Capítulo 33 - Notas e incertidumbre
Brook.
Se me hace casi imposible de creer todo lo que ha pasado en las últimas 24 horas, Zero y yo no hemos vuelto a discutir y se ha estado comportando tan diferente al chico que conocí que no logro dejar de sentirme abrumada. El que siga aquí a mi lado, esperando que la fiebre de Cam baje me demuestra que no es tan frio ni tan hijo de puta como creí.
Es solo una máscara que usa para alejar a todo el mundo, algo que no logro comprender, porque en realidad es más cálido de lo que incluso el mismo imagina.
— ¿vas a quedarte hasta que mejore? — pregunta Zero en voz baja después de un rato de permanecer en silencio
— solo un poco más — susurro removiendo mi cabeza de su hombro.
El me regala una de esas sonrisas que me derrite por completo y suspiro involuntariamente, lo que lo hace sonreír aún más.
— creo que tengo un pañuelo por aquí, ¿te lo presto? — pregunta con sorna hurgando uno de los bolsillos de su pantalón.
— Idiota — le suelto divertida y el ríe
— Podría jurar que te gusta lo que ves
— Y yo que estas demente — le sigo el juego, no voy a reconocer que me encanta cuando sonríe.
— Tú me vuelves loco — responde en un susurro ronco apartando un mechón de cabello de mi rostro.
Su afirmación hace que todo mi cuerpo reaccione, el rose de sus dedos sobre la piel de mi mejilla me hace cerrar los ojos como un reflejo involuntario y lo escucho suspirar, cuando abro los ojos el los tiene cerrados y ha apartado su mano. Su expresión se ha vuelto seria y por un instante creo que regresara el Zero Evans que conocí y ha estado siendo un completo imbécil.
Pero sorpresivamente, cuando abre sus ojos estos brillan con intensidad, esos bellísimos ojos de distintos tonos me escrutan y detallan hasta que humedece sus labios y comienza a juguetear con la argolla que decora su labio inferior dándole ese aspecto sexy y arrebatador que tanto llama mi atención.
Zero se inclina sobre mí y rosa sus labios con los míos en una leve y suave caricia que me hace suspirar como una tonta, luego se separa y sonríe de lado, se pone en pie y me mira un instante más antes de fijarse en Cam, su sonrisa se ensancha y vuelve a mirarme.
— Hola — la voz suave y débil de Cam me hace girar de golpe — ¿siguen aquí? — Murmura insegura — no fue un sueño
Zero camina hacia el otro extremo de la cama y se inclina sobre ella para revisar su temperatura, el gesto se me hace de lo más tierno, me pongo en pie y me siento junto a ella.
— ¿Cómo te sientes? — pregunto con una media sonrisa en los labios
— Un poquito mejor — sus ojos se desvían hacia Zero que le sonríe — tus súper poderes están haciendo efecto — comenta esperanzada y suspiro cuando la expresión de Zero se vuelve seria.
Él no dice nada, solo le guiña un ojo y me mira un instante, antes de echar andar hacia la puerta.
— ¿Dónde vas? — él se detiene y me observa sobre su hombro
— Iré por un poco de agua, le hará bien — luego continúa andando sin más.
Vuelvo mi atención a Cam que se remueve entre las sabanas. Sus hermosos ojos me observan con curiosidad, suspiro porque debe ser duro sentirte mal y no tener a tu madre contigo mimándote y cuidando de ti. De pronto los recuerdos comienzan a llegar y la carita pálida de Connor es todo cuanto veo.
— ¿Brook? — La voz de Cam me hace mirarla — estaré bien no tienes por qué llorar — me consuela y trata de incorporarse para limpiar una lagrima que corre por mi mejilla.
— Lo se linda, solo me alegra el saber que te sientes mejor — ella sonríe débilmente y se coloca de lado abrazando su pequeño oso de peluche.
A los pocos segundos Cameron vuelve a quedarse dormida, me aseguro que su temperatura haya mejorado y espero que Zero regrese, pero demora más de lo que debería por lo que decido ir a buscarlo. Mientras desciendo las escaleras hacia la planta baja, escucho su voz.
— No se Kyle es extraño — mi corazón comienza a latir desenfrenadamente con solo escucharlo — mañana todo volverá a la normalidad y me jode saber que no podre tenerla cerca como hoy
Eso hace que mi ceño se frunza, luego de una pausa Zero ríe sin ganas
— Ambos estamos conscientes que es solo sexo, no puede creer que de la noche a la mañana hare lo mismo con ella en el campus o iremos tomados de las manos por allí — mi corazón disminuye su marcha y de inmediato siento como mi pecho se contrae — es complicado y lo sabes, no puedo darle nada de lo que espera o se merece.
Sigo de pie en el mismo lugar mirando el suelo procesando sus palabras, asimilando el impacto que están causando en mí, ¿qué esperaba realmente? El lo dijo, lo dejo claro y yo acepte esto, porque duele si sabía que esto solo seria de esta manera.
La fragancia de su perfume inunda mis fosas nasales y cuando elevo mis ojos, sus hermosos y distintivos orbes están fijos en mí. Luce sorprendido pero alarmado al mismo tiempo con mi presencia.
— Te llamo luego — dice en tono serio y finaliza la llamada — Brook
— ¿conseguiste el agua? — lo interrumpo antes que pueda decir algo, su ceño se frunce y respira profundo.
— Debo irme — murmura
— Por supuesto — le respondo cortante pasando junto a él, ignorando el sentimiento de vacío que me causa saber que esto solo ha sido un instante.
— Jake...
— Si tienes que irte solo hazlo, no entiendo porque sigues aquí — me giro para verlo y el dolor se refleja en sus facciones.
— Te llevare a casa — responde entre dientes como si estuviera conteniéndose
— no gracias, puedo tomar un taxi además quiero quedarme un poco más con Cameron — acorta la distancia entre ambos, pero retrocedo él se detiene y me ve serio
— ¿Qué haces? — me pregunta con voz ronca
— Solo vete Zero — intento pasar junto a él pero me toma de la muñeca y me gira.
Su cuerpo se pega al mío y envuelve sus brazos en mi cintura, su rostro se esconde en mi cuello y lo escucho respirar profundo.
— Esto es complicado y tu dijiste que era una mierda la vida, pero que querías esto tanto como yo... — hace una pausa y suspira — no lo arruines Jake, por favor — sus palabras son una súplica que honestamente me toma por sorpresa.
No respondo de inmediato, porque no sé qué decir, tiene razón, respiro profundo y antes de poder decir algo sus labios encuentran los míos y me besa con desesperación, con necesidad y como es costumbre ya, es todo lo que necesito para olvidarme de todo lo que me preocupa.
Nos besamos como si nuestras vidas dependieran de ello, con una necesidad abrumadora que solo intensifica lo que siento por él, que aún no he logrado definir exactamente que es peor, es tan intenso y tan profundo que se siente como si siempre hubiese estado allí.
Cuando finalmente separamos nuestras bocas, somos un mar de agitación, su frente reposa sobre la mía y sus manos están en mis mejillas y parte de mi cuello.
— Pasa la noche conmigo — murmura con los ojos cerrados — por favor
— Zero yo
— Por favor — insiste sin dejarme terminar y vuelve a besarme esta vez lo hace con suavidad, termina mordiendo mi labio inferior haciendo que decidir esto sea más difícil
— De acuerdo — cedo finalmente y lo veo sonreír.
— Gracias — murmura pegado a mis labios antes de volver apoderarse de ellos y adueñarse de mis sentidos.
Una de las manos de Zero se desliza hasta mi nuca pegando aún más mi rostro al suyo, arrancándome un gemido que es ahogado por su boca devorando la mía, su lengua se desplaza acariciando mis labios con intensidad seduciendo mis sentidos de una manera abrumadora.
El ruido de alguien aclarándose la garganta nos interrumpe y sobresaltada me separo de él, cuando me giro la expresión sorprendida de la directora me sorprende.
— Saben que están en un lugar con niños ¿no? — nos reprende.
Zero sonríe con picardía sin dejar de verme y limpia sus labios su pulgar haciendo del simple gesto algo sumamente insinuante.
— Lo siento, no logre resistirme — responde sin dejar de verme.
— Que no se repita, Brooklyn por favor cuando regreses mañana ¿puedes pasar por el hospital y retirar los resultados de laboratorio de Cameron? — asiento muerta de la vergüenza mientras la mujer nos mira mal y pasa junto a nosotros murmurando cosas que no alcanzo a comprender.
Después que sus pasos se pierden en la distancia, Zero comienza a reír divertido, se acerca a mi una vez mas y eleva mi rostro para que lo vea, su sonrisa es algo que me encanta, se ve tan diferente cuando sonríe.
— ¿Vamos? — sonrió con timidez y asiento.
Zero me guía hasta la salida del orfelinato y comienza andar conmigo a su lado hasta su auto, una vez allí abre la puerta para mí y luego vuelve al lado del conductor, abre y se sube sin dejar de sonreír. En este instante su sonrisa es esa típica risa arrogante que lo hace lucir jodidamente sexy.
El camino de regreso a su casa, es tranquilo ninguno de los dos dice nada, pero su mano no ha soltado la mía en todo el camino. Cuando llegamos aparca el auto en el estacionamiento, pero no se baja de inmediato.
— Jake lo que escuchaste
— Está bien, tienes razón, yo acepte esto y no tengo derecho a quejarme o exigirte algo — el respira profundo y sostiene con fuerzas mis manos
— No quiero hacerte daño — murmura y esas palabras me hacen mirarlo sorprendida — más del que ya he causado, solo ten presente que no se hacer esto, que no soy un tipo con el que puedas verte y tener una cita romántica o que te llevara flores cualquier día — sonríe de lado y suspira — soy de esos que te dará orgasmos increíbles que te hará jadear como loca — en seguida mi cuerpo reacciona a esas palabras y mis mejillas se calientan.
— Esta bien — murmuro apartando mis ojos de el
— Solo no te hagas ilusiones conmigo ¿sí? — luce preocupado y eso me hace pensar que Zero en serio de verdad no quiere hacerme daño, pero tampoco quiere alejarse de mí.
— No te preocupes — le aseguro y el sonríe una vez más.
Esa sensación cálida que he estado sintiendo junto a él se expande en mi pecho llenándome y haciéndome sentir bien, me gusta verlo sonreír y aunque no se qué cosas lo atormentan, saber que soy la causa de un poco de alegría en el me llena y mucho.
Una vez que estamos en el departamento, Zero pasa directamente a la cocina, donde se demora un poco y cuando regresa lo hace riendo a carcajadas con Kyle detrás de él, este al verme se acerca inmediatamente hasta mí.
— Ahora entiendo este buen humor — comenta con sorna, haciendo que Zero le muestre el dedo medio — ¿Cómo estas hermosa, que tal la niña? — sonrió en respuesta y dejo un beso en su mejilla.
— todo bien, está mejor, mañana ire a verla otra vez
— Bien, prepare la cena hace un rato si tienen hambre — comenta pasando de largo junto a Zero que lo empuja juguetonamente.
Kyle sonríe ampliamente y sube hacia el piso de arriba, solos nuevamente Zero me observa desde lejos y sonríe de lado, me tiende una de sus manos y camino hacia él. Rodea mi cintura con uno de sus brazos, mientras con el dedo índice comienza a dibujar el contorno de mi rostro.
— Cambias mi mundo Jake — murmura y yo suspiro encantada con esa afirmación.
— Suelo causar ese efecto — bromeo y el ríe divertido
— Vamos a comer, luego subiremos a mi habitación — hace una pausa para humedecer sus labios y esconde su rostro en mi cuello donde vuelve a inhalar profundamente y deja un beso húmedo en la unión de mi cuello y mi rostro — y nos daremos una ducha — esa propuesta hace que todo mi cuerpo se conmocione.
Al notarlo ríe divertido y me libera sin decir nada más, odio cuando hace estas cosas, provocarme y dejarme con las hormonas revueltas como si se tratara de una chiquilla enamorada.
Mientras cenamos extrañamente entablamos una conversación sobre música y noto cuanto le gusta el tema, además tiene conocimiento sobre todo un poco.
— ¿Qué instrumentos tocas? — pregunto mientras enrollo un poco más de pasta en el tenedor y lo cómo.
— Varios — responde con simpleza pero no especifica
— ¿Cuáles?
— Guitarra, saxofón, piano, la batería y un poco el violín aunque no me gusta — comenta sin mirarme
— La melodía que tocabas el otro día — indago con cierto temor a su reacción.
De inmediato su cuerpo se tensa y busca mis ojos, la expresión en su rostro ha cambiado por completo, no dice nada permanece en silencio a la expectativa.
— Era muy bonita — acoto con simpleza cambiando de parecer, no puedo hacer preguntas y algo me dice que esa melodía significa mucho para él.
— Gracias — murmura mirándome fijo.
Respira profundo y desvía sus ojos nuevamente a su plato, después de ese comentario la tensión entre ambos aumenta, es evidente que toque un punto que no debía. El termina con su plato en silencio y se pone en pie, camina hasta el fregadero y permanece un instante de espaldas a mí, puedo ver cuán tenso esta y me siento culpable porque nuevamente ha tomado esa actitud distante y fría.
Cuando termino de comer, me pongo en pie y camino hasta el, dejo el plato sobre la encimera y me atrevo a rodearlo con mis brazos, su cuerpo se tensa una vez más y recuesto mi rostro en su espalda.
— Lo siento Zero, no sé qué puedo y que no puedo decir cuando estoy contigo — murmuro, lo siento respirar profundo y luego de unos segundos se gira y me abraza con fuerza.
— Discúlpame tu a mi Jake — hace una pausa y acaricia mi espalda con sus manos — es demasiado complicado... — vuelve hacer una pausa y luego suspira — vamos a darnos una ducha ¿quieres? — de inmediato busco sus ojos y estos se han oscurecido un par de tonos.
Sonrió inevitablemente haciendo que él lo haga también, me pongo en puntas de pie y beso sus labios con suavidad.
— No — murmuro en tono serio sobre ellos y el me ve sorprendido
— ¿No quieres? — niego con mi cabeza y el ríe divertido — vale está bien, entonces iré yo solo — me libera, echando andar mientras camina hacia la puerta de la cocina se quita la camisa dejando a la vista su ancha y marcada espalda.
Los tatuajes resaltan sobre su piel y es impresionante como ambos ángeles se dibujan en ella, siempre que los veo quedo perdida en los detalles que tienen, en serio Kyle se lució con ese tatuaje, en ese momento Zero mira sobre su hombro y sonríe de lado.
Joder es tan malditamente sexy que si tuviera la boca abierta estaría babeando, de eso no me cabe dudas.
— Tu boca puede decir que no pero tus ojos dicen algo completamente diferente — dice arrogante y rio divertida
— No sé de qué hablas Evans — el continua andando sin más y lo sigo devorando su cuerpo con los ojos.
Es inevitable no hacerlo, siempre que lo veo sin camisa causa este efecto, porque aunque no es exactamente como esos chicos que están súper marcados y musculosos, Zero tiene un cuerpo trabajado y definido pero no es exagerado y el toque de los tatuajes en su cuerpo lo hacen lucir peligroso y rebelde, ambos aspectos me enloquecen de una manera que jamás creí posible.
Cuando llegamos a su habitación, comienza a quitarse el jean sin siquiera prestarme atención, cuando solo está en bóxer se gira con una sonrisa lobuna en los labios.
— Última oportunidad Jake — me tienta mirándome con deseo
Mis ojos se pasean descaradamente por su cuerpo, deteniéndome un poco más en sus pectorales y los cuadros que marcan sus abdominales que terminan en esa sexy V, que resalta gracias al bóxer de color oscuro que lleva puesto. Los tatuajes que tiene a los costados y sobre el pecho solo causan más curiosidad en mí y muero por acercarme y curiosearlos.
Las piernas de Zero son marcadas y gruesas, asumo que debe ejercitarlas bastante, también veo algunos tatuajes en ellas pero no logro definirlos, además tampoco es que les presto mucha atención ya que el bulto en medio de sus piernas me hace tragar grueso. Joder tiene una erección de mil demonios el recuerdo del piercing en su polla vuelve a mí y sin poder evitarlo muerdo mi labio.
Zero ríe divertido haciéndome reaccionar y salir de mi estado de admiración o debo decir de desconexión con el mundo real, regreso a su preciosa cara que luce totalmente divertida gracias a mi descaro, sus ojos brillan con intensidad y el deseo dibujado en ellos.
— Te he dicho antes que no y estoy muy convencida de que no lo hare — miento descaradamente porque estoy loca por lanzarme sobre él y acompañarlo en la ducha, pero venga no se lo voy a poner tan fácil.
— Así que estas muy convencida ¿eh? — comienza a andar hacia mí y mi cuerpo se tensa con la anticipación.
Mierda, esto será más difícil, su cercanía me desarma y si me toca, estoy perdida, para que mentir por alguna extraña razón siempre termino rendida ante su toque así luego recapacite, me gana de buenas a primeras.
— B-bastante — tartamudeo al tenerlo a escasos centímetros de mi boca, el ríe con arrogancia y suspira
— Esta bien, tú te lo pierdes — rosa su nariz en mi mejilla antes de separarse y alejarse despreocupadamente de mí.
— Te odio — murmuro más para mí que para él, pero soy consciente que me ha escuchado porque sus hombros se mueven mientras camina como si estuviera riendo.
Cuando alcanza la puerta del baño se detiene y se gira con expresión divertida.
— La dejare abierta por si cambias de parecer — y sin más se pierde detrás de la puerta dejándome con la boca echa agua y otras partes de mi cuerpo bastante húmedas.
Cierro mis ojos y respiro profundo tratando de controlar los impulsos acalorados y hormonales que causa Zero en mí. No es solo esta sensación de ser parte el uno del otro, porque si cuando estoy con el me siento completa, tranquila, como si mi lugar fuera ese justamente estar cerca de él. A esa sensación se le une este deseo y lujuria incontrolable que me nubla los sentidos y la capacidad de pensar con claridad.
Por supuesto como siempre el muy idiota gana porque ni me he dado cuenta de cuando he echado andar hacia el baño, cuando entro está de pie detrás de la puerta de cristal debajo del agua. Dios cómo es posible que se vea así, aunque es una imagen difusa de su cuerpo logro verlo a detalle.
Muerdo mis labios porque venga ya he estado con él un par de veces, pero estoy tan embotada en las sensaciones que me causa que realmente me despisto y me pierdo de su escultural cuerpo.
En realidad en este punto me parece mentira que quiera estar conmigo, cuando no es del tipo de chicos que repite y no puedo decir que soy una experta en el sexo o que estoy acostumbrada a tener sexo sucio como asumo él debe estar acostumbrado y mucho menos soy la clase de chicas con las que suele estar.
— Vas a desgastarme si sigues mirándome así — su ronca voz me sobresalta y lo escucho reír divertido — ya deja de contenerte y acompáñame — esas palabras son el ultimo empujón que necesito para comenzar a desvestirme.
Cuando estoy completamente desnuda dudo un instante, miro mi cuerpo y pienso en esas chicas que he visto con el y de alguna estúpida forma me siento inferior.
— ¿Pasa algo? — su voz es aún más ronca cuando vuelve hablarme.
Cuando subo mis ojos nuestras miradas se encuentran, sus ojos están paseándose por mi cuerpo con una lujuria y un deseo descarado, su piel cubierta de gotas de agua y su cabello mojado le dan ese aspecto sexy y arrebatador que me hace abrir los labios y jadear ligeramente.
— No — murmuro después de unos segundos cuando nuestras miradas vuelven a encontrarse.
El abre aún más la puerta de cristal y me tiende su mano mientras con la otra comienza a tocar su gran erección, trago grueso, porque es la jodida imagen más sugerente y provocativa que he visto en mi puta vida, camino despacio sin apartar mis ojos de él, loca de deseo, loca por sentirme en sus brazos y dejarme llevar por el placer que causa en mí.
Cuando mi mano entra en contacto con la suya, tira de mi con suavidad hacia él, haciendo que nuestros cuerpos desnudos choquen, el constante entre las temperaturas de nuestros cuerpo me hace jadear una vez más, así como el rose de su erecto y duro miembro cobre mi vientre. Me guía dentro de la ducha sin apartar sus distintiva mirada de la mía, cuando siento el agua caer sobre mi piel me sobresalto ligeramente, porque no está muy caliente.
— Esta fría — murmuro y él sonríe
— Lo sé, necesita enfriar mi cabeza — su sonrisa se ensancha y ve hacia abajo, hacia su polla y yo muerdo mis labios por la tentación de tocarla.
El piercing en el glande es algo que llama demasiado mi atención y que despierta muchísimo mi curiosidad.
— Venga tócalo — me ínsita y me sonrojo — no me duele tranquila — me tranquiliza, tomando una de mis manos y guiándola hasta su polla.
Mi respiración se acelera y entreabro mis labios para ayudarme a respirar mejor, esto es demasiado erótico e intenso. Una vez toco su piel, cierro mi mano alrededor de ella y con un movimiento lento y pausado comienzo a subir y bajar mi mano, el de inmediato cierra sus ojos y respira profundo.
Libera mi mano y la deja caer a su costado, con mi pulgar acaricio la zona donde se encuentra el piercing y lo escucho respirar profundamente, busco su rostro y permanece con los ojos cerrados, su labio inferior está atrapado entre sus dientes y su cuerpo está ligeramente tenso.
Gracias a la humedad del agua puedo desplazar mi mano con comodidad sin incomodarlo, pero ahora lo único que quiero hacer es saber cómo se siente su polla en mi boca y jugar con su piercing. Al descubrirme pensando algo como esto no puedo evitar sonreír con algo de vergüenza y nerviosismo.
Con lentitud me agacho sin dejar de mover mi mano, cuando estoy frente a él, me sorprende aún más su tamaño, definitivamente Zero Evans tiene con que volver locas a las chicas y es justo en este instante cuando entiendo porque todas se vuelven locas con él.
Acerco mi rostro a su polla y abro mi boca, dispuesta a meterla toda pero me detengo cuando sus ojos se abren y ese verde y ese azul obscurecidos por el deseo me observan, sin poder evitarlo o poder controlarme saco la lengua y lamo la punta justo donde se encuentra el piercing.
— Joder — suelta entre dientes sin dejar de mirarme — Dios Jake esto se siente malditamente bien — sus brazos están tensos al igual que sus hombros — venga métela a tu boca — me pide humedeciendo sus labios y obedezco.
Cuando lo hago sus manos se desplazan hasta mi cabello enredándose entre las hebras y se sujeta a mi cuero cabelludo, donde es el quien comienza a marcar el ritmo con el que muevo mi cabeza de atrás hacia adelante, un gruñido sale de su garganta acompañado de un jadeo y una maldición.
—Se siente aún mejor de lo que imagine — murmura sin dejar de verme con expresión extasiada — mierda Brook follar tu jodida boca es alucinante — sus manos me presionan más contra su cuerpo y siento como el piercing golpea el fondo de mi garganta provocándome arcadas.
En ese momento me libera y saco toda su extensión de mi boca, toso un poco y él sonríe divertido.
— ¿Y? — Pregunta con esa sonrisa lobuna en el rostro — ¿es lo que esperabas? — no digo nada, solo vuelvo a meterlo a mi boca y comienzo a mover mi cabeza con más rapidez — uuuufff maldición Brooklyn — escucharlo llamarme por mi nombre me satisface de una forma que jamás creí posible — mierda nena no pares — me pide cerrando sus ojos y haciendo un moño con mi cabello en su mano para ayudarme a moverme contra él.
De repente detiene mis movimientos y tira ligeramente de mi cabello, busco sus ojos y su sonrisa se ensancha mostrándome su perfecta dentadura, me pongo en pie y en seguida busca mis labios y me besa con auténtica desesperación, nuestros labios chocan con ansias y su lengua se mueve ávida dentro de mi boca, recorriendo todo y adueñándose de cada espacio.
Su miembro erecto choca contra mi vientre, pero antes de que pueda reaccionar, él se agacha un poco y lo siento como se acomoda entre mis piernas, rosando mi sexo y enloqueciéndome. Dios ni siquiera ha entrado en mí y ya me tiene como locas.
Las manos de Zero están por todas partes, en mis pechos, mis caderas, mis glúteos, magrea y presiona cada parte de mi cuerpo con fuerza e intensidad, para luego acunas mis nalgas y levantarme de un tirón, se gira sin apartar sus labios de los míos y con un rápido y certero movimiento me penetra con fuerza.
Un gemido entrecortado se escapa de mi boca y se pierde en el interior de la suya, Zero se mueve dentro de mi llenándome por completo, una señal de alarma se enciende en mi cabeza cuando recuerdo que una vez más estamos haciéndolo sin protección pero cuando rota sus caderas, mientras cambia la posición de sus manos abriéndome más para así llegar más profundo olvido todo en un instante.
Zero me posee y me hace suya con intensidad y cierta brusquedad que me enloquece, pierdo el número de veces que me corro pero para cuando él lo hace mi cuerpo es una réplica exacta de una gelatina, no siento mis piernas y mi cabeza está sumergida en una bruma de placer.
Su respiración choca contra mi cuello cuando lentamente baja mis piernas y estas tiemblan y dudo que pueda sostenerme por mi misma, pero Zero no me libera, solo rodea mi cuerpo con sus brazos y camina perezoso hasta debajo del agua, donde ambos permanecemos en silencio.
El escondido en mi cuello yo con mis brazos alrededor de su cintura, después de algunos minutos en los que recuperamos el compás de nuestra respiración y la agitación de nuestros cuerpos, se separa de mí y me mira con intensidad, sonríe apenas un poco y me besa con calidez.
Luego me libera y toma una esponja, agrega un poco de jabón y me la tiende, luego el simplemente comienza a enjabonarse, sus preciosos ojos nunca dejan de verme y esa mirada intensa me intimida, porque ahora su expresión se ha tornado seria, misteriosa. Daria lo que fuera por saber que está pensando o que está sintiendo.
— ¿A qué hora tienes clase mañana? — su pregunta repentina me sorprende
— 8:30 — el asiente pasando junto a mí y colocándose debajo del agua.
Aclara todo el jabón que cubre su cuerpo y cuando termina me da paso para que haga lo mismo mientras el comienza a secarse con una toalla al otro lado de la ducha sin dejar de verme.
— ¿Qué? — pregunto entre nerviosa y entretenida
— Te dejare en tu casa temprano — esa afirmación hace que me tense y la decepción comience a aparecer.
Zero rodea su cintura con la toalla y sale de la ducha, luego regresa tendiéndome otra toalla para mí, cuando la tomo no la libera, solo sonríe de lado y la jala un poco haciendo que me mueva hacia el, me da un beso rápido en los labios y luego se gira para salir del baño.
Respiro profundo por sus repentinos cambios de humor y como estos me hacen sentir, seco mi cuerpo con lentitud, tomándome mi tiempo, tratando de asimilar lo que dijo y recordándome que estuve de acuerdo con esto y que no puedo sentirme mal al respecto.
Una vez en la habitación Zero esta tendido en su cama solo con un bóxer y una Tablet entre sus manos, al verme sonríe de lado pero regresa su atención a la pantalla del dispositivo. Camino hasta el borde de la cama y suspiro porque bueno, no tengo nada cómodo para ponerme y no estoy segura si pedirle algo prestado a Zero sea buena idea.
— Ponte eso — murmura sin mirarme con el ceño fruncido y es cuando caigo en cuenta que hay un bóxer azul y una franela negra de Metallica sobre la cama.
— ¿estás bien? — pregunto por la repentina seriedad, el asiente simplemente y luego de unos segundos desvía sus ojos hacia mí.
— Sí, tengo que entregar algo mañana en la universidad y le doy un último vistazo — comenta recorriendo mi cuerpo semidesnudo — cúbrete dudo mucho que quieras cargar en tu consciencia nerd que he reprobado por tu culpa — suelta con diversión haciéndome reír.
Me coloco la franela y me subo a la cama gateando hacia él, sus ojos se oscurecen y sonrió satisfecha por el efecto que también puedo causar en él, su lengua humedece sus labios y se detiene a jugar un poco con la argolla que lo decora.
— ¿De qué va? — pregunto despreocupadamente en la misma posición frente a él.
Sus ojos están fijos en los míos por un instante, antes de desviarse hacia abajo, donde el cuello de la franela cuelga dejando ver claramente como están suspendidos en el aire mis pechos. Muerde su labio inferior conteniendo la sonrisa lobuna que pugna por dibujarse en sus labios y soy yo quien sonríe esta vez.
— Un plano de una edificación minimalista, ecológica capaz de reducir al 50% el consumo eléctrico y permitir a los propietarios una vida mucho más económica — explica después de unos segundos, suena seguro de lo que dice pero sus ojos no brillan en lo absoluto como hace rato mientras hablaba de la música.
— ¿te gusta lo que estudias Zero? — pregunto sin poder controlarme.
De inmediato sus ojos se despegan de mis pechos y se entrelazan con mi mirada, permanece un instante en silencio y luego sonríe de lado, deja la Tablet sobre la mesita de noche y se acerca peligrosamente a mis labios.
— Me gusta más estudiar tu cuerpo Jake — sus labios rosan los míos mientras habla acalorando por completo mi cuerpo.
No voy a describir lo que ocurrió luego, porque es evidente que volvimos hacerlo, Zero de alguna manera es insaciable, me toma con tanta seguridad y destreza que pienso que hemos hecho esto un millón de veces, además recorre mi cuerpo tocando y besando lugares que solo alguien que se detiene en los detalles y me conoce lo suficiente sabría.
Justo ahora reposo a su lado, tiene los ojos cerrados pero sé que está despierto porque acaricia suavemente uno de mis brazos, Zero es un chico completamente distinto a puerta cerrada, no sé cuántos muros ha construido a su alrededor pero temo que este chico duro, rebelde, misterioso y hasta cierto punto bipolar puede llegar a enamorarme.
La idea me asusta por sí sola, por las implicaciones emocionales que tendría llegar a enamorarme de un chico como Zero, pero es algo que no puedo controlar y honestamente nunca me había sentido tan bien junto a un chico hasta ahora. ¿Y creí que con Spence todo había sido perfecto? Pensar en el chico que me hizo abrir los ojos de una manera tan cruel y despiadada sobre los errores que estaba cometiendo, me hace suspirar.
— duérmete y deja de pensar — murmura Zero con voz ronca y rio suavemente acomodándome contra su pecho y cerrando sus ojos.
Es mejor hacerle caso, porque seguro pondré mi cabeza muy grande y no creo que sea buen momento para ello.
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La luz del sol entra por las rendijas de las cortinas de la habitación apenas iluminando la estancia, me remuevo entre las cálidas sabanas que me cubren y suspiro sintiéndome adormilada aun. Me giro y abrazo una de las almohadas que están junto a mí y me acurruco una vez más para continuar durmiendo, cuando reconozco el particular aroma del perfume de Zero.
Me levanto como un resorte de la cama y miro a mi alrededor, estoy sola en su habitación y no hay señales de el por ningún lado, cuando estoy por salir de la cama un papel de color azul llama mi atención.
Al tomarlo, veo la letra que asumo es suya.
"Después de lo de anoche supuse que debía dejarte dormir, además te veías demasiado hermosa y cómoda como para despertarte, te llamaron del orfelinato para que pasaras buscando los resultados de Cameron, he ido a buscarlos, cuando regrese te llevo a casa"
Releo la nota un par de veces incrédula, porque este en definitiva no puede ser el mismo chico que conocí, respiro profundo y me dejo caer en la cama con una sonrisa tonta en los labios, cierro mis ojos y vuelvo abrirlos para volver a leer la nota. De inmediato pienso en la hora y vuelvo a levantarme como un resorte en busca de mi teléfono.
Lo encuentro sobre la mesita de noche, al ver la hora casi me caigo de culo son las 10:45 am, Zero me ha dejado dormir y mi alarma no ha sonado. Me pongo en pie apresurada buscando mi ropa, pero hago algo alocado, solo me coloco mi jean y me dejo la franela que Zero me dejo, coloco el sujetador debajo de esta y una vez creo que estoy lista, paso con rapidez al baño.
Donde me cepillo los dientes y me hago una coleta alta tomo mi teléfono y marco y busco el número de Zero, cayendo en cuenta que no lo tengo, esto es imposible, me he acostado con el varias veces, incluso he pasado dos noches con el —cuatro linda, me recuerda mi subconsciente— y no tengo su número.
Apresurada salgo de la habitación de Zero en busca de Kyle, con la esperanza de encontrarlo y pedirle que me lleve al campus, pero venga los chicos responsables a esta hora están en clase no en la cama de algún chico rebelde. Esto es una locura, voy a quitarme la cabeza como permita que esto vuelva a pasar.
Una vez abajo descubro para mi pesar que el departamento esta vacío y que ni Kyle ni Zero están aquí, cuando entro en la cocina consigo un plato con cereales frutas picadas y leche, sonrió de lado porque esto tuvo que haber sido idea de Kyle y en efecto un pequeño post-it reposa sobre la encimera con otra nota.
"buen provecho hermosa, no nos mates por no despertarte"
Rio divertida al ver que habla en plural, resignada a que estos dos han sabido embaucarme y jugar las cartas a su favor, decido desayunar con tranquilidad. Mientras lo hago la realidad vuelve a tomarme por sorpresa, Zero no me ha echado, tampoco ha cumplido del todo con su palabra de llevarme temprano a casa.
A los pocos minutos de haber comenzado a analizar la situación, la puerta del departamento se abre, guardo silencio esperando escuchar alguna voz pero solo escucho los pasos amortiguados sobre el mármol del piso.
— Ya estoy en casa, veré si ya despertó — es la voz de Zero que se acerca a la cocina — está mejor, pero al parecer tiene una infección, hablare con Jake para ir a comprar todas la medicinas que le han mandado — comenta en tono serio.
Cuando ingresa a la cocina se sorprende al verme.
— Luego te llamo — finaliza la llamada y me ve desde el umbral de la puerta con expresión seria — buenos días
— Buenos días — murmuro perdida en sus bellísimos ojos.
— disculpa por no despertarte...
— Está bien, no te preocupes — le sonrió y es todo lo que necesita para acercarse a mí, tomar mis mejillas entre sus manos y besarme como si llevase siglos sin hacerlo.
El beso me quita el aliento y el aire, además de acelerar mi corazón a un punto donde creo que él podría escucharlo incluso sentirlo, cuando abandona mis labios me quejo un poco y el ríe divertido.
— ¿Cómo estás? — pregunta clavando sus ojos en los míos.
— Bien — es todo cuanto alcanzo a responder porque su cercanía, su mirada y todo el me desconecta.
— Cameron amaneció mejor, comió un poco más que ayer y te ha mandado a decir que se pondrá bien rápido para que puedan jugar juntas y así no estés triste — esas palabras me hacen mirarlo entre confundida y sorprendida
— ¿fuiste al orfelinato? — pregunto dudosa y él sonríe de lado.
— Alguien debía ir por los resultados de Cameron y la encargada de hacerlo estaba demasiado exhausta por mi culpa, así que no me quedo más remedio que hacerlo yo — hace una pausa mirándome con picardía
— ¿y a Cam la viste dónde? — pregunto dudando aún más que haya subido a su habitación.
— Subí a ver como había amanecido, tiene mejor pinta hoy, pero es una infección respiratoria — en cuanto esas palabras abandonan sus labios todo pensamiento coherente se disuelve y el miedo me invade — hay que comprar varios medicamentos, hable con la directora y le dije que me haría cargo de comprarlos si ella estaba de acuerdo y tú también claro esta...
Zero continúa explicándome la situación pero ya no soy consciente de lo que dice, no logro comprender las oraciones que dejan sus labios y me mareo ligeramente.
— hey ¿estás bien? — enfoco su rostro y asiento sin estar segura que ha sido lo que me ha preguntado — Brooklyn — la alarma en su tono me hace mirarlo, sus ojos lucen preocupados y poco a poco todo se va volviendo borroso y su voz un susurro incomprensible.
Nota del autor: aaaalohaaaaaa, a ver cuantas están amando a Zero? diganmeeee... porque yo lo estoy haciendo... esta dejando salir su verdadero yo y a que es un encanto? bueno un encanto agrio porque no deja de ser el jajajaja el próximo capitulo veremos un poco del pasado de Brooklyn... Saludo japones como despedida porque los besos ahora son armas biologicas... se me cuidan muchisimo porfis no salgan de casa y lavense mucho las manitas... los amo y gracias infinitas por el apoyo!
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