Eran cerca de las siete de la noche, cuando Zayn subió a su cuarto de cenar.

Su padre le preguntó sobre el asunto Vera Theriot y se quedó callado. Terminó su cena y subió como alma que lleva el diablo hasta su cuarto.

Se lanzó a su cama, observando la pila de mensajes que la chica más bella del universo dejaba en su bandeja.

Escuchó ruidos cerca de su ventana, gracias al viento de la noche.

O al menos eso creía.

Toc, toc, toc.

Giró rápidamente su cabeza hacia la ventada y observó como la chica más bella del universo colgaba en una de las ramas que estaban frente a su ventada. Ella misma tocó la ventana con sus manos.

Zayn casi se cae de su cama al incorporarse. La altura no era mucha, pero la suficiente cómo producir una noche en el hospital. Salió corriendo y abrió la ventana.

— ¿¡Estas demente, mujer?!

—Te dije un día que si no podría entrar a tu casa, treparía hasta tu ventana, —habló con dificultad, viendo cómo le era difícil mantener el equilibro en la rama del árbol.

Zayn estiró su brazo lo más que pudo—. ¡Sujétate!

Vera lloriqueó—, ¡No puedo! —estiró más su brazo y casi lo logran. Hasta que una ventisca removió la rama y Vera cayó en el césped lateral de su casa.

— ¡Vera!