Capítulo 20 - Una inesperada sorpresa
Brook.
Deseo.
Excitación.
Locura.
Son las cosas que pasan por mi cabeza cuando veo el auto estacionado de Zero unos metros más adelante frente a mi edificio. ¿Qué demonios es lo que está haciendo aquí? Por más que he intentado sacarlo de mi cabeza no he logrado hacerlo, se ha metido en mi sistema como una puta droga de muy buena calidad. Respiro profundo meditando mis opciones, no debería si quiera acercarme a él, lo dejo muy claro y yo también.
Pero como siempre, mi cuerpo termina haciendo todo lo contrario, como si anhelara su cercanía me conduce hasta quedar frente a su auto. Sus ojos están fijos al costado contrario, por lo que me inclino un poco y toco suavemente la ventanilla. Mi cuerpo tensándose cuando esos hermosos ojos me observan llenos de sorpresa, no esperaba verme aquí, sonrió para mis adentros porque Zero se ve jodidamente bien no importa la expresión que tenga.
— ¿Qué haces aquí? — pregunto una vez baja el vidrio y nos miramos fijamente
— no lo sé
— ¿estas acosándome? —pregunto con curiosidad y el ríe
— Ya quisieras —suelta secamente y desvía sus ojos al frente, privándome de ellos.
Guardamos silencio unos segundos antes de que termine soltándole lo que he pensado al ver su auto
— Estas jodidamente loco Evans — me giro sin decir nada mas pero me detengo a poca distancia, tentada a hacer justo lo que él hace con todas las chicas.
Humillarlo.
— Te lo dije, siempre terminas tu acercándote — mi voz es completamente dulce al hablar, sé que estoy provocándolo y que posiblemente esto termine mal para alguno de los dos, porque es evidente en su expresión que le ha ¿dolido? O solo es cabreo.
Para mi sorpresa no reacciona como pensé que lo haría, abre la puerta del auto y se baja con sus ojos fijos en mí, ese azul y ese verde oscurecidos por la rabia y el deseo un deseo que crece a medida que se acerca a mí, sus dedos se cierran detrás de mi nuca con cierta brusquedad acercándome a su boca. Sus labios me besan con ferocidad, con rabia y necesidad, no reacciono, porque me ha tomado por sorpresa, pero esta no dura absolutamente nada antes de que mis propios labios reconozcan los suyos y termino besándolo de la misma desenfrenada manera en que el besa los míos.
La calidez de su cuerpo tan cerca del mío hace que se desprendan hilos de deseo desde el centro de mi entrepierna, no entiendo como Zero logra deshacerme de deseo con tanta rapidez, es como si su cuerpo, sus besos, sus manos estuvieran y supieran todos los secretos que esconde mi cuerpo y que hasta yo misma desconozco, porque nunca me había sentido así con alguien antes, nunca había sentido tanto deseo, nunca me había humedecido tanto solo con un puto beso.
Y ese primer beso en el baño de su departamento no solo me dejo hecha un lio sino que también dejo mi braga hecha un desastre. Las manos de Zero permanecen en mi nuca controlando el beso por completo, yo dejándome llevar y siguiendo el ritmo que él ha marcado un ritmo que honestamente es solo reflejo de lo que el despierta en mí.
Cuando finalmente nuestros labios dejan la intensa danza llena de deseo, su frente se apoya en la mía, su respiración es un completo desastre, siento como bocanadas de aire chocan erráticamente contra mis labios, llenándome de ese fresco olor a menta y un ligero aroma de cigarrillos.
Zero desestabiliza por completo mi mundo, mi cordura y mis hormonas, parezco una jodida cría junto a él.
— ¿a qué estás jugando Zero? — murmuro, porque en serio no entiendo sus actitudes.
Abro mis ojos finalmente en busca de los suyos, que me ven con intensidad, esos ojos tan jodidamente hermosos que expresan tanto y esconden mucho más.
— no se Jake — responde en un murmullo ronco que deja entrever cuan deseoso esta.
— si yo soy Jake por un plumón tu deberías llamarte no se —no puedo evitar burlarme un poco de él, porque cuando lo conocí destacaba por tener una muy buena respuesta para todos mis argumentos, repentinamente todo ahora solo suele ser un no sé.
— Es que no sé qué me pasa contigo — sus palabras me toman por sorpresa, no esperaba que dijera algo como esto, pero no quiero que este momento sea más serio de lo que está poniéndose, porque estamos hablando de Zero Evans.
— yo si se — suelto con diversión y suficiencia, sus ojos me ven con curiosidad y no puedo evitar seguir sonriendo — soy irresistible — de inmediato deja salir una sonora carcajada que se me antoja autentica, linda y contagiosa, también rio porque además se ve hermoso riendo de esta manera.
— Eres jodidamente irritante Jake — suelta divertido mientras sigue riendo.
— Es lo que hay, ahora sí solo viniste aquí para matar tu desesperación por un beso mío, ya puedes largarte — continuo con mi broma y mi actitud arrogante solo para puyarlo un poco más y continua sonriendo.
Si supiera lo sexy que se ve mientras sonríe, lo haría más seguido, pero supongo que lo sabe y no le gusta.
— Uno no vine desesperado por un beso tuyo —responde divertido, mientras cruzo mis brazos sobre mi pecho y sonrió divertida — dos este jodido comportamiento que tienes es el causante de que haya decidió besarte y tres — se detiene a mitad de la frase, su sonrisa desapareciendo poco a poco.
— ¿si? — lo reto para que continúe, el suspira pero no dice nada, aguardo a la expectativa porque su semblante ahora es serio, meditabundo.
Como si algo dentro de sí mismo estuviese luchando e impidiéndole continuar, pero después de algunos segundos simplemente continua.
— Lo siento, no debí gritarte todo eso en el hospital — la sorpresa al escuchar esas palabras debe ser muy evidente, aunque el también luce sorprendido.
— ¿te sientes bien? — le interrogo y resisto la tentación de posar una de mis manos en su frente y verificar su temperatura.
— Sí, digamos que enfrié mi cabeza y pensé mejor las cosas — frunzo el ceño sin poder comprender de que va — literalmente enfrié mi cabeza, un consejo no nades en Otoño, créeme no es muy inteligente hacerlo — ¿Cómo demonios se le ocurre nadar en esta época del año? me pregunto sorprendida una vez dice aquella locura.
— ¿nadaste en esta época del año? — Se encoge de hombros y continuo — sabía que no estabas muy bien de la cabeza pero esto lo confirma, estas completamente demente — sus labios dibujan otra de esas sonrisas auténticas y resulta que ahora ver esa sonrisa es algo que me gusta y mucho.
— ¿me disculpas? — insiste, esta vez soy yo quien guarda silencio, no sé muy bien a que está jugando tampoco entiendo sus repentinos cambios de opinión, pero lo que veo en sus ojos es sincero, está arrepentido de su comportamiento y eso es algo que al menos viniendo de él, significa mucho.
— Está bien Evans, disculpado — lo veo seria porque quiero que quede claro que aunque este disculpándolo no significa que haya estado bien o que esto cambia alguna cosa entre ambos — pero quiero que permanezcas lo más lejos de mí
— ¿Por qué? — pregunta sorprendido
— No tenemos absolutamente nada en común y omitiendo estos breves — me detengo dándome cuenta que son pocos los momentos en que no estamos casi que matándonos y esos momentos son solo cuando estamos besándonos — estos breves instantes en los que por alguna razón inexplicable terminamos — no puedo decirlo, no puedo admitir en voz alta que lo he besado, sé que es estúpido pero sé que si lo digo en voz alta algo cambiara y es lo que tengo que evitar a toda costa — creo que no debemos estar cerca el uno del otro Zero
— ¿Por qué? — insiste una vez más con su ceño fruncido y expresión seria
— Porque no, no quiero ningún tipo de relación toxica contigo... — sonrió porque ya la tenemos — eres toxico Zero — elevo mis manos en señal que no quiero problemas y que es una realidad lo que digo — no lo tomes personal pero tienes una personalidad de mierda, ¿Cómo porque querría quererte cerca? — concluyo bajo su penetrante mirada.
Ambos permanecemos en silencio, el meditando su respuesta yo analizando su expresión, que es impasible y hasta cierto punto fría. Zero es extraño, a veces no sé qué pensar de él, es como si llevara muchísimas máscaras y las intercambia conforme se presentan los acontecimientos.
— No lo sé, pero yo quiero saber por qué — su respuesta no tiene sentido, pero no me deja preguntarle de que habla porque una vez más junta nuestros labios, pero a diferencia del beso anterior esta vez es uno de esos besos que aunque se ve tranquilo, pausado está cargado de deseo e intensidad.
El clásico calor —que ahora reconozco como una completa y descontrolada excitación— que siento cada vez que Zero me besa llena mi cuerpo, expandiéndose con una rapidez abrumadora. Llevo mis manos a sus muñecas que sujetan mis mejillas para controlar el beso y mantenerme pegada a él, pero la verdad es que no quiero separarme, necesito estar cerca de él y es justamente lo que hago.
Me pego más a él y profundizo el beso, pero sigue siendo igual de pausado pero aún más apasionado, haciéndolo gruñir y ese gesto se convierte en mi ruido favorito. Es varonil, sexy y excitante escucharlo, estar así de pegada a él, a su cuerpo se siente como la puta gloria una que no creí que existiera.
Zero deja mis labios un instante antes de volverlos a besar con suavidad y calidez, dejándome completamente sin palabras.
— Quiero saber porque me siento así de extraño contigo — respiro profundo porque esas siguen siendo palabras que no estoy muy segura de querer oír de él.
— Esto no es buena idea Zero — murmuro
— ¿Por qué, tienes miedo que también te sientas extraña? — pregunta en tono burlón como si repentinamente solo fuera un juego hacer esto y lo está pasando en grande.
Su actitud vuelve a tomarme completamente desprevenida como es que logra hacerme caer tan rápido en ese encanto suyo y hacerme creer que soy ligeramente especial.
— no te equivoques Evans, no significas nada para mí — suelto con frialdad, tratando de creérmelo en el proceso, porque no debería significar nada, el no.
— entonces si esto no significa nada ¿Por qué no seguir con esto? — lo escucho incrédula, que parte de que no debemos hacer esto no ha entendido
— ¿Qué coño estas insinuando?
— si no significo nada, no te importara estar conmigo ¿verdad? — en serio esto es un jodido juego para él, yo solo soy un juego, coloco mis manos sobre su pecho y nos separó.
Mi cuerpo se queja con la distancia y mi corazón se comprime dentro de pecho, mierda ¿Qué está haciéndome Zero Evans? Pero me cabrea que piense así, me cabrea que suelte estas cosas como si nada, me duele que crea que soy un puto juguete con el que puede experimentar y una vez obtenga sus respuestas desechar.
— no soy una de las zorras con las que estás acostumbrado a revolcarte Zero — suelto entre dientes tratando de controlarme y no hacer algo más estúpido — por un jodido instante creí que dirías algo más, algo que quizás me haría replantearme la idea de que no eres una basura después de todo, solo un chico con problemas que no sabe cómo enfrentar sus sentimientos o sus emociones y lo hace tratando mal a todo el mundo, pero me equivoque porque eres justamente eso Zero una jodida basura — me giro con brusquedad porque quiero poner distancia entre nosotros.
Porque sus jodidos ojos me miran con sorpresa, porque su perfecto rostro me hace desear estar más cerca de él y poder contar sus pecas, porque odio que sea tan idiota cuando me hace sentir todo esto. Pero no me deja alejarme lo suficiente cuando una de sus manos se cierra sobre mi brazo y me gira con suavidad.
— espera, ¿Qué fue lo que dije que te enojo? — esa estúpida pregunta es lo que me deja saber que nada de esto absolutamente importante para él.
— lo que paso en tu casa, no debió pasar, nos dejamos llevar y ya está, fue un momento nada mas — mientras hablo la frustración por haberme dejado llevar por el deseo que este chico frio despierta en mí se hace presente, haciendo que un creciente nudo se instale en mi garganta — solo me refugie y trate de huir de lo que estaba sintiendo por saber que mi plumón se había dañado y por culpa de la imbécil esa — respiro profundo porque no quiero mostrarme débil delante de él, no quiero que crea que tiene poder sobre mí — fue solo sexo Zero y según tu no repites con la misma chica así que por favor limítate y déjame en paz — esas últimas palabras las utilizo porque se de alguna forma que lo afectaran y me giro para salir de allí y tratar de alejarme lo más posible de él.
Subo corriendo los escalones que me separan de la puerta de entrada y una vez dentro respiro profundo, limpio la lagrima que ha salido y echo andar con rapidez hacia el elevador, tratando de controlar mis emociones. Sarah, Charlie, Thom y Kyle están en el departamento y no quiero que sepan absolutamente nada de esto.
Porque como dije no es importante y tengo que meterme eso en la cabeza. Cuando estoy frente a la puerta de mi departamento, respiro profundamente y práctico esos ejercicios de relajación que mi psicóloga me recomendó, cuando me siento ligeramente más tranquilo abro la puerta y lo primero que escucho al entrar es la sonora carcajada de Thomas y Kyle.
Dejo el pasillo de entrada atrás y los consigo en la sala riendo mientras Charlie intenta deshacerse de ¿una masa pegajosa de sus manos?
— ¿Qué rayos están haciendo? — pregunto incrédula y divertida
— Charlie intentaba ayudar a Kyle con la masa pero la masa pudo con el — comienzo a reír y de inmediato la tensión se disipa y suspiro mientras Kyle avanza hacia mí con sus manos llenas de harina.
Rio divertida con su expresión de chico malo a punto de hacer alguna travesura y echo a correr junto a el para evitar que me ensucie, el ríe y hace como si va a atraparme pero se detiene de golpe y me ve serio.
— ¿estás bien? — su pregunta me toma completamente por sorpresa, no solo a mí a los demás también que de inmediato me observan con curiosidad
— Sí, estoy bien, terminemos con la pizza que muero de hambre — comento evadiendo por completo el momento incómodo y andando hacia la cocina donde Sarah está cortando ingredientes.
— ¿y bien, que quería? — pregunta al verme ingresar, me detengo de golpe sorprendida, ¿me ha visto con Zero?
— ¿Quién? — pregunto nerviosa y ella me ve seria
— ¿Cómo que quien, Brooklyn? — su ceño se frunce y cuando esta por hablar una vez más Charlie entra a la cocina
— nena necesito que limpies mis manos, ¿te interesa hacerlo con tu lengua? — Sarah lo ve con picardía y niega con su cabeza, luego se fija una vez más en mí y me apunta con el cuchillo que lleva en su mano
— ¿tengo que preocuparme por el golpe en tu cabeza o solo estas fingiendo no recordar que bajaste hablar con Jay solo para que te dé más pizza de la que te mereces por no ayudarnos ni un poco? — pregunta seria y respiro profundo al recordar que a mitad de la preparación, Jay me llamo y me pidió que bajara para conversar conmigo.
— es solo para comer más pizza — bromeo mientras veo como Charlie se coloca detrás de ella y besa su mejilla y luego sigue hasta su cuello, ella ríe divertida pero no despega sus ojos de mi — ha venido a avisarme que ha habido un cambio de planes en el orfelinato y que quieren comenzar con los arreglos esta misma semana, así que me ha venido a preguntar si podríamos hacer una colecta en la universidad — le explico mientras estiro mi mano y tomo una de las rodajas de salami que se encuentra en la tabla
— No te los robes — me regaña Sarah mientras asiente y continua con la labor — ¿y qué, cree que no tenemos nada más que hacer? — pregunta con sarcasmo y rio
— vamos Sarah, no es tan complicado y además será un buen momento para socializar — ella sonríe y de oreja a oreja y asiente
— bueno en eso tienes razón
— ¿Cuándo comienzan con la remodelación? — pregunta Charlie saliendo del cuello de mi amiga y apoyando su mentón en su hombro.
— Me ha dicho que la próxima semana ira con unos amigos para iniciar con la pintura, le he dicho que también iremos así que cuento con ustedes — los señaló a ambos que me ven sorprendidos — no pongan esas caras ambos aceptaron ayudar — en ese momento Thom y Kyle ingresan a la cocina riendo
— ¿ayudar con qué? — pregunta Thom colocándose a mi lado, mientras Kyle toma un rodillo y comienza a estirar una de las masas sobre la encimera.
— La próxima semana inician los arreglos en el orfelinato — comento con una sonrisa, haciendo que la suya desaparezca — prometieron ayudar — le recuerdo y el suspira
— Joder — murmura posando los ojos en su hermano y luego en Kyle
— ¿Qué pasa? — pregunto entendiendo que pasa algo
— Thom no es muy dado con los niños, aunque parece tener un imán para ellos — comenta Kyle divertido — tienes que verlo con el sobrinito de Lili, el chico lo ama y este es un puto limón con el — Thom sonríe de lado y suspira
— soy un imán para pequeños monstruos pero detesto tenerlos cerca, son malditamente irritantes y nunca se callan — comenta algo frustrado y rio
— Bueno una promesa es una promesa — digo encogiéndome de hombros y el suspira
— Te cambio ese día por cualquier cosa — Charlie ríe y susurra en el oído de Sarah.
— Hará cualquier cosa con tal de no ir ese día — rio y niego con mi cabeza
— Pues no hay nada que puedas hacer, cumplirás con tu palabra e iras ayudarnos — sentencio divertida mientras Thomas deja caer su cabeza sobre la encimera bufando de frustración.
#
Han pasado algunos días desde aquel encuentro frente al edificio con Zero, desde ese día no he vuelto a verlo, es como si hubiese desaparecido ni siquiera lo vi ayer cuando pasamos por su departamento Sarah y yo para pasar un rato con los Smith y Kyle. Mi relación con este último se ha hecho más estrecha, no ha vuelto a coquetear ni insinuar nada, aunque ciento que solo se contiene por no hacerme sentir incomoda y es algo que le agradezco.
Las cosas en la universidad han bajado un poco el ritmo, ya prácticamente me adapte a todo el stress y hasta he conseguido una hora a la semana para bailar en una de las canchas techadas de la universidad. El baile es otra de mis pasiones, soy una chica bastante artística a decir verdad, pero son más mis hobbies que otra cosa, pero de esa manera logro deshacerme de las preocupaciones del día a día.
Justo ahora me dirijo hacia allí, son las 6:30 pm y es el día que salgo más tarde de clase pero también es el día perfecto porque no quedan muchas personas en el campus. No soy fan que me vean bailar, aunque sé que lo hago bien cuando bailo a solas es otra cosa, suelo dejarme llevar y dreno de esa forma mis emociones.
Entro a la cancha que esta iluminada y sonrió, está completamente desierta y es perfecto porque justo hoy no he podido dejar de pensar en Zero y eso me tiene frustrada. Mientras más intento sacarlo de mi cabeza más lo pienso. Dejo el teléfono en el suelo conectado a las mini cornetas y le doy play a la lista de reproducción que he dejado preparada para hoy.
De inmediato comienza a sonar "Thunder" de Imagine Dragons y sonrió, me gusta mucho esta banda, camino hacia atrás con mis ojos cerrados dejando que la música llene mi cuerpo y me dejo llevar. Mis hombros y brazos comienzan a moverse, separándose de mi cuerpo y volviendo a juntarse frente a mí, mientras echo mi cabeza hacia el frente. Mi cuerpo se mueve al ritmo de la música, mientras pongo en práctica muchos de los pasos que he estado practicando y haciendo desde hace años.
Me muevo por el suelo de madera pulida, moviendo mi cuerpo de un lado al otro, mis pies moviéndose al ritmo que marca la canción, para cuando termina estoy sudando y completamente agitada, sonrió para mí misma porque necesitaba esto, me giro observo hacia el techo mientras espero porque inicie la siguiente canción, cuando escucho los acordes de la guitarra mi sonrisa se ensancha. "Perfect" de Ed Sheeran
Mi cuerpo comienza una danza lenta y pausada, mis brazos se abren a mis costados y recordando mi entrenamiento de valet comienzo a desplazarme en puntillas por el espacio, girando y moviéndome con delicadeza, mientras la lenta música continua, me detengo en medio de la cancha y comienzo a bailar como si estuviera haciéndolo con una pareja, imitando los pasos de un vals. Giro sobre mi misma, mientras sigo y sigo girando y dando pequeños saltos de aquí allá, me dejo llevar por todo el espacio, relajada, entregada a las sensaciones placenteras que la danza siempre ha despertado en mí.
Comienzo a girar con rapidez sobre mi misma y abro mis ojos para disfrutar del ligero mareo que siempre me ha causado hacer el movimiento y me detengo de golpe al ver que alguien me observa. Tropiezo con mis pies y caigo al piso, elevo mis ojos para encontrarme esa intensa mirada.
Zero me observa con seriedad a un par de metros de distancia, sus ojos me observan con curiosidad y mi cuerpo se llena de un nerviosismo que no logro comprender, me pongo en pie y permanezco allí de pie mirándolo, la música continua sonando hasta que finaliza, para este momento mi respiración se ha acompasado bastante, Maroon 5 inunda el tirante silencio que hay y después de unos segundos, sin decir absolutamente nada, solo se gira y sale de la cancha.
Permanezco en el lugar sin decir nada, sin poder moverme y sin poder comprender qué demonios ha sido eso, ¿Por qué estaba aquí y porque no dijo nada cuando nos vimos? Paso mis manos por mi cara, hasta deslizarlas a mi cabello donde deshago mi coleta y vuelvo a sujetar mi cabello con una un poco más firme. Camino hasta mi teléfono en el suelo y silencio la música, toda la inspiración y tranquilidad que sentía se extinguió en el instante en que puse mis ojos sobre Zero.
Y para mi desgracia se fueron detrás de él, me dejo caer en el suelo y saco una botellita de agua de mi bolso, mientras reviso mi teléfono sin prestarle atención. Un mensaje de texto llama mi atención, es de Jay.
Jay: hola hermosa, nos vemos mañana a las 3:30 en el estacionamiento del orfelinato, pintaremos las rejas no olvides llevar una gorra y los amigos de los que hablaste, mientras más personas seamos mejor.
Sonrió de lado, Jay está muy comprometido con ese lugar, al igual que yo cuando inicie en el de casa y se exactamente cómo se siente ayudar, es realmente increíble. Suspiro y respondo el mensaje con rapidez antes de levantar mis cosas y echar a andar a la salida, aunque solo haya bailado un par de canciones, funciono un poco para distraerme aunque la causa de mi mayor problema mental haya irrumpido y me haya visto hacer algo muy personal.
Después de llegar a casa, me doy una ducha y me voy directo a la cama, estoy exhausta y honestamente tampoco quiero pensar, pero aunque deseo con desesperación que Morfeo haga una de esas apariciones especiales y me dé una dosis extra para dormir permanezco un par de horas dando vueltas en la cama, recordando sus besos y sus manos sobre mi cuerpo, como cada jodida noche desde que nos acostamos.
Zero Evans dejo huellas en mi cuerpo de una manera que ningún hombre hasta ahora había logrado dejar, no puedo sacarme de la cabeza la forma en que me hizo sentir, no solo era esa sensación de perfección, de estar en el lugar adecuado, fue mucho más que eso y es una molestia porque si no fuera otro que Zero Evans, estaría disfrutando de esto.
Finalmente no se en que momento o cuando me duermo, pero me despierta el irritante ruido de la alarma de mi teléfono, lo que significa que es hora de ponerse en pie y empezar un nuevo día. Con pereza me pongo en pie y comienzo mi rutina diaria. Para cuando estoy completamente lista, la puerta de mi habitación se abre y una somnolienta Sarah entra dejándose caer en la cama.
— Estoy muerta — murmura mirándome de lado — ¿tienes clase tan temprano? — pregunta frunciendo el ceño
— no, solo debo llegar un poco antes, tengo que recoger unos libros en la biblioteca — ella pone sus ojos en blanco y asiente
— ¿no hay posibilidades de que alguien invente un reloj que detenga el tiempo? — rio divertida mirándola
— ¿Qué harías si tuvieras uno como ese? — pregunto sentándome a su lado en mi cama
— Lo usaría siempre por las mañanas para dormir hasta que mi cuerpo no lo necesite y por supuesto cuando estoy follando con Charlie — suelto una carcajada y la empujo con suavidad — ¿Qué, tienes idea de lo jodidamente excitante que es hacerlo con él? — pregunta con picardía y niego
— Tampoco quiero saberlo — me pongo en pie y tomo mi bolso mientras ella toma el cobertor de mi cama y se tapa — dejas todo como lo has encontrado — le advierto antes de apagar la luz y cerrar la puerta detrás de mí, dejándola en mi cama.
Es una mala costumbre que tiene Sarah, siempre que se despierta así sea solo para ir por un vaso de agua a la cocina termina acostada en mi cama, creo que extraña a su hermana aunque no lo admita.
Mi día transcurre con calma, las clases se me pasan increíblemente rápido, ya que son temas que aunque me gusten muchísimo, requieren de toda mi atención y se me va el tiempo más rápido de lo que espero. Para cuando terminan mis clases estoy muy animada, observo la hora, es la 1:30, tengo chance para irme a comer algo y luego al orfelinato.
Sarah quedo de ir con los chicos después de salir de clase, por lo que me dijeron los hermanos Smith, salían a las 2:30, Sarah tiene una clase dentro de un rato y Kyle está libre desde las 11 pero dijo que tenía que ir al estudio a tatuar a un cliente con el que ha hecho una cita hace meses, por lo que él sería el último en unirse. Tomo un almuerzo rápido en la cafetería y me dirijo hacia mi auto para irme al orfelinato.
Cuando llego es muy temprano, pero Jay ya está en el lugar arreglando todo con dos chicas más, en cuanto me ve sonríe ampliamente y camina hacia mí.
— Llegaste temprano — sonríe y deja un beso en mi mejilla
— Si me he desocupado temprano y he decidido venir ayudar un poco antes — él sonríe y pasa uno de sus brazos sobre mis hombros
— genial, pues te toca arreglar la cava con las bebidas — mi ceño se frunce y el ríe — no han hecho una donación para hidratación, ha sido una de mis amigas, su padre tiene un club y decidió dejarnos algunas gaseosas y agua, están por allá y el hielo esta por allí — sentencia señalándome una enorme cava a los pies de una mesa que se encuentra debajo de un toldo de color azul marino con el logo del orfelinato.
Me pongo manos a la obra mientras el, ayuda a las chicas, con los botes de pintura, una franelas que organizan sobre la mesa y otras cosas que no alcanzo a ver. Para cuando me desocupo ellos también ya tienen todo listo. Alguien silva desde uno de los puestos del estacionamiento y me giro para ver a un muy sonriente Kyle que se acerca mirándome divertido.
— ¿Qué haces aquí? — el ríe y deja un sonoro beso en mi mejilla
— Creí que querías que los ayudara — comenta señalando la mesa detrás de mí y rio
— obvio, pero dijiste que llegarías más tarde
— me han cancelado, así que le pregunte a Sarah si sabía si estabas aquí y me ha dicho que si, así que aquí me tienes — comenta colocando sus manos sobre sus caderas, posa sus ojos a mi espalda y me giro, las dos chicas lo ven con picardía mientras Jay se acerca a nosotros — hola soy Kyle amigo de Brook — dice tendiéndole su mano a Jay que sonríe
— Eres el primero en llegar, bienvenido — dice tendiéndole una franela color gris, Kyle la toma y la desdobla en ella pone.
"pintemos un mundo mejor para los más pequeños"
Kyle sonríe y asiente
— gracias
— Gracias a ti por estar aquí — le responde Jay dándose la vuelta y haciéndole seña a las otras dos chicas que se acercan presurosas — a Brook ya la conocen — agrega señalándome aunque no ubico sus caras sé que ayudan aquí como Jay — y él es Kyle
— Mucho gusto — dice Kyle estirando sus tatuadas manos hacia las chicas que aprovechan de tomarla y sonreírle con picardía — ¿y bien, que vamos a pintar? — pregunta con curiosidad mientras comienza a desabotonar su camisa, mis ojos se abren como platos cuando se la quita dejando a la vista su perfecto y trabajado torso.
Un jadeo a mi lado me deja saber que no soy la única impresionada, pero vuelvo a la realidad cuando la tela gris de la franela que le ha dado Jay vuelve a cubrirlo.
— ¿no prefieres trabajar sin ella? — pregunta repentinamente una de las chicas haciendo que tanto Jay como Kyle rían a carcajadas, me giro para verla y esta roja como un tomate, evidentemente se le ha escapado.
— no creo que sea buena idea que los niños me vean si camisa — comenta divertido señalando hacia el edificio a nuestra espalda y haciendo que la chica se ruborice aún más.
Después de algunos minutos, todos reímos y bromeamos mientras esperamos que lleguen los demás, que no demoran en llegar. Los hermanos Smith y Sarah llegan 45 minutos después y un grupo de amigos de Jay se une a nosotros más tarde, cuando observo a mi alrededor somos un grupo de poco más de 12 personas y sonrió satisfecha al saber que hay más personas dispuestas a ayudar.
Dividimos el área en el que trabajaremos y nos separamos por grupos de dos o tres, me ha tocado estar con Kyle y una de las chicas del orfelinato, la chica que está babeando por Kyle.
Cuando estoy por iniciar a pintar el lado que me ha tocado, un auto negro que reconozco de inmediato entra al estacionamiento, Kyle se detiene a mi lado y sonríe de lado. Mis ojos se abren como platos, cuando Zero Evans desciende de su auto, con un increíble outfit de rockstar.
Pantalón negro, botas de motorista, camisa gris y cazadora de cuero negro, a ello le ha sumado una gorra negra que le queda de muerte lenta, no conforme con ello lleva gafas de sol. Camina despreocupadamente hacia nosotros, mientras juguetea con las llaves del auto.
Sé que está mirándome, porque puedo sentir sus penetrantes e intensa mirada en mí, para cuando nos alcanza, mi cuerpo está completamente tenso.
— Sabía que vendrías — comenta divertido Kyle a mi lado tendiéndole su puño,
Zero lo observa un instante lo choca y luego se quita las gafas, sus preciosos ojos fijos en los míos.
— hola Jake.
Nota del autor: hola mis hermosuras, que les ha parecido este capitulo? cuentenme como estan con Brook? como les va con Zero??? entienden algo de este par??? jajajaja o mejor dicho de Zero???? el proximo capitulo sera muy genial! besos y abrazos, gracias infinitas por el apoyo, por leernos y por acompa;arme en esta historia, los amo, no se olviden de dejarme sus comentarios, su estrellita si creen que lo merezco y si desean compartirlo seria genial, asi mas y mas somos los que leemos esta historia!
Oh no les he presentado a Jay... diganme si no es guapo?
el banner promocional de mis redes inspirado en #DarknessII que tal quedo???
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