—¿Kookie?
—Perdón, ¿qué? —preguntó sacudiendo su cabeza para quitar dicho pensamiento.
Debería de agradecer lo que tenía, no pedir más. Ni siquiera se merecía en primer lugar que alguien como Taehyung estuviera a su lado.
—No es necesario que vayas si aún no estás listo —repitió levantándose y alzando su mano para dejarla sobre la mejilla del humano.
—Está bien, te prometí que te daría algo —insistió—. Mejor dime cómo está tu cuerpo ¿funcionó esa cosa?
Taehyung sonrió, y de alguna forma, sus ojos parecían tener este brillo que los volvía más hermoso y reales.
—Lo sabremos esta noche —dijo de manera misteriosa.
(***)
Observando la casa de su abuelo, Jungkook apretó su mandíbula e ignoró su dolor ante los recuerdos.
Para distraerse, observó a la persona que se encontraba a su lado.
—Gracias por acompañarme, Hyung —pronunció mirando a Yoongi.
El mayor estaba vestido de forma descuidada y unas feas ojeras marcaban su rostro.
—Está bien, no estaba haciendo nada —quitó importancia encogiendo sus hombros—. Vamos —anunció moviéndose antes de que el menor le preguntara si estaba bien.
Subiendo los escalones, ambos giraron hacia la entrada de la tienda de antigüedades.
Si Yoongi percibió el temblor en la mano de Jungkook, realmente no dijo nada al respecto.
Abriendo finalmente la puerta, ambos entraron en el oscuro y silencioso lugar lleno de objetos antiguos.
—Esta mierda está oscura —se quejó el mayor con el ceño fruncido.
Trasladándose como si estuviera en su propia casa a pesar de estar en la oscuridad, Jungkook fue hasta el interruptor de luz sin ningún problema y lo encendió.
—Bien, ¿qué vinimos a buscar? —preguntó el pelimenta, observando a su alrededor con sus manos metidas dentro de su sudadera.
—Está arriba, en el segundo piso —respondió algo ausente el menor.
Sus ojos recorrían con dolor cada parte de la tienda, recuerdos abordándolo de forma tortuosa y continúa.
En ese momento realmente deseaba que Taehyung estuviera a su lado, distrayéndole del dolor.
Sí, su muñeco sabría exactamente qué hacer para que no pensara en nada.
—Jungkook —llamó Yoongi, chasqueando sus dedos frente al rostro del castaño.
Obligándose a volver en sí, Jungkook observó al mayor que señalaba las escaleras.
—¿Subes o no? —preguntó.
Asintiendo con la cabeza, Jungkook obligó a su cuerpo moverse y siguió a su amigo subiendo las escaleras.
—¿Por qué estás enojado con la pareja feliz? —preguntó Yoongi, buscando el pequeño interruptor para encender la luz una vez llegaron arriba.
Personalmente, él nunca tendría una tienda y menos una que vendiera antigüedades. A dónde sea que mirase, había muñecos, cajas musicales, cosas de porcelana, etc. Todo con aspecto delicado.
Aburrido.
—¿Cómo te sentirías si mientras creyeras estar ayudando a un amigo, estos en verdad están invadiendo tu departamento sin tu permiso y revisando tus cosas? —cuestionó con tono duro el menor—. Agregándole el hecho de que además casi rompen a alguien muy importante para ti.
—¿Romper a alguien? —preguntó el pelimenta, volteando a verlo algo curioso.
—Quiero decir algo... —Yoongi arqueó una ceja—. Ugh... Mi abuelo me dejó un muñeco de porcelana, es muy importante para mí y ellos casi lo rompen en su misión de invadir mi departamento —explicó algo nervioso.
Considerando las palabras del castaño, Yoongi asintió con su cabeza.
Él también odiaban cuando le engañaban.
E inmediatamente pensó en una persona en especial.
—Yo también estaría molesto —concedió el mayor, por fin dando la luz.
Esta iluminó el lugar y luego se apagó, volvió y repitió el mismo proceso para finalmente quedar en una suave luz que parecía que en cualquier momento se volvería a apagar.
—Pero debes de reconocer, la pareja feliz hace lo que sea por quienes aprecian cuando están preocupados —le recordó siendo él uno de los principales afectados en ello.
Y ahora que Jungkook los estaba ignorando, la pareja había vuelto toda su atención en él.
Y a pesar de que, de cierta forma era reconfortante que se preocuparan por alguien, el exceso de ello también era molesto.
Deteniéndose frente a las cajas que ocultaban el baúl, Jungkook frunció el ceño al escuchar aquello.
Por su exagerada preocupación casi perdía a Taehyung y eso era...
Algo difícil de olvidar.
—No lo sé... —dijo terminando de apartar las cajas llenas de libros y objetos, revelando finalmente el baúl—. Si lo hubiese perdido... No estaría aquí ahora —murmuró para él mismo.
Ayudando al menor a sacar el nombrado baúl, ambos bajaron las escaleras y salieron de la tienda dejando todo tal cual estaba antes.
Guardándolo en el automóvil de Yoongi, el mayor se quejó.
—Bien, esa cosa pesa más de lo que pensaba —dijo sacudiendo sus manos para quitar el exceso de tierra que había quedado en sus manos.
Los ojos de Jungkook quedaron hipnotizados ante los ligeros rasguños o cortes en la muñeca del mayor, todos pareciendo ser viejos.
O eso quería creer él, algunas tenían un suave rosado en ellas.
Cuando sus ojos se encontraron con los del mayor, Yoongi le observaba en silencio con una expresión distante. Sin decir nada, el pelimenta lentamente acomodó más abajo las mangas de la sudadera.
—¿Hyung? —pronunció bajo, sorprendido.
Nunca hubiera creído que el mayor fuera ese tipo de persona. Yoongi podría ser algo distante a la mayoría de las personas pero nunca había mostrado algún problema, siempre viéndose tan fuerte y seguro... Nunca se imaginó que...
Solo una vez lo había visto roto, que fue cuando había perdido a su hermano gemelo pero eso había sido...
—Tú nunca... —balbuceo comprendiendo.
Realmente, Min Yoongi aún después de tres años todavía no superaba la muerte de su hermano gemelo.
—A veces... Cuando uno finge estar bien, a momentos se lo termina creyendo, a pesar de que no sea así —pronunció con simpleza, como si no fuera nada importante—. Termina de cerrar la tienda —anunció antes de subirse a su auto sin más palabras.
Aún sorprendido por su descubrimiento, Jungkook volvió a la tienda y apagó las luces antes de cerrar la puerta con llave.
Subiéndose al auto, el viaje de vuelta a su departamento fue silencioso.
La mente de Jungkook estaba invadida de preguntas al respecto... ¿Cómo era posible que no se hubiera percatado de ello?
Yoongi ya le había dado una pista cuando mencionó sobre el corte en su cuello y él aun así, lo había ignorado.
—Ni una palabra a nadie si no quieres que yo cuente tu intento de suicidio —advirtió el contrario una vez se detuvo frente al departamento del menor.
—Yo no... —inclinándose sorpresivamente sobre él, Yoongi arrancó la venda provocando una mueca de dolor en el castaño.
Viendo el corte, el mayor sonrió ladino.
—Di lo que quieras, sé lo que es ese corte —se burló.
—¿Estás bien, Hyung? —pregunto el menor, solo... Observándolo.
Suspirando, Yoongi pasó las manos sobre su cabello y finalmente observó de forma culpable al menor.
Estaba actuando como un idiota, lo sabía. Pero era la primera... No, segunda vez que alguien se daba cuenta de que estaba sufriendo y sentía que estaba perdiendo el control.
Todo por aquella persona.
—Lo siento... Tuve un encuentro con mi madre y el aniversario de la muerte de Agust... —no pudo terminar la frase.
—Está bien, lo entiendo —asintió Jungkook—. Yo no soy quién para recriminar nada, Hyung —rió bajo y amargo—. Ni siquiera puedo superar las muertes de mis padres aún, mucho menos estoy haciendo frente a la de mi abuelo —reveló.
—Te ves mejor que hace dos semanas —comentó agradecido por el cambio del tema, no quería hablar sobre él a pesar de que eso era lo que necesitaba.
—Eso es porque ya no estoy solo —sonrió y sin decir nada más, se bajó del auto.
—¿Tienes una pareja? —pregunto curioso el Yoongi.
Sonriendo, Jungkook pensó en Taehyung y asintió con su cabeza antes de ir hacia atrás, sacando el baúl de su muñeco del maletero.
—Me gustaría tener a alguien también —murmuró Yoongi, observando al menor antes de alejarse.
Subiéndose al ascensor, Jungkook se bajó en el segundo piso ignorando la mirada de la mujer que permaneció en la caja de metal.
Dejando el baúl en el suelo, abrió la puerta de su departamento y volvió a tomar su carga antes de entrar, cerrando la puerta con su pie.
—TaeTae, ya estoy en casa —gritó y sonrió al escuchar pequeños pasos resonar en el piso antes de que su muñeco apareciera.
—¡Es mi baúl! —gritó con alegría.
Si, soportar aquellos dolorosos recuerdos habían valido la pena totalmente si ahora su Taehyung estaba así de feliz.
—Te estás ensuciando TaeTae, ¿por qué no lo limpiamos primero? —sonrió con cariño.
Vaya... Realmente estaba sonriendo.
—¡Sí! —asintió y se subió al baúl para luego saltar sorpresivamente sobre el humano quien con terror le atrapó rápidamente.
—Tae-...
—Gracias por haber hecho esto por mí, debió de ser muy doloroso para ti ir a ese lugar y aun así lo hiciste —pronunció interrumpiéndolo.
Alejando su cabeza, besó la mejilla de Jungkook.
—Gracias —volvió a sonreír el muñeco antes de bajar y correr hacia la sala de estar.
Estando solo, Jungkook tocó su mejilla que parecían cosquillear suavemente ante el contacto de aquellos duros y fríos labios de porcelana.
Algo se removió en el estómago del castaño, algo similar a unas mariposas.
—¡Kookie! —gritó Taehyung desde su sala de estar.
Sonriendo, tomó nuevamente el baúl y fue hacia su impaciente muñeco.
Sí, había valido totalmente la pena ir a ese lugar.
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