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CAPITULO 31

Emir

—¡HIJOS DE PUTAS TODOS! —estrello el vaso contra la pared importándome poco que el licor la manche —cada uno se arrepentirá de haberme dado la espalda —la puerta se abre y mi hijo menor entra con la mirada indiferente viendo el desastre que he causado —¿Qué quieres?

—Ya iniciara el funeral de mi madre, si aún tienes algo de vergüenza preséntate —sus palabras empeoran mi humor.

—No te confíes, Deniz —me acerco a el —que tu hermano te haya dado el mando no significa nada.

—Te equivocas —sus ojos igual de verdes y fríos que los míos me retan —que Omer me haya designado el poder a mi muestra que jamás confió en ti y que en el momento que se lo cediste, perdiste —lo agarro de las mejillas, pero él se zafa encuellandome en respuesta —te advierto algo, padre —agarro su muñeca mas no flaquea en su agarre— si bien llevo tu sangre, no quiere decir que no me atreva a matarte —me suelta de un empujón haciendo que caiga en una de las sillas —si sigues respirando es porque Omer así lo quiere, pero no tientes a tu suerte —se retira cerrando de un portazo dejándome como un idiota, "mi propio hijo amenazando mi cabeza".

Respiro profundo y suelto. Si tengo la cabeza caliente no podre pensar como debo, "al menos el maldito de Giulio ha muerto". De recordar la imagen de su estado deplorable me llena de gozo, "mala suerte que se perdiera el ingenio de esa mujer". La hija de Giulio era un bien bastante valioso que creí poder sacar más beneficio cuando el bastardo de los Bernardi la tuviera bajo su control, pero la perra supo cómo joderlo cuando destruyó toda la casa junto con ella dentro.

Me levanto enderezando mi traje y mentalizándome de mostrar dolor por la muerte de Gulsa, "fuiste útil hasta el final". Sabía que me sería un perro fiel al momento de elegirla, si bien no era igual de hermosa como Ayse, era fértil y de buen apellido, aparte que su amor por mí la hacia el peón perfecto, "en estos momentos su presencia me habría ayudado para...", mi teléfono interrumpe mi línea de pensamiento y no reconozco el número que muestra la pantalla.

—¿Quién es? —pregunto al descolgar.

—Bueno oírte bien, Emir Baruk.

—David —respondo —¿Qué quieres? —este se ríe.

—No creo que esa sea la forma de hablar con un socio —bufo.

—Que recuerde nunca fuimos socios —digo —ambos conseguimos lo que queríamos del otro, nada más.

—¿Y qué dirías si te digo que tengo una forma de que vuelvas a tener el control de tu maffiya? Claro que tendrá que bastarte con ser el que maneja los hilos desde bambalinas y ya no desde la cima —frunzo el ceño.

—¿Qué quieres decir? —él se ríe.

—Te daré lo que necesitas para someter por completo a tus hijos, a cambio, la famiglia y la maffiya se convierten en socios permanentes.

—Ya no existe la famiglia —digo—te recuerdo que su ataque dejó en el limbo todo mando en Italia.

—Aún existe si un miembro de la sangre líder sigue con vida.

—¿Y crees que aceptaran al bastardo de Danilo como líder?

—Lo harán —responde confiado —tú no te preocupes por eso, ¿Qué dices? Después de todo, las rutas de Italia siempre te favorecieron a la hora de transportar las pieles —me acerco hacia la ventana viendo como varios miembros de la maffiya están reunidos para el funeral de mi mujer, en esas visualizo a mi hijo con la perra Topal juntos y la sangre me hierve.

—¿Qué propones Pierelli?

Alaya

Las semanas pasan en donde con Omer buscamos de sin parar a los responsables de la muerte de los Bernardi. Todo el ataque también afectó al mando criminal dentro de Italia, sin tener una cabeza, varios grupos pequeños que antes no hacían movimientos o al menos no perceptibles, ahora lo hacen, adueñándose de las calles, creyéndose dueños y señores.

El numerale me ha mandado un informe de su estado en España y del crecimiento de mi hermosa sobrina, "cada día que crece su parecido a Elena se muestra". Omer por otro lado se ha dado tiempo de convivir más con los guardias enseñándoles sus métodos de ataque y el cómo pueden responder, cosa que ha ayudado a que lo acepten mejor, "hasta Nero y Tora lo obedecen y cuidan tanto como a mí". Ahora mismo veo como está mostrando como maneja la espada y las zonas en donde apuntan al momento de atacar.

—¿No debería estar descansando? —pregunta mi padre parándose al lado mío.

—No le gusta solo estar en una oficina, según él no quiere oxidarse al momento de volver a Turquía —le explico viendo como a mis hombres les cuesta un poco el manejo de la espada ya que normalmente nuestro método de pelea es más brusco.

—Te llegó esto —me extiende un sobre y lo abro viendo que son unas fotos —ellos son...

—Los encontraron —sonrío y veo el reverso encontrando una dirección —ahí fueron a esconderse —me giro para encaminarme a la mansión, "eres un genio Joseph". Al entrar me dirijo al cuarto de la planta baja donde creo mis armas y tomo un bolso comenzando a llenarlo de municiones.

—Alaya —miro hacia mi padre —deja que te acompañe.

—Te necesito con los demonios —le digo sin mirarlo.

—No me refiero a mi —me detengo y lo miro —deja que Omer vaya —me sorprende que lo haya propuesto. Aunque sabía que Omer me seguiría, que mi abuelo lo proponga me hace sonreír que corro hacia el a abrazarlo —me va a costar asimilarlo.

—Lo sé —me alejo para verlo —gracias —mira hacia atrás y veo a Omer sudoroso viéndonos —los han encontrado —el asiente.

—Iré a cambiarme.

—Omer —lo llama mi abuelo deteniéndolo, él lo mira —cuídala —este se golpea dos veces el pecho y besa su puño antes de volver a girarse e ir hacia mi cuarto.

—Todo saldrá bien —le digo.

—Estaré atento.

—Bien —deja un beso en mi frente y se retira dejándome armar todo lo que necesito para ir de cacería, "aún no los mataré, pero les cobraré parte de mi dolor".

Nos lleva alrededor de 10 horas llegar hasta la región de Apulia – Italia, que es donde Joseph ha encontrado el rastro de David. En la foto apenas se ve su rostro, pero por los tatuajes en sus manos los reconocería donde sea.

Aprovechamos la zona boscosa que hay al encontrar el escondite para camuflarnos —por eso fue difícil localizarlo la primera vez —susurro al ver la cabaña de dos pisos negra en medio de la nada.

—Hay que darle crédito al imbécil, sabe cómo esconderse —dice Omer cargando su arma. Hay algunas luces encendidas y hombres a la redonda vigilando —fue bueno haber caminado desde el inicio, el eco aquí es bastante fuerte.

Saco la laptop y entro en el programa que instaló Marco la vez que asaltamos la mansión de Omer —cuenta hasta tres.

—Uno...dos...—presiono ENTER y todas las luces se apagan —que inicie la masacre —se coloca su pasamontaña y yo me cubro con la baclava mi cabeza y la mitad de mi rostro. La lluvia de balas comienza, pero me apresuro en responder al lanzar un puñado de pequeñas bombas que despejan el camino. Mientras mis hombres abren fuego contra los hombres de David y Danilo con Omer llegamos a entrar en la cabaña —iré arriba —asiento y me adentro en toda la planta baja.

Veo a unos sirvientes en un rincón temblando de miedo al entrar a la cocina cuando un golpe en la nuca me tambalea, pero reacciono barriéndole los pies —siempre jodiendo, no, Zarina —sonrío y me bajo la baclava.

—Siempre que vivas, seré la espina en tu zapato, Pierelli —se viene contra mía y nos enmarañamos en una pelea cuerpo a cuerpo, en donde admito que el maldito tiene buenas habilidades —debe ser frustrante para ti —escupo al suelo tras el golpe que recibo —pasar dos veces por la misma situación —este se endereza la nariz— tener todo en la disposición de tu mano, para después acabar sin nada —este frunce el ceño, mostrando su rabia —la primera, porque tu padre fue un imbécil que hizo una negociación equivocada...

—Cállate —ordena.

—Y la segunda, porque al igual que tu progenitor, elegiste el bando equivocado.

—¡CALLATE! —corre hacia mi agarrando mi cintura para estrellarme contra una especie de ventanal rompiéndolo que lo hace caer encima mío. Yo lo empujo y ambos nos ponemos de pie, intenta darme en el rostro, pero yo le respondo con patadas hasta que noto que saca una especie de navaja que reconozco al instante y retrocedo, este sonríe como todo un maniático —veo que la reconociste.

—Un creador siempre reconoce su pieza—la presume con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

—Una excelente arma, una que condenó a tu preciada Ninfa a la muerte —esta vez arremeto yo, a lo que el intenta cortarme, "si me toca, estaré en problemas". Le planto un codazo en el lado izquierdo del rostro y aprovecho para torcerle la muñeca sacándole la navaja y clavándosela en el ojo —¡HIJA DE PUTA! — lo hago caer encimándome y retuerzo el mango liberando el veneno que hay en la hoja. Su grito me llena el alma que al sacarla se viene junto con su ojo.

Este se revuelca como gusano tapando su herida de forma inútil —creíste que alguien tan inepto como tú podía usar una reliquia como esta —una bala me roza el hombro que al ver al frente veo al mismo Danilo Bernardi, con una barba mucho más prominente y una expresión oscura que me causa escalofríos.

—¿En dónde está? —pregunta a la vez que se acerca con el arma apuntándome.

—¿Dónde está quién? —vuelve a disparar en medio de mis pies que me hace retroceder de la rata de su socio.

—¡¿EN DONDE ESTA SU HIJO?! —sonrío ladinamente y me encojo de hombros, cuando tiene la intención de volver a disparar un manto de humo nos cubre y aprovecho para salir de la casa. Silbo dando la señal de retirada a mis hombres y en el camino me encuentro a Omer donde ambos corremos a toda prisa.

—¿Lo tienes? —pregunto al detenernos a tomar aire y saca de su espalda un pequeño cuaderno, yo lo tomo y reconozco la letra de Elena, "lo recuperamos Ninfa", lo llevo a mi pecho aliviada. Una de las cosas que se percataron mis hombres cuando fueron a Italia, era el estado de los cuerpos de cada muerto en el lugar.

Todos presentaban los mismos patrones, signos de envenenamiento o intoxicación ya que mostraban sangrados por todos lados, al ver fotos reconocí bien que esos eran efectos de venenos creados por Elena, ella cada creación que daba acción o planeaba hacerlo lo anotaba en una libreta, libreta que se supone se había perdido cuando se incendió su laboratorio, "sin esto, no tendrán forma de ganar favores o someter a nadie".

Los disparos vuelven a aparecer y nosotros volvemos a la carrera llegando hasta el auto y salir de ahí —¿crees que ese imbécil sobreviva? —pregunta Omer.

—Lo hará —digo —estoy segura que ha creado varios antídotos para las sustancias de Elena que usará para curarse —vuelvo a ver el cuaderno —no estoy segura de cuanto de aquí habrán creado —acaricio la cubierta de cuero —pero se equivocaron si creían que iba a dejar que usaran algo de ella para su beneficio —Omer toma mi mano y besa el dorso.

—MI hermosa y vengativa Vahşi —sonrío sabiendo que, con esto en mi poder, su caída será más dulce y cruel que un simple balazo en el cuerpo.













Estamos a 5 capítulos mas el Epilogo de terminar la historia de mi amada Zarina y empezar la ultima entrega de esta trilogía. No saben lo emocionada que por empezar el ultimo libro, ya que ahí se da un fin como a la vez un principio de los dramas de la segunda generación. Así que disfruten de lo que queda y esperen a la siguiente mujer que mostrará lo peligrosa que es cuando la acorralan.

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