Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 31 - Mal de la cabeza.


Brook.

— Realidad

La contundencia y el tono amargo en que Zero responde, me hacen caer en cuenta del significado de la palabra que acaba de dejar sus labios.

Esto nunca va a cambiar, no porque yo no quiera que lo haga, sino porque él no dejara que alguien entre. La sensación de enfado, decepción e incomprensión es todo lo que me llena en este instante, Zero me dedica una mirada extraña antes de salir y cerrar la puerta detrás de sí, no sé muy bien que hacer.

Me observo y veo que aún estoy desnuda, comienzo a recoger mi ropa y me visto con rapidez, con la idea más estúpida y loca que he podido tener en mi vida... seguirlo. Sé que no tiene sentido cuando es el quien ha puesto todas las barreras, pero en definitiva algo no está bien con él y sea lo que sea lo tortura lo suficiente como para no permitir que alguien más entre a su vida.

Después de colocarme la blusa sin siquiera ponerme el sujetador, salgo disparada por la puerta, me paro frente al ascensor y veo que apenas ha empezado a descender, corro a las escaleras y las bajo corriendo, son apenas cuatro pisos pero en cuanto llego a PB, Zero está casi en la puerta principal.

— Zero espera — al escuchar mi voz se detiene.

Corro hasta alcanzarlo y me paro delante de él, sus ojos están cerrados con fuerza y sus manos hechas puño, en serio ¿Qué pudo pasarle como para que reaccione así?

— Esta realidad es una mierda — murmuro tocando su pecho y acercándome a él, su cuerpo se tensa y suspiro tomando otra estúpida decisión de la cual posiblemente vaya a arrepentirme luego — pero creo que es más fácil si estas en ella — sus ojos se abren y me ve lleno de sorpresa.

Sus manos rodean mi cintura y tira de mi hasta pegarme a su cuerpo y sin más estampa sus labios contra los míos, me besa con desesperación, con brusquedad y salvajismo, como si esto le molestara, como si tenerme así de cerca y que insista le desesperara.

— vas a acabar conmigo — murmura después de unos segundos dejándome mis labios — y creo que no me importa que lo hagas — ríe suavemente antes de volver a besarme.

Al cabo de algunos segundos me libera, se separa de mí, y aparta los mechones de cabello rebelde que se han salido de mi coleta improvisada cuando decidí salir corriendo detrás de él. Sonríe de lado y acaricia mi labio inferior con su pulgar.

— ¿vas a quedarte? — pregunto con cierto temor y el suspira

— Si lo hago prométeme una cosa — mi ceño se frunce y el humedece sus labios desviando mi atención a ellos — no esperes nada de mi — esas palabras me sorprenden.

— ¿Qué quieres decir?

— Solo no esperes que sea el tipo romántico, dulce y cariñoso con el que creo que has soñado la vida entera — en ese instante una punzada de culpabilidad se adueña de mí.

Sus palabras suenan amargas como si supiera de mi enamoramiento por Nico y que se convirtió en mi prospecto de hombre perfecto. Pero ante mi tengo una copia exacta de él, solo que este es la antítesis de su gemelo. El me observa con intensidad y me pierdo en ese azul y en ese verde que me atraparon en el primer instante en que los vi en su hermano.

Solo que Zero tiene una mirada mucho más dura, sensual e intimidante, Nico por otro lado, te hacía sentir en confianza con rapidez, su mirada transmitía, dulzura y amabilidad. ¿Cómo es que son gemelos idénticos y pueden ser tan distintos?

— Está bien — murmuro sin estar muy convencida de esto.

— Vamos — dice tomándome de la mano y guiándome fuera del edificio.

Unos pasos más allá me detengo de golpe.

— espera... ¿a dónde vamos? — él se gira y sonríe de lado con malicia

— A mi casa — suelto su mano y niego con la cabeza.

— ¿estás loco? — su ceño se frunce y rio divertida — Zero mírame — sus ojos se pasean con descaro por mi cuerpo y después de unos segundos vuelve a mis ojos.

— A mí me parece que te ves jodidamente sexy — mi cuerpo se enciende de inmediato y siento esta extraña atracción hacia él.

— No puedo irme a tu casa así — el eleva una de sus cejas y sonríe tan provocativamente que no soy capaz de pensar con claridad

— Si puedes — murmura acercándose a mí, mi corazón late desbocado en cuanto eleva mi rostro hacia el suyo con un delicado movimiento de su mano debajo de mi mentón — te ves increíble Jake — deja un beso en mis labios y sonríe — pero está bien, no creo que sea buena idea que Kyle te mire las tetas — mis mejillas de inmediato se sonrojan y recuerdo que estoy sin sujetador.

Desvió mis ojos hacia mi pecho y la vergüenza aumenta, mis pezones están erectos y se marcan sobre la blusa.

— Me gusta que luzcan así, pero solo por y para mí — sus palabras se me antojan tan sensuales y tan posesivas que inevitablemente un calor ya muy conocido cuando Zero esta tan cerca de mí se desprende de mi entrepierna.

— Vamos — entrelaza nuestros dedos y regresa sobre nuestros pasos.

Cuando estamos una vez más en mi departamento, Zero se acerca a la mesa de centro y comienza a recoger el reguero de cajas de comida que dejamos.

— ¿Qué haces? — le pregunto divertida

— no piensas dejar esto así ¿verdad? — sonrió y niego con la cabeza — ok entonces ve y arregla la cocina Linguini — suelta en tono divertido y no puedo evitar soltar una carcajada.

— Para ser un chico misterioso y rebelde conoces demasiados personajes de Disney — su sonrisa se ensancha y se encoge de hombros, pero desvía su mirada y se gira dándome la espalda.

De inmediato noto el cambio, poco a poco estoy aprendiendo a leer a Zero, comentarios como este suelen causar este efecto, se retrae de una manera tan rápida, que me hace pensar que sea lo que sea que lo afecta lo hiere demasiado.

Camino hasta la cocina y en cuanto veo el desastre que he dejado suspiro ruidosamente. Comienzo a ordenar las cosas que saque de los gabinetes, mientras tarareo Heaven de Julia Michaels. No puedo evitar asociar la letra con Zero.

Good boys go to heaven, but bad boys brings heaven to you... que letra tan acertada, Nico es un encanto, dulce, amable, atento su gemelo por otro lado es absolutamente todo lo contrario por no hablar de Kyle dentro de todo su aspecto rebelde es un gran chico y a mi tenía que gustarme el gemelo malvado.

— ¿en serio pensaste que un caldo llevaba cereal? — la voz de Zero me sobresalta y me giro para verlo recostado del umbral de la puerta de la cocina.

Sus brazos están cruzados sobre su pecho marcando sus músculos y resaltando sus tatuajes.

— Solo saque lo que tenía para ver que podría preparar — me defiendo llevando la última lata de vegetales al gabinete.

— Claro — esta vez su voz suena mucho más cerca.

Cuando me giro está caminando en mi dirección, de inmediato mi cuerpo se tensa y siento como el magnetismo entre ambos comienza a intensificarse. Se detiene a escasos centímetros de mí y sonríe de lado.

— ¿Qué necesitas hacer para que vengas conmigo? — mi ceño se frunce y respiro profundo.

— Reorganizar este desastre, darme una ducha y cambiarme — murmuro sin dejar de ver sus ojos

— Ve, yo termino aquí — quita la lata de vegetales que aún tengo en mis manos y la coloca en el estante que esta sobre mi cabeza.

Nuestros cuerpos quedan muy juntos y puedo oler una vez más su fragancia, cierro los ojos y respiro profundo, aunque este vagamente contaminado con el olor de los cigarrillos y el alcohol su olor sigue allí y ese es el que honestamente está causando estragos en mi sistema.

— ¿o quieres que te acompañe? — el tono ronco y sugerente con que habla me descoloca totalmente y enciende mi cuerpo demasiado hormonal para mi gusto.

— Regreso enseguida— murmuro evitando así que todo esto termine con ambos en la ducha follando.

Zero se hace a un lado riendo y vuelvo mis ojos hacia su rostro, en las últimas horas lo he visto reír demasiadas veces y no entiendo como no lo hace más seguido cuando se ve tan sexy.

— ¿pasa algo? — me pregunta al notar que estoy mirándolo

— Es raro verte sonreír tan seguido — humedece sus labios y se encoge de hombros

— Tu culpa — responde con simpleza y rio girándome para salir de la cocina

— No lo creo — no he terminado de dar dos pasos cuando lo siento rodear mi cintura.

— ¿Por qué no? — su voz es apenas un murmullo en mi oído que eriza mi piel por completo.

— Porque estas ebrio — susurro sintiendo como sus dedos acarician con suavidad y lentitud la piel del costado de mi cintura.

— Tenía una resaca monumental que te has encargado muy bien de ir controlando... — hace una pausa y comienza a besar mi cuello — en este momento sonrió por tu atentica culpa — sonrió al escucharlo, el deja mi cuello y busca mis ojos con los suyos — te diré algo, se siente increíble — la sinceridad con que lo dice me llena y sin poder evitarlo sonrió ampliamente.

El muerde con suavidad mi labio inferior y lo libera con rapidez, al igual que mi cintura.

— Ve a ducharte antes que termine contigo en ella — de inmediato nos imaginó a ambos debajo del agua besándonos con pasión y mis mejillas se encienden, él sonríe de lado con picardía — ¿suena tentador?

— Puede — digo pasando saliva y echando andar lejos de su cuerpo, lo escucho reír suavemente y me pierdo en el pasillo.

En mi habitación al cerrar la puerta me pego contra ella y respiro profundo, no sé qué rayos estoy pensando, tengo que estar muy mal de la cabeza para hacer esta estupidez, ¿Cómo puedo enrollarme con Zero después de todo lo que ha pasado, después de toda la mierda que hemos pasado?

Camino presurosa hasta mi baño y comienzo a desvestirme, no hay mucho que quitar solo dos prendas, ya que cuando lo seguí solo me puse el pantalón de chándal y la blusa. Una vez debajo del agua pienso en todo lo que ha pasado hasta este momento, el beso, que hayamos follado, que se haya ido y yo decidiera ir por él, que aceptara volver.

— Dios esto es una locura — murmuro debajo del agua.

Termino de lavar mi cabello, saco todo el jabón restante de mi cuerpo y salgo de la ducha, camino deprisa hasta mi armario y lo abro de par en par, me quedo estática analizando que demonios debería usar.

Me decanto por unos jeans rasgados, unas converse y una blusa en cuello V, tomo un suéter y me lo pongo, comienzo a desenredar mi cabello mientras salgo hacia la cocina, no se cuento tiempo he demorado en la ducha, cuando entro a la cocina todo esta como debería, incluso están limpios los platos y las ollas que ensucie en mi vano intento por preparar un caldo.

Cuando salgo a la sala Zero, esta acostado en el sofá con uno de sus brazos tapando su rostro y el teléfono en el oído.

— Fue una mierda Kyle — murmura — mama actuó como si siguieran allí incluso había dos platos extras en la mesa — hace una pausa y ríe sin ganas — claro, mejor cambiemos de tema, en un rato estaré en casa ¿vas a salir?

Hace una pausa y suspira ruidosamente, entonces aprovecho el momento de caminar hasta el otro lado de la sala para recoger mis cosas. El destapa su rostro y fija sus hermosos ojos en mí, sonrió con timidez mientras él se incorpora y se queda mirándome fijamente.

— vale está bien, si necesitan la sala de ensayos es mejor que ni aparezca por allí, Lili seguro va a estar pesada con el tema del almuerzo — en cuanto menciona a Lili mi cuerpo se tensa y lo veo seria.

Estoy segura que sabe que Sarah me conto sobre él y Lili la noche anterior y en cuanto lo recuerdo una vez más, la ira y los celos comienzan apoderarse de mí, suspiro porque no puedo permitir que esto suceda, no puedo sentir celos por esto porque Zero Evans y yo no tenemos absolutamente nada que nos haga ser exclusivos.

Termino lanzando las cosas dentro de mi mochila y tomándola del suelo con cierta brusquedad, estoy tan absorta en mis pensamientos que no he notado siquiera cuando Zero termino de conversar y se ha puesto en pie, está justo a mi lado.

— Hey... — llama mi atención, tomando mi mentón y girando mi rostro para que lo vea — ¿Qué pasa?

— Nada — suelto liberándome y apartándome de él, es evidente que me pasa algo, pero no voy a admitir que estoy celosa, no le daré ese poder sobre mí.

Jake... — esta vez su voz suena dura

— no preguntes ¿de acuerdo? Si vamos hacer esto, será igual de ambos lados, sin preguntas — le espeto alejándome de él.

Lo escucho respirar profundo, pero no dice nada, cuando termino de recoger mi cosas las regreso a mi habitación y honestamente ya no me apetece ir con él, no después de recordar que menos de hace 24 horas estaba follando con Lili en su casa, en su cama. Al mismo lugar donde pretendía llevarme a mí.

— Creo que es mejor que no vayamos a mi casa — comenta en cuanto regreso a reunirme con él.

Me cruzo de brazos y elevo mis cejas, su expresión ya es la típica expresión de Zero Evans cretino, idiota, toca pelotas.

— Creo que es mejor que yo no vaya, así te facilito las cosas y no te metes en problemas por mí — suelto sin poder controlar mi lengua.

Zero no responde nada, de hecho permanece en silencio puede que un minuto, antes de comenzar a sonreír, su gesto es más una burla que una sonrisa sincera y me cabrea aún más de lo que ya estoy.

— ¿Qué es tan gracioso? — suelto exasperada

— Tu — responde con simpleza caminando hacia mí — celosa... — sus brazos me rodean la cintura y de inmediato mi corazón late desbocado.

Temo que sea capaz de escucharlo o sentirlo, porque siento que en cualquier momento se me sale del pecho, ¿Cómo es que genera todo esto en mi con solo tocarme?

— ¡Jah! ¿Quién dice que estoy celosa? — suelto con altanería mientras el acuna mis mejillas entre sus manos

— el cabreo con el que estas mirándome — sus ojos siguen fijos en los míos, brillan con diversión y cierto deseo que comienza a ponerme en jaque — tu cuerpo tenso — sus labios rosan los míos al moverse y me pierdo — no, eso solo lo causa esto — esas últimas palabras suenan llenas de arrogancia, junta sus labios con los míos y olvido todo.

Su beso es lento y apasionado al mismo tiempo, profundo, intenso, como creo que es todo en su vida, de pronto Zero Evans se me antoja una cajita de pandora que no sabes qué demonios vas a encontrar al abrirla. Pero algo me dice que solo estoy metiéndome en la boca del lobo, porque es evidente que me gusta y que me gusta mucho más de lo que puedo controlar o quiero admitir.

#

Zero conduce en silencio, aun una de sus manos permanece sobre mi muslo, reposa sobre el como si no quisiera dejar de tocarme para asegurarse que sigo aquí. Eso de alguna manera me hace sentir tontamente bien, no sé qué esperar de él porque ha sido muy claro, no debo esperar nada, pero este tipo de cosas me hace dudar y mucho.

Después de algunos besos apasionados en los que me hizo olvidar la razón de mi cabreo y mis celos, bajamos a su auto y sin decirme a dónde íbamos se puso en marcha. Es evidente que no vamos a su departamento porque hace unos quince minutos dejamos Manhattan atrás y ha tomado la salida de la ciudad.

— ¿A dónde vamos? — pregunto después de un rato.

El desvía los ojos del camino y me ve unos segundos, atontándome con esos hermosos ojos. Si Zero supiera el impacto que tiene su mirada colorida en las personas entendería mejor porque todo el mundo lo ve como lo hace.

— Quiero mostrarte algo — murmura con voz ronca.

Su expresión seria me hace pensar que esto es importante para él y algo en mi pecho se enciende, llenándome de una calidez que temo por termine en hacerme daño.

— ¿Qué es? — Permanece en silencio y recuerdo sus palabras — sin preguntas lo siento — murmuro más para mí misma que para él.

Zero toma una respiración profunda que me hace observarlo, se ve perturbado, como si esto fuera atípico o estuviera haciendo algo que ni el mismo entiende, de pronto sus labios se separan un poco y vuelve a cerrarlos antes de volver a respirar profundo.

— Es un lugar — murmura una vez más.

No respondo nada aunque me esté muriendo de curiosidad de saber dónde y porque está llevándome allí.

— Está bien — termino respondiendo tratando de evitar la conversación que evidentemente el no desea tener.

Para cuando detiene el auto ya ha oscurecido por completo y hace frio, haberme colocado el suéter no fue tan mala idea después de todo. No sé exactamente donde estamos, pero el parece conocer muy bien el lugar, porque aunque está muy poco iluminado ha conducido hasta aquí con demasiada precisión.

Antes de decir cualquier cosa comienza a quitarse la cazadora y me la tiende, sin comprender porque lo hace, insiste con un movimiento de su mano en mi dirección y la tomo.

— Hace frio afuera — asegura y no comprendo — vamos — termina finalmente sin explicar nada más.

Abre la puerta del auto y desciende sin volver a mirarme, se queda de pie de espaldas al auto mientras yo lo imito, al hacerlo noto el cambio de temperatura y agradezco enormemente que me haya dado su cazadora, me giro para verlo pero permanece en silencio y de espaldas.

— ¿Zero? — lo llamo, su cuerpo se tensa y lo veo respirar profundo.

Se gira y busca mis ojos, no sé qué ocurre, pero algo en este lugar que lo pone tenso, después de unos segundos soy consciente que estamos a kilómetros de la ciudad y que estamos prácticamente solos en un estacionamiento de lo que parece ser un parque.

— ¿Qué hacemos aquí? — pregunto dudando y el simplemente se encoge de hombros y se apoya sobre el techo del auto.

— ¿Pensar? — Su respuesta no logro entenderla — vamos — dice haciéndome un gesto con su cabeza antes de despegarse del auto y echar a andar hacia la dirección contraria en la que me encuentro.

Lo sigo sin comprender que ocurre, porque ya no me parece el Zero relajado de hace un rato, de hecho siento que estoy junto al chico que conocí en el estacionamiento de la universidad.

Caminamos unos minutos por el desierto estacionamiento hasta alcanzar un pequeño sendero que nos lleva hasta un área llena de mesas de camping. No alcanzo a distinguir mucho a mi alrededor porque esta oscuro, pero Zero camina con demasiada seguridad, como si hubiera hecho esto demasiadas veces.

— ¿Zero? — mi voz denota inseguridad y él se detiene.

— ¿Asustada? — Pregunta con cierto deje de ironía en su voz y me tenso — tranquila no muerdo — sonríe de lado con cierta malicia y no sé porque de pronto me he puesto tan nerviosa.

Alcanzamos una mesa en la cual toma asiento apoyando su espalda contra el borde de la encimera y me invita sentarme junto a él, dudo unos instantes pero termino cediendo. Me acomodo junto a él que mira el cielo con seriedad, al elevar mí vista a la bóveda azul quedo fascinada, el cielo de un tono azul marino aterciopelado está cubierto de pequeños puntos blancos que titilan constantemente, es hermoso.

El respira profundo y noto como su cuerpo se relaja un poco, pero su expresión no se suaviza ni un poco. Permanecemos en silencio algunos minutos hasta que no puedo más y término haciendo preguntas.

— ¿Qué querías que viera? — el permanece con los ojos puestos en el cielo

— Arriba — murmura y sonríe con tristeza — las estrellas — devuelvo mi vista al cielo y permanezco en silencio — mirarlas a veces me tranquiliza — comenta

— Es hermoso

— Si, además ayuda a poner las ideas en orden

— ¿Qué ideas necesitas poner en orden? — desvió mis ojos del cielo estrellado y busco su rostro

— Más de las que puedes imaginar — su voz es un murmullo

— ¿Qué hacemos aquí Zero? — termino soltando la pregunta que lleva rato dando vueltas en mi cabeza, él sonríe de lado y me observa finalmente después de varios minutos sin apartar la vista del cielo.

— hacemos tiempo para poder volver a mi departamento y que los chicos no estén allí — mi cuerpo se tensa ligeramente, porque de pronto recuerdo que entre esos chicos esta Lili.

— ¿Es por los chicos o por Lili? — mi voz suena más dolida de lo que esperaba por lo que él sonríe abiertamente y niega con su cabeza

— Me sorprende que sientas celos de ella — comenta divertido y pongo mis ojos en blanco, no voy a darle el gusto.

— No estoy celosa Zero, no tengo porque a fin de cuentas esto es solo sexo ¿no? — digo señalándonos a ambos, su sonrisa de inmediato se borra de sus labios y la frialdad con la que me observa me congela el corazón.

Joder, odio estos cambios de humor en él y lo que conllevan.

— Ciertamente — murmura con cierto rencor en la voz pero no agrega nada más.

La incomodidad comienza hacerse espacio entre ambos y permanecemos en silencio mirándonos, luego de unos segundos es el quien respira profundo y aparta la mirada, se fija en alguno punto en el suelo delante de él. Estar con Zero es la cosa más complicada del mundo, una veces es divertido, otras amable, incluso hasta tierno, pero otras como ahora es un completo tempano de hielo que no tengo idea de cómo manejar.

— Deberíamos irnos, mañana tengo cosas que hacer — miento, él sonríe de lado y asiente — ¿puedes llevarme a casa? — sus ojos de inmediato me ven con sorpresa.

— Creí que irías conmigo a casa — su cuerpo se tensa conforme habla.

— Es tarde Zero

— Quiero que me acompañes — suelta, dejándome de una pieza

— No lo sé, no quiero incomodarte en tu casa con tus amigos — su sonrisa se ensancha porque aunque he querido sonar lo más indiferentemente posible, he fallado completamente.

— Para cuando regresemos es muy posible que no estén en casa y si están — hace una pausa y me mira con intensidad — me cago en ellos, quiero que me acompañes — la sinceridad con que suenan sus palabras me llenan.

— ¿Luego me llevaras a casa? — pregunto dudando y el sonríe con picardía

— Ya veremos — eso lo ha dicho con tanta sensualidad que mi cuerpo ya se anticipa a lo que puede estar pensando hacer y el calor sube a mis mejillas desde mi entrepierna.

Él lo nota y ríe divertido, se pone en pie y me tiene su mano para ayudarme, cuando tira de mí, me pega a su cuerpo y rodea mi cintura con sus brazos. Sus ojos están fijos en los míos, en medio de este lugar con esta poca iluminación se ven increíbles.

— ¿Qué? — pregunto después de unos segundos en silencio en los que no aparta la mirada de mí.

Sus ojos brillan con demasiada intensidad y sus labios dibujan una linda sonrisa que me deja completamente embobada.

— Eres hermosísima Jake — acaricia mi mejilla con el dorso de una de sus manos y luego deja un beso sobre mis labios. Luego sin más se separa de mí y echa andar de regreso.

Cuando llegamos al estacionamiento una vez más, se detiene ante el auto y contempla algo en la distancia, busco lo que observa con tanta intensidad y noto que se trata de la cima de una colina que es evidente que termina en un desfiladero con vista al mar.

El suspira y abre la puerta del auto, sin esperar que lo alcance, se mente y lo enciende, para cuando entro, sus ojos están fijos en el volante y su rostro inexpresivo vuelve a turbarme. En serio voy a terminar loca, con sus cambios de humor. Después de perderme que me colocara el cinturón, Zero no volvió abrir la boca hasta que alcanzamos la avenida que conduce hacia Manhattan.

Me pregunto si tenía hambre porque podríamos parar a comer algo antes de volver, pero me negué, cuando entramos al estacionamiento de su edificio, noto que aún permanece serio, ausente.

— ¿Estas bien?

— Sí, todo en orden — responde de manera tajante y comienzo a pensar que no ha sido muy buena idea venir a su casa.

Subimos el ascensor en silencio, la poca distancia que separa las puertas de este de la puerta del departamento la recorremos con rapidez, una vez abre la puerta del departamento las risas nos alcanzan, de inmediato veo como su cuerpo se tensa.

— Pasa — me dice con seriedad, señalándome el pasillo que da hacia la sala — ya te alcanzo — dicho esto, abre una puerta que está a un costado del pasillo y la cierra tras de sí dejándome sola.

El momento se me hace incomodo, no me siento bien entrando sola a su casa cuando todos sus amigos están allí y Lili también.

— ¿Zero eres tú? — pregunta la inconfundible voz de Kyle.

Cuando aparece en mi cambio de visión su ceño se frunce ligeramente y sonríe de lado, camina hasta mí y me abraza con fuerza.

— ¿Cómo estas hermosa? — pregunta en voz baja y sonrió

— bien y ¿tu? — él sonríe aún más ampliamente y me observa un segundo antes de responder.

— Perfecto, ven vamos a tomar algo — niego con la cabeza porque de verdad no me apetece beber nada esta noche.

— Oye — lo detengo antes de entrar al salón donde se muy bien que están todos sus amigos y muy posiblemente Lili y Sarah — siento mucho como te trate ayer, tienes razón no es tu culpa el que las cosas no salgan bien con Zero — el ríe divertido y se inclina un poco hacia mí y murmura en tono cómplice

— Con ese bastardo nunca nada sale bien, es su naturaleza, joder todo — parece divertido pero dolido al mismo tiempo — no importa Brook, se porque lo haces y está bien aunque... — hace una pausa y observa sobre mi hombro — supongo que todo está resuelto

— No hay nada que resolver — responde Zero pasando junto a mi sin siquiera mirarme y esa actitud me sorprende.

Kyle pone los ojos en blanco y suspira fastidiado, luego me sonríe y me guiña un ojo.

— no le hagas caso, ven vamos a beber algo — cuando llego a la sala, no hay rastros de Zero.

Barro la estancia en busca de quienes están, Charlie y Sarah están sentados en el sofá, ella con las piernas sobre las de él y están besándose, Thomas está en el suelo jugando Nintendo y Lili no se ve por ningún lado, cosa que me alarma. Kyle me conduce hasta la cocina, busca una cerveza y la tiende, no soy capaz de negarme ya que los nervios me están carcomiendo, no sé cómo reaccionare si descubro que Lili esta con Zero en este instante.

Cuando regresamos a la sala, Sarah al verme se sorprende y se pone en pie de un salto, camina hacia mí y sonríe y pero antes de saludarme, su rostro se vuelve serio y me mira mal un instante.

— ¿viniste con él? — pregunta entre sorprendida y cabreada

— si — es lo único que respondo antes que un grito nos interrumpa a ambas

— VETE A LA MIERDA ZERO — la voz de Lili suena exasperada y dolida a partes iguales.

Cuando me giro, viene bastando las escaleras con rapidez, se acerca a uno de los muebles y toma un bolso, antes de girarse hacia Kyle que la mira sin comprender nada.

— Nos vemos — se despide sin mirar a nadie más, cuando esta por alcanzar el pasillo que conduce a la puerta se gira y recorre la estancia con sus ojos, cuando me encuentra suspira — por tu bien no te enamores — me advierte antes de girarse y salir de nuestras vistas.

Quedo en mi lugar de piedra, el silencio en la estancia es ensordecedor.

— Eso ha sido intenso — murmura Thomas en tono preocupado.

— Más del mismo drama Lili–Zero — comento Charlie encogiéndose de hombros, restándole importancia

— Espero que al menos su advertencia si la escuches — comenta Sarah a mi lado cabreada — ¿Charlie podrías llevarme a casa? — miro sorprendida a Sarah que pasa completamente de mí y todo sus cosas mientras se acerca a Thomas y deja un beso en su coronilla — nos vemos cuñis — se incorpora y ve a Kyle que le sonríe — gracias por la cena, eres un puto dios en la cocina — el chico de los tatuajes ríe divertido y le da un beso en la mejila.

Mi mejor amiga pasa junto a mi sin mirarme y se encamina hacia la puerta, dejándome sin saber que demonios hacer, porque es primera vez que Sarah se comporta de esta manera.

Charlie se pone en pie, mientras su hermano pone en pause el juego y se revisa uno de sus bolsillos, saca unas llaves y se las lanza, las cuales atrapa en el aire y sonríe.

— ¿paso por ti o te quedaras? — Thomas lo duda un instante y niega

— quedate con ella si quieres, le pediré a Elie que venga por mi — Charlie se despide de su hermano y luego de Kyle, cuando me alcanza sonríe de lado y suspira.

— Nos vemos hermosa — deja un beso en mi mejilla y continúa andando.

A los pocos segundos, Zero aparece en mi campo de visión, pasa junto a mí sin mirarme y camina hacia la cocina, Kyle suspira ruidosamente y lo sigue. Thomas al vernos solos se pone en pie y comienza a recoger el desastre que hay en la sala.

— Brook no quiero ser un pesado ni nada por el estilo — comienza sin mirarme — ¿pero sabes dónde estás metiéndote, verdad? — su pregunta no logro entenderla del tomo aunque puedo imaginarme hacia dónde van los tiros.

— ¿Qué quieres decir?

— Z no es como Kyle o Charlie — hace un pausa y ríe — incluso ni siquiera puede decir que es como yo, pero el que estés aquí con el solo me confirma una cosa — hace una pausa y suspira y antes de continuar — que estas follándotelo porque lo pasan increíble en la cama o simplemente porque ya no puedes mantenerte lejos de él y lo quieres — ambas afirmaciones de alguna manera se me hacen ciertas.

— no entiendo

— eres una chica inteligente Brook o al menos eso me parece, si sabes lo que te conviene no deberías tomar en serio las cosas con Z — hace una pausa y observa sobre mi hombro — eres mi amigo y te apoyo pero creo que es una gran chica — cuando dice esto me giro para ver que Zero está detrás de mí con expresión asesina — ten cuidado con lo que haces — le advierte tomando un bol con migajas de snacks y echa andar pasa junto a mí y deja un beso en mi cien — nos vemos linda.

Se dirige hacia la cocina dejándome a solas con Zero, al cual no logro ver del todo porque no he querido levantar la mirada, pero noto que está de pie allí mirándome con intensidad serio.

— Te dije que no era buena idea — comento en un murmullo sin mirarlo.

Zero no dice nada por algunos segundos, hasta que escucho sus pasos acercarse a mí, toma mi mano y sin decir nada me conduce escaleras arriba. Abre la puerta de su habitación y me guía dentro sin soltarme, cierra una vez más y se gira, cuando lo hace sus ojos están obscurecidos y su expresión es claramente de cabreo.

Solo que no entiendo porque. Sin decir nada, sin siquiera darme tiempo de reaccionar, me estampa contra la pared y me besa con salvajismo, sus labios se mueven apremiantes y con desesperación sobre mi boca, anhelantes como si hubiese pasado siglos sin besarme.

En cuestión de segundos lo único que se escucha en la habitación es el sonido entrecortado de nuestra respiración y nuestros labios al chocar. Su boca desciende por mi cuello mordiendo y lamiendo cada centímetro de piel, sus manos se mueve por mi cuerpo con brusquedad y desesperación, como si tocarme le doliera.

— Zero — jadeo su nombre cuando sus manos se deslizan debajo de mi blusa y magrea mis pechos sobre el sujetador.

— Sssshhh— me calla mientras continua su descenso hasta mi pecho izquierdo y lo muerde con rudeza sobre la tela.

Jadeo desesperada por la forma en que está tocándome, la forma tan abrumadora en que está llevándome hacia el placer. Sus manos deshacen el broche de mi jean y pierde su mano dentro de mi braga, en cuanto toca ese punto sensible jadeo y echo mi cabeza atrás mientras el continua mordiendo y chupando mis pechos sobre la ropa.

— Joder — murmura con voz ronca y cargada de ira.

Sus dedos se mueven hasta mi abertura donde esparce toda mi humedad y sin preámbulos mete dos de sus dedos haciéndome gritar sobresaltada, no solo por la sorpresa sino por su brusquedad, su mano se mueve con rapidez arrastrándome a una abrumante y desquiciante placer.

En cuestión de segundos estoy corriéndome en sus dedos, mis manos se cierran con fuerza sobre sus hombros, lo escucho gruñir algo ininteligible, pero sus manos no dejan de moverse en lo profundo de mi sexo. Arrancándome otro arrollador orgasmo que me deja una más aturdida que el anterior.

Sus dedos me abandonan para ser reemplazados al pocos segundos por su miembro erecto que me penetra con salvajismo, su cuerpo apresa al mío contra la pared y sus manos rodean esta vez mis nalgas, obligándome a deshacerme del jean para poder darle mayor pasó.

Solo logro sacar una de mis piernas cuando él ha tomado mi muslo y lo ha levando para entrar con mayor profundidad. Sus estocadas son alucinantes, al igual que la velocidad con que está haciéndolo, no pasan muchos segundos más cuando vuelvo a correrme con la misma intensidad.

Pero Zero no se detiene, continúa bombeándose dentro de mí con rapidez, con rudeza, con desesperación, la mano que sujeta mi muslo se afianza con más fuerza en él y se bombea una vez más hacia mi interior con más ímpetu. Haciendo que jadee y gima entrecortadamente, esto es demencial.

Sin previo aviso sale de mí y me gira contra la pared, apoya una de sus manos en mi cabeza y pegándome a la fría superficie, la otra la acomoda sobre mi cintura y vuelve a penetrarme esta vez el sonido de sus caderas chocando contra mis nalgas es alucinante. Todo me parece tan intenso y tan abrumador que rápidamente vuelvo a correrme.

Tras algunas estocadas más, Zero vuelve a salir de mí, pero tira de mi cintura hacia él y con mi espalda pegada a su pecho me guía hacia su cama, donde me empuja con cierta rudeza y termina de quitarme el pantalón, luego se deshace de mi suéter, la blusa y el sujetador dejándome completamente desnuda delante de él.

Esta vez no se detiene a mirarme, se saca la ropa con rapidez y se acomoda sobre mí, separa mis piernas con sus rodillas y entra en mi sin contemplaciones, sin cuidado, su cuerpo arremete contra el mío sin piedad, llevándose la poca cordura que tenía, pronto mi cuerpo se ve envuelto en una multitud de temblores que no hacen más que incitarlo a él para que continúe con su brusco asalto a mi intimidad.

Me embiste una, dos, tres, cuatro, cinco veces más con salvajismo hasta que su sudoroso cuerpo se contrae, siento algunas gotas de su sudor caer sobre mi hombro, cuando con un ronco gruñido lo siento estallar dentro de mí, la calidez de su semen me inunda haciéndome ver que acabamos de follar sin protección alguna, su erecto y rígido miembro se sacude algunas veces más terminando de descargarse y Zero cae sobre mí, aplastando mi cuerpo.

Su respiración es un completo caos, al igual que la mía, sale de mi sin haberse recuperado y sin mirarme si quiera se pone en pie y camina hasta el baño, donde sin decir absolutamente nada se encierra tras dar un portazo. Permanezco en la cama, abrumada por los orgasmos tan arrebatadores que acaba de propiciarme y por la confusión que siento con todo esto y su actitud. No pasa mucho tiempo cuando escucho correr el agua en el baño, yo estoy más tranquila y debo reconocerlo estoy exhausta.

Jamás había tenido relaciones sexuales de esta manera, tan intensamente, tan brusco, pero debo reconocer que me ha vuelto loca y no sé si haya sido solo el hecho de la rudeza y la intensidad con la que Zero lo hizo, me temo a que es más por el mismo y por ser el que otra cosa. La verdad es que ha sido maravillosamente intenso tanto que me olvidado por completo de todo y todo. 


Nota del autor: aaaayyyy dios como están??? a ver cuéntenme cuantas esperaban esta reacción de Brook? y cuantas esperaban que Zero se quedara? jajajaja me encanta cuando baja sus defensas... en serio es un buen chico verdad? Pero todas las se;ales le advierten a Brook que no es muy buena idea esto. Aja quien sabe a donde llevo Zero a Brook???? vamos a ver cuantos están prestando atención a la lectura. jajajajaja en fin un eso enorme les amo... 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro