Las fans gritan, las luces se apagan, y el artista comienza a cantar. Esto se convertiría en un gran recuerdo, con autógrafos y fotos.

Pero no para mi, estar dos horas cantando hace que me duela la garganta, las coreografías me cansan, y a eso agreguemos la adrenalina, que no te dejará dormir.

Si, seguro el trabajo que quisieran todos. Los vuelos interminables, los guardespaldas pendientes a cada paso que das y los amores en cada esquina, o en cada país. Como si eso en verdad fuera a durar.

O eso, es al menos lo que pensaría yo, claro que no tendrían que hacerme caso a mi, ni a mis miles de premios que se encuentran colgados en las paredes de mi casa.

- Zayt, firma los contratos para comenzar con tu nuevo disco.

- Cómo si firmarlos, hiciera que el disco apareciera, alguna otra sugerencia.

- Deja de ser tan imbecil, y solo has lo que digo, no entiendo porque las chicas se mueren por ti, si te conocieran, todas se irían y tu te quedarías en la ruina, a no ser que les des dinero.

- Tu me conoces, y no te has ido, así que correré el riesgo.

- Eres un idiota.

Tal vez la chica que se encarga de mis asuntos legales tenga razón, aunque ni siquiera me acuerde de su nombre, pero si mis fans se van no me importa, he sido tambien modelo y nunca quise esa clase de atención. Aunque pensándolo bien, nunca he querido esa clase de atención.