El hombre suelta un puñetazo al aire dado que Milo lo esquiva. El hombre cae del tren.

Me giro a Milo para ver si está bien y veo como sigue asustado.

—Deberíamos ir abajo. —Dice Miranda que se incorpora de nuevo.

—¿Confiais en mí? —Digo agarrando a Miranda de mi mano derecha y de la otra a Milo, Garret se agarra al brazo de Milo.

Miranda me mira y una mirada decidida se dibuja en sus ojos.

—... siempre.

Saltamos del tren justo en un río, pero no nos damos cuenta de que ese río no es normal si no que son los rápidos.

La corriente nos arrastra y veo como Garret y Miranda están agarrados de una roca pero no parecen que vallan aguantar mucho. Milo se se agarra de una rama y se aferra a ella.

Yo intento agarrame a algo pero no puedo y me doy con una roca en la cabeza, me ahogo y toda mi vida me pasa por delante. Todo por lo que he luchado, mis nuevos amigos, mi familia. No puedo, me niego a que este sea mi final.

Al abrir los ojos veo la cara de Miranda y rápidamente me abraza. Noto sus lágrimas y sus sollozos en mi hombro y le acaricio la espalda para que se tranquilice.

Miro Milo al cual se le dibuja una sonrisa enorme en sus labios, todos incluyendome a mi estamos mojados a si que me apresuro a preguntar sobre lo que ha pasado, pues no recuerdo mucho.

—¿Qué ha pasado? —Digo mirando a todos, sus caras de felicidad cambian drásticamente cuando hago la pregunta.

—Hemos logrado sobrevivir a los rápidos. —Apresura a decir Garret animandose un poco—Pero ahora estamos perdidos en la parte del bosque que buscábamos. —Mira al suelo y se queda pensando.

Derrepente oigo algo en los arbustos moverse y le doy una palmadita en el hombro a Miranda que se encuentra a mi lado. Al darse cuenta de esto mira a los chicos y eso es la señal de que algo pasa. Todos miramos atentamente a los arbustos, enfoco bien la mirada y puedo ver un mechón de pelo y no de cualquier color, es marrón. Ahora hay dos opciones, que sea una persona de la tribu o que sea alguien como Miranda. En cualquiera de los casos vendría bien su ayuda.

Vemos que de los arbustos sale una chica de piel clara con ojos marrones, un pelo muy largo amarrado en dos coletas altas, pero este tiene algo particular y eso es su color, es castaño y lleva una camiseta amarilla con un peto azul bastante ancho. La chica lleva una flecha en sus manos y nos señala con esta.

Lidia hace siete años:

Hoy es cuando a mi hermano mayor Hank le darán su charla y está un poco nervioso pero eso no es excusa para ver la emoción que siente por ver al Rey en su máximo esplendor.

Mi madre le da un beso en la frente y le anima, se hacerca a mi y me da un abrazo tan grande como su corazón.

—Pórtate bien, ¿si? — Me dice sonriendome.

—Lo intentaré, pero no premeto nada. —Le digo con una cara graciosa.

Tengo tres hermanos, el mayor se llama Álex, luego va Hank, luego Lidia osea yo y Paul. Somos muchos y no nos podemos permitir mucho es por eso que mi madre suele ir encontra de los guardias, pues no son muy amables cuando te atrasas en pagar la renta. Siempre hemos ido un poco encontra del rey y ese tipo de cosas, pero a Hank le encanta saber sobre la corona al contrario de mi, que la odio.

No había pasado ni una hora desde que Hank se había ido, no sé lo que me pasaba tenía un presentimiento muy malo.

Derrepente escuché un ruido que provenía de fuera, me asomo por la ventana para ver de qué se trata.

Veo que mucha gente, no en grandes cantidades pero si bastante, va directa a la plaza. Seguramente fueran de la revolución, una gran sonrisa se dibuja en mi cara y voy corriendo hacia mamá para avisarle.

En un abrir y cerrar de ojos nos encontramos junto a la gente de la revoluvión.

Desde lo lejos veo como los guardias se acercan más amenazantes como de costumbre.

Miro a mi madre para ver si lo ha percibido, pero los guardias empiezan a disparar. No veo a mi madre pero mis dos hermanos me cogen para alejarme de ahí, escucho gritos y veo sangre.

—¡Mamá, mamá! —Grito desesperada buscando a mi madre.

Y allí la veo tirada en el suelo desangrándose junto a mi hermano Hank, pero su mirada mostraba terror. Miro hacia su mano y sostiene un cuchillo.

No puedo creerlo el mundo se me echa encima. Álex me arrastra hacía el bosque, corremos todo lo que podemos y nos encontramos una tribu.

Nos cambian el pelo para que no sepan que raza somos, nos acogen como su familia y ese es nuestro nuevo hogar.

La traición de Hank es demasiado para mí a si que borré ese recuerdo y a esa persona.

Actualidad:

—¿Quienes sois?...

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Espero que os guste este capítulo, la verdad es que no tenía la inspiración para hacerlo y me ha costado muchísimo.

Especiales gracias a NereaParis15 y GemaEsmeri por apoyarme y ayudarme en lo que necesite gracias 💜.