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Capítulo 24 - Frialdad + distanciamiento + crueldad = Zero Evans

Brook.

Me remuevo entre las sabanas de mi cómoda cama, girándome una vez más, buscando la posición adecuada para conciliar el sueño, pero nada de lo que hago parece ayudar, no puedo sacar a ese chico de diferente color de ojos de mi cabeza.

Llevo mis manos a mi cara exhausta, desde que me dejo aquí en medio de una enorme confusión y se largó cabreado no he logrado concentrarme en otra cosa, ni pensar en nada mas que no sea la forma en la que me miro al bajar del auto.

— No entiendo a ese chico — murmuro mirando el techo, cierro mis ojos y suspiro.

¿Por qué demonios tiene que ser idéntico a Nico? No es que me moleste, realmente verlo es recordarlo pero solo es un instante, Zero es totalmente distinto a Nico, en todos los sentidos. Muerdo mi labio inferior recordando lo que hicimos en esa casa de playa, demonios no pude resistirme, cuando estoy cerca de él le ocurren cosas extrañas a mi cuerpo.

Su personalidad es un asco, en serio no lo tolero cuando anda en modo odio al mundo y detesto a todo el que se me acerca, pero lo he visto ser otro cuando estamos besándonos es como si parte de su personalidad estuviera escondida. Suspiro frustrada, porque no debería estar rebanando mis sesos pensando en ese idiota.

Mucho menos después de lo que hizo y de cómo me echo de su puto auto, me coloco de lado una vez más y cierro los ojos, obligándome a dormir, pero a quien quiero engañar, sé que no lo lograre no hasta que saque de mi cabeza a ese chico rebelde y tatuado que ahora se metido en mi cabeza de una forma única.

Cuando finalmente el sol ilumina mi habitación ya estoy lista para irme a la universidad, salgo de mi habitación y para varias Sarah paso una vez más la noche fuera de casa con Charlie. Esto pasa demasiado seguido, esos dos van a terminar muy enredados y sintiendo demás, espero que ninguno de los dos salga lastimado porque ambos son grandiosos.

Tomo mi mochila y la cuelgo en mi hombro, las llaves, el celular y salgo del departamento, distraída pensando en mi mejor amiga y en lo desaparecido que anda Jack desde ayer. Suspiro mientras espero el ascensor e ingreso a él en cuanto sus puertas se abren, mientras desciendo a planta, saco mis auriculares y los conecto al celular y busco alguna canción para el camino.

Una vez llego a la puerta de enfrente del edificio y comienzo a bajar los peldaños de las escaleras sumergida en mi playlist, me detengo en seco al mirar al frente.

— Mierda — murmuro al verlo.

Zero se encuentra frente al edificio, recostado de su auto una de sus botas negras reposa sobre el neumático, un jean negro rasgado en sus rodillas, una franela negra en la cual alcanzo a distinguir el logotipo de Guns and Rosses y una cazadora negra, sus ojos están fijos en su teléfono. Lo que me permite detallarlo un instante más y deleitarme con su apariencia, aunque se vea rebelde Zero es muy sexy.

Respiro profundo y cierro mis ojos, después de mucho pensar anoche decidí que lo mejor era mantenerme alejada de el sus cambios de humor me desesperan y ya tengo bastante en mi vida como para lidiar con el también. Los abro y el sigue sin notar que estoy de pie observándolo, sonrió de lado al verlo fruncir su ceño y elevar su mano hasta su cabeza en busca de su cabello.

Continuo descendiendo las escaleras tratando de no hacer el menor ruido y así no llamar su atención, no sé si está aquí por mi o porque simplemente espera a alguien más, pero lo quiero lejos, no quiero que su sexy apariencia afecte mis hormonas.

Cuando doy un par de pasos lejos de él, ignorándolo por completo, escucho su ronca y sexy voz, pero no tan claramente gracias a la música que se reproduce en mis oídos.

— Espera — me detiene girándome de golpe, sus manos se cierran con fuerza en mi brazo y lo fulmino con la mirada.

— ¿Qué es lo que quieres Evans? — suelto quitándome uno de los auriculares.

En cuanto escucha mi tono serio, respira profundo y me libera lentamente.

— ¿podemos hablar? — me cruzo de brazos incrédula con su puta actitud y sus cambios de humor.

— ¿eres bipolar verdad? — pregunto seria y el ríe de lado mostrando esa sonrisa moja bragas.

— Solo cuando tu estas cerca — responde con altanería haciendo énfasis en la palabra y bufo girándome.

No tengo nada que hablar con él, lo escucho respirar profundo y murmurar algo sin comprenderlo pero no me detengo hasta que se interpone en mi camino.

— Escucha Jake — inicia y el que me llame así no hace más que cabrearme

— no me digas así con un demonio me llamo Brooklyn, ¿es muy difícil entenderlo? — suelto exasperada y el eleva sus cejas sorprendido

— Si, como te decía — ignora por completo mis palabras y en serio quiero golpearlo, no lo dejo terminar solo paso junto a él tropezando con su cuerpo.

En cuanto entro en contacto con este mi corazón se acelera y odio que reaccione a él.

— Brook lo siento, en serio siento lo de ayer — suelta en tono serio haciendo que me detenga de golpe.

Cierro los ojos y respiro profundo, meditando sus palabras, pero recuerdo que solo es Zero Evans y que no debo caer, los abro y echo andar nuevamente sin decir nada.

— maldita sea Brooklyn detente — suelta entre dientes y solo lo ignoro.

No quiero más líos en mi vida y Zero Evans no solo traerá problemas algo me dice que puede ser mucho peor que eso. Cuando llego a mi auto y abro la puerta esta se cierra de golpe gracias a la mano tatuada de Zero donde dice Nico sobre sus nudillos.

— En serio necesito hablar contigo — hace énfasis en la palabra y respiro resignada.

— está bien, ¿Qué es lo que quieres esta vez? — respondo sin mirarlo y su silencio me hace mirarlo.

Cuando lo hago noto las ojeras debajo de sus ojos y tiene expresión cansada, frunzo el ceño y el respira profundo, pasa sus manos por su rostro como cansado y sin saber por dónde iniciar.

— soy un cabron ¿de acuerdo? — Dice en voz baja y rio negando con la cabeza pero el continua — ayer me porte como imbécil y de verdad lo siento — sus preciosos ojos se fijan con intensidad en los míos y un escalofrió recorre mi espalda, mi corazón late desbocado y desvió la mirada.

— en serio no estás bien de la cabeza Zero — murmuro y su risa suave y ronca me hace mirarlo, eso es un espectáculo que no se puede perder porque así sea un imbécil tiene una sonrisa hermosa.

— Quiero mostrarte algo — murmura y mi ceño se frunce

— Tengo clases y ya voy retrasada — él sonríe de lado mostrando esa expresión picara y suficiente que me hace temblar las piernas.

— Prometo que valdrá la pena — murmura después de juguetear con la argolla de su labio.

Me lo medito, lo pienso y me repito que es una muy mala idea, que el sujeto no es más que un idiota que intenta volverme loca y que debo simplemente entrar a mi auto y salir de aquí a mi clase.

Una caricia suave sobre mi mejilla me sorprende y cuando abro los ojos su cercanía es todo cuanto puedo observar, mientras cerré mis ojos para analizar la situación aprovecho para acercarse. Sus ojos me ven con demasiada intensidad, su labio inferior está atrapado entre sus dientes y esa seriedad con la que está mirándome me desarma.

En un lento movimiento acerca sus labios a los míos y me besa, mientras sus manos acunan mis mejillas, mis ojos se cierran automáticamente ante el contacto suave y frio proveniente de su argolla, sus labios son suaves y me besan con una lentitud que me desmorona. El beso no dura más de unos segundos, cuando se separa de mí, demoro un poco en abrir los ojos porque aunque ha sido un simple rose ha sido demasiado intenso.

— Necesito esto — murmura haciéndome abrir los ojos y mirarlo.

Pero su expresión me deja muda, sus ojos están fuertemente cerrados y pareciera que algo le doliera, cuando abre sus parpados y me muestra esos perfecto y hermosos orbes, están llenos de lágrimas, su ceño esta fruncido y sus labios se han convertido en una línea fina.

— necesito esto Jake — repite entre dientes como si le doliera lo que está diciendo — necesito la tranquilidad que me das — esto último me deja en shock.

¿En serio acaba de decir eso? desde que me conoce lo único que se ha encargado de recordarme constantemente es que soy irritante y me detesta, ¿de dónde viene esto?

— Zero — niega con su cabeza y pega su boca una vez más a la mía, evitando que hable.

Esta vez el beso es más profundo, más intenso, cargado de una necesidad que me abruma.

— ¿vendrás conmigo? — murmura pegado a mis labios antes de tomar el inferior y morderlo con suavidad para luego liberarlo y dejar un beso sobre él.

Atontada de una forma poco lógica, me obligo a regresar a la realidad, el chico que me acaba de besar no es más Zero Evans y tome una decisión alejarme de él y es lo que voy hacer, esto no es sano.

— tengo clases Zero lo siento — desvié mis ojos de los suyos porque no quería afrontar ese cambio en su mirar.

Lo escuche respirar profundo y sus manos liberar mis mejillas, una sonrisa forzada se dibuja en sus apetecibles labios y quise morirme porque el muy bastardo se ve divino cuando sonríe.

— Claro... — hace una pausa y da un paso atrás — olvide que primero estabas detrás del culo de Kyle y luego seguí yo en la lista, ¿Quién viene, Thomas? — las palabras abandonaron sus labios de una forma despectiva y burlona, mi sangre hirvió en mis venas y sin poder controlarme levante mi mano y cruce su cara con una fuerte bofetada.

— ¿Quién coño te crees, eh? — escupí entre dientes fulminándolo con la mirada, detestaba estos jodidos cambios de humor y esta maldita manía de hacerme menos cada vez que le diera la gana.

— Solo digo lo que veo — dijo burlón sobando su mejilla — eres peor que las demás chica Jake — eleve una vez más mi mano para volver a golpearlo pero esta vez, anticipo el movimiento y tomo mi muñeca empujándome contra su pecho con brusquedad.

Nuestros cuerpos chocaron y mi corazón latió tan rápido que sentí que dolía mi pecho, sus ojos me observaba llenos de odio, de rencor y resentimiento como si le hubiese hecho algo realmente malo, cuando hablo su voz fue solo un murmullo ronco cargado de ira.

— no vales la pena — esas palabras se hundieron dentro de mi pecho e hicieron crecer un nudo en mi garganta, sus labios se curvaron en una sonrisa suficiente y sin decir nada más, solo me libero, giro sobre sus talones y se alejó de mi con paso decidido y el cuerpo totalmente rígido.

Estaba furioso, podía notarlo y no sabía exactamente si se debía a mi rechazo o a la bofetada que le había dado, respire profundo tratando de concentrarme y no soltar ni una sola lagrima por la humillación que acaba de vivir y que le permití darme, cerré mis ojos y abrí la puerta del auto una vez más, me deje caer en el asiento del chofer y respire profundo una vez más.

— esto es lo mejor Brooklyn, no necesitas personas toxicas en tu vida — me repetí en voz baja antes de encender el auto y conducir hasta la universidad.

#

— es sumamente importante mantener el equilibrio entre los elementos químicos y su proporción, ¿entendido? — la voz del profesor Morgan se escuchó en toda el aula, mientras algunos asentían simplemente ante su pregunta.

Yo no lograba seguir la clase, ya estaba en mi última hora y toda la mañana había estado exactamente igual, pensando en esos ojos de distintos colores que me vieron con tanto odio, suspire mirando a la pizarra donde el profesor Morgan terminaba de escribir una formula y se giraba para contemplar a la clase.

— recuerden balancear y estudiar bien todas las fórmulas para el ensayo, la próxima clase lo revisaremos juntos y pondremos en práctica algunas cosas antes del examen de la segunda hora — sus palabras me trajeron de regreso a la realidad.

— ¿ensayo? — murmure para mí misma más que perdida.

— Eso es todo por hoy, nos vemos el próximo jueves — hizo una pausa y evaluó los rostros de todos — Jones antes de irse me gustaría tener unas palabras con usted — en cuanto dijo mi apellido mi cuerpo se tensó, recogí mis cosas y descendí las escaleras hasta llegar frente a el

— sí, profesor ¿ocurre algo? — el profesor Morgan me regalo una amplia sonrisa y metió sus manos en los bolsillos de su jean.

— Vera Jones escuche en el salón de profesores que estabas ayudando en el orfelinato — asiento mientras se dibuja una sonrisa en mis labios

— Sí, empecé hace unas semanas — el asiente se gira para tomar algo de su maletín y me tiende un volante

— Ten quizás esto te interese — cuando sostengo la hoja es un concurso en el cual puedes hacer una presentación de lo que desees y el ganador del primer lugar tendrá un premio de 1000 dólares.

— oh, gracias profesor — digo con una amplia sonrisa después de leer la información.

— Siempre que pueda colaborar — se gira y toma su maletín y me deja en el salón.

Luego de unos instantes sigo sus pasos, guardo el volante en mi bolsillo y cuando elevo mis ojos me topo con ese chico alto, bronceado y cubierto de tatuajes con su típica sonrisa y sus lindos ojos cafés fijos en mí.

En la distancia Kyle camina hacia mí con Zero a su lado, mi cuerpo se tensa en cuanto lo veo, su expresión fría se mantiene y aunque estoy segura que ya me vio y sabe muy bien que Kyle camina hacia mí, me ignora por completo.

— hermosa, ¿lista? — Pregunta Kyle una vez me da alcance, mi ceño se frunce y lo observo sin comprender, al ver mi expresión confusa desvía sus ojos a Zero y luego a mí — ¿Zero no te dijo nada verdad? — mis ojos se desvían hacia el mencionado que me ignora por completo al igual que su amigo.

— ¿sobre qué? — Kyle pone sus ojos en blanco y le da una mala mirada a Zero que resulta que esta entretenido mirando a otro lado.

Ambos buscamos el punto donde sus ojos están clavados y comprendo de inmediato porque nos ignora, una morena con muy poca ropa esta devorándolo con los ojos además coma una chupeta y pasa su lengua sobre ella de manera sensual, la risa suave de Zero me hace mirarlo y cuando lo hago me arrepiento de inmediato.

Tiene justo esa mirada y esa sonrisa pícara moja bragas con la que puede dejar a cualquier chica en el lugar embobada, bufo y antes de poder hacer algún comentario, pasa entre nosotros caminando hacia ella.

— ¿A dónde vas? — le pregunta Kyle en tono serio

Zero se detiene unos pocos pasos más allá y mira sobre su hombro a su mejor amigo, sonríe con suficiencia y dice en tono burlón

— iré a entretener mi polla mientras tu compras las putas pinturas y nos vemos en ese asqueroso lugar de mierda — sus palabras no solo me molestan también me ofenden.

Se gira y saca algunos dólares de su billetera y regresa sobre sus pasos, se los pone en la mano a Kyle y regresa sin mirarme, su actitud, sus palabras todo en este instante me pone de los nervios por lo que termino soltándole en tono brusco.

— ¿Qué demonios está mal contigo?

— oigan ustedes no habían resuelto... — me giro cabreada hacia Kyle y termino gritándole

— NO TENGO NADA QUE RESOLVER CON ESTE IMBECIL DE MIERDA — me giro y echo andar una vez más, tropiezo con Kyle que nos mira sin poder comprender nada y me sigue, mientras Zero continua su andar hacia la estúpida que no para de provocarlo.

— Hey Brook, espera — me llama pero no me detengo — Brooklyn vamos espera, estas enojada con el no conmigo — en cuanto dice esas palabras me detengo sintiéndome mal porque tiene razón.

— ¿Qué pasa, creí que ustedes...

— creíste mal Kyle, no tenemos absolutamente nada que ver el uno con el otro — poso mis ojos en los de él que me mira serio

— Está bien — murmura frunciendo el ceño y mirando hacia un costado y negando con la cabeza, en cuanto poso mis ojos en la dirección en la que él ve ciento como algo en mi pecho se estruja.

Zero está devorando a la morena como si puta vida dependiera de eso, suspiro porque en serio es un imbécil, cuando estoy por girarme el abre sus ojos y me ve sin dejar de besarla, Kyle suspira y me rodea los hombros con su brazo y tira de mí.

La sensación en mi pecho crece conforme avanzamos, pero trato de ignorarlo, no quiero pensar más en él, sabía que esto pasaría, así que simplemente intento no pensar ni darle importancia, pero me resulta imposible.

— Brook — la voz de Kyle me sobresalta — ¿estás bien? — forzó una sonrisa en su dirección y asiento

— Vamos a comprar esas pinturas — el asiente sin decir más y me conduce hasta su camioneta.

Una vez en ella, como siempre Kyle intenta por todos los medios de hacerme reír, creí que luego de lo que paso sería incómodo para ambos, pero me equivoque, Kyle no ha cambiado ni una pisca conmigo y es muy genial, porque últimamente paso mucho más tiempo con el que con el que dice ser mi mejor amigo.

— ¿entonces que pasa entre tú y tu ex? — pregunto siguiendo el hilo de la conversación, su ceño se frunce y me da una mirada tensa.

— Nada, solo volvió a joder — se encoge de hombros y sonrió

— ¿duraron mucho tiempo? — Kyle parece tenso y suspiro — mejor cambiamos de tema ¿verdad? — el ríe y asiente.

— Mejor cuéntame que paso con Z — esta vez es mi turno de ponerme tensa y negar

— Mejor hablemos de cosas realmente agradables — el ríe divertido y asiente de acuerdo.

El camino hasta la ferretería lo hacemos bromeando y riendo, cuando llegamos, buscamos directamente las pintaras que botamos el otro día mientras jugábamos a ser niños, pero Kyle se detiene y comienza a tomar otros botes de pintura, lo miro extrañada y él sonríe ampliamente.

— creo que un mural se vería genial en la cancha, ¿crees que la vieja amargada se moleste si hago alguno allí? — rio entusiasmada y niego

— no lo sé, pero hoy lo averiguaremos — Kyle aparta un mecho de pelo de mi rostro y sonríe

— me gusta mucho cuando sonríes Brook — ese comentario me toma por sorpresa, pero lo que realmente me deja en shock es cuando se acerca y deja un beso en mi frente — es un idiota si te deja ir — frunzo el ceño y lo veo sin comprender luego suspira y niega sin decir nada más, se aleja dejándome en el pasillo rodeada de botes de pinturas.

Sus palabras me dejan en un limbo, totalmente perdida, porque no tengo idea de quién demonios está hablando. Kyle se pierde dentro de la tienda buscando cosas que necesitara para hacer el mural, para cuando termina ya tenemos casi hora y media allí y ha logrado distraerme lo suficiente como para no pensar en su mejor amigo y lo que paso en la mañana.

— ¿Brook, tu amigo demorara mucho en llegar? — pregunta por décimo octava vez la directora del orfelinato, después de tener cerca de hora y media trabajando en las rejas, Jay, Kyle y yo.

— No lo sé, pero debe estar por llegar — me giro ya harta del constante acoso de la mujer y cabreada por la ausencia del imbécil que dijo que tenía palabra.

La mujer regresa sobre sus pies y entra nuevamente al edificio, Kyle se acerca a mí y me tiende su teléfono.

— Háblale — me dice, pero niego con la cabeza.

— Olvídalo, no importa — murmuro pasando junto a él y regresando a mi trabajo.

Estoy segura que no ha llagado porque está revolcándose con esa chica y no sé qué me cabrea más si saber que esta con ella o que haya fallado a su palabra, respiro profundo sin dejar de pasar la brocha por el tubo y Jay se acerca a mí.

— ¿estás bien? — sonrió y asiento el intenta decir algo pero no lo hace y continua con su trabajo.

Después de un par de horas tenemos las rejas completamente listas, solo faltan la pared del fondo del estacionamiento y terminamos, lo bueno de esto es que a la directora la encanto la idea de Kyle sobre el mural, así que muy posiblemente me acompañe varios días mientras lo hace.

Cuando estoy recogiendo el plástico que extendimos en el suelo para no mancharlo, el ruido del motor de un auto me hace girarme y en cuanto lo veo, mi cuerpo bulle, su expresión seria, sus lentes de sol, la argolla decorando su labio, todo en Zero Evans hace que se vea jodidamente bien y lo odio por eso. Pasa dentro del auto sin siquiera mirarme se detiene un metro más allá de donde me encuentro para hablar con Kyle.

Pero este lo ignora y camina hasta mí, se detiene serio y suspira.

— Lo siento Brook — no entiendo porque se disculpa, pero luego entiendo todo cuando Zero se acerca y se gira para enfrentarlo — ¿tienes palabra no? — le suelta en tono serio.

Zero lo ve con expresión divertida y se quita las gafas dejando ver esos hermosos ojos que me tienen perdida, sus labios se ladean en una sonrisa pícara y se encoge de hombros.

— estoy aquí y es lo que importa, ¿no? — Sus ojos se desvían un instante hasta mí y su sonrisa se ensancha mientras continua — tenía un tiempo que no la pasaba tan jodidamente bien con una chica — pasa sus manos sobre su cabello y se gira sin decir nada mas — iré hablar con la directora.

Lo veo caminar despreocupadamente como si fuera dueño del puto universo y en un arranque de ira, lo sigo, en cuanto le doy alcance lo giro y me planto frente a él dejando salir todo lo que pienso de el.

— ERES UNA MIERDA DE PERSONA, SIN PALABRA O VALORES, ¿CREES QUE PORQUE TIENES DINERO DE SOBRA Y PROMETISTE PAGAR EL DESASTRE QUE CAUSASTE PUEDES LLEGAR AQUÍ COMO SI NADA CUANDO EL VERDADERO ESFUERZO Y TRABAJO LO HEMOS HECHO NOSOTROS? — sus ojos están fijos en los míos mirándome con odio y desprecio

Para cuando termino mi pecho sube y baja con rapidez, estoy a nada de volver a golpearlo por mentiroso, falso y por idiota, después de unos segundos, justo cuando abre su boca para responder, la voz de la mujer que lleva horas esperando por él se escucha detrás de él.

— Evans que bueno verlo — camina hacia nosotros con prisa y al alcanzarnos le tiende la mano a Zero que no aparta sus ojos de los míos, asesinándome con ellos — ¿ocurre algo? — pregunta algo incomoda la mujer desviando sus ojos de uno al otro.

Zero niega y le extiende su mano la sujeta un instante y responde con voz ronca.

— lamento haber llegado tarde, estaba resolviendo asuntos personales de suma importancia, pero le pedí a mi mejor amigo y Brooklyn que se ocuparan de la compra de los botes de pintura para no atrasarlos más — sus palabras me hacen presionar mis manos en puños, es un descarado.

Me giro indignada sin ánimos de armar un escándalo delante de la directora, ya tuve suficiente con el lio en el que me meti ayer por su culpa como para meterme en otro hoy.

— Brook, querida acompáñame, quiero hablar con ambos — me detengo y cierro los ojos al escuchar sus palabras.

Me giro lentamente y poso los ojos en Zero que sonríe con expresión burlona, asiento y regreso sobre mis pasos.

— Claro, no hay problema — forzó una sonrisa en dirección a la mujer que pronto se echa andar regreso al edificio con Zero a su lado, conversando.

Puedo escucharlo excusarse con una mentira tan grande que me asombra como es que puede verla a los ojos y verse tan seguro cuando ambos sabemos exactamente lo que estaba haciendo antes de venir aquí y la razón por la que llego tarde.

Una vez dentro de la oficina la directora se sienta y entrelaza sus dedos sobre la superficie del escritorio observando a Zero con una amplia sonrisa.

— vera señor Evans, después de lo que ocurrió ayer, estaba pensando en que quizás podría ayudarnos un poco con las remodelaciones que deseamos hacerle al orfelinato desde hace algunos años, sé muy bien que su padre tiene proyectos comunitarios dentro de la empresa — a la mención de su padre, Zero se remueve claramente incomodo en la silla — ¿podría hacerle llegar una carta para que considerara nuestro orfanato para uno de esos proyectos?

Zero permanece en silencio claramente incómodo y quizás cabreado también, entiendo porque la directora está haciendo esto, pero no entiendo porque él está reaccionando así.

— Puedo hacerle llegar la carta a Ethan — hace una pausa y se corrige — a mi padre pero no le aseguro que vaya a considerarlo — el que haya llamado a su papa por su nombre me causa ruido, pero permanezco en silencio.

— sí, lo sé, esa es la razón por la que la srita. Jones está aquí, cuando llego me entrego un volante con un concurso que puede sernos de muchísima ayuda — en ese momento abre la gaveta del lado izquierdo del escritorio y saca el volante que me entrego el profesor Morgan.

— no creo que — intento detenerla pero ella me ignora y Zero toma el volante leyendo el contenido con rapidez

— No entiendo que tiene que ver esto con lo que está pidiéndome — dice Zero dejando el volante una vez más sobre el escritorio.

— Participaremos en eso y con el dinero que ganemos — hace una pausa y sonríe ampliamente — porque sé que ganaremos, le pagaremos parte de las remodelaciones y el resto correría por el — mis ojos se abren como platos al escucharla, esta mujer es astuta, nunca se me habría ocurrido algo como eso.

— ¿y cómo esta tan segura que ganaran? — pregunta Zero sonriendo con burla

— Son niños señor Evans, cualquier cosa que se propongan hacer será adorable y los amaran por ello — lo que dice tiene razón, Zero lo medita un instante y se encoge de hombros.

— Puedo hacerle llegar la carta a mi padre, pero no les aseguro que los tome en cuenta — murmura poniéndose de pie — ¿era necesario que ella estuviera aquí por qué? — dice señalándome despectivamente con un gesto de su cabeza.

— pienso que tendrán que trabajar juntos ¿no? — Zero suelta una risilla áspera y niega con su cabeza

— lo que tenía que hacer aquí ya lo hice, pague las pinturas y se terminó el trabajo

— no gracias a tu ayuda claro esta y además aún queda una pared que pintar, que deberías pintarla tu solito — suelto cabreada y sin poder contenerme.

— ¿es una jodida broma verdad? — suelta Zero girándose hacia mí y fulminándome con esos ojos hermosos.

— no hablo muy en serio, puede que esto no te importe pero a mi si y si no hubiese sido por tu acto de inmadurez todo estaría listo — le suelto entre dientes, la risa que escapa de sus labios me exaspera y hace que la furia dentro de mi crezca.

— en serio no quiero ser grosero y tener una discusión delante de la señora — dice señalando un momento a la directora, luego continua — por lo que me despido — se gira hacia la directora y le tiende su mano — cuando tenga lista la carta puede dársela a ella, estoy seguro que me la hará llegar.

Mis ojos se abren de tal forma que creo que van a caer de sus cuencas, Zero se gira y sale de la oficina sin decir nada más, yo aún no salgo de mi estado de shock, porque honestamente creí que Zero era un idiota, pero ha superado con creces mis expectativas.

— Creí que ustedes dos eran amigos, pero por lo que veo me equivoque — comenta la directora mirándome con curiosidad.

— No, bueno... — hago una pausa y suspiro — permiso, tengo que irme, cuando tenga todo listo me entrega la carta y se la daré — repito, porque o me queda más remedio que aceptarlo porque quiero ayudar.

Salgo de la oficina precípitemente tratando de alcanzar a Zero, cosa que hago en el estacionamiento, pero esta entretenido con una de las chicas que trabaja en el orfelinato, pongo los ojos en blanco y camino hasta ellos.

— me disculpas un momento necesito hablar con este idiota — la chica me ve sorprendida y asiente, mientras yo tiro de la muñeca de Zero que se libera con brusquedad y me suelta entre dientes

— ¿Qué mierda quieres ahora Jake?

— ¿crees que soy tu jodida asistente? — le espetó al borde del asesinato.

— mira niña estoy aquí porque le di mi palabra a esa mujer, cumplí y ya no tengo absolutamente nada que hacer aquí, no tengo un corazón hermoso que brota arcoíris y corazones como el tuyo, además tengo cosas más interesantes que hacer que perder mi puto tiempo en un montón de niños — cada palabra que dice hace que mi enojo crezca más.

— ¿Cómo cuales, follarte a cuanta zorra te pase por al frente? — suelto sin pensar, sus ojos brillan con malicia después de mi comentario y a mí me gustaría tener un gira tiempo como en Harry Potter para evitar haber hecho esa pregunta.

Zero se inclina un poco hacia mí y murmura en tono divertido

— desde la primera hasta la última... — hace una pausa y me mira de arriba abajo y luego continua — todas han sido una zorras, tienes razón, pero no es mi culpa que lo sean — siento mi cuerpo hervir, literalmente, estoy caliente de lo cabreada que estoy — siempre fui bastante claro respecto a lo que quería, si te abriste de piernas y te uniste a ellas no es mi culpa Jake — mis ojos se llenan de lágrimas por la frustración y la humillación que este idiota está haciéndome pasar.

Ríe suavemente y vuelve a su posición ahora si no tienes nada que decir, me largo, ya perdí suficiente tiempo contigo y esa chica de por allí se ve mucho mejor que tú. Pasa junto a mi sin decir nada más y no entiendo cómo es que no he podido decir algo, no entiendo cómo demonios permanezco en silencio, permitiéndole que me trate como si no valiera nada.

Repentinamente un flash back llega a mi cabeza.

— Mírate no vales nada, eres pura mierda Brooklyn, me das asco, jamás creí que caerías tan bajo — sus palabras se repiten en mi cabeza haciendo eco y trayendo de regreso ese espantoso y oscuro momento de mi vida, que me encantaría dejar atrás.

Respiro profundo tratando de controlar mis emociones, siento una lagrima descender por mi mejilla y la limpio con rapidez no sin antes mirar a los lados para verificar si estoy sola. Hecho andar de regreso al edificio en busca del baño, con un gigantesco nudo en mi garganta, con los recuerdos de ese periodo de mi vida amenazando con regresar y esos ojos de distintos colores mirándome con odio.

2 semanas después

Recojo mis cosas con prisa para salir del aula, necesito llegar pronto a mi auto y volver a casa, cuando desciendo las escaleras que me separan de mi libertad y el aire que necesito respirar para volver a estar tranquila, un mano en mi hombro me detiene.

— Oye Brook, ¿estas bien? — me libero con rapidez de su agarre y asiento sin siquiera haberme fijado de quien se trata.

Salgo del aula y vuelvo a respirar profundo cuando doy algunos pasos fuera del pasillo, bajo mi cabeza y echo andar entre las personas que me rodean tratando de pasar desapercibida y haciendo exactamente lo que vengo haciendo desde hace dos semanas. Ocultándome de Kyle, Zero y sus amigos.

Incluso he estado evitando a Jack y Sara, los cuales caminan directamente hacia mí en este instante.

— ok basta Brooklyn, vas a explicarnos qué coño es lo que está pasando en este instante — me suelta Sara al darme alcance, mi cuerpo se tensa y mis ojos se llenan de lágrimas.

— Sara yo — pero no soy capaz de articular palabras, no cuando estoy segura que al hacerlo romperé a llorar y no deseo hacerlo.

— hey, no ¿Qué ocurre? — es Jack quien se acerca a mí y me rodea con sus brazos en un gesto sobreprotector que termina por romperme.

Comienzo a llorar en su pecho como si no hubiera un mañana, el aire me falta y las lágrimas empapan mis mejillas y la franela blanca de Jack.

— ay, ay, ay, ay que hice santo pecado ambulante — suelta nerviosa Sara a mi lado — amiga ¿Qué pasa? por dios.

Jack sin dejar de abrazarme se coloca a mi lado y me guía entre los pasillos, yo continuo llorando escondida al costado de su cuerpo, mientras Sara acaricia mi espalda. Una vez estamos fuera en el estacionamiento, Jack se separa un poco de mí y eleva mi rostro para verme.

Su expresión es completamente seria y llena de preocupación, suspira y niega con su cabeza.

— ¿otra vez ese recuerdo, no es cierto? — pregunta en voz baja y al escucharlo hablar del tema vuelvo a romper a llorar.

El me abraza con fuerza una vez más y me consuela.

— Sssshhh tranquila Brook, está todo bien, no eres esa chica, tampoco volverás a cometer los mismos errores, no estás sola ¿entiendes? Nunca lo has estado — deja un beso sobre mi coronilla y escucho unas llaves — ten conduce su auto hasta la casa, yo la llevare tú no sabes manejar estas cosas — le dice a Sara que suelta un gimoteo y se aleja de nosotros.

Estoy segura que también está hecha un mar de lágrimas, porque sabe perfectamente porque estoy así, porque me he deshecho cuando Jack menciono lo del recuerdo y por sus palabras de aliento.

Estos dos han estado conmigo la vida entera y ambos conocen a la perfección mi pasado y cuanto hay en el que me tortura. Jack se separa un poco de mí y me sonríe con pesar.

— Me vas a contar que paso — dudo un instante, porque no estoy segura de sí quiero hablar del tema y revivir todo una vez más.

— no lo sé — murmuro y el acaricia mi mejilla

— Vamos a casa — me rodea los hombros con sus brazos y me guía hasta su auto.

El camino hasta mi casa lo hacemos en silencio, de vez en cuanto Jack me da ojeadas claramente preocupado. Hacia un tiempo que no ponía así, hacia un tiempo que esos recuerdos no me molestaban, porque hacia un tiempo que no me topaba con alguien como Zero.

Respiro profundo y limpio mis lágrimas, veo por la ventana y antes de poder evitarlo comienzo hablar.

— Recordé ese día Jack — murmuro, una de las manos de mi mejor amigo deja el volante y sostiene la mía — sus palabras y lo horrible que me sentí cuando me encontró en ese estado — respiro profundo y cierro mis ojos.

La imagen de Raed, sus ojos oscuros mirándome con horror y asco, como mis manos temblaban y mis ojos llorosos lo miraban, luego esa misma mirada se aclara y se transforma en esos ojos de distintos colores haciéndome sentir exactamente igual.

— No entiendo Brook — murmura Jack a mi lado — hace mucho tiempo que no lo recordabas, ¿Qué paso?

— Zero — murmuro con apenas un hilo de voz.

Jack posa sus ojos en mi con el ceño fruncido y mordiendo su labio inferior

— ¿Evans? — su tono es incrédulo

— no sé cómo paso — comienzo a explicar, pero en cuanto su mano libera la mía y busco sus ojos estos están fijos al frente, ambas manos están sobre su volante y los nudillos están tan blancos que creo que en algún momento reventaran.

— ¿Qué mierda te hizo? — dice entre dientes claramente cabreado.

— Jack — murmuro sabiendo que en cualquier momento esto se puede poner feo — esto es mi culpa entiendes

— UNA MIERDA BROOKLYN — grita sobresaltándome y haciéndome abrir los ojos de par en par por su reacción — lo siento — murmura después de unos segundos — te lo advertí, te dije que te alejaras de ellos, también se lo he dicho un millón de veces a Sara, pero ninguna de las dos me hace caso — murmura en voz baja.

— Lo que dijo es verdad — murmuro más para mí que para él, haciendo que el frene de golpe y me observe con los ojos llenos de furia.

— ¿a ver qué fue lo que el grandioso, pudoroso y respetable Zero Evans te dijo, como para que te recordara toda la mierda que viviste hace años? — sus palabras me hieren porque Jack sabe todo lo que este tema me afecta.

— No importa Jack, déjalo — murmuro sabiendo que si le cuento que fue lo que dijo no dudara un instante en ir a pelearse con Zero y no quiero que Jack se meta en problemas otra vez por mi culpa.

— ¿Qué lo deje? — Dice con molestia — Brooklyn esa vez me quede como un idiota sin hacer nada porque creí que podrías manejarlo, pero no voy a dejar que esta vez un imbécil que no sabe nada de tu vida te haga puré solo porque se sienta el jodido dueño del mundo — mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas y suspiro.

Niego con mi cabeza y bajo del auto, sin decir nada, Jack se baja detrás de mi y me alcanza pero no dice nada, solo camina a mi lado, yo simplemente permanezco con la cara gacha y andando hasta la entrada, una vez allí abro la puerta y el me sigue de cerca, lo veo sacar su teléfono y teclear algunas cosas con rapidez, luego respira profundo y maldice por lo bajo.

— Brook — me llama mirándome serio — necesito que me digas que paso — niego con la cabeza y el respira frustrado — bien no lo hagas — se cruza de brazos y mira a la puerta.

Cuando entramos a mi casa, Jack deja las llaves del auto, su cazadora y su teléfono sobre la mesita de centro de la sala y camina directo a la cocina, abre el refri y saca un tarro de helado de mantecado, coge una cucharilla y camina hacia mí, toma mi mano y me conduce hasta el sofá, me sienta y me lo tiende.

— Ten come y tranquilízate mientras pido una pizza — se gira y me deja en la sala algo perdida, sonrió de lado y suspiro.

Jack es como mi hermano, cuando pienso en esto no puedo evitar pensar en Connor y mi pecho se entruja una vez más, comienzo a comer el helado y pienso en él, mi hermanito. La razón por la que tome tantas decisiones equivocadas cuando murió y como parte de mi vida se manchó gracias a ellas.

Nota del autor: holitas, uy que enredo es este, alguno entiende que paso???? hoy vemos algo del pasado de Brook... algo malo y feo que la afecta muchísimo y a ver cuantas están odiando a Zero????? jajajajajaja si lo se es un HDP pero bueno... el intento bajar y mostrarse vulnerable creo que no le resulto muy bien y pues zaaas saco todo su lado malo... espero no siga siendo asi de malo porque no se a donde iran a pasar esos dos. En fin un besote y sorry por el abandono estuve full estos dias!


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