CAPITULO FINAL
Alaya
A pesar de que tengo las manos sueltas, me está costando respirar lo que sugiere que tengo las costillas rotas, sin mencionar que la cabeza me palpita y la nariz me sangra —¿Qué mierda vas a hacer? —pregunto viendo como mantienen a Omer y Deniz contra el suelo mientras colocan a Amelia delante de ellos.
—Te mostrare que esa lealtad y vinculo que tanto tu y mi hermana construyeron —presiona el cañón en mi sien —es muy fácil de romper —Amelia se agita intentando soltarse, mas es inútil ya que la tienen bien sujeta y al igual que todos, esta lastimada.
El motor de un auto se detiene a una distancia de nosotros y de este sale Emir Baruk, vestido todo de negro, muy elegante y con un puro en la mano, "las ratas se juntaron". Dos hombres lo respaldan hasta que llega a dónde están sus hijos —¿creyeron que habían ganado? —bufa y hace caer la ceniza de su puro. Con una seña hace levantar a Omer, quien de igual forma se sacude que logra zafarse de quien lo sostenía, pero su padre lo encañona deteniendo sus movimientos —quieto, Omer.
—Eres realmente un hipócrita, padre —la última palabra la pronuncia con asco —siempre quejándote de nosotros por no cumplir las leyes, cuando tu fuiste el primero en quebrarlas —escupe al suelo —trabajando con quien según tú —mira en mi dirección —eran nuestros enemigos.
—Hay una diferencia entre mis acciones y las tuyas, hijo —lo golpea en la boca del estómago haciendo que caiga de rodillas. Mi cuerpo reacciona, pero Danilo me sujeta de la nuca deteniéndome —tu buscaste una alianza para cambiar el orden de poder, mientras que yo —voltea a mirarme —yo lo hice para destruir lo que hace mucho me estorbaba —vuelve a ver hacia Omer, lo toma del saco levantándolo a lo que cae la libreta roja, "no, eso no". Deniz logra zafarse del agarre en su contra, mas un disparo se hace presente apenas se levanta —la advertencia va para ti también, Deniz —mi respiración se agita y veo como Emir agarra la libreta y sus facciones se endurecen que el verde de sus ojos apenas es perceptible —¡maldito imbécil! —abofetea a Omer con el dorso de su mano —¡como pudiste renunciar a tu apellido para tomar el de ese asqueroso ladrón!
Omer vuelve a verlo con la ira plasmada en sus ojos —ese apellido me llena más de orgullo que el tuyo —Emir lo vuelve a abofetear que esta vez termina en el suelo.
—¡Ya basta! —grito llamando su atención y este viene en mi dirección. Apenas puede alcanzarme me toma de las mejillas alejándome del agarre de Danilo.
—Siempre los Petrova robándome mis cosas —gruñe.
—Omer no es de tu propiedad —digo como puedo —y Ayse tampoco lo era —su ira empeora que vuelve a sonar un disparo y esta vez el dolor se esparce por toda mi pierna. Me deja caer mas no aparto la mirada de él.
—Nunca dejare que una unión como esa viva —se da la vuelta y Danilo me toma del brazo levantándome y esta vez el cañón lo tengo en el costado. Emir se acerca hacia Amelia, quien no ha dejado de intentar zafarse, veo como le acaricia el contorno del rostro con el arma haciendo que Amelia se quede quieta, susurra algo en su oído y el poco color que había en el rostro de Amelia desaparece.
—Es hora de la función —dice Danilo provocándome el mayor de los miedos.
Amelia
"No puede estar hablando en serio". El padre de Deniz se para a mi lado, imponiendo toda su presencia a la vez que siento que todo mi cuerpo se vuelve pesado —bien mi querida Amelia, que vas a elegir, ¿el amor o la lealtad?
—Son tus hijos...—susurro con las lágrimas pinchando mis ojos.
—Error —dice —uno de ellos acaba de dejar de ser mi hijo al preferir a la puta rusa —saca el cargador y comienza a sacar todas las balas dejando solo una —pero claro que, dependiendo de tu decisión, eso puede corregirse —vuelve a cargar el arma y me mira —y bien ¿Qué será? —yo niego con la cabeza, "que se joda, no voy a elegir" —olvide decirte lo que pasará si te niegas —ve hacia atrás y un hombre con un parche en el ojo aparece y camina directamente hacia Alaya.
El hombre apenas está cerca golpea en el estómago a Alaya con un bate que la hace escupir sangre. El siguiente golpe va hacia su rostro —¡DEJALA CARAJO! — grita Omer alterado mas lo sujetan del cuello para retenerlo al igual que a Deniz —¡TE VOY A MATAR HIJO DE PUTA!
—¡BASTA! —grito y el hombre deja de golpear a Alaya, Emir se coloca delante mío y levanta mi mentón con la punta del arma.
—¿Qué será, mi hermosa Amelia? —pregunta con la satisfacción bañando sus rasgos. Todo el cuerpo me hierve de rabia y dolor. Sino elijo, mataran a Alaya a golpes, pero si elijo...
—Juro que te hare pagar todo esto...Emir Baruk —digo y el solo sonríe ampliamente, trago grueso y respondo las palabras que me arrepentiré toda la vida —amor.
—Buena elección —dice y se da la vuelta disparando en el pecho a Omer. Veo como la bala va dañándolo, quitándole la vida. Alaya y Deniz gritan y yo solo siento mis piernas débiles y el corazón destrozado, "lo siento...lo siento Omer...lo siento". Las lágrimas corren por mis mejillas a mares —llévenselas —el hombre me carga, pero yo me resisto e intento ir hacia donde esta Omer, "lo puedo salvar, aún tengo tiempo".
Un enorme estruendo nos envuelve y el hombre que me tenía agarrada cae con una bala en la cabeza, al ver alrededor hombres con el rostro cubierto empiezan a llenar la escena —¡Amelia! — gritan mi nombre y liberan mis manos, el rostro de Joseph aparece en mi delante —¿estas bien? ¿tienes alguna herida? —no respondo, al ver detrás de él veo como se llevan a Deniz y siento como algo dentro mío se rompe. Mi cuerpo se mueve en automático que no sé cómo robo el arma de Joseph y lo aparto, "no lo voy a dejar escapar".
Unos hombres se vienen en mi delante y reacciono. Disparo, golpeo y rompo el cuello de otro, "no voy a permitir que se escape". Agarro una ametralladora del suelo al acabarse las balas del arma en mi mano y ubico el auto del hijo de puta responsable de esto —¡AMELIA! —apenas llego a darme la vuelta cuando me dan una patada en el rostro. Sin llegar a recuperarme del todo, le barro los pies a modo de hacerlo caer y ganar segundos de ventaja y levantarme.
Ambos nos ponemos de pie y este saca una daga —vamos nena, muéstrame lo que puedes hacer— agita la daga de un lado a otro, yo esquivo hasta que encuentro la abertura y se la clavo en la garganta.
—Esto es solo la punta de lo que puedo hacer, nene —se la saco y le corto el cuello que se vuelve en una fuente de sangre que cae en su propio charco de sangre. Veo el auto demasiado adelante que ya me es imposible seguirle, "necesito un auto, con eso podre...", mi línea de pensamiento se corta cuando me tapan la nariz y boca con un trapo.
—Hora de dormir, preciosa —no sé quién me agarra, solo que mi cuerpo se va apagando con la vista del auto de Emir Baruk alejándose cada vez más.
Alaya
Se que todo a mi maldito alrededor es un caos, Danilo me ha soltado en cuanto recibió el roce de una bala. Sin importarme quien haya entrado en la escena cojeo hasta llegar al cuerpo de Omer. Tiene la boca llena de sangre, "el hijo de puta supo donde disparar" —Omer...resiste, por favor, tienes que resistir —suplico mientras las lágrimas corren por mis mejillas. Como puedo lo alzo —hay cosas que hacer y...—sollozo —los demonios nos están esperando. Prometimos volver —veo como la vida se le está yendo —¡carajo Omer, no me puede dejar! —grito desesperada.
Como puede coloca su mano en mi mejilla que yo la agarro evitando que caiga —tienes que salir de aquí...Vahşi —niego, pero el insiste —sabes que yo...no podre...
—¡Cállate! —lo interrumpo —no me casé contigo para verte morir Omer Baruk —este sonríe como puede.
—Petrova —me corrige —soy un Petrova, recuerda.
—Entonces resiste —apoyo mi frente con la de el —no me dejes tú también —suplico.
—Aşkım —"no puedo perderlo, no podre resistir su perdida también".
—Omer —Joseph se agacha al frente mío que cuando intenta tocarlo lo aparto.
—Ni te atrevas —gruño. Joseph me mira dolido que baja la cabeza con las manos echas puño.
—Se que me odias y yo también —levanta la cabeza —pero créeme, no fue fácil para mí tampoco —mi pecho tiembla a la vez que siento al hombre que amo ponerse cada vez más frio —lo siento tanto hermano —vuelve a bajar la cabeza hasta que toca el suelo.
—Cuídalas —susurra Omer y este lo ve —te perdonaré si cuidas de ellas.
—¿Qué estás diciendo? —susurro viéndolo y cuando me vuelve a ver yo niego —no me pienso mover de aquí, ¿entiendes?, ¡no lo voy a hacer!
—Lo harás —su mano tiembla hasta que la coloca en mi vientre —aún hay un ser aquí que te necesita —mi garganta se cierra ya que así lo esté ignorando, después del golpe que me dio la rata de David, se que el dolor que hay en mi vientre bajo no es solo por el golpe —y los demonios también —vuelve a ver hacia Joseph —saca a Amelia y Alaya de aquí, Parca —ordena —solo así tendrás mi perdón —Joseph asiente y se pone de pie.
—Iré por Amelia —siento que mi respiración es cada vez peor que vuelvo a ver a Omer.
—No voy a dejarte —como puede sonríe y ya apenas hay color en su rostro.
—Se que serás una hermosa madre y una excelente líder —dice apenas audible que las lágrimas vuelven a caer aún mas densas que antes —mi hermosa y fuerte Vahşi —apenas llega a decirlo cuando la vida se va de sus ojos y yo me derrumbo, la garganta me pica, mis gritos se unen al sonido de las balas y golpes de alrededor "¿Por qué? ¿Por qué cada persona que amo me la quitan? ¿Por qué me dejan siempre?". Al ver hacia el frente veo al perro de David Pierelli llevándose a Amelia, "voy a matarte".
Con pesar dejo el cuerpo de Omer en el suelo y cierro sus ojos, "solo espérame un poco, ya pronto iré también contigo...mi sultán". Como puedo me pongo de pie, la pierna no me ha dejado de sangrar y mas los golpes que recibí solo ayudó a empeorar mi estado, "no me importa, si llego a llevarme a uno de ellos conmigo habrá valido la pena".
Joseph está siendo interceptado por varios que le impiden avanzar. Rajo mi camiseta y uso la tela para amarrar mi pierna cosa que me permita moverla. Alrededor veo un rifle que reviso y está cargado, sin demora apunto y le doy en la pierna que tengo igual un disparo. David se tambalea que deja caer a Amelia —¡AHORA JOSEPH! —el hijo de puta se da cuenta quien le disparó que vuelvo a disparar, pero este esquiva. Joseph llega corriendo hacia ella y la toma en brazos mientras evito que alguien lo detenga, pero un dolor me llega en el hombro y veo hacia atrás al otro perro —¿también quieres una bala mía, Bernardi? —sonrío y este vuelve a levantar el arma.
—Ya ríndete, Zarina —me apunta —si los defiendes, te mato, si te rindes, todos viven.
—¿Vivir? —bufo —dudo mucho que tú me dejes vivir. Solo quieres que siga respirando para saber el paradero del hijo de Elena —la mandíbula se le marca dándome la razón —pero jamás pasará, porque recuerda esto bien Danilo —levanto el arma hacia su amigo que se arrastra como gusano —así me elimines y te unas con quien sea —vuelvo a verlo —jamás poseerás nada de Elena —este frunce su ceño —ni sus drogas, ni su hijo —sonrío satisfactoriamente cuando avanza los pasos que deseo —ni siquiera su lugar como dueña de Italia —apunto al suelo y este ve una pequeña granada que deje rodar cuando tome el rifle para crear una distracción, al levantar la vista hago girar el seguro —disfruta de lo único que obtendrás —la explosión me manda al suelo que sin importarme que la onda expansiva me queme la espalda disparo al perro de David Pierelli llegando a darle en el hombro, "bala por bala, rata asquerosa".
Al ver hacia atrás veo como Danilo gira desesperado para apagar las llamas de un costado de su cuerpo —Alaya —Joseph me hace mirarlo. Su rostro lo lleva manchado de sangre y raspaduras, aún sin herida grave, los golpes que ha recibido de seguro le pasaran factura cuando baje la adrenalina —hay que irnos —yo niego sonriendo.
—Yo llego hasta aquí —este me escanea y llega a ver con claridad mis heridas.
—Puedo llevarte, aun puedo...
—Joseph —lo corto —vete —digo y veo como se tensa por mi orden —es mejor cumplir una orden a medias que no cumplirla, ¿no lo crees?
—Alaya —puedo escuchar su suplica, mas solo retiro su mano de mi hombro —por favor...—veo como Amelia cuelga de su hombro inconsciente, "ellos aún pueden vivir y hacer lo que nosotros no".
—Escóndanse y cuando sea el momento —coloco la palma en su mejilla —háganlos pagar —este asiente con el rostro lleno de desesperación—vete...Parca —retrocede con lentitud hasta que toma carrera hasta un auto y lo veo marcharse. Con su partida, puedo sentir como varios hacen lo mismo, pero yo solo cojeo hasta llegar hasta Omer. Mis piernas se debilitan y caigo de rodillas a su lado —lo siento, pero ya no me dan las energías para seguir —toco mi vientre —lo siento pequeño...mamá no pudo protegerte —veo hacia el cielo que se está volviendo oscuro, anunciando una tormenta —lo siento demonios...pero tendrán que asistir a un último funeral —sin más mi cuerpo se apaga y me sumerjo en el silencio.
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