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Capítulo 34 - ¿Estas celoso?


Zero.

Sostengo a Brooklyn entre mis brazos, mientras camino hasta el sofá y la acomodo sobre este, luce pálida y la preocupación me embarga.

— Brook — la llamo dando suaves toques a su mejilla — Brook vamos despierta — después de unos segundos reacciona, sus ojos se ven aturdidos y se le hace difícil enfocarme — ¿estás bien, que paso? — le pregunto preocupado y ella solo toma una bocanada de aire y niega con la cabeza.

— No lo sé — sus ojos fijan mi mirada y por alguna razón sé que está mintiéndome.

Jake — tomo su mentón y elevo un poco su rostro para que nuestras miradas se encuentren — está bien, ¿Qué pasa? — ella se incorpora y se sienta con las piernas sobre el sofá.

Las rodea con sus brazos y esconde su rostro entre ellos, no entiendo que pasa ni porque se puso así de repente, toda el aura divertida y segura que se desprende de ella normalmente se extinguió. No sé qué hacer porque nunca he sido muy bueno con las palabras y temo decir algo que la ponga peor.

Así que simplemente me pongo en pie y voy a la cocina por agua, pero una vez allí, recuerdo que mama solía decir que cuando estamos tristes nada es mejor que el chocolate, así que abro uno de los estantes donde Kyle suele guardar los dulces y tomo una enorme barra de Hershey. Camino de regreso hacia la sala y cuando la veo tiene los ojos rojos y llorosos.

Me detengo frente a ella y me siento sobre la mesa de centro, sin decir nada, le tiendo el vaso del agua pero niega y se limpia algunas lágrimas que caen por sus mejillas. Suspiro y destapo el chocolate, parto un trozo y antes de dárselo me siento a su lado y se lo tiendo.

Ella lo ve un instante y luego posa sus bonitos ojos en mí, sonríe con tristeza y lo toma, cuando lo muerde cierra los ojos y apoya el mentón sobre sus rodillas permanece así unos instantes y luego vuelve abrir los ojos. Permanece con la mirada perdida hasta que decido abrazarla, siento la necesidad de acurrucarla contra mí y protegerla, cuidarla de lo que sea que esté haciéndole daño.

— Connor murió con una infección respiratoria — murmura después de unos segundos.

Entonces recuerdo que su hermano murió, no tenía idea que había sido de algo como eso, permanezco en silencio, no quiero preguntar y que se ponga peor. Así que solo comienzo acariciar su cabello y dejo un beso sobre su cien, ella suspira y no vuelve a decir nada más.

Permanecemos en silencio un buen rato, hasta que finalmente ella se remueve un poco y la libero para verla, sus ojos siguen rojos al igual que su nariz, acaricio su mejilla y me acerco para dejar un suave beso en sus labios. Apoyo mi frente en la suya y respiro profundo.

— Lo siento — murmuro sin saber que más decir.

— Deberíamos ir a comprar los medicamentos de Cameron — murmura apartándose de mí y poniéndose en pie.

— Si quieres iré yo, puedes quedarte aquí — le sugiero sin saber muy bien si quiera salir.

— Sí, necesito moverme y hacer algo — me explica jugueteando con el borde de su blusa.

— Está bien, entonces vamos — tomo su mano y entrelazo nuestros dedos.

No sé que estoy haciendo porque dije que nada de esto pasaría, pero no puedo evitarlo, en cuanto la vi llorar sentí que mi pecho ardía y se comprimía, no me gusto verla así, no quiero soltarla si sé que está mal. No puedo hacerlo, no cuando ella me hace tanto bien.

Mientras bajamos en el ascensor permanecemos en silencio, ella ve nuestras manos constantemente y sé que está preguntándose qué significa esto, pero ni yo mismo lo sé y justo ahora no me interesa averiguar que es.

Compramos los medicamentos y los llevamos al orfelinato, al verme una vez más allí la directora intenta nuevamente encerrarme en su oficina para conversar sobre mi padre, cosa que evito a toda costa, diciéndole que Brooklyn no se siente del todo bien y que debo estar cerca por si necesita algo.

Logro quitármela de encima y cuando llego nuevamente a la habitación de Cameron, la niña está sentada sobre la cama con un oso de peluches entre sus brazos y expresión triste. Jake conversa con ella en voz baja, cuando las alcanzo esta última guarda silencio.

— Regresaste — comenta en tono animado la niña y asiento

— ¿Cómo te sientes? — ella ve a Jake y suspira

— Ya me siento bien, pero ella dice que debo quedarme en cama — sonrió y veo a Jake que la mira con preocupación.

— no puedes levantarte lo que tienes no es un juego Cam, prométeme que te quedaras en cama y beberás tus medicinas — le exige y la niña bufa cruzándose de brazos.

— Pero si ya estoy bien — se queja y rio divertido sentándome junto a ella

— A ver pequeña — comienzo y Jake me ve sorprendida — puede que te sientas mejor pero aquí dentro — digo señalando su pecho — las cosas aun no están del todo bien y si quieres que mis poderes hagan su trabajo correctamente tienes que permanecer en la cama, ¿de acuerdo? — Cameron me mira con los ojos abiertos como platos y sonríe

— ¿Vas a curarme? — sonrió con arrogancia y asiento

— Solo si prometes hacerle caso a Jake — su ceño se frunce y Brook y yo reímos

— Esa soy yo — dice divertida y Cam nos ve a ambos sin comprender

— Su nombre es Brooklyn no Jake — me explica y rio

— lo sé, pero me gusta decirle Jake

— ¿Por qué? — pregunta con curiosidad y rio basando los ojos de Jake que me ve con una media sonrisa en los labios

— Pues veras, por accidente tome una pluma suya y era de Jake y los piratas — comienzo a explicarle y la niña ríe divertida — desde ese día le digo Jake — Cameron ríe buscando los ojos de Brook que me ven con calidez y esa mirada mueve mi mundo por completo.

— ¿Por qué tienes una pluma de Jake y los piratas si no eres un niño? — Pregunta esta vez con curiosidad, pero no le da tiempo de responder — deberías tener una pluma de Elsa o Ana — Jake ríe divertida y asiente

— Debería pero esa pluma me la regalo alguien muy importante para mí y siempre la llevo conmigo — de inmediato recuerdo que la pluma fue un obsequio de su hermano y de inmediato cambio de tema antes que la pequeña siga haciendo preguntas.

— ¿Entonces prometes quedarte en cama y beberte las medicinas? — Cameron asiente repetidas veces y cierra los ojos con una amplia sonrisa

— Está bien, cerrare los ojos por si va a dolerme — murmura y rio

— Tranquila, no te dolerá lo prometo — comento apartando algunos de sus rizos de su rostro.

Busco la mirada de Jake que me observa entre fascinada y atontada, no puedo evitar reír con arrogancia. Me acerco a su oído y murmuro

— Deje el pañuelo en casa, pero si quieres te presto mi sudadera — ella ríe con picardía y niega con la cabeza

— ¿listo? — pregunta Cameron recordándome que está esperando que haga no sé qué cosa para curarla.

— Sí, listo — la niña abre los ojos y me ve con una amplia sonrisa.

— Ya comienzo a sentirme mejor — rio y Jake frunce el ceño

— Pero dijiste que te sentías bien ya — la niña la ve dudando y luego se rasca la nuca

— sí, pero ahora me siento muchísimo mejor — Jake y yo reímos divertidos con las ocurrencias de la niña y su inocencia.

Después de algunos minutos me pongo en pie y miro a Jake, que entiende de inmediato que es hora de irnos. Ya yo he perdido una clase y ella un par. Se inclina sobre Camero y deja un beso sobre su frente y le sonríe.

— te cuidas ¿ok? Intentare venir en la tarde otra vez, sino nos vemos mañana ¿de acuerdo? — la niña asiente y posa sus lindos ojos en mi

— ¿tú también vendrás? — pregunta animada y no sé qué responder

— Zero tiene cosas que hacer linda, cuando pueda vendrá otra vez a verte — sonrió y le guiño un ojo.

— quizás venga con Jake mañana — comento y ambas me ven, Jake sorprendida y Cameron feliz.

— genial hare un dibujo para ti — comenta animada y rio

— Nos vemos pequeña — me despido caminando hacia la puerta.

En ese momento esta se abre y aparece el chico que trabaja con Brook, Jay creo que se llama, en cuanto me ve su ceño se frunce y luego busca a Jake con la mirada, me ve mal un instante y luego entra saludándome solo con un gesto de su cabeza.

Cuando alcanza a Brooklyn ambos se abrazan efusivamente y mi cuerpo se tensa, siento un calor extraño en mi pecho y una repentina rabia se apodera de mí. Respiro profundo mientras los veo conversar animadamente, Jake ríe cada tanto y él se inclina sobre ella y dice algo que la hace reír una vez más, después de algunos segundos se despiden y Jake camina hacia mí con una enorme sonrisa.

— ¿Nos vamos? — me pregunta, pero en cuanto ve mi expresión esta se borra de inmediato — ¿estás bien? — fulmino con la mirada al tipo y salgo de la habitación sin responder su pregunta.

La escucho seguirme a pocos pasos de distancia, por alguna razón me cabrea que ria con el de esa forma, además se ven cercanos y no me agrada en lo absoluto como el la ve. Cuando alcanzamos el auto, el cabreo es mayor porque ella no ha intentado de decir nada.

Cuando me subo y azoto la puerta con fuerza, me doy cuenta que sigue fuera del auto mirándome, respiro profundo y vuelvo a salir.

— ¿me dirás qué te pasa? — me pregunta cruzándose de brazos.

— Nada, solo entra — le espeto ella bufa

— En serio empiezo considerar seriamente aquello que eres bipolar realmente — esta vez soy yo quien bufa

— Entra al maldito auto — suelto cabreado y ella eleva sus cejas desafiante.

Y aquí está la niñata patea cojones haciendo acto de presencia, mucho había durado nuestra puta paz.

— No, hasta que me expliques qué coño te pasa

— No me pasa nada, sube — digo entre dientes perdiendo la paciencia

— No — responde una vez más y frustrado por su actitud me giro y suelto exasperado.

— Como quieras — abro la puerta del auto vuelvo a subirme azoto aún mas fuerte la puerta y enciendo el auto.

Todo esto lo hago bajo la presión de su mirada asesina, pero si cree que con eso va hacerme bajar de nuevo y pedirle una vez más que se suba, está muy equivocada. De pronto recuerdo como son las cosas normalmente entre ella y yo, noto que lo que sea que paso el fin de semana acaba de terminar.

Me giro y comienzo echar hacia atrás, cuando saco el auto del puesto de estacionamiento, veo que su bolso está en el asiento de al lado. Me inclino y lo tomo, bajo el vidrio y sin mirarla siquiera se lo tiendo, ella no lo toma solo sigue mirándome.

— Cógelo Jake — murmuro entre dientes conteniéndome

— ¿Qué es lo que te pasa? — pregunta exasperada sin tomar el bolso.

La veo y sonrió con arrogancia, dejo caer el bolso a sus pies y vuelvo a poner los ojos al frente, arranco el auto sin mirar atrás, sintiéndome realmente cabreado y con ganas de golpear al imbécil ese por romper con nuestro momento.

De regreso en mi casa, cuando entro a mi habitación y veo la cama deshecha no puedo evitar pensar en ella, maldigo por lo bajo y camino hacia al baño para darme una ducha, mientras lo hago mi cabeza comienza a jugar con mi mal humor y repaso con detalle el trato que le dio el idiota ese hace un rato.

Como su mano toco en varias oportunidades, su cintura, como se inclinó para hablarle más de cerca, como le sonreía y como la miraba, maldigo una vez más soltando un puñetazo sobre la pared.

— El hijo de puta gusta de ella — digo entre dientes mientras siento como el agua cae por mi cuerpo.

Con la verdad rondando mi cabeza el cabreo aumenta y las ganas de buscarlo y pedirle que no se acerque a ella cada vez son mayores, pero hacer eso sería una tremenda estupidez, ¿Por qué lo haría? Ella y yo no somos nada.

— Es solo sexo Zero — murmuro para mí mismo dejándome caer en la cama desnudo — solo sexo y nada más — me repito tratando de convencerme que lo que estoy sintiendo no son jodidos celos y que me estoy muriendo porque este otra vez conmigo.

Cierro los ojos y respiro profundo, tengo clase dentro de hora y media y debería estar alistándome para ir a conversar con el profesor sobre la entrega que no hice en la mañana, así que me pongo en pie y comienzo arreglarme, conforme pasan los minutos mi cerebro comienza a elaborar un escenario de los más desagradable.

Jake y el idiota del orfelinato, en una cita, ambos comiendo helados juntos, en el cine, el tomando sus manos y besándola, en cuanto pienso en eso exploto, maldigo por lo bajo y lanzo otro golpe a la pared. ¿Qué caso tiene estar pensando en esto?

Salgo de mi casa con un humor de perros con ganas de matar a todo tipo que se me atraviese en medio. Conduzco con Metallica llenando el silencio del auto, tratando de opacar los gritos que mi cabeza se ha encargado de elaborar en torno a la estúpida escena que presencie entre Jake y el idiota del orfelinato.

Una vez en el campus camino hacia la sala de profesores donde debo encontrar al imbécil que corregirá el plano, cuando estoy por entrar una mano me sujeta el hombro.

— Evans — una sensual voz tensa mi cuerpo — ¿Qué haces aquí? — me giro para contemplar a una de las mujeres más sexys y jodidamente insinuantes de toda la universidad.

— Profesora Johnson — la mujer me sonríe con picardía — estoy buscando al profesor Carp, debía entregarle un plano esta mañana y no logre llegar a tiempo a su clase — la despampanante mujer me analiza unos instantes y asiente.

— Claro pasa, Mike está dentro — comenta abriendo la puerta.

Cuando ingresamos al salón solo hay un par de personas dentro, entre ellas el profesor Mike Carp. Al verme sonríe ampliamente y se acerca a mí apresuradamente.

— Sr. Evans que bueno verlo, ¿está todo bien, porque no vino a clase esta mañana? — pregunta con curiosidad tendiendo su mano hacia mí.

— Tuve que resolver un asunto personal — murmuro y el asiente — tenga — le extiendo el archivo con el plano y el informe — está todo descrito en el informe — el hombre asiente y luego de unos segundos sonríe ampliamente.

— Su padre debe estar muy orgulloso de usted — murmura haciendo que me tense.

Son pocas las personas aquí que conocen lo que paso, pero en la facultad la mayoría de los profesores está al tanto que mi gemelo era el genio de la arquitectura y que yo solo estoy haciendo esto para honrar su memoria.

— Y Nikolas debe sentirse muy alagado con lo que hace — ante la mención de mi hermano me tenso aún más, odio que otros lo nombren sin saber o conocer la forma en que pensaba.

— Claro — suelto sin ganas girándome para retirarme.

— Evans espera — esta vez es la profesora Johnson quien me detiene — ¿tienes un momento? — me sorprende un poco que me aborde de esta manera pero asiento.

— Seguro — ella sonríe y pasa junto a mí, mientras los otros dos la devoran con los ojos.

Milena Johnson es una mujer esbelta, con un cuerpo de infarto y además sumamente elegante, tiene unos hermosos ojos color verde y es rubia natural, además de eso tiene labios rojos carnosos que estoy seguro deben besar genial.

— ¿necesita algo? — pregunto sin comprender que podrá querer de mi

— de necesitar, necesito muchas cosas — comenta con una sonrisa en los labios de lo más picara — pero de ti necesito algo en particular — humedece sus labios y suspira — veras, me han llegado muchos comentarios sobre ti — mi ceño se frunce — no es un secreto para nadie que tienes una larga lista de conquistas — sonrió de lado porque creo saber lo que quiere — y todas dicen exactamente lo mismo — hace una pausa y sonríe ampliamente — solo que a mí me vale que seas un imbécil si puedes darme lo que necesito.

— ¿y eso es? — pregunto con seriedad

— A ti, follandome duro — comienzo a reír divertido y niego con la cabeza

— ¿es una broma verdad? — le pregunto porque la verdad se me hace divertido

— Para nada, desde hace tiempo había querido acercarme pero no me parecía apropiado, ¿pero qué más da? La vida es una sola y hay que vivirla — muerdo mi labio y jugueteo con el piercing teniendo su atención — ¿es cierto que tienes un piercing en la polla? — mi sonrisa se ensancha y me inclino hacia ella.

— Es algo que tendrá que averiguar — su sonrisa se hace más amplia y asiente.

— bien mañana a las 8:30 en mi casa, te enviare la dirección en un sms — asiento y me giro para irme — Evans — me detiene — no debe saberse — rio y me encojo de hombros.

— no se preocupe no me interesa comentar que voy a follarla — sus ojos brillan con deseo y asiente.

Cuando me alejo de la sala de profesores, el mal humor se ha reducido bastante, gracias a Johnson, pero mientras camino la veo en la distancia y en seguida todo dentro de mí se revolucionada. Mi corazón comienza a latir con rapidez y las ganas que siento de ir hasta ella y besarla me abruma.

Sus ojos se encuentran con los míos y su ceño se frunce, pienso que va a acercarse a mí pero se limita a girar y echar andar en otra dirección, suspiro ruidosamente meditando que hacer, no sé si seguirla o mantener la distancia. Opto por hacer lo último y continuo al aula donde tendré mi próxima clase, deseando poder tenerla cerca una vez y sintiéndome estúpido por desearlo.

Mi día pasa lentamente sin que Jake salga de mis pensamientos, para el final del día, el cabreo ha regresado y el deseo de verla incrementado. Salgo de mi última clase con expresión seria, mientras Kyle y los hermanos Smith se acercan a mí.

— ¿y esa cara? — pregunta Kyle mirándome con curiosidad

— Nada — paso de ellos y lo escucho suspirar

— Charlie ve por las chicas nos vemos en la camioneta

— Está bien — Charlie se va y Kyle se adelanta para alcanzarme.

— ¿Y ahora por qué demonios estas cabreado? — pregunta con curiosidad y suspiro

— No es nada Kyle — él se encoge de hombros y suspiras también.

— Por cierto hace un rato Brook estaba con el sujeto del orfelinato, vino por ella y se fueron juntos — Hace una pausa y me ve serio — ¿están saliendo no? — Lo fulmino con la mirada — tú y ella me refiero — pongo los ojos en blanco.

— Kyle no estoy de humor — le espeto deteniéndome en seco para verlo — necesito hacer algo nos vemos en casa — me giro y echo andar hacia el estacionamiento.

Camino tratando de controlar la impotencia y el cabreo que cada vez se hace más grande, entro al auto con la clara misión de ir al orfelinato, conduzco como un puto loco hasta llegar allí, cuando me estaciono ni siquiera cuido de haberlo hecho con cuidado. Desciendo del auto y camino decidido hacia la puerta principal del lugar.

Antes de abrir respiro profundo un par de veces, tampoco quiero toparme con alguno de los niños y ser un hijo de puta con alguno de ellos. Camino por el pasillo que da hacia la dirección y me topo con una de las chicas que trabaja aquí.

— hola ¿puedo ayudarte en algo?

— sí, estoy buscando a Brooklyn — la chica frunce el ceño y de repente se me ocurre una idea — bueno en realidad quería subir a ver cómo sigue Cameron, vine con Brook esta mañana a traerle los medicamentos y quería saber si esta mejor — la chica sonríen ampliamente y asiente

— Tu eres Zero entonces — el que sepa mi nombre me hace fruncir el ceño — Cam tiene todo el día hablado de ti — no puedo evitar sonreír — sabes el camino ve, mientras yo buscare a Brook, la vi hace un momento en el comedor con Jay — en cuanto la escucho mencionar eso me tenso

— no te preocupes no la molestes yo estaré con Cameron — sin esperar que me responda giro sobre mí mismo y camino hacia las escaleras que me guiaran a la habitaciones de las niñas.

Cuando entro a la habitación un montón de niñas salen corriendo a mi encuentro.

— ¿tú eres el amigo súper héroe de Cameron? — otra niña sujeta mi mano y tira de mi hacia la cama de la pequeña donde sonríe ampliamente.

— ¡Zero viniste! — dice poniéndose en pie y caminando sobre la cama, abre sus brazos y me abraza cuando alcanzo el borde de la cama — mira he hechos todos estos para ti — dice señalando la cama donde hay desperdigados un montón de hojas con dibujos

— Hola pequeña ¿cómo estas? — respondo devolviéndole el abrazo algo sorprendido e incómodo

— Bien, ¿y Brook no ha venido contigo? — me separo de ella y suspiro

— Esta abajo con Jay — ella suspira y asiente — ¿Qué pasa? — le pregunto al ver su expresión disgustada

— él no me cae bien es un tonto — comenta cruzando sus brazos y rio

— ¿Por qué no te agrada?

— siempre esta regañándonos y diciéndonos que hacer — rio un poco más y suspiro

— bueno si están haciendo algo mal es lo que tiene que hacer ¿no?

— No, siempre nos regaña por cualquier cosa — dice sentándose en la cama y cruzando sus brazos — ¿verdad Naomi? — otra niña que está concentrada dibujando una flor ríe.

— Jay es lindo Cameron solo que no te agrada porque no te deja comer chocolate todo el tiempo — vuelvo a reír en el momento en que la puerta de la habitación se abre.

Cuando me giro me encuentro con esos ojos cafés que ahora no salen de mi cabeza, su expresión de sorpresa y desconcierto es épica.

— Zero — murmura mi nombre sin dejar de verme

— Brook ¿Por qué tardaste tanto?, Zero tiene horas aquí — exagera y rio divertido.

— No sabía que vendrías — comenta con cierto nerviosismo pero no respondo — ¿Cómo estas princesa?

— Mucho mejor, los poderes de Zero ayudaron bastante — vuelvo a sonreír ampliamente mientras Jake se acerca y deja un beso en la mejilla de la niña.

— ¿te has tomado los medicamentos, estas comiendo bien? — comienza a bombardearla de preguntas y bufo

— te ha dicho que se siente mejor, si tanto te preocupa ¿por qué no subiste en cuanto llegaste? — le espeto sin poder contenerme y ella se gira para verme sorprendida.

— Zero — dice en tono serio y sonrió de lado

— olvídalo, ¿Cam quieres bajar a comer algo? — me ofrezco sabiendo que la niña aceptara sin dudarlo.

— Sí, quiero chocolate — dice animada y rio mientras comienza a descender de la cama y colocarse unas pantuflas de oso enormes.

— No puede salir de la cama — dice Jake desafiándome con la mirada

— se siente mejor además solo iremos por algo de comer y regresaremos — le suelto tajante

— Ven aquí — dice Jake sorprendiéndome ya que toma mi muñeca y tira de mi — espera aquí hermosa — le comenta con una sonrisa a la nena que asiente.

El rose de la mano de Jake me tranquiliza de una forma que no logro comprender, cuando estamos fuera de la habitación, me libera y me ve severamente.

— ¿a qué estás jugando? — Mi ceño se frunce sin poder comprender — ¿en serio estás haciendo esto? Es una niña inocente ¿sabes? No puedes usarla como te plazca como sueles utilizar a todo el mundo a tu alrededor para tu jodido beneficio — sus palabras suenan dolidas y llenas de resentimiento — ¿Cómo puedes hacerle eso?

— ¿de qué mierda estás hablando ahora? — suelto sin comprenderla y ríe con ironía

— ay venga Zero, no trates de engañarme, ¿ahora te interesa que Cameron este bien?

— ¿ahora no puedo venir a verla? — le pregunto cabreado

— ¿Por qué estás aquí? — me responde con altanería

— por la niña

— Mentiroso — suelta tajante y mi cuerpo se tensa

Doy un paso en su dirección y ella eleva su rostro para verme seria, desafiante, esta es la jodida niñata que me desespera.

— no tengo porque mentir, estoy aquí porque de verdad me preocupa — en parte es cierto, pero la verdad estoy aquí por ella.

— ¿si? Digamos que te creo que no tiene absolutamente nada que ver conmigo, porque de ser así no habrías soltado el comentario que hiciste hace un momento — esta vez soy yo quien ríe con ironía

— es la verdad si estuvieras preocupada por Cam no te habrías ido con ese idiota al comedor — una de sus cejas se eleva y después de unos segundos sonríe

— ¿estas celoso? — suelta en tono incrédulo y por unos jodidos instantes me gustaría estamparla contra la pared y besarla para que dejara de decir tantas gilipolloces

— ¿exactamente por qué, por ti?

— pues sí, eso parece

— Estas demente niña — le suelto dando un paso hacia ella, se tensa con mi palabras y mi cercanía pero no se mueve.

Controlarme está costándome demasiado, estoy muriendo por besarla y tenerla entre mis brazos y la sensación solo me cabrea más, porque saber qué hace un momento estaba con el idiota ese por allí riendo y paseándose con el no hace más que acrecentar el cabreo.

— ¿Por qué no lo reconoces?

— ¿reconocer que? — estoy a escasos centímetros de ella, no se mueve, no se aleja solo me observa fijamente.

— que estas celoso — humedece sus labios haciendo que toda mi atención se centre en ellos y sin poder más con las ganas, simplemente lo hago.

Rodeo su cintura con uno de mis brazos y tiro de ella pegándola a mí, tomo su boca con brusquedad y demanda, apoderándome de inmediato de su lengua y adueñándome de cada puto resquicio de su boca, me siento posesivo y se lo demuestro, no quiero que ningún imbécil la haga reír o que la toque, me desespera saber la posibilidad que alguien más pueda alejarla de mí.

Sus manos se mueven a mi nuca y sus pies se colocan en punta para accesar mejor a mi boca, responde el beso de la misma manera, con ansias, como si hubiese anhelado hacer esto durante todo el puto día. Después de un día de mierda donde no pude sacarla de mi cabeza e imaginarla con otro, tenerla en mis brazos y que este besándome como lo está haciendo es como estar en el puto cielo.

Finalmente muerdo su labio inferior antes de separarme un poco de ella en busca de aire, sus mejillas están sonrosadas y sus labios rojos y húmedos, sus ojos están cerrados y su expresión no sabría describirla, sonrió involuntariamente porque no entiendo cómo es que ella puede hacer tanto conmigo, no entiendo cómo puede cambiar mi humor tan drásticamente solo con un jodido beso.

— ¿no era más fácil reconocer que estas celoso? — murmura con voz ronca en tono divertido y suspiro ruidosamente

— Ya quisieras — respondo acercándome una vez más a sus labios y volviendo a besarla esta vez más lentamente — eres irritante Jake — ella ríe divertida y asiente

— y tu un celoso — insiste haciendo que la libere, sus ojos se abren y sonríe ampliamente, mostrándome esa sonrisa que me desarma y me acelera el corazón.

— no estoy celoso

— lo estas

— que no

— yo creo que si — hace una pausa y se acerca a mí, se pone de puntillas y besa mis labios y sonríe sin dejar de mirarme a los ojos — y es lo más insólito del mundo porque Zero Evans no siente celos — comenta divertida y esas palabras me hacen caer en cuenta.

La realidad me golpea con brutalidad y me doy cuenta que tiene razón, que sus putas palabras son tan acertadas que me da pánico lo que implican. No debería estar sintiendo estas cosas, de hecho no debería sentir absolutamente nada por ella.

— De hecho Zero Evans no debería sentir nada — murmuro mirándola con seriedad, su sonrisa se va borrando poco a poco y acaricia mi mejilla

— ¿Por qué no?

— No lo tengo permitido — murmuro sintiendo como su rose me llena

— Pues creo que estas rompiendo algunos permisos — abro mis ojos y la observo, sus ojos me miran con curiosidad — ¿Por qué no puedes sentir Zero? — la respuesta a esa pregunta implica demasiadas cosas.

— ¿oigan podemos bajar ya? — La voz de Cam nos interrumpe haciendo que Jake me libere — Ops lo siento dice la niña con cierta timidez, haciéndome sonreír

— Está bien hermosa, vamos — dice Jake tomando su mano y luego me observa con una media sonrisa en los labios — ¿vienes? — sonrió negando con la cabeza ¿Por qué venga, qué caso tiene negarme si vine aquí solo por ella?

— claro

Pasamos un par de horas con Cameron, pero al final del día la niña comenzó a sentirse mal otra vez, por lo que regresamos a su habitación y aunque Jake no quería irse la convencí, Cam necesitaba descansar y yo la quería para mí, como supuse Jake había ido hasta el orfelinato en el auto del idiota de Jay por lo que simplemente se subió conmigo y evidentemente no iba a llevarla al campus por su auto o a su casa.

Conduce directamente a la mía, donde al llegar sin decirle absolutamente nada la pegue a la pared y la bese como un desquiciado, dejando salir toda la frustración que me causo pensar que estaba con ese tipo. Ella respondió de la misma forma besándome como si fuera lo único en lo que pudo haber estado pensando durante todo el día.

Justo ahora la veo dormir en mi cama, ella insistió en que estaba celoso, pero nunca lo reconocí hasta que después de un rato de conversar y reír a costa mía, se acurruco a mi lado y se durmió. No puedo creer que este así de colado por una chica y que esté haciendo estas cosas.

Sonrió de lado imaginando lo que mi gemelo estaría diciendo si pudiera verme, luego desvió mis ojos hacia ella y la pregunta que ronda mi cabeza cada que pienso en ellos vuelve aparecer.

¿Si Niko estuviera aquí, ella se habría fijado en mí? Me parece ilógico que lo hiciera, ya que fue mi hermano su crush, incluso aun ahora pienso que de alguna forma ella está aquí porque soy idéntico a él. Respiro profundo desechando el pensamiento, porque si aunque ciertamente somos idénticos físicamente, Niko y yo tenemos personalidades completamente diferentes.

— Tengo frio — murmura Jake sobre mi pecho sacándome de mis cavilaciones

Sonrió y trato de cubrirla sin soltarla y ríe divertida, abre sus ojos con pereza y suspira, con sus piernas me ayuda a a levantar el cobertor y luego nos cubro a ambos. Ella vuelve a suspirar y busca mis ojos, nuestras miradas se entrelazan y sonríe divertida.

— ¿Qué?

— estas siendo dulce — bufo y pongo mis ojos en blanco ella vuelve a reír y susurra — me gusta que seas así — esas palabras son más que suficientes para enviar a lo más profundo de mi cabeza las duda que tiene tanto tiempo rondando en ella.

— Qué bueno — respondo en voz baja dejando un beso en su cabeza y cerrando los ojos.

Me siento tranquilo, completo y por primera vez en mucho tiempo creo que puedo decir que me dormiré sintiéndome feliz. 


NOta del autor: holitas, a ver lo voy a decir asi muy a lo criollo, Zero se cayo con los kilos, jajajaja es decir ya cayo redondo, celoso y posesivo el amigo no? jajajaja ni el mismo puede creerse las cosas que esta haciendo, pero venga cuando alguien te gusta de verdad y sientes cosas muy intensas por ese alguien terminas haciendo cosas que normalmente no harias, a cuantas les ha pasado??? me despido a lo japones, con inclinacion y manos juntas al pecho, sayonara... no se olviden #LavarseLasManitas y #QuedateEnCasaLeyendo. 

Gracias infinitas por el apoyo, por leernos y estar aqui conmigo en #Cuerentena Los amo!

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