e p i l o g o
Las clases se suspendieron hoy por lluvia.
Gracias madre naturaleza.
Con su poncho impermeable azul y su paraguas se fue caminando hasta la casa de su vecina. Si ella fue cuando tenía sarampión, el debería ir a visitarla también.
Y no es porque tenía curiosidad, no.
Saltó varios charcos de agua y abrió la puerta de la cerca blanca. Caminó por el pequeño camino de piedras y tocó el timbre cuando llegó a la puerta principal.
La mamá de Vera abrió la puerta, sonriéndole cuando lo vio, y luego preguntándole como se sentía. Respondió cortésmente, entregándole el poncho y el paraguas, y subió las escaleras hasta la habitación de la muchacha.
Toc, toc, toc.
— Pase.
Zayn asoma su cabeza por la abertura de la puerta y observa cómo Vera (ahora con un gigante brazo blanco) lo mira desde su lugar en la gran cama blanca.
—Hola.
—Hola.
—Hola.
La muchacha sonríe—. ¿Por qué no pasas?
—No sé.
Ella rueda sus ojos y palpa la cama a su lado. Zayn se atreve a pasar a la habitación, cerrando la puerta detrás suyo. Rápidamente se sienta un poco más lejos de donde Vera le ordenó, y la muchacha siente lo tenso que está.
—Creo que tengo que pedirte una disculpa, —habló Vera.
—Yo también, —dijo Zayn.
Theriot se aclaró la garganta—. ¿Sabes que Anabella y yo encontramos a Zachary coqueteando con Chels?
Él la observó—. ¿Y como te sientes al respecto?
—Fue muy satisfactorio ponerle ese yogurt helado en su rostro, pero bien, molesta porque me engañó, pero puedo vivir con ello, —sonrió.
Zayn asintió—. Me gustaría también ponerle en su rostro un vaso de yogurt en este instante, —calló por un instante—. Ahora no sé que más decirte, solo que siento si mis acciones te lastimaron, no era mi intención.
—Creo que debe ser un poco molesto que la chica que te gusta, te diga que le gusta otro.
El rostro del moreno se colocó blanco, amarillo, verde, y finalmente, rojo. Un tomate estaría celoso—. ¿Tanto así se nota?
—Mucho.
— ¿Mucho, mucho?
—Mucho, mucho.
—Bueno, si. Me gustas demasiado, ¡que lo sepa el mundo! —Zayn gritó—. Si es que todavía no lo sabe. Creo que ahora me toca ir e hibernar por miles de años luz hasta que se te olvide todo esto.
—Páralo ahí, —Vera exclamó—. No te vayas. ¡A mi también me gustas mucho!
El arco iris volvió a pasar por el rostro de Zayn.
—Tengo una pregunta, —el muchacho se volvió a sentar en su lugar—. ¿Por qué saliste con Zachary, si te gusto?
—Es que, —ella se colocó su mano sana en su rostro—. Me da miedo. Todas mis amigas que se enamoran de sus amigos, al terminar, se separan y más nunca se hablan. Y no quiero que eso me pase contigo, por eso salí con Zach —respiró—. Pero a la vez me gustaría ser tu novia porque amo tu sonrisa. Puedes empezar a burlarte ahora mismo.
Zayn levantó su mano y acarició la mejilla de la chica que estaba a su lado, con un brazo un poco roto.
—Pienso que creo que estamos jóvenes para algo serio, —habló el muchacho—. ¿Por qué no mejor, dejamos que las cosas fluyan?
— ¿Y si te enamoras de alguien más? —le preguntó Vera.
— ¿Y si tú te enamoras de alguien más?
—Mejor dejemos que fluya, —ella soltó una carcajada.
—Creo que está es la escena en la que el chico le da el beso de amor a la chica.
Ahora el arco iris pasó por el rostro de ella.
Zayn se acercó y pegó sus labios en la frente de Vera—. Deja que fluya.
F I N.
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