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Capítulo 6 - Dolorosa melodía


Zero.

Entro en la habitación detrás de mí en cuanto Jake o como sea que se llame echa a correr por las escaleras, odio a esa chica, con cada fibra de mi ser, ¿qué sabe ella de Niko o de mí? Una vez cierro de un portazo, me recuesto de la puerta y echo mi cabeza atrás, en serio como quisiera desaparecer todos estos malditos sentimientos que me impiden respirar con facilidad.

Abro mis ojos y observo la sala delante de mí, aquí es donde suelen ensayar los chicos, el santuario de los músicos, el lugar donde dejan brotar todo su talento con los instrumentos, pero de todos los instrumentos aquí dentro el único que siempre capta mi atención es el piano que esta frente a mí.

Niko adoraba ese instrumento y he de decirlo era el único instrumento en el que fue realmente bueno, al ser gemelos compartimos muchas cosas, pero el talento con la música siempre fue mío, Niko amaba la música pero solo para escucharla y disfrutar de ella, a menos que se pusiera frente a un piano, allí toda la vena artística y musical que había en mi parecía despertar en él y hacer maromas en su interior, terminaba tocando piezas de los grandes como si de ellos mismos se tratara.

Niko era increíble en el piano, fue el primer instrumento que ambos aprendimos a tocar, yo amaba la música y moría por tocar algún instrumento, el simplemente empezó hacerlo por acompañarme y termino enamorado del piano, razón por la que papa termino comprándole uno, que rara vez usaba pero siempre que teníamos alguna cena familiar o alguna reunión nos deleitaba con su talento.

Me despego de la puerta y camino hacia el instrumento, atraído por el como si de un puto demonio se tratara y uno que atenta con tragarme en la más absoluta obscuridad, me dejo caer en el banco y extiendo mis manos sobre el borde, levanto la tapa y observo las teclas, blanco y negro haciendo contraste, irremediablemente mis ojos se llenan de lágrimas.

Mierda como los extraño, como extraño a Niko sentado en el piano y a Ashley sentada a su lado entonando alguna linda canción de esas que le encantaba cantar, siento las lágrimas descender por mis mejilla y golpeo las teclas con fuerza, el sonido desentonado inundando el espacio a mi alrededor

– Los extraño – susurro con voz ronca – mierda como los extraño – jadeo dejándola botella de cerveza en la parte superior del piano.

Deslizo mis dedos con suavidad sobre las teclas, sin ganas de tocarlo, pero con unas ansias de que la música inunde todo a mí alrededor y me trague. Primero presiono una, luego otra y después otra sin darme cuenta ya entono la canción, que mi hermano solía tocar en días en que sentía que todo lo agobiaba, en días en que la universidad parecía demasiado para él, en esos días en que su relación con Kim parecía absorberlo y volverlo loco, esos días en los que la presión de ser hijo de uno de los arquitectos más importantes del norte del continente lo consumían.

Mientras mis dedos se deslizan por las teclas blancas y negras, siento como mis lágrimas descienden por mis mejillas, recordando como su expresión aturdida y cansada llenaba todo su rostro, como entraba en la sala de la casa y lo miraba tocar desde la puerta, sus ojos cerrados sintiendo como cada nota musical lo relajaban y volvían a encausarlo, recuerdo que solía acercarme a él y sentarme en el suelo, mi espalda apoyada al banco.

Cerraba mis ojos y me dejaba llevar por las notas nostálgicas y tristes de la melodía, no entendía porque esa canción le gustaba tanto o sí que lo entendía, después de todo sabia como se sentía, sabía cómo pensaba, compartíamos esa extraña unión entre gemelos.

Podía sentir el pesar que a veces lo embargaba cuando toda esa carga caía sobre sus hombros, le correspondía a él, porque yo era demasiado rebelde como para poder afrontar semejante responsabilidad, yo me aseguraría simplemente de estar allí para poder apoyarlo y ser su soporte si se debilitaba, si por algún absurdo momento creía que no sería capaz de lograrlo.

Niko podía hacer lo que sea que se propusiera, era increíble con las personas, dulce, amable, divertido, cariñoso, espontaneo, Niko era todo lo que yo no era, porque desde muy pequeño me toco ser el fuerte para poder protegerlo.

Yo era el distante, el que analizaba, el que no se dejaba llevar por una sonrisa, el que se detenía a pensar que los demás no eran siempre honestos, el a veces frio y distante, el que superaba a todos con su capacidad analítica y lógica, mientras que el por extraño que parezca siempre era el emocional.

Cuando el termine de tocar el ultimo acorde y la música murió en las paredes de la sala de ensayo, me sentí más ligero, su canción haciendo su magia en mí, una sonrisa torcida se dibujó en mis labios al recordar mis palabras cuando terminaba de tocar la canción.

– Eres pésimo mintiendo – el solía sonreír y abría sus ojos y me miraba, mi reflejo mirándome

– Y tu un puto grano en el culo – ambos reíamos y el suspiraba miraba el techo y continuaba con la misma frase de siempre – a veces siento que no puedo – yo me ponía en pie y me sentaba a su lado, solía tocar alguna corta melodía tratando de desafinar a propósito, el reía y luego de algunos segundos en silencio le recordaba lo increíble que era.

– Niko fuiste el últimos en nacer, eras más débil que yo, todos pensaron que morirías, pero luchaste y mírate, eres incluso mejor que yo en muchas mierdas, no digas que no puedes, porque sé que puedes hacer lo que sea que te propongas hacer, aunque a veces sientas que todo es demasiado, sé que conseguirás la manera de afrontarlo y para suerte de todos cuentas con el apoyo de un súper héroe – Niko solía reír a carcajadas después de eso y asentir

– Cierto había olvidado que súper Zero siempre viene al rescate – pasaba su brazo sobre mi hombro y unía nuestras cabezas, costumbre que hacíamos desde que éramos unos bebes, cuenta mi madre – siempre estás conmigo Z – ambos permanecíamos en silencio y luego solía encogerme de hombros y bromear

– Deberíamos cambiar algo en esta conversación siempre es más o menos igual – Niko reía y asentía

– Soy demasiado predecible

– No, eres inoportuna e insoportablemente sensible y emocional y eso te hacer excepcional hermano además de medio marica pero no podemos ser tan perfectos ¿no? – inevitablemente rio con el recuerdo y suspiro

Lagrimas caen sobre las teclas del piano, mientras con dolor recuerdo todos esos estupendos momentos que compartí con mi gemelo, siento como las lágrimas nublan más y más mi vista, como el llanto me impide respirar y como mis manos se cierran con fuerza sobre las teclas.

Unos golpes suaves en la puerta me despistan de mi dolor y me devuelven a la realidad, una realidad en la que mis hermanos no están y el dolor, la tristeza y la culpa ocupan gran parte de mi vida.

– Zero – la voz de Kyle se escucha a mis espaldas – llevare a Brooklyn a su casa – una pausa, sé muy bien que esta sopesando si dejarme solo o no – ¿quieres... – no lo dejo terminar

– está bien, ve – susurro, mi voz ronca por las emociones

Siento su mano sobre mi hombro presionar con fuerza, Kyle es bueno con las palabras, como yo solía serlo con Niko cuando me necesitaba, pero a veces sabe muy bien cuando guardar silencio y agradezco eso, su mano deja mi hombro y lo escucho alejarse, cuando giro y veo sobre mi cabeza Jake me observa desde la puerta con ojos llorosos y una ira incontrolable se apodera de mí.

Por su culpa mi fin de semana es una mierda, por su culpa recordé toda esta porquería de sentimientos que lo único que hacen es ahogarme en este maldito pozo en el que vivo desde que mis hermanos murieron en ese puto y trágico día.

Desvió mis ojos y tomo la botella de cerveza, presionando con fuerza el agarre, en cuanto la puerta se cierra detrás de Kyle sin pensarlo lanzo la botella contra la puerta y un grito furioso abandona mi garganta.

Unas horas después.

Permanezco en el frio suelo de madera de la sala de ensayo, mirando el techo, la soledad siendo mi mejor compañía y los recuerdos de mis hermanos azotando mi memoria. La puerta de la sala se abre y Kyle entra sin camisa y un par de cervezas en sus manos, sin decir nada la coloca a mi lado y se sienta.

En silencio lo veo dar un largo sorbo y recostar su cabeza de la pared, cierra sus ojos y suspira, también debe ser duro para él, yo perdí a mi hermano y mi mejor amigo pero el también perdió a su mejor amigo, Kyle y Niko siempre éramos tres, donde iba Niko estaba yo y donde estaba yo estaba Kyle.

Jamás se comparara la relación que tenía con mi hermano, pero sé cuánto le afecto su partida a él, la diferencia fue que el decidió seguir adelante y yo no pude hacerlo.

– ¿Quieres hablar? – pregunta en un susurro aun con sus ojos cerrados

– No – respondo con simpleza

– Deberías – agrega en voz baja

– No quiero Kyle – le espeto cabreado y él sonríe

– lo sé, pero deberías hacerlo, solo tocas esa canción cuando estas al borde y la última vez que explotaste tuvimos muchos problemas – comenta sin abrir los ojos, suspiro recordando esa vez.

Era viernes para variar, hacia unos días de nuestro cumpleaños y me sentía como una mierda, quería desaparecer y perderme en el alcohol, entre las piernas de las chicas sin pensar, sin sentir, sin vivir, odiaba sentir todo ese dolor y ese vacío que me consumía cada vez que me miraba al espejo y solo podía ver a Niko en el.

– Te odio – le espeto a mi reflejo, empuñando mi mano y estrellándolo con fuerza para destrozar lo que veía, al menos eso podía destrozarlo.

– ¿Zero, hijo que estás haciendo? – la desesperada voz de mama me llama desde el otro lado de la puerta – hijo por favor basta, no hagas esto – otro golpe sobre el espejo, el dolor en mis nudillos, la sangre manchando el lavabo debajo de mí y el mismo espejo – Zero por favor no hagas esto mi vida para – los sollozos de mama desde el otro lado de la puerta me rompen aún más el corazón.

Como quisiera que ya no llorara, como quisiera poder hacer algo, lo que fuera para verla sonreír una vez más, para verla feliz, pero no puede hacerlo porque cada vez que me ve, ve a Niko y eso la rompe aún más, ¿Cómo puedo vivir con ellos si cada vez que me miren miraran a mi hermano, como demonios hare para vivir si cada vez que me mire, Niko será quien está mirándome de regreso?

Otro fuerte golpe, más sangre manchando mi ropa, el espejo hecho añicos delante de mí y el lavabo, antes de poder golpear una vez más el reflejo agrietado de mi cara, la puerta del baño cae con estrepito y mi padre entra por ella, seguido por mi madre y en el umbral de la puerta Kyle.

Mirándome con tristeza, los brazos de papa se cierran a mí alrededor mientras mama con desesperación toma mis manos sin dejar de llorar, sin poder verme a la cara, porque el dolor aumenta al hacerlo.

– hijo tienes que parar, Zero no puedes seguir lastimándote, no puedes seguir hiriéndote cada vez que te veas en el espejo – la voz de mama suena rota, dolorida

Mi cuerpo se tensa con su tacto delicado sobre mis maltratados nudillos, lagrimas descendiendo por sus lindos ojos que siempre nos miraban con demasiada ternura y amor.

– Hay que llevarlo a la clínica – susurra papa a mis espaldas – seguro necesitara puntadas – mama solloza un poco más fuerte y me deshago de su agarre con brusquedad

– DEJENEME EN PAZ – les grito, mama sobresaltándose con mi reacción, papa mirándome con dolor

– Zero – su voz es ronca por la cantidad de emociones que está conteniendo

– ZERO UNA MIERDA, TODO ESTO ES MI CULPA – grito con desesperación tirando de mi cabello, la sangre me humedece la cien y papa da un paso en mi dirección – NO, DEJENEME EN PAZ LARGUENSE – les grito mirándolos con dolor, mama incapaz de mirarme a la cara, lo que me rompe un poco más – ¿POR QUÉ NO ME MIRAS? – Le grito con desesperación – MIRAME MAMA – pero ella permanece con sus ojos fijos en el suelo sin dejar de llorar.

Respiro profundamente y con el corazón latiendo tan rápido que siento que en cualquier momento saldrá de mi pecho, salgo del baño, lleno de dolor, de ira, de frustración, de confusión, de odios. Tropiezo con un impactado Kyle que no deja de mirarme asombrado y entristecido por la reacción de su mejor amigo.

Corro por el pasillo con una idea loca en la cabeza, largarme lejos, volverme mierda una y otra vez hasta olvidar mi rostro y el de mis hermanos, desciendo las escaleras como alma que lleva el diablo y tomo las llaves de la motocicleta, salgo dando un portazo, la brisa fría de invierno me recibe, recordándome para variar que es navidad y que Ashley amaba estas malditas fechas.

Corro por el camino hasta el frente donde mi moto espera cubierta por una fina capa de nieve, subo en ella y con desesperación la enciendo

– Zero espera – la voz de Kyle y de papa llamándome, pero los ignoro

Salgo del estacionamiento de casa con la clara idea de no volver hasta que mi rostro sea distinto al de Niko, hasta que la navidad no me recuerde la risa de Ashley, hasta que mi corazón no lata a un ritmo mas lento porque mi otra mitad faltante murió, hasta que la nieve no me recuerde ese infinito número de muñecos de nieve que hice junto a mi hermanita, hasta que el dolor sea más soportable.

Manejo como loco, con lágrimas en mis ojos empañándome la vista, me salto semáforos, escucho bocinas e insultos pero nunca me detengo hasta que siento que debo hacerlo, porque ya no puedo respirar, porque las lágrimas siguen cayendo y no se detienen, porque mi pecho duele y siento que en cualquier momento se abrirá en dos, porque ya no puedo mantener el equilibrio y sucede, pierdo el control de la motocicleta y caigo al piso, el ruido y todo a mi alrededor se vuelve caótico.

Háblame Zero – la voz de Kyle me trae de regreso al presente, que honestamente no es muy diferente de ese pasado.

– No hay mucho que decir – susurro

– ¿Qué paso con Brook? – pregunta, lo observo un instante y permanece con los ojos cerrados

– Conoció a Niko – susurro, sus ojos se abren de inmediato y me ve sorprendido

– ¿Cómo sabes? – pregunta en voz baja

– Lo comento – susurro fijándome una vez más en el techo

– Entiendo – susurra una vez más sin dejar de verme – ¿Zero? – Me llama y lo observo – estarás bien – sonríe sin ganas y vuelve a recostar su cabeza en la pared y suspira – estaremos bien hermano – asegura haciéndome sonreír

– Lo sé – susurro de vuelta

Permanecemos en silencio un largo rato, ambos perdidos cada uno en sus pensamientos, yo recordando a Ashley y su costumbre de meterse con Kyle, le fascinaba mi amigo, decía que era un príncipe cubierto de pintura, por sus tatuajes, sonrió al recordar su sonrisa y sin más me siento de golpe.

– Kyle – lo llamo, mi mejor amigo abre los ojos y me ve expectante unos segundos pero luego sonríe

– Conozco esa mirada – ambos reímos suavemente – iré por las tintas y la máquina – susurra poniéndose en pie, lo veo alejarse y salir de la sala de ensayos.

Suspiro una vez más, pensar en mis hermanos de esta forma siempre me ínsita hacer cosas locas, termino lanzándome en paracaídas, en ben ji, tatuándome o corriendo a mil por horas en el auto, conduciendo a ningún lugar en particular, solo por la sensación de estar al límite.

Kyle regresa al cabo de algunos minutos con su maletín donde tiene sus cosas para tatuar, al verme sonríe, se sienta a mi lado en el suelo y lo abre, comienza a arreglar todo y después de algunos minutos hace la pregunta

– ¿Y que será esta vez? – sonrió de lado y suspiro

– Una corona – el frunce el ceño y ladea su rostro para verme, esperando la explicación, mientras saca papel y boli para ir haciendo el diseño – con una rosa y una mariposa, tres triángulos entrelazados y esos tres elementos en el centro de los tres triángulos – Kyle asiente repetidas veces mientras veo como comienzan a salir las líneas y las formas de la corona – ¿sabías que Ashley moría por ti? – preguntó en voz baja y lo escucho reír

– ¿la princesita de corazones? – pregunta sorprendido y al escuchar el apodo rio, se lo puso una vez después que le gano jugando póker, sí, mi hermana pequeña era una experta en el póker, no pregunten como demonios aprendió o porque era tan buena, pero después de un juego con Kyle el decidió decirle así.

– Sí, solía decir que eres como un príncipe cubierto de pintura – Kyle sonríe con tristeza y me ve

– Tiene – hace una pausa y me ve serio, suspira y luego continua – tenía muy buen gusto – ambos reímos con suavidad mientras veo como poco a poco el diseño va cobrando vida.

Kyle es increíble, es uno de los mejores artistas del tatuaje en New York y solo tiene 24 años, tiene una facilidad para dibujar exactamente lo que quieres como si pudiera verlo en tu cabeza, como si pudiera sentir lo que sientes mientras le explicas lo que quieres. Lo veo trazar líneas aquí y allá, con rapidez, después de algunos minutos que se me hacen sumamente cortos, tiene listo el diseño, me tiende la hoja y sonríe

– ¿Qué opinas? – sonrió de vuelta

– Prefecto – el asiente y comienza a preparar la maquina

– ¿Dónde te lo harás? en los brazos ya no tienes espacio – comenta sin mirarme y rio encogiéndome de hombros

– No sé, busca algún lugar en mi espalda – el ríe y niega

– tampoco hay espacio además no vas a joder la pieza de los ángeles, creo que se verá bien en el costado o en tu pecho – comenta mirándome el abdomen

– el pecho quizás – susurro, después de algunos segundos vuelve a negar

– Mejor el costado, tienes un espacio justo debajo del ala del ángel negro – comenta acercándose a mí y revisando el área – como no es muy grande se verá bien allí – termina arrancándome la plantilla y colocándola en el área – ¿siéntate quieres? – Me espeta mientras trata de posicionar al mismo tiempo el dibujo – si se ve bien – dice separándose y mirándome con detenimiento – ¿quieres escuchar algo de música? – pregunta dubitativo y asiento

– Algo ruidoso por favor, necesito silenciar mi cabeza – comento poniéndome cómodo también, para dejarle espacio y pueda trabajar.

– Bien, Slipknot será – comenta riendo y rio con el

– gracias Kyle – susurro una vez lo veo tomar la máquina y acercarse para comenzar

– no hay nada que agradecer bro – dice sonriendo – solo no te aísles y habla conmigo cuando creas que vas a explotar – asiento y desvió los ojos hacia otra parte, sintiendo como las lágrimas una vez más inundan mis ojos.


Brook.

Nunca en mi vida había escuchado una melodía tan triste y dolorosa como la que suena detrás de la puerta donde vi el piano hace un rato, las notas calan muy profundo en mi interior haciéndome sentir una inmensa tristeza, siento mis ojos llenarse de lágrimas y me detengo a mitad de camino, mi cuerpo no responder.

– Brook, ¿estás bien? – pregunta Kyle a mi lado, su expresión paso a ser de una amable a una llena de tristeza en cuestión de segundos.

– s-si – tartamudeo, luego el suspira y me observa en silencio, antes de comenzar a descender las escaleras, veo su espalda perderse mientras baja y con pasos dudosos y pesarosos le sigo.

La música por alguna razón me recuerda a Connor y mi corazón se estruja en mi pecho, como puedo contengo las inmensas ganas de llorar que siento, mientras desciendo las escaleras, veo como Kyle se detiene frente a la puerta y aguarda, no se mueve solo permanece allí de pie mirando la puerta, asumo que Zero está allí y es el quien toca el piano.

La canción se me hace tan triste, tan abrumadora que no comprendo que pudo pasarle para que toque algo así, pero sea lo que sea justifica muchas cosas de las pocas que he visto en él, recuerdo sus ojos brillosos hace un rato, como su cuerpo se tensó cuando mencione a Niko, quizás no se hablan y por ello se molesta tanto cuando lo nombro, pero rayos pudo haber pasado entre ellos para que se separan.

Continuo caminando hasta alcanzar a Kyle que espera hasta que la canción finaliza, toma el pomo de la puerta pero no se mueve, como si dudara de entrar o no, debe ser difícil lidiar con alguien como Zero, su actitud es tan irritante, pero creo que este chico lo conoce bastante bien.

– Brook – se gira y me mira un instante, sus ojos no me dicen nada pero su expresión pesarosa si lo hace.

Algo paso aquí, algo que me estoy perdiendo y me siento incomoda, fuera de lugar como si estuviera estropeando un momento entre amigos, algo muy íntimo de ellos, me remuevo incomoda en mi lugar y desvió mi mirada al suelo, lo escucho suspirar y caminar hasta mí.

– no vayas a entrar – susurra – espérame aquí – se gira y toca la puerta suavidad, después de unos segundos la abre y logro ver sobre su hombro solo la figura encorvada de Zero, su cabeza gacha sobre el piano, luce derrotado, como si todo a su alrededor le pesara, como si la vida le quedara grande y estuviese aplastándolo.

– Zero – Kyle lo llama y su cuerpo se tensa ligeramente – llevare a Brooklyn a su casa – hace una pausa y suspira antes de continuar – ¿quieres... – pero Zero no lo deja terminar

– Está bien, ve – su voz es ronca casi ni la reconozco, podría jurar que ha llorado

Kyle acorta la distancia que hay entre ellos y veo como coloca una de sus manos sobre su hombro, pero no dice nada, solo permanece unos instantes haciendo contacto con su piel tatuada y luego se separa de él, Zero gira su rostro hacia la puerta, donde sin darme cuenta me he detenido, curiosa por mirar dentro, sus ojos se topan con los míos y el odio y la ira con la que me ve me deja perpleja, el nudo en mi garganta se hace más grande amenazando con hacerme llorar en ese instante.

Porque verlo es ver a Niko y nunca imagine que esos hermosos ojos pudieran verme con tanto odio y rabia, sé que quizás exagero, pero Niko aunque solo hayamos cruzado algunas palabras y hayamos compartido solo un momento, se convirtió en ese chico especial, ese con el sueñas encontrarte en la vida y vivir un cuento de hadas. Parpadeo un par de veces mientras Kyle se acerca a mi toma una vez más el pomo de la puerta y la cierra.

Kyle me observa un instante, antes de que desvié mis ojos al suelo y me gire para regresar a la sala donde camino con prisa hasta la puerta, cuando estoy por llegar a ella, escucho un fuerte golpe y vidrios haciéndose añicos, seguido de un fuerte grito de ira, que solo me confirma lo que ya sentí cuando me vio, ese chico por alguna razón me odia.

– Mierda – susurra Kyle junto a mí – lo siento – se disculpa abriendo la puerta – vamos necesito regresar pronto – y me siento culpable de que tenga que llevarme y dejar a su amigo solo en ese estado.

Se nota cuanto le importa Zero, su semblante preocupado no hace más que demostrármelo.

– Kyle no importa, quédate con el – hago una pausa y suspiro – creo que te necesita y yo estaré bien – le aseguro pero él sonríe con pesar

– No hará la diferencia si me quedo o me voy, justo ahora necesita y quiere estar solo – comenta guiándome hasta el ascensor que esta apenas a unos cuantos pasos, en ese instante noto que es la puerta de su departamento es la única puerta allí.

Como imagine ese departamento es enorme. Ingresamos en el ascensor y la tensión entre ambos es algo incomoda, vaya manera de conocer a alguien y que momento más incómodo que estamos viviendo ambos, en serio esta noche no podría ser más caótica y esta primera semana en New York no podría ser más dramática.

El camino hacia mi departamento lo hacemos en silencio, Kyle luce preocupado y pensativo, sé que debe estar pensando en Zero al igual que yo, no he parado de pensar en porque demonios le caigo tan mal, ¿que hice para desagradarle tanto? La suave voz de Kyle me saca de mis pensamientos

– no lo tomes personal, Zero es así – comenta

– tranquilo no importa – susurro, hago una pausa y suspiro – ¿Qué le paso? – pregunto después de algunos segundos

– Disculpa Brooklyn pero es algo muy personal – y me siento avergonzada por querer saber sobre el

– lo siento – respondo con rapidez sintiendo como mis mejillas se tornan rojas.

– tranquila, solo que no es algo de lo que nos guste hablar ni debo hacerlo la verdad – comenta con tranquilidad

– Está bien, dobla a la izquierda, en el segundo edificio – le indico para que finalmente me deje en casa.

Cuando se detiene frente al edificio se gira para verme, sonríe con pesar y luego suspira

– vaya noche ¿no?

– Sí, una locura – agrego sonriendo el suspira y luego de algunos segundos me remuevo incomoda – muchas gracias por traerme Kyle, prometo devolverte tu ropa – agrego con rapidez recordando que lo traigo es suyo, el ríe divertido y me guiña un ojo

– puedes conservarlo te ves sexy – ambos reímos y luego de algunos segundos el vuelve adoptar una expresión seria – en serio siento mucho que hayas tenido que toparte con Zero en uno de sus días de mierda, no es un mal chico solo esta – hace una pausa buscando la palabra pero rio y le hago un gesto con mi mano para restarle importancia

– todos tenemos días de mierda y además no soy monedita de oro para caerle bien a todo el mundo y es claro que a Zero no le caigo bien, además es algo mutuo por lo que no hay mucho que hacer aquí, más bien discúlpame por haberte entretenido – hago una pausa para mirarlo, Kyle tiene una mirada penetrante pero dulce al mismo tiempo – ahora regresa, Zero te necesita – él sonríe y asiente

– Te veré en el campus – agrega mirándome – que tengas un buen fin de semana Brooklyn y un gusto conocerte – agrega guiñándome un ojo rio por el gesto que lo hace ver sexy y asiento.

Desciendo del auto y cruzo la calle, para entrar al edificio, observo como se pierde en la calle y luego me giro, respiro profundamente y camino hasta la puerta, una vez allí me detengo en seco.

– Mierda, las llaves – murmuro dándome un pequeño golpe en la frente – genial Brooklyn, eres el ser más inteligente y listo del universo – camino hacia el costado de la puerta donde esta panel del intercomunicador – espero hayas regresado ya a casa Sarah – murmuro presionando el botón, pero nada ocurre.

Vuelvo a intentarlo un par de veces consciente de que mi amiga estaba bajo los efectos del alcohol y además si regreso aquí con Charlie es muy posible que ambos estén ocupado sino duermen ya. Pero para mi sorpresa no responde, lo que me hace pensar que mi querida mejor amiga no regreso al departamento y que a mí me tocara pasar lo que queda de noche en la entrada del edificio, al menos no hace tanto frio y la ropa que Kyle me presto es bastante cálida.

Me dejo caer en el último escalón y recuesto mi cabeza de la fría pared de concreto, suspiro y trato de organizar lo que paso este día, en serio pensé que sería una noche muy diferente, pero termine con el hermano gemelo malvado de mi amor platónico en su enorme departamento, después de haber vomitado su auto y su ropa, me vio casi desnuda, nos gritamos y nos insultamos y para completar descubrí que por alguna extraña e incomprensible razón me odia.

En serio una semana de lo más increíble, para mi tranquila y relajada vida, esto ha sido un vuelco de 360 grados uno que quizás no me gustaría vivir, me gusta la tranquilidad y la paz y he estado vivido más stress estos días de los que nunca viví en casa, ni quiera cuando termine el semestre el año pasado y estaba en parciales me había sentido tan estresada. Poco a poco voy perdiendo el hilo de mis pensamientos y sin más me rindo ante los brazos de Morfeo.

– ¿Brooklyn? – la voz de Sarah me despierta, cuando abro los ojos y me muevo, casi caigo de lado sobre mi regazo.

– Ouch – me quejo al sentir la fuerte puntada en mi cuello, el dolor allí es molesto – no grites quieres – le espeto abriendo mis ojos y mirándola.

Viene con el vestido que llevaba la noche anterior solo que lleva los tacones en una de sus manos y en la otra sostiene las manos entrelazadas de Charlie

– Uy creo que alguien no tuvo una buena noche – comenta este divertido viendo mi aspecto

– ¿eso crees? – Le espeto irritada poniéndome en pie y mirando mal a Sarah – ¿tienes idea de la noche que tuve? – ella me ve de arriba abajo y sonríe de lado

– imagino que una interesante porque al menos llevas ropa decente y sexy, algún príncipe te rescato de la pelea ¿eh? – comenta divertida y la fulmino con la mirada

– abre la jodida puerta que quiero llegar a casa darme un baño y dormir en una cama como una persona decente – digo caminando hacia la puerta, la escucho reír en voz baja y comentarle algo a Charlie que también ríe

– Oye no estés molesta – dice a mi espalda mi mejor amiga – intente llamarte, incluso llame a Jacky para que estuviera pendiente por si le llamabas – comenta mientras abre la puerta del edificio, le doy un pequeño empujón para pasar primero que ella

– Sí, claro era muy difícil esperarme afuera – susurro mientras la veo mal

– Brook, cuando salimos la lleve lejos de allí está demasiado nerviosa y en serio me olvide de ti – dice Charlie avergonzado y por un instante noto lo tierno que se ve con esa expresión

– no es tu culpa Charlie ella en teoría es mi mejor amiga no tu – él sonríe y suspira

– pero yo te invite debí haber velado también por ti – hace una pausa y me ve serio – al menos dime que mi hermano o Kyle te ayudaron – con la mención de su hermano y su amigo me tenso

– No, no lo hicieron – su rostro es un poema – bueno no del todo – explico – fue Zero quien me ayudo – la expresión de ambos esta vez es un poema

– ¿Zero te ayudo? – Pregunta atónita Sarah – ¿en serio? – la veo mal

– si, en serio

– ¿estás bien? – pregunta dudando Charlie y frunzo el ceño

– ¿Por qué no iba a estarlo?

– bueno era viernes y estas aquí tirada sola – duda un instante y sus mejillas tornan rojas, Sarah lo ve dudando.

Luego recuerdo las palabras de Kyle ayer en el campus, que Zero suele acostarse con chicas y luego las hecha a la mañana siguiente

– oh no, no, no es lo que estás pensando, no me acosté con el – le aclaro de inmediato, cosa que hace reír a Sarah

– pero ya quisieras ¿no? todas quieren con el – comenta divertida, ganándose una ojeada recelosa por parte de Charlie que ni siquiera nota

– vale, por un instante creí – comienza a Charlie y niego

– no, ni lo creas ni lo pienses tu amigo no me agrada y puede estar bien lejos de mí – mi comentario le sorprende y ríe

– en serio esto nuevo para mí, todas las chicas siempre quieren con el

– Yo no bebe – susurra Sarah junto a él y el apodo hace que la vea sorprendida, Charlie sonríe y la ve achicando sus ojos

– no te creo pero digamos que si – comenta divertido, Sarah le da un empujón y luego lo rodea con sus brazos y lo besa.

Bufo y me giro para dejarlos solos, ya tuve suficiente por esta semana, hora de descansar, olvidarme un poco de todo y subir a casa y relajarme.


Nota del autor: hola mis personitas bellas, wow que capitulo, debo decirlo quede agotada emocionalamente escribiendo este capitulo, ademas que lo ambiente demasiado bien y me perdi en el momento, le recomiendo escuchar la musica del principio, es muy hermosa pero triste. Que les ha parecido??? se han sentido tristes, han sentido el dolor y la angustia de Zero??? porque yo si y es absolutamente feo! Que duro no? pero saliendo de eso, que bello es Kyle en serio me encanta el. 

Hablemos de Brook, cuantos rieron cuando se dio cuenta que no tenia la llaves para entrar??? jajajajaja pobre la nena es caida de la mata pero bueno y la Sarah esa condenada amiga, jajajaja bueno en fin espero leer sus comentarios pronto, tengo muchas ganas saber lo que piensan, lo que sienten y lo que les esta pareciendo hasta ahora la historia??? Besos les amo infinito y gracias por apoyarme, por leer y por comentar!

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