*Katy Perry, Daisies.

Disculpen que tarde tanto, es que no andaba con ganas de nada y si actualice pocas historias es por el mismo motivo, ando desganada y medio bajón por algunos problemas.
Siempre doy excusas y lo lamento, pero así es como ando en estos tiempos, aunque trato de luchar y seguir adelante centrándome en mi familia y mis cosas dejando de lado las redes.

Gracias x siempre estar y seguir leyendo mis historias.

《Hace 1 mes》.

Enterró su rostro en la cálida y sedosa almohada, olía dulce y era muy cálida.

Frunció el ceño al sentir extraña la situación y poco a poco fue abriendo sus ojos cerúleo.

Cuando se encontró abrazando a un cuerpo femenino se sorprendió y se sentó mirando a la mujer a su lado.

Los dos estaban desnudos, el largo cabello de la Monique estaba suelto y expandido por la cama, no le estaba dando la espalda así que podía ver por completo su cuerpo desnudo.
Excepto su parte baja que era tapada por una sábana.

Cómo...cómo termino acostándose con la ex reina del imperio vecino?.

Se tocó la cabeza intentando recordar la noche anterior, solo recordaba haber estado trabajando, Aristia llegó y luego de unas palabras los dos se empezaron a besar. Ella lo besó y él le siguió el juego.

Había usado su propio poder para transportarse a su cuarto y allí empezó todo.

Suspiro tapando su cara con su mano escuchando un quejido a su lado.

-ya despertó?.

La dama bostezo tapando su boca, mientras se sentaba y se estiraba sin importarle que vea sus senos.

-...qué me hiciste? -sus ojos brillaron al no sentir control sobre sus acciones y poder hablar libremente.

Todo fue extraño, desde que ella llegó podía actuar con libertad, hablaba cuando quería y ya no estaba somnoliento como antes, incluso sus dolores cedían ante su presencia.

Lo de anoche le terminó de confirmar que esa mujer podía usar magia, pero de qué tipo.

-la pregunta sería, qué no le hice -arqueo una ceja alzando el borde de sus labios dándole una sonrisa coqueta.

Claude la miro neutral haciéndola reír.

La oji ámbar se acercó a él posando su perfecta mano en su abdomen, acariciando cada músculo con su dedo índice.

-ahora es consciente de lo que pasa a su alrededor? -ladeo la cabeza acercando su rostro al suyo -sus acciones, sus palabras, todo lo que hacía era por órdenes de un titiritero.

Claude se quedó pensativo y cuando analizó todo lo sucedido abrió sus ojos sorprendido.

Él aceptó como su hija a la bastarda de esa perra?!.

Desechó e ignoró a su pequeña victoria por esa perra, la hizo sufrir por esa mocosa que era igual a su madre, dejó que Alfierce se entrometa en los asuntos del imperio, que la condesa Yedith entre y salga cuando quiera del palacio, dejó que todas esas escorias inunden su palacio!?.

Tapó su rostro sorprendido, sin poder creer todo lo que dejó pasar.

Qué demonios le había sucedido.

Era consciente de que a veces despertaba y Jeanette estaba a su lado diciéndole "padre" pero cuando quería atacarla algo lo hacía dormir y solo escuchaba de lejos algunas cosas que sucedían.

Su...su pequeña hija llorando por su desprecio.

Y él sin poder abrazarla y contenerla.

No, no pudo haber sucedido.
Por qué pasó todo eso.

-"ya comienza con la culpa, aunque~ ahora vendrá al shock masivo al saber la verdad tras el nacimiento de Athanasia".

Se contuvo para no sonreír con maldad, posó su mano en su mejilla haciendo que mire sus ojos.

Lucía perturbado y atónito por todo lo sucedido.

Era lógico, todo ese tiempo su consciencia estuvo dormida y pocas veces lograba ser consciente pero cuando quería actuar la magia negra lo volvía a dejar "dormido". Su cuerpo era un títere de la magia negra.

-su majestad, ya es libre, pero debe mantener la calma, aún quedan asuntos que resolver.

El rubio reaccionó sintiendo que todos sus recuerdos se liberaban haciéndole saber lo sucedido hace 17 años.

La muerte de Diana fue provocado por sus manos, su sol, su amada.
Su pequeña hija, Athanasia 'inmortal' como el amor de sus padres.
Su dolor por no poder soportar la muerte de la única luz que amó con todo su ser dando el resultado de que borró todo recuerdo de ella.
Y...olvidó su amor por su hija.

Fue patético y débil, a causa de eso se convirtió en el títere de esas escorias y abandonó a su hija.

-..qué quieres?.

La menor se quedó en silencio ante su mirada abatida y fría.

-no me interesa usted ni sus asuntos, ni el imperio, solo quiero estabilidad, que salve a mi casa...a mi hijo.

Sus ojos se abrieron ante eso y miro el vientre de la oji ámbar.

Una pequeña luz azul brillaba con fuerza.

-mana sagrado?.

-fui bendecida por Vita y decidí darle todo ese poder a mi hijo, obtuve otro tipo de poder y decidí liberarlo de esa fantasía.

El rubio frunció el ceño para luego agarrar su muñeca y acorralarla contra la cama.

-pretendías que ese niño obtenga un lugar en la realeza.

La peli plateada observó sus ojos brillantes y luego le sonrió perversa.

-me cree tan estúpida de hacer algo tan cliché?, solo busco mi propio beneficio, lamentablemente no puedo acabar con la pequeña molestia ya que tiene mana sagrado y estaría ocasionando un caos.

Hizo una mueca de disgusto haciendo que Claude la mire curioso.

-solo pido eso, estabilidad y salvación, yo lo ayude y lo seguiré haciendo a cambio de que mi petición sea cumplida.

-...y si no la cumplo?.

-...se atrevería a dañar al hijo de un dios?~.

Sus ojos brillaron con fuerza dejándolo sorprendido.

-la pequeña molestia tiene mana directo de Vita, mana sagrado, es la primer persona en tener mana sagrado tan puro, si lo mata desatará caos para su imperio, todo caerá en desgracia gracias a su actuar.

Su mano poco a poco fue soltando su muñeca dejándola libre.

Se sentó en la cama mirándola con frialdad.

-puede darme lo que pido y lo ayudaré con su batalla, o~ me iré a otro imperio y le daré mi ayuda a otros.

Se sentó acercando su rostro nuevamente al suyo.

-..quieres ser mi concubina?, cuando ese niño nazca sabes lo que pasará, hay un solo heredero al trono y es Athanasia, no tendrás el asiento de.

-ya le dije que no me interesa -lo miro aburrida -no quiero tener ninguna relación con la realeza, podría haberlo ayudado sin la necesidad de acostarme con usted pero~.

Se mordió el labio inferior mirando su cuerpo haciendo que claude arquee su ceja.

-hubiese sido lamentable irme del imperio sin haber probado al postre más exquisito de Obelia.

El rubio sonrió de lado, acercó su rostro dejando que sus narices rocen.

-seremos aliados, cumpliré tu pedido, me ayudarás a derrotar a esas escorias y luego serás libre junto a tu casa y tu hijo.

-me parece perfecto~.

Le volvió a sonreír coqueta abrazandolo por el cuello.

El emperador la miro unos segundos para luego besarla.

Ella miro sus ojos cerrados y luego cerró los suyos.

Ambos eran aliados y enemigos.

Ella tenía otros fines con cada paso que daba.

Y él quería enmendar los errores que provocó su decisión abrupta y patética.

El poseer el cuerpo del otro no quería decir que tuvieran algún sentimiento romántico. Solo era lujuria y beneficio propio.

La noche aún reinaba en el cielo y en lo lejano se podían divisar algunos destellos dorados que avisaban sobre la llegada del sol.

Sus cuerpos se volvieron a perder en la pasión.

Besos, caricias, miradas oscuras, manos tocando cada parte de sus cuerpos, jadeos y gemidos.

Sus ojos ámbar brillaron y su boca se abrió dejando escapar su voz lujuriosa.

Su cabello dorado estaba pegado a su frente, su mandíbula apretada, su ceño fruncido y sus ojos brillaban viendo el cuerpo bajo el suyo.

La fémina miro al gran ventanal al ver unos destellos celestes filtrarse por ella, una estrella fugaz pasó con rapidez por el cielo.

Antes de irse la noche y antes que llegue el sol, apareció esa estrella brillante que sus ojos lograron captar.

Algo le dijo que esa estrella era especial.

Miro sus manos apoyadas en la pared, detrás de la cabecera de la gran cama, mientras sentía su cuerpo moverse con rapidez.

El sudor corría por su espalda, sus senos, todo su cuerpo estaba sudoroso.

Su largo cabello estaba pegado a su cuello y parte de su espalda.

-uhg!.

El gruñido masculino la hizo sonreír aún cuando jadeaba.

Sintió sus manos grandes aferrarse a su cintura mientras entraba y sacaba su miembro de su cavidad.

-muévete...hazlo!.

Bajo su cabeza moviendo sus caderas hacia atrás justo cuando el rubio la embestia.
Vio sus senos rebotar ante sus movimientos, su vientre contraerse, sus labios abrirse para recibirlo.

Sintió sus labios chupar la piel en su espalda, sus dientes marcar su piel, sus testículos rebotar contra su trasero.

Sí...sí!.
Nuevamente tenía un nuevo postre maldito!.

Todo ese poder oscuro era suyo y solamente suyo.

-ah ah sí!, más, claude más rápido!.

Se arqueo gimiendo sin pudor su nombre haciendo que el nombrado agarre algo de su cabello estirando de el hacia atrás.

-no grites mujer -acercó su rostro al suyo viendo sus ojos brillando de lujuria.

-no..me das...órdenes -entre jadeos le respondió y le sonrió retandolo.

El rubio sonrió de lado agarrando su brazo para ponerla boca arriba, agarró una de sus piernas poniéndola en su hombro. Pasó su mano por el cuello de la fémina atrayendo su rostro al suyo.

Estampó sus labios contra los suyos, los mordió, los chupo, exploró su boca mezclando su saliva con la suya.

Cuando se separó de su boca un hilo los conectaba, sus ojos cerúleo se fijaron en su parte baja viendo su miembro perderse en esa cavidad húmeda y caliente.

Movió sus caderas con lentitud y luego en círculos viendo los fluidos de ella deslizarse por su miembro.

Apretó su muslo marcando sus uñas para luego bajar su pierna y agacharse a la altura de sus senos, atrapó uno de sus pezones agarrandola de la cintura para después sentarse con ella encima.

Siguió chupando su pezon comenzando a mover sus caderas igual que ella, que estiró su cabeza hacia atrás enterrando sus dedos en su cabellera dorada.

Bajo con fuerza al sentir su vientre contraerse.

El emperador soltó su pezon ayudándola a bajar con rapidez.

-uhh uhh uhhh.

Los dos jadeaban acelerados escuchando el sonido de sus intimidades chocar.

-ahg! -la oji ámbar lo abrazó marcando su espalda con sus uñas mientras gemía en su oreja.

El rubio mordió su hombro frunciendo el ceño al sentir sus paredes apretarlo obligándolo a soltar todo su semen.

Mierda, estaba caliente, tal como le gustaba.

Lo apresó con sus piernas para luego sentir esa relajación que tanto le gustaba, aún sentía su semen salir de su miembro para luego chocar contra su vagina y descender hasta chocar contra sus testículos y al final acabar en las sábanas bajo suyo.

Los dos se mantuvieron unos segundos así, sin importarles sus cuerpos sudorosos y pegados, sin importarles que el sol ya haya salido.

-ven...todos los días.

Sus palabras entrecortadas gracias al intento de controlar su respiración la hicieron reír.

-al menos debería darme unos días de descanso.

-hn, usa cualquier excusa pero ven a verme y absorbe lo que queda de ese mana.

Alzó el borde de sus labios al escuchar al emperador, se había dado cuenta que ella absorbía el mana oscuro de su cuerpo.

-como ordené su majestad~.

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Espero que les haya gustado el lemon, gracias x leer ♡.

Les avisaré cuando deje de relatar lo sucedido en ese tiempo que Jeanette estuvo dormida.