Capítulo 12.
Kristen
La he cagado pero a lo grande... Cuando mi madre se entere de lo que acabo de hacer, me matará. No tenía opción, justo en ese momento...
—¡Vais a morir aquí y ahora!
—No permitiré que este trozo de mierda vuelva a acercarse a ti. ¡La última vez que nos vimos prometí vengarme de ti Drogo Bartholy!
—No te preocupes por mí Caperucita, lo hemos pasado bien...
Algo dentro de mí despertó pidiéndome proteger a los Bartholy. No sabía qué hacer, John estaba fuera de sí, obsesionado con matarlos.
¿John es un brujo? Esto es de locos... Nos dijo que su familia eran cazadores ¿Por qué me mintió?
Dejo de hacerme preguntas en cuanto tengo la puerta de casa frente a mí y debo tomar otra decisión importante
¿Debería dejarles pasar? ¿Y si también nos están engañando? Bueno, ahora son conscientes de lo que soy capaz. Si nos hicieran algo podría matarles pero antes necesitaría recuperarme...
Saco las llaves de la riñonera que tintinean por culpa del temblor de mi mano e intento meterla en la cerradura sin éxito. Bufo cerrando los ojos agotada y entonces noto como una fría mano toma con fuerza la mía ayudándome a abrir la puerta. Abro los ojos y cuando me giro me encuentro con Drogo que me mira con amabilidad y comprensión, y eso se me hace muy raro...
—Tranquila Kristen, si no quieres que entremos podemos hablar en otro momento— sugiere Drogo con voz calmada
Mis ojos se abren incrédulos observándole con detenimiento
¿Me ha leído la mente?
Drogo se ríe divertido pasando una mano por su brillante pelo rubio
—No, no he leído tu mente lo que pasa es que tu cara me lo dice todo— confiesa guiñando un ojo
—Oh...— Expreso avergonzada
Entonces me giro hacia Peter que me sonríe de lado mientras sostiene a Sky en sus brazos tras de mí. Mis ojos vuelven a Drogo que aguarda a mi lado apoyado en el marco de la puerta.
Solo espero no volverla a cagar, siempre he tomado buenas decisiones pero desde que llegamos aquí mis equivocaciones son constantes.
—Pasad...— Susurro entrando sin mirarles
Les oigo cruzar la puerta y como la cierran tras ellos.
—La habitación de Sky está arriba, la segunda puerta a la derecha. Cualquier cosa me llamas, espero que despierte pronto...— Confieso fijando mis ojos en los de Peter
Peter asiente desapareciendo por las escaleras y yo me dejo caer rendida en el sofá soltando un gran suspiro
—¿Te encuentras bien?— Pregunta Drogo preocupado
Levanto la mirada encontrándome con sus claros ojos, entrecierro los míos y niego con la cabeza. Drogo hace una mueca sentándose en el sillón a mi lado sin quitarme ojo de encima.
—Estoy borracha y resacosa a la vez... Como si un camión me hubiese pasado por encima— confieso apretando mi frente con las manos
—¿Qué necesitas?— Pregunta Drogo de nuevo con voz suave
—Un café me iría de perlas pero no puedo mover ni un músculo— replico suspirando
—Yo te lo preparo— propone levantándose de golpe
—Pero si no sabes donde tenemos las cosas— me río
—No puede ser tan difícil, me las apañaré, tu descansa— propone acercándose a mí
Mis ojos siguen atentos a todos sus movimientos. Coge un cojín, le da un par de golpes dejándolo a un lado del sofá
—Acuéstate y descansa, ahora vuelvo— ordena dándose la vuelta hacia la cocina
Me quito los zapatos y la chaqueta y me estiro. Oigo a Drogo trastear en la cocina.
Espero que no me rompa nada...
Y antes de que mi mente formule otro pensamiento mis ojos se cierran como si pesaran toneladas.
—Caperucita, Caperucita...— Susurran cerca de mi oído
Abro los ojos repentinamente y me sobresalto cuando me encuentro con unos preciosos iris que me miran demasiado tiernos.
—¡Ey! No pasa nada— advierte Drogo agachado a mi lado
Todavía medio dormida me yergo apoyándome sobre mis codos para poder verle mejor y me doy cuenta de que tengo una manta encima de mí.
—Pensaba que quizá tendrías frío...— Inquiere con una sonrisa amable
¿Drogo siendo atento con alguien?
—Me he dormido...— Murmuro frunciendo el ceño
—Te he hecho un café con leche calentito con un poco de chocolate. El azúcar te irá bien— explica ofreciéndome la taza humeante
—Para no comer ni beber nada sabes bien cómo prepararlo...— Manifiesto guiñándole un ojo
Drogo se ríe y yo me muevo haciendo sitio para que se siente y él lo hace sin dejar de mirarme. Me acerco la taza a los labios y le doy un buen sorbo
—Mmmm...— Expreso cerrando los ojos
—¿Está bueno?— Pregunta expectante
—¡Muchísimo, gracias Drogo!— Exclamo pasando la lengua por mi labio superior
Un brillo especial aparece en los ojos de Drogo al verme hacer eso. De repente, me siento incomoda y sin poderlo evitar desvío la mirada hacia otro lado. Devoro rápidamente el café en silencio entrando en calor sintiéndome mejor.
—Tienes mejor cara— confiesa Drogo complacido
—La verdad es que me ha sentado muy bien— Expreso dejando la taza sobre la mesita
Drogo se gira hacia mí apoyando el codo en el respaldo del sofá con la cabeza sobre su puño. Sus ojos me observan de arriba abajo en silencio
—¿Qué miras?— Le pregunto descarada
—¿Porqué tu sofá huele a brujo cabrón?— Gruñe molesto
Empalidezco mordiéndome el labio sorprendida por su observación
—Bueno, es que, verás...— Balbuceo buscando una respuesta
—Déjalo, ya me imagino porqué...— Escupe Drogo enseñando los dientes
Creo que se ha dado cuenta de que estoy demasiado cansada para discutir ahora por cosas que no son cruciales en este momento.
—¿Por qué lo has hecho?— Cuestiona serio y sin tapujos
—¿A qué te refieres?— Pregunto inquieta
—Ayudarnos con los brujos— replica curioso
—Eso da igual...— Murmuro rascándome la nuca
—No da igual Kristen, contéstame por favor— insiste clavando sus ojos en los míos
Me quedo en silencio mientras mi cabeza sigue dando vueltas a todo sin parar. Debería hablar con John y que me lo explique todo. Solo espero que estén bien y mi ataque no les haya matado...
¿Y si sus intenciones no son buenas y después de lo que han visto van a por mí?
Un escalofrío recorre toda mi espalda, mi sangre se hiela invadiéndome el pánico. Mi cuerpo empieza a temblar sin control. Me abrazo a mi misma, cierro los ojos e intento calmar los nervios que se arremolinan dentro de mí. La opresión que siento en el pecho no augura nada bueno.
¿Qué se supone que debo hacer ahora?
—¿Caperucita, qué te pasa?— Pregunta alterado
Mis ojos siguen cerrados intentando controlar el torbellino que ruge en mi interior pero cuando siento sus manos abrazar mi cara, todo empieza a calmarse y un profundo suspiro abandona mis pulmones.
—No sé confiar en nadie y cuando intento hacerlo todo sale mal... Me he expuesto y eso solo me traerá más problemas— confieso abriendo los ojos —No tengo respuesta a tu pregunta porqué no tengo muy claro por qué lo he hecho. Por imbécil me he descubierto yo solita y mi secreto ha salido a la luz...— Explico posando mis manos encima de las suyas que siguen sujetando mi rostro
Este simple contacto me reconforta sintiéndome más tranquila, en calma... Y estoy segura de que Drogo siente lo mismo porqué me observa con una mirada muy serena.
Solo le he visto así de tranquilo cuando me escuchó tocar el violín
—¿Crees que podrías confiar en mí y contarme cuál es ese secreto?— Pregunta bajando nuestras manos sin soltarlas
—No estoy segura...— Murmuro dándole un leve apretón con mis manos
—Que Peter mis colegas y yo hayamos visto tu potencial no debe preocuparte y si no me lo quieres contar no es lo que más me importa en este momento. Lo que sí que me preocupa es que los Nimbus se aprovecharán de lo que han descubierto de ti, de eso podemos estar seguros— confiesa serio
—¿Crees que John quiere hacerme daño y por eso se ha acercado a mí?— Le pregunto inquietándome
—Lo que quise contarte el otro día es que cuando estuve con ellos en ese bosque me confesaron que sintieron tu energía en cuanto llegaste a la ciudad. En ese momento no lo entendí y hoy les he oído decir que su padre...— Drogo enmudece
Su repentino silencio me asusta y tengo la sensación de que no es nada agradable. De un salto me arrodillo sobre el sofá acercándome a Drogo buscando la respuesta en sus iris celestes
—¿Qué te estás callando?— Pregunto ansiosa
—Caperucita no creo que debas saber eso...— Confiesa suspirando
—¿Que su padre qué?— Insisto cogiéndole de la sudadera
Drogo me coge de los brazos, pega su frente a la mía. Sus ojos me observan afligidos y contrariados. En otro momento su cercanía me perturbaría pero ahora mismo tengo problemas más graves en los que pensar.
—Dijeron que su padre quiere matarte...— Suelta desanimado
—¿A mi? ¿Y eso porqué?— Pregunto de nuevo estupefacta
—No lo sé Kristen... Estoy en ello. No tengo ni idea de qué coño pretenden pero debes tener mucho cuidado— advierte con voz ronca
—¿Quién cojones es su padre?— Pregunto con ira tomando distancia
—No le conozco pero debe ser un ser muy poderoso para que envíe a sus propios hijos a hacer el trabajo sucio...— Escupe con rabia golpeando el sofá
—De todas formas estaré preparada, ¡si me atacan no podrán conmigo!— Exclamo cerrando el puño
—No te confíes, los Nimbus son brujos muy poderosos. Déjame que hable con Nicolae a ver qué podemos hacer, mientras tanto no vuelvas a acercarte a John. Y quiero que sepas que no te abandonaremos a tu suerte— sentencia Drogo con determinación
—¿Nicolae?— Pregunto levantando una ceja
—Es nuestro hermano mayor— confiesa haciendo una mueca
Como han cambiado las cosas, hasta ahora Drogo era un ser enigmático, intimidante y frío. El vampiro que me acechaba en cada esquina intentando infringir miedo está aquí, a mi lado preocupado por mi vida, ayudándome...
—¿Porqué me ayudas?— Le pregunto volviendo a mi sitio. Drogo frunce el ceño con cara de no entender nada —¿Porqué has dejado de intimidarme cada vez que nos cruzamos, de amenazar con matarme si cuento algo sobre vosotros y de comportarte como un imbécil conmigo?— Pregunto de nuevo mirando al infinito
Drogo coge con delicadeza mi barbilla obligándome a mirarle.
—Esta noche nos has salvado de una muerte segura, no tenías porqué hacerlo ni exponerte de esa manera. Si no fuera por ti, ahora mismo mi hermano y yo estaríamos muertos en ese callejón asqueroso. Te pedí que confiaras en mí y has hecho un gran paso dejándonos entrar en tu casa y ahora me toca a mi demostrártelo— explica con tono serio
—Pero...— Drogo me interrumpe poniendo su dedo sobre mis labios
—Déjame hablar, porqué créeme que me cuesta horrores hacerlo...— Confiesa inquieto
Asiento con la cabeza él carraspea y continúa
—He sido un gilipollas y no quiero estropear lo mucho que hemos avanzado. Además, después de ver de lo que eres capaz solo un inconsciente se atrevería a meterse contigo— se ríe
Su risa sincera me conmueve riéndome con él
—Quiero que vivas para que sigas vacilándome y retándome como haces siempre— Drogo me guiña un ojo con una sonrisa pícara
Su comentario me hace reír de nuevo bajando la tensión que siento dentro de mí. Es raro pero me siento bien estando así con él. Drogo coge mi mano y acerca los labios hacia ella. Sus ojos me piden permiso para continuar, mis mejillas se enrojecen y antes de que diga nada deja un pequeño y dulce beso en el dorso
—¿Porqué te fuiste el otro día?— Pregunto soltando mi mano de su agarre
Drogo suspira acariciando su pelo algo incómodo
—No sabría muy bien cómo explicártelo pero cada vez que estoy contigo revivo cosas que no recuerdo haberlas vivido... Es extraño pero cuando escuché tu música algo empezó a removerse dentro de mí. Todas esas sensaciones me sobrepasaron, no entendía nada y de repente, tuve la necesidad de huir de ti...— Explica con inquietud
—Yo esta noche he sentido algo parecido, mis instintos me pedían a gritos salvarte. Una parte de mí despertó un sentimiento que solo he sentido con mi familia y Sky... ¿No te parece extraño?— Cuestiono ladeando la cabeza
—Quizá nos hemos conocido por alguna razón que todavía no sabemos...— Confiesa Drogo con ojos brillantes
—¿Qué pasa, no te acuerdas de mí?
El recuerdo del sueño que tuve con él aparece en mi mente sin preguntar confundiéndome. Aturdida sin entender nada, suelto un profundo suspiro y dejo caer sutilmente mi cabeza sobre su hombro. Siento como Drogo se estremece por mi repentino contacto y eso me hace sonreír. El silencio se instala en la sala envolviéndonos en una especie de paz transitoria. Afuera empiezan a caer los primeros copos de nieve anunciando un largo y frío invierno. Esta nueva cercanía lejos de incomodarnos, nos hace sentir bien como si lleváramos siglos esperando este preciso instante.
—¿Sientes lo mismo que yo?— Le pregunto cerrando los ojos
—Creo que sí...— Murmura con voz suave
Drogo empieza a acariciar mi pelo haciéndome sentir segura y a salvo.
—Me fascina tu cabello rojo, eres una Caperucita preciosa...— Susurra con voz ronca
—Creo que el hechizo de John te ha frito el cerebro— suelto sarcástica
Drogo no dice nada, solo sonríe complacido. Estamos muy relajados con la compañía del otro disfrutando de la calma que nos rodea sin movernos. El sueño volvía dulce y sutil, estoy extrañamente cómoda apoyada en él, la manera como me peina, su olor, su tacto...
—Cuando seas mayor serás la más fuerte y bonita de todos y me vas a dar mucho trabajo...— Comenta divertido
—¡Cuando sea mayor me voy a casar contigo!— Exclamo alegre y con voz chillona
—Me parece que a tu padre no le va a gustar oír eso mi reina— suspira nostálgico
—Caperucita....— Irrumpe la voz de Drogo
—Soy su preferida... Siempre me deja hacer lo que quiero...— Susurro sin abrir mis ojos
Entonces Drogo empieza a reírse sacudiendo todo su cuerpo. Me sobresalto separándome de él observando su rostro divertido.
—¿Me he vuelto a dormir, verdad?— Le pregunto refregándome los ojos con voz somnolienta
—¿Qué estabas soñando?— Pregunta posando su mano sobre la mía
—No lo sé... Era como una especie de recuerdo extraño de cuando era pequeña— confieso con poca voz intentando recuperar las imágenes en vano
—¿Estás segura? Me ha parecido escuchar que hablabas de casarte con alguien y que eres su preferida... ¿Estabas soñando conmigo, ¿verdad?— Pregunta moviendo sus cejas con diversión
—¡Qué va! ¡Eres un creído!— Exclamo pegando fuerte su hombro
—Pues lo siento mucho pero no soy un hombre de compromisos— advierte con sorna
—Eres el capullo más pretencioso que he conocido nunca, Drogo Bartholy— Escupo molesta
—Pero quien sabe, quizá conozca alguna chica especial que me haga cambiar de opinión...— Sugiere acariciando suavemente mi mejilla
—¿Qué estás haciendo, Drogo?— Pregunto apartándome
—Nada, solo estoy jugando...— Replica guiñándome un ojo
—Yo lo único que creo es que me estás vacilando y te encanta jugar con cualquiera que te haga un poco de caso— escupo levantando una ceja
—Esto se está poniendo muy interesante entre nosotros...— confiesa con sonrisa pícara
Suspiro poniendo los ojos en blanco cansada de sus juegos estúpidos pero entonces, Drogo coge uno de mis mechones, cierra los ojos y lo huele con intensidad. Mi rostro se enciende al instante sintiendo mucha vergüenza.
—Dro-Drogo...— Balbuceo inquieta
—Desde que te conocí, tu olor se ha convertido en una droga para mí— susurra clavando sus brillantes iris en los míos
Su confesión me altera por completo y como si mis ojos tuvieran vida propia aterrizan sobre sus gruesos labios quedando atrapados en su macabro encantamiento. No sé porqué, pero de repente, se despierta dentro de mí la urgente necesidad de besarle. Drogo se da cuenta y ahora son sus ojos los que se fijan en mis rosados labios.
—Te va a explotar el corazón Caperucita...— Susurra cerca de mi oído
—No es verdad— replico fingiendo seguridad
—No solo es lo que lo oiga bombear como un loco desde aquí si no que veo como retumba justo ahí...— Revela rozando suavemente con su dedo mi vena yugular
En un acto reflejo paso mi lengua humedeciendo mis labios. Las pupilas de Drogo se dilatan observándome con un deseo perturbador.
Sus ojos han cambiado, lucen de un color cálido como el sol de Melbourne en un día caluroso de verano. Su mirada es diferente, es la de un felino acechando a su presa. Su rostro se ha relajado y su seguridad y arrogancia me engullen lentamente arrastrándome con sus vampíricos encantos. Paso saliva con dificultad mientras él me observa con ojos tiernos. Siento que me está devorando sin siquiera tocarme... La fuerza de seducción que posee Drogo es tan arrolladora que sin darme cuenta me he acercado tanto a él que nuestros cuerpos se tocan. Drogo abraza mi nuca con su fría mano acariciando y presionando el nacimiento de mi cabello. Todo mi vello se pone de punta al imaginar el cuerpo de Drogo sobre el mío ardiendo juntos en un beso apasionado.
—Drogo ¿qué haces?— Pregunto con un leve susurro
—Déjame probar tus labios...— Reclama acercando peligrosamente su boca a mi cuello
—Drogo no creo que...— Me interrumpe
—Sht... Solo será una vez— advierte con voz ronca besando el lóbulo de mi oreja
Su contacto hace que mi cuerpo empiece a temblar electrizándose. Mi pulso se acelera y un extraño fuego se enciende dentro de mí. Drogo muestra una sonrisa de suficiencia como si supiera exactamente lo que siento. Mi instinto hace su aparición advirtiendo de que esto no es una buena idea y el hecho de haberle dejado entrar en casa aún menos...
—Te voy a besar, Caperucita— afirma con fuego en sus ojos
—Creo que no— replico intentando sonar convincente
Drogo sonríe a pocos centímetros de mí devorando mis labios con mirada profunda. No entiendo qué me pasa pero tengo mucho calor. Solo se oye nuestra respiración y su seguridad me hace zozobrar. Prefiero seguir vacilándole que caer en este tipo de juegos con él.
—No voy a sucumbir a tus encantos...— Exhalo retándole
—Mejor, será más divertido— Suelta con una sonrisa arrogante
Siento entonces su aliento mezclarse con el mío y su cuerpo rozarme.
—¡Ya basta Drogo! ¡No te voy a besar en la vida!— Exclamo molesta apartándole
—Tu bonita boca dice una cosa pero siento como tu cuerpo se estremece con solo rozarlo...— Advierte con cara de depredador
Unos escalofríos recorren mi cuerpo, pero al mismo tiempo me siento atraída por él siéndome imposible desviar la mirada
—¿Te crees el tío más irresistible del mundo, verdad?— Le pregunto con sarcasmo
—Lo soy— revela con tono burlón
De repente, Drogo me abraza fuerte de la cintura pegándome a él. Se inclina hacia mí y entrecerrando los ojos roza suavemente mis labios con los suyos. El aroma que desprende es tan embriagador que incendia un fogoso deseo hacia él. Las manos de Drogo se cuelan sagazmente por debajo de mi camisa acariciando mi cintura y este dulce contacto de su piel con la mía despierta en mí el anhelo de juntar mis labios contra los suyos y que me besen y devoren hasta dejarme sin aire y sin razón. Por suerte, mi orgullo sigue negándose a que eso pase pero Drogo no deja de comerme con la mirada dándome pequeños apretones con sus manos tentándome y jugando con el roce de sus labios contra los míos esperando a que sea yo la que se decida a besarle.
—¿Cómo puede ser tan engreído?
Finalmente, Drogo sonríe y termina girando su cara dejando un dulce beso justo en la comisura de mi boca.
—La próxima vez serás tú quien me pida que te bese como nunca lo han hecho antes— susurra acariciando mis labios con su aliento
Drogo me suelta alejándose de mí recostándose en el sofá observándome con diversión. Mi cara es un puto semáforo. Parpadeo un par de veces intentando entender que acaba de pasar entre nosotros y que es lo que ha hecho con mi fuerza de voluntad.
—¿Será algún tipo de poder vampírico que te atonta sometiéndote a su merced?
Todavía aturdida me levanto de golpe sin mirarle.
—Suficiente, voy a ver como se encuentra Sky. Tu estúpido ego me está asfixiando— escupo con amargura
Empiezo a subir las escaleras muy furiosa y con pisadas fuertes. Inmediatamente oigo a Drogo reírse tras de mí y como se levanta del sofá siguiéndome en silencio.
Sus constantes cambios de humor me desconciertan tanto que ya no sé qué pensar... Me moría de ganas de besarle pero todavía no confío en él. Debo admitir que Drogo me atrae demasiado y la idea de tenerle lejos me perturba...
—¿Pero qué cojones me pasa? ¿Y por qué su actitud conmigo ha cambiado de repente?
Perdida en mis pensamientos con el vampiro que los revoluciona siguiendo mis pasos, llamo a la puerta de la habitación de Sky encontrándomela despierta y discutiendo con Peter.
Sky
Mis ojos se cerraron de golpe cuando ese maldito brujo expulsó sus poderes contra mí. Acto seguido, sentí un horrible dolor recorrer mi columna y como mi cabeza golpeaba el frío suelo de aquel callejón. Inevitablemente caí en un profundo sueño pero antes de que todo se volviera negro pude escuchar el grito desgarrador de Peter. Su voz estaba rota, Peter estaba dolido y desquiciado por el dolor que sufrimos ambos.
¿Se preocupa por mí? Quizá no era tan malo como creía...
De repente, veo miles de imágenes pasar frente a mí. Es un sueño que se reproduce rápidamente frente a mis ojos y algunas de esas imágenes son de mi infancia, junto a mis padres, yendo al parque, yo de pequeña aprendiendo a montar en bicicleta, mi madre preparando ese rico pastel de chocolate que tanto nos gustaba y que ni mi padre ni yo pudimos preparar después de que ella se fuera.
Aprieto fuerte los ojos pero las imágenes siguen ahí, enloqueciéndome y llenando mi cabeza de preguntas sin respuesta. De pronto, Peter aparece en mis sueños, lo oigo gritar, retorcerse de dolor en el suelo, suplicando y pidiendo que paren con este sufrimiento. Puedo ver la agonía invadir sus ojos. No lo resisto más, no puedo verle sufrir sin hacer nada y la rabia me consume.
—¡¡Dejadle en paz!!— Grito furiosa
Mi garganta duele y siento una ira inconmensurable que quiere salir como sea
—¿Sky?— Una voz suave me llama
Suelto todo el aire que había estado retenido en mis pulmones y mis hombros caen en derrota
—¿Sky, estás bien?— Esa voz que me llama es solo un susurro distante
Entre la oscuridad una suave caricia recorre mi mejilla deteniéndose bajo mi barbilla. Este dulce tacto me hace sentir bien, en paz alejándome de las tinieblas que me rodean.
Lentamente abro los ojos con pesadez divisando una borrosa figura a mi lado. Parpadeo un par de veces antes de poder enfocar bien. Mis manos palpan curiosas y descubren que estoy sobre una superficie blanda que conozco perfectamente. Todavía aturdida observo a mi alrededor identificando el lugar.
Estoy en mi habitación. Bien, eso está bien...
Giro la cabeza lentamente hasta encontrarme con un par de ojos azules que me miran con preocupación, Peter.
Vuelvo a cerrar los ojos para asegurarme de que esto no es solo un sueño pero cuando los vuelvo a abrir, sigue aquí, sentado a mi lado cogiéndome de la mano apretándola entre la suya tan fría como el hielo.
—¿Peter?— Pregunto en un susurro
Mi cabeza todavía me palpita como si me estuvieran dando martillazos
—Me alegra saber que por fin has despertado— expresa Pet con alegría
Una bonita sonrisa se dibuja en sus labios dejando ver sus dientes blancos mientras que algunos mechones de su cabello negro caen sobre su frente viéndose muy... ¿Atractivo? Mi corazón da un vuelco al ver semejante imagen frente a mí
—¿Qué ha pasado?— Pregunto intentando incorporarme
Pet coloca un cojín tras de mí ayudándome a apoyar mi espalda en el respaldo de la cama
—¿Qué fue de esos brujos?— Pregunto de nuevo molesta
—Ya se han ido, no tienes porqué preocuparte por eso ahora— replica Peter con una sonrisa amable
Si antes no confiaba del todo en ese tal John ahora ya no me creo nada de todo lo que nos ha contado
¡Es un maldito brujo mentiroso!
Y su hermano, ese hijo del diablo va a saber quien soy, puto engreído... Cuando lo tuve cerca sentí un horrible escalofrío y en su mirada solo vi maldad, oscuridad y lo peor de todo, una incontenible sed de poder.
De repente, un mal presentimiento recorre mi cuerpo entero.
—¿Estás bien? ¿Pasa algo malo?— Me pregunta Peter con preocupación
Niego con la cabeza, miro mi mano y veo que sigue cogida por la suya. Fijo mis ojos en los sus claros iris apretando fuerte su mano con la mía.
—Te has puesto pálida— afirma abriendo los ojos sentándose a mi lado
—Ese chico...— Murmuro indecisa
Me giro hacia él arrugando la nariz pero Peter solo levanta una ceja esperando paciente
—El que me atacó, ¿cómo se llama?— Le pregunto frunciendo el ceño
—Lutz— responde Pet gruñendo desde lo más profundo de su ser —Lutz Nimbus— escupe molesto apretando la mandíbula y los dientes
Creo que si sigue haciendo tanta presión los va a romper dentro de su boca.
—John nos mintió...— Murmuro dolida
No sé porqué pero un gran nudo empieza a formarse en mi garganta
¿Realmente me importa tanto lo que John dijo?
—John nos dijo... ¡Imbécil!— Sollozo soltando un profundo suspiro
¡John puede irse al demonio con toda su familia y sus estúpidos poderes malignos!
—¡Ey!— Exclama Pet
Posa su mano bajo mi barbilla obligándome a mirarle a los ojos
—Eso ya no importa, ¿de acuerdo? De todas formas yo tampoco he sido completamente sincero contigo— confiesa afligido
Eso ya lo sé, sé que no ha sido sincero conmigo pero al menos no me ha mentido como hizo John. Haciéndose pasar por una buena persona cuando en realidad está muy lejos de serlo. De ahora en adelante ya nunca podré verle como antes.
—Pero tampoco finges ser alguien que no eres, Pet— revelo haciendo una mueca
Peter sonríe sin mostrar los dientes levantando un poco la cabeza sin soltar mi mano. Ni siquiera me molesta, al contrario, no quiero que me suelte
¿Qué demonios pasa conmigo?
Suelto un largo y sonoro suspiro llamando la completa atención de Peter.
—¿Quieres que te traiga algo? ¿Tienes hambre?— Pregunta acariciando mi pelo con suavidad
Entrecierro los ojos por su agradable gesto y negando con la cabeza miro hacia la ventana. Afuera todavía es de noche y unos cuantos copos de nieve empiezan a caer lentamente. Siento a Peter apretar mi mano.
¿Qué pretendía John con todo esto? ¿Qué quería lograr con cada una de sus palabras?
Estoy confundida y no dejo de preguntarme que pretendía John con todo lo que nos dijo e hizo, si solo fue para que Kristen y yo odiáramos a los hermanos o... No sé, tengo la cabeza a punto de reventar por todo lo que ha pasado estas últimas horas.
—Sé lo que estás pensando, Sky...— Murmura prudente
Muevo rápidamente los ojos hacia él para poder apreciarle mejor
Percibo muchos sentimientos en sus ojos, felicidad, alegría, tristeza pero una gran sombra oscura los cubre. Pero sobre todo hay uno que destaca sobre los demás, la culpa. Hay mucha culpa en su interior.
—Me imagino que sabes lo que pienso porqué eres un vampiro, ¿no?— Pregunto inocente
Peter asiente lentamente con la cabeza
—A parte de poder leer los pensamientos de los humanos puedo hacer otras cosas como por ejemplo hipnotizarlos y que hagan lo que yo quiera y luego está el aura oscura...— Contesta sonriendo
Le devuelvo la sonrisa acariciando su mano.
—La oscuridad es lo que más predomina en tí— manifiesto pasando la palma de la mano frente a sus ojos
—Eso que acabas de decir debería ofenderme, pero por ser tú lo paso por alto— confiesa señalándome con el dedo, de manera divertida
—¡Oh gracias por ser tan condescendiente conmigo, Bartholy!— Exclamo riendo
Levanto la mano de nuevo golpeando fuerte su hombro con mi puño, pero él ni siquiera se mueve ni un centímetro de su lugar, sin embargo, un gran dolor se apodera de mis nudillos.
Lo había olvidado, es mucho más fuerte que yo...
Pet se da cuenta del dolor que ahora mismo me invade y con la mano que tiene libre coge la mía, la sube a la altura de sus labios y besa mis nudillos com dulzura
—Mira que llegas a ser testaruda... ¿Cómo se te ocurre ir contra Lutz y enfrentarlo de esa manera?— Pregunta frunciendo el ceño
Vuelve a bajar mi mano sin dejar de apretarla entre la suya
—¡Te estaba haciendo daño! No me iba a quedar de brazos cruzados ¿o sí?— Pregunto ladeando un poco la cabeza.
—¿Te importa lo que me pueda pasar Sky?— Inquiere con voz sugerente
De repente, siento mis mejillas arder y negando con la cabeza apreto fuerte los labios.
No sé a quién quiero engañar, la verdad es que sí, me preocupé mucho por él cuando lo ví sufrir tanto por culpa de ese maldito brujo.
Por el rostro y la mirada que tiene Peter deduzco que está escuchando mis pensamientos. Me mira demasiado atento, muy concentrado y sin parpadear.
—¡Sal de mi cabeza, capullo!— Exclamo arrugando la nariz
—¡Lo siento!— Replica soltando mi mano poniéndose de pie y levantando los brazos.
—¡Deja de invadir mi privacidad!— Exijo arrodillándome en el colchón —Eso es... ¡Eso no se hace!— Exclamo enrojecida de rabia
De repente, llaman a la puerta que se abre dejándome ver a Kristen que me sonríe junto a Drogo con los brazos cruzados y cara de pocos amigos apoyando el hombro derecho en el marco de la puerta.
—Veo que ya estás mejor— comenta Kristen acercándose a mí.
Al verla sonrío llenándome de alegría al saber que ella también está bien.
—Aquí tu vampírico príncipe oscuro estaba muy preocupado por ti— confiesa Drogo con sorna señalando a Peter con el mentón
Peter desvía la mirada avergonzado que evita mirarme a toda costa
—Si te hubiera pasado algo estoy seguro de que hubiese matado a Lutz con sus propias manos— revela Drogo con una sonrisa burlona
Miro a Drogo y al verlo con esa actitud arrogante ya no parece tan inofensivo.
—Me dejé llevar por lo que dijo John y...— Me excuso bajando la mirada
—Si hubiese podido habría destrozado su cuerpo y me aseguraría de arrojarlo a las brasas para que no pudiera volver a revivir— confiesa Peter apretando los dientes
Me fijo en Pet y veo que tiene las manos empuñadas y las aprieta tan fuerte que sus nudillos se han puesto blancos.
—¡Qué romántico y perturbador!— Se ríe Drogo desde su lugar.
—¡Cierra la boca!— Le grita Peter fulminándole con la mirada y con ganas de estrangularlo ahí mismo.
—Tenemos muchas cosas de qué hablar, bru...— Drogo deja de hablar sacude la cabeza cerrando los ojos abriéndolos después para terminar de hablar —Sky, con respecto a John y su maldita familia— concluye enseñando los dientes
—¿Eso es necesario? Sky necesita descansar— irrumpe Kristen con voz somnolienta.
La noto un poco cansada y pálida, quizá tenga que ver con lo que pasó con los brujos. Además la noto un poco distante con Drogo como si estuviera disgustada con él
—Sí Kristen, después de esto John no se va a quedar de brazos cruzados y mucho menos el idiota de su hermano Lutz— advierte el rubio fijándose en mí —¿Qué demonios estabas pensando cuando te acercaste a él? ¿Eres consciente de que es mucho más fuerte que tú, verdad?— Me pregunta clavando sus ojos en los míos
Las palabras de Drogo me hacen sentir como una completa estúpida por haber hecho eso. Es obvio que yo nunca podría contra él. Lutz tiene poderes y yo solo soy una simple e insignificante humana...
—¡Drogo ya basta!— Exclama Pet plantándose frente a su hermano —No tienes porque reñirla así— advierte Pet con actitud amenazante
Dejo caer los hombros suspirando con cansancio. Me incorporo sentándome en la orilla del colchón y Peter se acerca a mí de nuevo con mirada tierna
—Lo único que queremos decirte es que la próxima vez, no intentes hacer nada en su contra porque puedes salir lastimada— confiesa Peter cogiendo mis manos entre las suyas
Su dulce contacto me reconforta y el hecho de que su atención sea solo para mí me hace feliz
—No le hagas caso Sky, tú eres mucho más fuerte de lo que te imaginas— dice Peter con voz tierna.
Al levantar la cabeza y ver como me mira con tanto cariño no puedo evitar sonreirle agradecida por como se está portando conmigo
Cuando quiere, Peter puede ser el chico más dulce y tierno de todos y a la vez llegar a ser el asesino más cruel y desalmado que existe. Eso le convierte en una rara combinación pero me imagino que eso forma parte de su naturaleza. Perder el control y la razón llegando a ser un verdadero psicópata y curiosamente eso me aterra y me atrae al mismo tiempo.
—Vamos— ordena Drogo alejándose con Kristen que le sigue de cerca —Peter— le llama su hermano desde el pasillo
—Tú y yo tenemos una conversación pendiente sobre todo lo que ha pasado últimamente— me advierte Peter poniéndose de pie sosteniendo mis manos para que haga lo mismo.
—¡Ah Peter! Ahora que ya sé que los vampiros existen y que los brujos no son tan buenos como en las películas, ya que, uno de ellos casi me mata estrellando mi cabeza contra el suelo, no me extrañaría que me digas que también hay hombres lobo por ahí...— Sugiero jugando con mis manos nerviosa
Peter me mira sin responder, ni siquiera parpadea lo que hace que se me hiele la sangre
—¡Dime que no hay hombres lobo por aquí!— Exclamo pasando saliva con dificultad.
—Sí que los hay— confiesa despreocupado.
—¿¡Qué!?— Grito palideciendo mientras Pet sostiene mis manos dándoles un ligero apretón.
—Pero ellos no son cómo John y su familia— advierte suspirando profundamente —Hay muchas cosas que necesito que sepas porqué tu vida depende de ello pero, tiene que ser poco a poco, es mucha información para ti— me explica despacio marcando cada una de las palabras —Ahora mismo tienes mucho que procesar y quiero que estés bien. Es hora de que sepas la verdad, Sky— concluye mirándome serio
Sus palabras me dan muy mala espina como si hubiera un oscuro y aterrador secreto detrás y le sea muy difícil poder hablar de ello conmigo. Me muero de ganas de saber qué es lo que Peter tiene que contarme.
—¿Qué verdad?— Pregunto curiosa
—Toda la verdad acerca de ti— sentencia con voz grave
Cuando vuelvo a abrir la boca para seguir insistiendo una voz autoritaria me interrumpe
—¡Peter!— Gruñe Drogo desde abajo
Pego un respingo al escuchar la fuerte y demandante voz de su hermano mientras Peter suspira resignado y pellizcando su nariz con el dedo pulgar y el índice.
—Vamos, Sky— me pide con voz suave
Peter me deja pasar primero siguiéndome de cerca. Bajamos por las escaleras hasta que llegamos a la sala encontrándonos con Kristen y Drogo que nos esperan. Drogo se ve impaciente y molesto, sobretodo molesto.
Parece que viva enfadado con la vida y con todos en general...
🍂🍂🍂🍂
¡Hola! Les dejamos este capítulo, esperando que les haya gustado.
Instagram:
zenitwattpad
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro