Cap. 8
—¿Quiénes sois? — Dice la chica que observabamos hace rato.
Nos apunta con la flecha que lleva en la mano, por lo que nosotros retrocedemos un par de pasos algo asustados.
—Váis a contestar o qué. —Dice la chica ya en un tono amenazador.
—Solo buscamos ayuda para nuestra amiga. —Dice Milo refiriéndose a Miranda.—Buscamos una tribu que puedan saber cómo ayudarnos.
—A vale, entonces acompañarme. — Dice la chica cambiando totalmente de personalidad y volviéndose amable, como si pareciese que antes estaba actuando.
La chica nos lleva hacia la tribu, el camino es largo y silencioso, de vez en cuando nos lanzamos miradas silenciosas e inexpresivas.
—¿Cómo te llamas? —Dice Miranda cortando el silencio que se había generado.
—Lidia ,¿vosotros quienes sois? — nos dijo la chica mientras la seguíamos a saber dónde, pero algo en ella me transmitía confianza.
Todos nos miramos para ponernos de acuerdo, pero entonces la chica se dió la vuelta como si hubiera recordado algo.
—Ah una cosa.—hizo una pausa para mirarnos uno por uno —Solo puede venir conmigo ella.
Señaló a Miranda y todos nos quedamos perplejos. Un recuerdo pasó volando por mi cabeza, lo que había dicho la mujer en el tren sobre que Miranda era la hija de La Creadora. Y apesar de que estaba enfadada porque no nos lo había contado, no iba a dejarla sola.
—Si ellos no vienen, yo no voy. —le dejó claro Miranda a la chica.
—Tienes carácter mini Creadora. —le dijo Lidia a la peli blanca con una sonrisa pícara—Pero... — iba a interrumpirla para dejarle claro que no dejaríamos sola a nuestra amiga, pero se me adelantó— Deberán guardar silencio a menos que se les pregunte directamente, ¿entendido?
Me sorprendió que la chica no pusiera ninguna regla más, decidimos aceptar su condición y seguimos el camino.
Mientras ibamos andando decidí ordenar los sucesos y cosas importantes en mi cabeza.
Punto número uno: hay gente que busca a Miranda y eso nos incluye al resto del equipo, a si que es importante que permanezcamos alerta.
Punto número dos : debemos de descubrir cómo plantarle cara al rey, debemos de escuchar muy bien a esta tribu. Se que Garret confía en ellos pero aún así deberíamos tener cuidado.
Punto número tres y el más importante : debo de hablar con Miranda en privado sobre su madre y sus "poderes" o lo que sea que hizo en el tren.
—Bueno bienvenidos a nuestro hogar. —Lidia aparta unas lianas y entremos, tras las lianas se escondía un puente que al pasarlo se encontraba casas situadas en los árboles, había personas que volaban gracias a unos aéreos deslizadores. Para pasar a los establecimientos, casas u otros edificios encima de los árboles había que pasar por unos pequeños puentes que estaban conectados.— Iremos a ver a mi jefe. Pero necesitaremos un vehículo. —después de decir eso con un silbido llamó a una especie de tigre con alas enorme, todos nos quedamos con la boca abierta, desde luego nunca había visto nada parecido. Su pelaje era azul y verde y unos ojos miel bastante grandes. — Este es Damiano, es nuestro vehículo y mi mascota, a si que cuidado.
Después nos subimos en la criatura, me senté al lado de Milo, delante nuestra Miranda y Garret y delante de ellos se encontraba Lidia quién estaba sujetando unas cuerdas para llevarnos hasta el jefe con la ayuda de Damiano.
—Agarraros fuerte...
Salimos disparados hacía arriba y nos agarramos del suave pelaje de la criatura.
Desvío la mirada hacia Milo, su mirada estaba pérdida, por lo que veo, no soy la única que se da cuenta si no que Garret ha girado la cabeza para ver a Milo.
—Eh, ¿estás bien? — le dice Garret al chico — No tienes buena cara.
Milo salió de su especie de trance, primero me mira a mí, una mirada rápida e inexpresiva, después se vuelve hacia Garret.
—No sé, no me da buena vibra este lugar. — Garret le intenta convencer de que no se preocupe, pero lo primero que pienso yo es que tal vez lleve razón.
Y si nos quieren engañar y se quieren llevar a Miranda o trabajan con el rey. Mis dudas nublan mi visita a si que cierro los ojos por un momento, aunque no por mucho tiempo, pues llegamos a una especie de edificio hecho de madera.
Nos bajamos de Damiano y nos dirigimos a las puertas, unos hombres nos miran extraño pero aún así nos dejan pasar. Al entrar nos recibe un chico alto y de cabello castaño, al igual que el de Lidia.
—Mírala, pero si es mi patita preferida. — le dice el chico a Lidia, la cual ríe y le da un abrazo corto.
—Vuelve a decirme patita y te prometo que le digo a Damiano que serás su cena. — le responde la chica con una gran sonrisa.
Subimos unas escaleras bastante desgastadas y seguramente inestables, me acerco a Miranda y lo doy la mano en muestra de apoyo.
Al llegar, un hombre con barba blanca y un parche en ojo hecho con hojas, nos recibe.
—A si que tu deves de ser la hija de la Creadora. —dice señalando a Miranda, ella asiente un poco tímida pero sin parecer una débil. — Era una gran persona, siento mucho su pérdida. — Miranda asiente y le mira directamente a los ojos. —¿Por qué venís?
— Yo y mis amigos buscamos como pararle los pies al rey—revela con la voz firme — hemos escuchado hablar de vosotros y creemos que nos podéis ayudar.
Miramos al anciano con intriga y nuestras miradas refrán algo de esperanza.
De un momento a otro algo atraviesa la ventana de la habitación y se clava en la pared. Todos nos he chamos para atrás y el anciano coge una daga que tenia escondida.
Unos hombres entran por la ventana rota, llevan máscaras negras al igual que el resto de su vestuario. Uno de ellos se quita la máscara revelando su pelo negro y azul.
—Dadme a la chica o de lo contrario tendremos que hacerlo por las malas. — con eso sus hombres levantan sus armas y nos apuntan.
Llevaba mucho tiempo sin actualizar esta historia, pero la volvi a leer y tenía que seguirla.
Se que no me lee mucha gente pero espero que le guste a mis dos personitas 🫶.
Besossss.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro