c u a r e n t e n a | día XXX.
A pesar de estar en el día veintinueve, su madre todavía no lo deja salir.
Y defiende su posición diciendo que puede ser que esté en etapa contagiosa y no quería que a nadie más le diera tan fea enfermedad. Oye, moriré encerrado en esta casa si no salgo pronto.
Por ello, las actividades padre-hijo-y-quizás-madre quedaron suspendida hasta diez días más que acababa su cuarentena.
Y quizás Vera Theriot también esté de suspensión en mi mente. Al menos por un ratito.
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