CAPITULO 35
Alaya
—Este es el plan de seguridad que seguirán hasta mi regreso —le explico al sub jefe de los guardias —no quiero un error como lo que pasó la anterior vez.
—No mi señora —el hombre baja la cabeza y revisa la carpeta que le di.
—Ten esto —le paso un pequeño cuadrado negro. Él lo recibe confundido —si una luz roja aparece, significa que se pondrán en alerta máxima —entiende a que me refiero y asiente lentamente —bien. Una cosa más —apoyo mi mano en su hombro —esto es más una petición y tienes libertad a negarte.
—No creo que me atreva a negarme a ninguna petición de usted —sonrío.
—Tranquilo, no es algo malo —digo —sé que tienes un hijo unos años mayor que los demonios —el asiente —quisiera que lo trajeras a la mansión —aunque intenta ocultar su sorpresa igual la puedo ver —mis sobrinos necesitan a alguien de confianza a su alrededor y me gustaría que fuera tu hijo, claro si aceptas —ni siquiera pestañea cuando coloca su puño en el pecho y se coloca en una rodilla.
—Para nosotros los Todorov, es un honor, mi señora —toco su hombro y el me ve por lo que le indico que se levante.
—Se que eres de confianza Vasily Todorov y así como mi hermano te confió mi vida yo te confío la de mi padre y a tu hijo la de mis sobrinos —aun pasándome de altura y teniendo una edad que ronda ya los 40, Vasily es un hombre que por su simple apariencia influye temor; cabello y ojos tan negros como la noche y una anchura que estoy segura se le dificulta encontrar ropa. Es el hombre más antiguo entre los guardias, aprendiendo desde la era en que mi padre era jefe, llegando hasta mi mandato.
—No la defraudaré mi señora —la puerta se abre y Omer sale con los demonios alzados y aferrados a su cuello. Veo como ambos están haciendo pucheros y enojados.
—¿Qué pasa? ¿Por qué están agarrados como garrapatas a su tío?
—No queemos que se vayan —dice Dominik decaído.
—Si, queremos que se queden, por favor tía —ambos me miran como cachorritos. Omer se encoge de hombros y besa sus coronillas. Soltando un suspiro tomo a Dominik quien no hace queja y me sigue viendo igual, con su labio inferior sobresalido.
—Dime que realmente pasa —susurro y noto como sus hombritos empiezan a temblar hasta que se lanza contra mi cuello, ocultando su carita.
—Tenemos miedo de que no vuelvan —su voz es apenas un susurro que mi corazón se apachurra y veo hacia Izaac quien, aunque intenta hacerse el fuerte, varias lagrimitas se le escapan. Acuno a Dominik y acaricio su cabecita a modo de calmarlo.
—Nosotros vamos a volver —se aferra más a mi —no voy a dejarlos —lo aparto un poco y seco sus lágrimas —es más, iba a buscarlos porque les tengo un encargo hasta mi regreso —ambos me ven con atención a lo que yo me saco el anillo que me dio Anoushka y se lo enseño —este anillo me lo dio su madre como regalo —ambos se quedan asombrados mirando el rubí cuadrado del anillo —y como no quiero perderlo, quiero que me lo cuiden hasta mi regreso, ¿pueden hacerlo? —Dominik lo toma con sus pequeñas manitas y lo aferra a su pecho asintiendo con una sonrisa. Veo a Izaac y asiente de igual manera.
—Unos verdaderos hombres de la Bratva —dice Omer haciéndolos sentir más orgullosos y distrayéndolos de su miedo, "miedo que le cobraré al maldito Emir".
—¿No deberían ya estar de camino al aeropuerto? —la voz de mi padre llama nuestra atención, sale acompañado de mis perros.
—Les estaba dando su orden, ¿no es así?
—¡Si! —asienten ambos felices y con Omer los bajamos. Mi padre se acerca a mi lado, "al pasar más el tiempo, las arrugas cada vez se hacen más presentes". Su palma cubre el costado de mi rostro y yo me apoyo en ella empapándome de su calor.
—Cuídense. No traten de ganar una guerra a la primera batalla—aconseja —huir no siempre es de cobardes.
—No perderé —le digo —además, puede que a mi regreso traiga una buena noticia —el frunce el ceño y yo solo le guiño el ojo.
—Siempre jugando —suelta resignado y yo solo me encojo de hombros sonriendo. Tora y Nero lloran que me agacho y los acaricio a ambos.
—Cuiden todo hasta mi regreso —beso su cabeza de ambos lo que provoca que se apeguen a mí.
—Es hora —dice Omer, me levanto y el extiende la mano a mi padre —nos vemos, suegro —este le recibe el apretón y noto como ya no hay tensión entre ellos lo que me deja aliviada. Sin prisas bajamos las escaleras y veo por última vez a mi padre y sobrinos, "no", veo a mi abuelo y mis hermanos, sabiendo que los cambios que haré, es por un mejor futuro para ellos y el nuevo integrante que está creciendo dentro mío.
Narrador X
El avión aterriza y Alaya ve por la ventana los distintos autos y personas esperando en la pista —al parecer tenemos comitiva de bienvenida.
—Deniz no pudo impedir que los jefes de familia quisieran verme —dice Omer —después de todo estuve 2 meses afuera siendo cuidado por mi novia en algún lugar secreto.
—Esposa —corrige Alaya y él sonríe ampliamente —¿A quién le atribuyeron la culpa?
—Grupos pequeños de aquí —explica —no fue extraño para nadie que atacaran —Omer se acomoda su saco negro —según el informe de Deniz, cada jefe de familia movilizo a sus hombres por toda la ciudad, dando un mensaje de lo que pasa cuando se meten con nosotros.
—¿Y tu padre? —pregunta Alaya.
—Deniz no lo ha visto desde el entierro de mi madre —se pone de pie y le extiende su mano —es hora de presentarnos ante todos, señora Petrova —Alaya sonríe y aunque está disfrazada como Ayse, sabe que no falta mucho para que se presente ante la maffiya en su verdadera piel.
La escotilla se abre y a los primeros que ven es a Deniz junto con Amelia. La pareja sonríe al verlos y ambos hermanos se abrazan apenas están cerca —me alegra mucho ver que estas bien, hermano.
—No iba a caer cuando estamos cerca de conseguir lo que queremos —Deniz se aparta y saluda a Alaya mientras que Amelia saluda a Omer —gracias por vengarme —Amelia se pone un poco tensa cuando se separan —descuida, entiendo porque lo hiciste.
—Se que no debimos hacerlo de esa forma, pero...
—Amelia —la corta —cuando se cobra el dolor causado, jamás encontraras una forma en la que no lastimes a inocentes —ella asiente a lo que Omer vuelve a jalarla para abrazarla —ahora saca esa tensión que hoy es un día de festejo.
—¿Festejo? —pregunta ella confundida.
—Se lo explicaré cuando lleguemos a la casa —ella asiente para luego apartarse y dejar que los jefes de familia saluden a su líder.
Amelia y Alaya igual se abrazan, contentas de verse nuevamente —supe lo de la Ninfa —comenta Amelia —lo siento mucho.
—Fue un golpe duro perderla y más sabiendo que no pudo disfrutar del ser madre como ella quería.
—Por lo que pude enterarme en los barrios bajos, Bernardi aun lo busca con intensidad —dice Deniz apoyando el brazo en los hombros de su mujer.
—Lo sé —dice Alaya —pero de mi cuenta corre que jamás pueda encontrar al hijo de Elena y Federico.
—Con mi hermano hemos tratado de seguirle la pista, pero cada que intentamos acercarnos la perdemos —explica Amelia —creemos que tiene un hacker con él.
—¿Crees eso? —cuestiona Alaya a lo que Amelia asiente.
—Es la única explicación para que pueda esconder bien sus pasos.
—Aunque Joseph pudo conseguir su pista, fue solo unos segundos que pudo estar dentro sin ser detectado —acota Deniz.
—¿Y en donde esta? Es raro que no esté aquí con ustedes y toda la comitiva —pregunta Alaya viendo alrededor.
—No pude contactarlo, lo que sugiere que debe estar patrullando las distintas zonas de Berlín —dice Deniz —es algo que hace normalmente para ver en qué estado están y si hay algún problema —Alaya asiente y Omer vuelve hacia ella.
—¿Todo bien? —pregunta.
—Si, Deniz me explicaba del porqué de la ausencia de Joseph —Omer mira hacia su hermano.
—No entran llamadas a su teléfono, por lo que debe estar patrullando —Omer se queda callado ya que algo dentro de él lo incomoda con la explicación de su hermano —de seguro mañana o en dos días vera los mensajes y llamadas y se comunicará, no te preocupes.
—Tienes razón —Omer deja un beso en la coronilla de Alaya y los cuatro se encaminan hacia la camioneta para partir hacia la mansión Baruk.
Alaya
Noto a Omer inquieto desde que Deniz menciono a Joseph. No ha dejado de hacer girar su teléfono en las manos mientras ve por la ventana —no es que quiera adelantarme a alguna de sus sorpresas, pero necesito saberlo — dice Deniz y todos los miramos —¿se casaron?
—Deniz —le reclama Amelia.
—¿Qué? Se que te diste cuenta también de los anillos combinados en sus dedos anulares —Amelia blanquea los ojos y con Omer nos reímos.
—Si hermano —responde Omer —Alaya y yo nos casamos ayer —yo levanto mi mano izquierda mostrando los anillos.
—Eso quiere decir que tengo una hermana —sonríe juguetonamente.
—En realidad, acabas de perder a tu hermano —le digo y el frunce el ceño —Omer adoptó mi apellido —tanto Amelia como Deniz abren los ojos que, aunque Deniz esta al volante gira su rostro hacia mí y después hacia su hermano a lo que Omer solo asiente y saca de su saco una libreta roja.
Cuando Omer preparó nuestra boda, no sé cómo lo hizo, pero encontró un cura de su religión que nos casara según su tradición y esa libreta roja es como un registro escrito de nuestra unión aquí en Turquía —por alá Omer, sabes que esto no será algo que tomen con calma los demás —dice Deniz intercalando la vista entre su hermano y la carretera— esos viejos si bien están cambiando su mentalidad en los negocios, aún siguen siendo muy arcaicos con el tema de apellidos.
—Ese es su problema Deniz —vuelve a guardar la libreta —no el mío. Alaya es mi mujer y mi esposa, no me importa si ella lleva mi apellido o yo el suyo —dice —¿o acaso tú no te casarías con Amelia si debes tomar su apellido?
—Sabes que lo haría, al igual que tu...
—¡DENIZ CUIDADO! —el grito de Amelia nos hace ver al frente justo a tiempo para evitar chocar con la persona que hay en medio de la carretera. El auto gira de forma brusca que termina dando varias vueltas que acabamos fuera del camino.
La cabeza me palpita, mi vista es borrosa y mis oídos pitan. No percibo bien que pasa ni cuando me sacan bruscamente del auto, arrastrándome hasta estar a una distancia prudente del auto. De a poco mis sentidos se reactivan y el cuerpo me grita de dolor —la hija de puta lleva una peluca —"mierda, esto es malo". Siento como la retiran y mi verdadero cabello cae —como lo suponía jefe —"¿jefe?", como puedo me coloco de rodillas y veo al hijo de puta que no ha dejado de ser una maldita peste en mi camino.
—¿Por qué no me sorprende verte, Bernardi? —pregunto con asco a lo que él solo coloca las manos en sus bolsillos viéndome desde arriba.
—Debería decir lo mismo, pero la verdad es que tu si me sorprendiste —se coloca a mi altura —mira que aliarte con los enemigos jurados de tu familia —mira hacia atrás y me doy cuenta que tienen a Omer y Deniz contra el suelo y le están atando las manos —sí que mia sorella y tu supieron como iniciar una revolución —que mencione a Elena me prende las alarmas.
—¿Qué tiene que ver Elena con todo esto? —este sonríe para después darme una cachetada que me vuelve a tirar al suelo.
—Perra imbécil —me agarra del cabello jalándome hasta que su asquerosa cara está a centímetros de la mía —se todo sobre su pequeña alianza —respiro con dificultad mas no le retiro la mirada —su querido amigo Joseph me lo confesó todo —el alma se me cae a los pies.
—Estas mintiendo —gime Omer desviando la atención de Danilo —Joseph jamás me traicionaría —noto la sonrisa del hijo de puta.
—Pues lo hizo —se levanta jalándome con el —creo que influyó mucho que apuntara a su mujer con un arma y a su hijo —me pone en su delante y no tardo en sentir el cañón en mi sien —creo que puedo recrear como fue, claro que este tendrá un final distinto —no entiendo sus palabras hasta que Amelia aparece en la escena, atada de manos, con parte de su rostro cubierto de sangre —tú y yo seremos espectadores mi querida Zarina —susurra en mi oído —espectadores de una obra en donde habrá; un muerto, un traidor y un esclavo.
Mañana publico el CAPITULO FINAL junto a su EPILOGO. Así que esperenlo con ganas que esta historia aun tiene mucho para contar.
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