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☆10☆

*K/DA POP/STARS ft. Madison Beer, (G)I-DLE, Jaira Burns.

¤Imperio Castina¤

Sus ojos zafiro miraron por enésima vez la gran cama que estaba en su habitación.

Cuántas veces había delirado de placer en ella gracias a las manos de su ex esposa?.

No lo recordaba, pero fueron miles de veces y no podía olvidarlas.

Su cabello, sus ojos, su sonrisa, sus labios, su voz, sus gemidos.

Suspiro pasando su mano por su cabello, dejó de lado la copa de vino y miro al techo.

Ya habían pasado 3 semanas y unos días desde que la familia Monique junto a sus caballeros se fueron del imperio.

De rincón a rincón nadie dejaba de hablar sobre la ida del diamante del imperio.

Y los susurros aumentaron ante la negligencia de la actual emperatriz.

Los tratados con los reinos vecinos flaquearon a la semana de que Aristia se fue, su labor aumentó al tener que hacer tanto su trabajo como el de la emperatriz, los nobles se quejaban a cada momento, algunas casas se iban del imperio al ver que un desastre se avecinaba.

Todo se le estaba yendo de las manos.

Y ese maldito duque no ayudaba.
Las dudas de su ex esposa eran ciertas, el duque Jenna lo estaba envenenando y ante eso casi fue enviado a la horca.

Pero era poderoso y tenía a su disposición a varios nobles, incluyendo el favor de la emperatriz quien creía en su fachada de anciado decrépito.
Solo gracias a ello salvó su cuello.

Ni siquiera se podía considerar un verdadero emperador, solo fue un títere de un duque lleno de avaricia.

Aún cuando pidiera auxilio a países vecinos o tratará de hacer algo para salvar a su gente, una revolución se aproximaba.

Solo era cuestión de tiempo.

Pero, Jenna no los atacaría.
No cuando la ex reina del imperio estaba en el imperio Obeliano.

Se había dado cuenta del desprecio de Jenna por la casa Monique, debía de encontrar una manera para advertirles y protegerla.

-su majestad.

Miro a su fiel amigo, Haren, hacer una reverencia ante él.

-qué sucede para que entres sin pedir permiso y luzcas tan horrible? -se burló ignorando su pesar, su amigo oji verde parecía haber visto a un muerto.

-...es el ducado Rass.

Frunció el ceño ante eso, el ducado se había mantenido al margen sobre todo lo sucedido.

-el nuevo duque fue nombrado?.

-no su majestad, hace unos momentos llegó una carta de la duquesa Ernia...el ducado Rass y sus caballeros han abandonado el imperio.

Se levantó de golpe ante eso, el oji verde le dio la carta con el sello de la casa Rass grabado en ella.

●El ducado Rass se ha retirado del territorio Castina, el ducado no se arriesgará a poner en juego la vida de nuestra casa y la de nuestros caballeros solo por las decisiones de un hombre que no sabe liderar su pueblo y es un títere de un ser lamentable.

Los hombres de la segunda división han decidido seguirnos junto a algunos hombres de la primera división, considerelo traición pero no arriesgaremos nuestro pellejo por usted o los suyos.
Nuestra lealtad es hacia el imperio, no hacia usted.

Es lamentable que todo el trabajo de mi hermano y su séquito se haya derrumbado por sus malas decisiones.

Si el imperio está en ruinas nuestros hombres salvarán al pueblo, pero la estabilidad de su majestad y de la aristocracia no es nuestro labor.
Agradezcale por nosotros al duque Jenna que accedió a romper el contrato de nuestra casa, y la de nuestros caballeros, con la realeza.
Las casas fundadoras, el ducado Rass y el marquesado Monique, ya no serán vasallos de la realeza.

Bendiciones al sol del imperio Castina.
Atentamente: la duquesa Ernia de Rass.●

Lanzó la carta al fuego para luego tapar su rostro.
No podía estar pasando.

Las dos casas más importantes habían abandonado al imperio, dos de los padres fundadores abandonaron su territorio junto a otras casas importantes de la nobleza.

Parte de su ejército se había ido.

Todo por haberle dejado a cargo al duque Jenna el poder de decidir sobre los asuntos militares del imperio.

Ahora todo estaba perdido, Jenna tenía a la emperatriz, la mayoría de la sociedad, y parte de su ejército a su disposición.

Solo quedaba él en el camino del duque.

¤Imperio Obeliano¤

-es curioso que ahora me mire con esos ojos, cuando usted misma dijo que yo era la mujer indicada para cualquier hombre del imperio.

Bebió su té con tranquilidad mientras ante ella estaba la condesa Yedith.

Quién apretaba su falda con furia, conteniendose

Tras la futura marquesa estaban dos caballeros de la casa Monique, en la puerta dos caballeros de la casa Loebein y fuera de la mansión algunos caballeros imperiales.

Solo habían pasado 4 días desde que Zenit se "desmayó" y la futura marquesa era tan cercana al emperador.

Nadie creía que ella estaba preocupada por la princesa Jeanette, ya que en ningún momento pisó el palacio esmeralda. Siempre iba al palacio garnet y las habladurías no tardaron en aparecer.

Cuando Rosalía ya no sabía qué hacer, gracias a que el emperador prohibió que la visiten o que ella saliera del palacio esmeralda.
Recibió una invitación de la joven marquesa para tomar el té.

Incluso en el camino hacia el ducado Loebein fue custodiada por los caballeros imperiales.

Cuando pisó el ducado, supo que ese lugar estaba minado de leones dispuestos a degollarla si le hacía algo a la joven marquesa.

Todos rondaban por allí listos para cazar a su presa.

-...podríamos hablar a solas Lady?.

Sonrió aún cuando quería lanzarse encima y ahorcarla.

Parece que eso logró divertirla ya que sus ojos brillaron por unos segundos.

-pueden retirarse.

Ambos caballeros miraron por última vez a la condesa para luego hacer una reverencia y salir de allí.

Cuando quedaron solas la condesa frunció el ceño y abrió la boca.

-le sugiero que se controle, ya está en edad para sufrir ataques cardíacos y no queremos que uno sea ocasionado por algún rayo solar.

Volvió a beber su té cerrando sus ojos mientras la peli marrón marcó sus uñas en sus piernas.

-..qué está tramando?.

Gypsy¹ ladeo la cabeza mirándola curiosa.

-por qué tramaria algo condesa?.

-no te hagas la idiota!, desde que la princesa se desmayó el emperador no fue a verla y todo sucedió justo cuando tú fuiste a reportarle a su majestad sobre lo sucedido, incluso ahora el emperador no demuestra interés por mi sobrina!.

La menor la miro neutral y luego sonrió de lado.

-a dónde se fueron sus modales condesa?, que yo recuerde el marquesado es una posición superior a un condado.

-soy la tía de la princesa heredera -frunció el ceño al notar que estaba desviando la conversación.

-en serio?~ -puso su dedo en su mejilla quedándose pensativa -que yo recuerde su majestad no ha declarado a la princesa Jeanette como su heredera.

-Zenit es la más amada por su...

-y no creo que su majestad lo haga cuando sepa que es su sobrina.

Todo se detuvo para la condesa, quien la miro en shock y luego apretó sus labios nerviosa al ver los ojos brillantes de la menor.

Ese brillo eran tan sádico y oscuro que jamás espero verlo en una dama que sonreía amablemente angelical.

Quién era esa mujer?.

-q-qué quieres?, te daremos una posición más alta cuando zenit sea emperatriz, solo debemos...

-jajajaja acaso no se da cuenta que ya perdieron -tapo su boca soltando pequeñas risas divertida -en serio son cómicos, no pierden las esperanzas aún cuando están en un pozo sin salida.

Negó con la cabeza incrédula mientras dejaba la taza de té en la mesa ante ella.

-jamás serás la emperatriz, nadie aceptará a una ex reina extranjera como emperatriz -la miro con frialdad ignorando su nerviosismo.

-puede que no me crea, pero no deseo estar en un puesto tan aburrido y estresante -se cruzo de piernas poniendo su brazo en el respaldo del asiento mirándola aburrida -nadie más que la princesa abandonada puede ser emperatriz, ambas lo sabemos, le daré un consejo de mujer a mujer, recoja sus cosas y váyase del imperio.

-no abandonaré a zenit, eres demasiado ingenua si crees que con envenenar a mi sobrina podrás ganarnos -le sonrió burlona haciendo que la menor la sonría amable.

-procure tomar mi consejo ya que no sé por cuánto tiempo podré contener la furia de su majestad.

Rosalía abrió sus ojos sorprendida y la miró atenta e incrédula.

-hacerle creer que la hija de su prometida y su hermano es suya, destruir parte de su territorio para ganar más oro, hacer sufrir a su gente solo por avaricia, destruir parte de su trabajo que tanto le costó lograr, posarse ante la sociedad diciendo que son parte de la familia imperial...creo que es suficiente pretexto para adornar la entrada del Palacio Real con algunas coronas plateadas y castañas -giro su cabeza mirándola de reojo con arrogancia.

La mayor tragó saliva al saber que la estabilidad emocional del emperador y su gracia hacia su persona estaban en manos de esa mujer.

-debería de empezar a retirarse, ya es tarde, por cierto!, espero que le guste mi regalo -junto sus manos sonriendo alegré -le dejé un exquisito té de Siodonna, espero que lo disfrute en su estadía en el palacio rubi.

Se paró de golpe ante lo que dijo.

-n-no puede...qué hiciste?!, el emperador no puede hacerle eso a su hija!, él...

Se quedó en silencio viendo la sonrisa maliciosa de la menor, la cual pasó su lengua por su labio inferior y luego sonrió lujuriosa mientras un leve sonrojo adornaba sus mejillas.

-nunca escuchó el dicho de "cualquier mujer puede enloquecer hasta al hombre más poderoso con algunos trucos oscuros"?.

Rosalía la miro con la boca abierta para luego mirarla llena de furia haciéndola reír.

-procure aprender a cocinar ya que no creo que su majestad le dejé sirvientas en su nuevo y glamoroso palacio.

La condesa salió de allí rápidamente escuchando de lejos la risa de la oji ámbar.

-"veamos qué me dirá el perro faldero del emperador para hacerme caer, no pensé que sería tan divertido estar aquí".

Se recostó en el sofá comiendo algunos dulces, las puertas fueron abiertas dejando ver al Marqués.

-esa mujer se fue realmente enojada.

Keiran se sentó ante ella sin darle importancia a su posición cómoda.

-no podrá hacer nada más que chillar como un cerdo.

-...eres increíble -suspiro negando con la cabeza haciéndola reír -tenemos un asunto que tratar.

Al notar su voz sería lo miro curiosa.

-el ducado y las dos divisiones imperiales de Castina vendrán para brindarnos su lealtad -le mostró una carta con el sello de la casa Rass.

La menor se quedó en silencio y luego resoplo.

-supongo que vamos a tener que aceptar los territorios del norte.

Bostezo viendo de reojo aburrida al rubio que estaba leyendo la carta.

Ella estaba boca abajo apoyando su mentón en sus brazos que estaban cruzados.
Él estaba apoyado contra el respaldo de la cama leyendo atento la carta.

-...cómo lograste que el ducado más importante de Castina te fuera tan leal?.

Ella soltó una pequeña risa poniéndose de costado, mirando el abdomen del emperador.

-digamos que use algunos trucos.

-les daré el territorio del Norte, pero el ducado Rass será su gobernante, hace tiempo el territorio del Norte y del Este le pertenecían al ducado Loebein Rass.

-supongo que la sangre rojiza ducal se unirá nuevamente en Obelia.

Hace tiempo la familia ducal Loebein y Rass pertenecían a Obelia, ambas estaban ubicadas en el Norte o en el Este.
Ya que un antiguo duque fue heredero de la casa Loebein y Rass. Ambas casas fueron heredadas hasta que un duque tuvo dos hijos y decidió darle a uno el liderazgo de la casa Rass y al otro de la casa Loebein.
El nuevo duque Rass se enamoró hace tiempo de una mujer de Castina y se fue del imperio Obeliano, se le brindaron los territorios del Este en Castina gracias a su apoyó en la guerra.

Aunque aún separados, la familia ducal carmesí seguía en contacto.

-ustedes serían inquilinos del territorio del Norte, pueden establecer su marquesado en cualquier parte del territorio. Tal vez deba de reparar el castillo del Norte y algunas mansiones para todas las casas que vendrán.

Gypsy se quedó en silencio estando de acuerdo, el territorio del Norte era extenso y muy grande. Tenía varios bienes económicos que le favorecían al imperio.

El Norte portaba muchas minas mientras que el Este portaba la mejor tierra para sembrar.

-el duque Loebein y el duque Rass ofrecieron el territorio del Norte para que quedará en manos de la casa Monique?.

Claude simplemente asintió y ella bufo por lo bajo.

Esos dos duques pelirrojos eran demasiados buenos para ser verdad, ahora admitía que eran familia.

La familia ducal carmesí eran feroces pero de gran corazón.

-"cierto, vendrá Carsein" -no contuvo su sonrisa lujuriosa y mordió su labio inferior.

Hace mucho que no tenía un encuentro fogoso y brutal como a ella le gustaba.

-por qué pediste que no le hiciera nada a esa perra?.

-porque~ es más divertido destruirlos lentamente -se atrevió a abrazarlo por la cintura apoyando su mejilla en su vientre.

El rubio apartó la carta y la miro con curiosidad.

-además, si ellos mismos se arruinan ante la sociedad tendrás los motivos suficientes para derrocar al ducado y al condado, recuerda que por más escorias que sean tienen poder político.

Chasqueo la lengua al saber que tenía razón, no podía ejecutarlos y ya. El ducado Alfierce tenía varios aliados que le servían desde hace tiempo al imperio.
No podía perder su apoyo.

Tenía que hacer que se destruyan a sí mismos y luego podría vengarse.

-oye, tienes que alimentarme.

Se levanto poniendo ambas manos al costado de la cara del emperador.

-ya tuvimos sexo.

-eso no, tienes que darme parte de tu mana imperial, la molestia está muy hambrienta.

Claude miro a su vientre levemente hinchado y notó que un leve destello rojizo oscuro rodeada al mana sagrado color azul.

Ahora lo entendía, al ser alguien que tendría mana sagrado necesitaba mana puro para alimentarse y su madre no tenía precisamente mana puro y sagrado.

Aunque tampoco sabía qué tipo de mana tenía esa mujer.

Hace mucho tiempo no habían bebés con mana sagrado y por lo que sabía, esos bebés pedían alimentarse de su mismo mana al menos hasta que nacieran.

Era una forma de alimentarse y protegerse a sí mismos, ya que ellos creaban un campo a su alrededor por si alguien trataba de hacerles daño.

Eso era una prueba clara de que eran hijos y herederos del poder de algún dios.

-sabes que ese niño puede nacer con las gemas imperiales si te doy mi mana?.

-ya lo sé -rodó sus ojos al escuchar su insistencia -puedo usar algún truco para ocultar sus ojos si nace con las gemas imperiales.

El rubio suspiro ante su despreocupación y luego la agarró de la nuca para besarla.

El vientre de la fémina brillo y poco a poco se empezó a sentir más aliviada.

Sin perder su costumbre lujuriosa.

Puso ambas piernas al costado de la cintura del emperador y se sentó en su regazo dejando que su miembro roce su intimidad haciéndole sentir su calidez.

Lo sintió exaltarse ante eso, ella lo abrazó por el cuello y él adentró su lengua a su boca.

Que ella estuviera con él no quería decir que no pudiera estar con otras personas, aunque algo le decía que aproveche su libertad ya que a futuro no podría hacerlo.

~~~~~~~~~

¹Desde ahora puede que me refiera a Aristia como Gypsy, quien es la nueva Aristia o sea el alma que transmigro a ese cuerpo.

Gracias x leer y espero que les haya gustado.

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