c u a r e n t e n a | día XXIV.
— ¿Por que te fuiste tan rápido ayer? —preguntó Zayn, en alusión a su rápida visita del día anterior.
Ella suspiró—. De eso quería hablarte, —dijo Vera, sentándose en la esquina de su cama—. ¿Recuerdas a Zachary? El de décimo año.
Zayn tragó saliva—. Si, ¿por qué?
—Es que... —se detuvo y rascó su cabeza—. Es que el me invitó a... Salir. Entonces quería saber que te parecía.
El Big Bang se quedó demasiado corto a la gigante explosión que hubo en su interior. Podría dudar en que le estuviese saliendo humo por las orejas.
— ¿Y por qué te importa tanto mi opinión? —preguntó Zayn, haciendo salir esa pregunta un poco bruscamente.
—Pensé que tú lo conocías mejor, —susurró.
—Creo que sabes muy bien que no me gusta tratar con los de décimo, —bueno, con casi ninguna persona en realidad.
—Entonces te vendría bien ser un poco más social, —Vera respondió con un tono un poco agrio.
Zayn solo se recostó y colocó su atención en el diccionario que estaba a su lado. Sus uñas estaban casi blancas por la presión del agarre del libro entre sus dedos.
Solo escuchó el portazo y se acurrucó más en su cama.
Maldigo a ese Zachary. No merece la letra zeta en su nombre.
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