Alaya

La luz matutina me despierta y despacio me doy cuenta que no estoy en mi habitación de la mansión sino en mi departamento, al ver hacia abajo veo un brazo rodeando mi cintura que despacio giro mi rostro y noto a un Omer dormido, tranquilo y despeinado.

"Ayer por segunda vez me quebré ante él y me contuvo", la muerte de Elena me quema aun el pecho y el hecho de recordar que ahora enterraré su cuerpo mi garganta se seca, "ella no debía terminar así, no cuando había dado vida a un pequeño ser nacido del amor". Sin ser brusca me desenredo y levanto de la cama para ir hacia el baño. Abro los grifos y sin importarme que el agua este fría me la echo en la cara tres veces, sintiendo como las gotas heladas me tranquilizan.

Un beso en el hombro me hace abrir los ojos encontrándome con Omer —buenos días —sonrío, pero de forma rápida me giro y lo hago dar vuelta viendo las vendas manchadas de sangre.

—Idiota, debiste decirme que las heridas se habían abierto.

—No es tan grave Alaya —bufo y lo jalo hacia el cuarto, lo hago sentarse en la cama y voy hacia los cajones en donde Joseph guardó todos los implementos para la curación de Omer —en serio, estoy bien.

—No lo estas, así que quédate quieto —me subo a la cama y corto las vendas dejando a la vista las gasas para después descubrir sus heridas. La simple imagen me hace querer volar a Turquía y matar al hijo de puta, "las marcas son grandes y unas son más profundas que otras". Me levanto y lleno la bandeja con un poco de agua y con un paño voy limpiando la zona despacio —dime cuando te duela demasiado, así me detengo.

—Tranquila, mi umbral de dolor es bastante alto —suelto un suspiro y sigo limpiándolo. Después paso a colocar el líquido para que cicatrice y noto que algunas heridas tuvieron que coserse de lo profunda que fueron, "¿Cómo pudo hacerle esto a su propio hijo?". Al cubrir toda la espalda dejo un beso en la base de su cuello.

—Perdón por haber tardado —susurro que no me doy cuenta cuando me toma de la muñeca y me coloca en su regazo.

—¿Qué te dije de disculparte por acciones que no son tuyas? —aparta los mechones de mi rostro —por ti es que puedo aun estar en la contienda —deja un beso en mis labios —que puedo aun tenerte en mis brazos —mis manos recorren su rostro y lo bajo hasta que su frente se apoya en la mía a la vez que cierro los ojos.

—Temí perderte también —mi voz tiembla.

—No lo harás —besa mi frente, mis parpados, mi nariz y de ultimo mis labios —no voy a irme al otro mundo cuando por fin encontré a la mujer con la que deseo envejecer —sonrío —y mas sabiendo que mi suegro ya sabe que marqué a su hija como mía —lo que dice me hace recuerdo la condición de mi padre, este frunce el ceño leyendo mi expresión —¿Qué pasa?

—Hay algo que debo decirte —me enderezo sentándome en mis pantorrillas —mi padre accedió a que te quedes en la mansión con una condición.

—¿Cuál es? —de solo mencionarlo hace que mis mejillas se calienten, "¿Cómo mierda voy a decirle que tiene que pedir mi mano?" —¿Alaya? —tomando una respiración profunda digo.

—Quiere que vayas y lo convenzas del porque debe aceptarte como mi pareja —miro hacia abajo cuando lo digo y son segundos de silencio hasta que escucho una especie de bufido que al levantar la vista veo como se está conteniendo de reírse —no te rías —le golpeo el hombro que este se queja y ya no lo retiene soltando la carcajada.

—Por alá, Alaya —me toma de las axilas colocándome a horcajadas en su regazo —aun si su condición fuera otra, hubiera ido a hablar con él.

—¿En serio? —el asiente.

—Eres parte de una familia importante, hay protocolos que se deben seguir cuando se desea tener como mujer a la hija de un reconocido criminal —deja un beso en mi cuello —¿o como creías que revelaría que eres mi mujer?

—No sé, con una pelea o forzando el hecho —digo y el niega mirándome.

—Y es por eso que eres mi Vahşi —yo le manoteo el pecho —no todo tiene que ser con fuerza bruta, no si quiero establecer una alianza amistosa.

—Supongo que tienes razón.

—Bien —me coloca de pie y veo como su rostro se contrae —no hay que hacerlo esperar entonces —agarra las gasas y me las tiende —termina de envolverme, que no quiero hacer esperar a mi suegro —me rio negando y termino lo que empecé.

Al llegar a la mansión la primera en salir del auto soy yo al mismo tiempo mi padre sale vestido totalmente de negro junto a mis perros de dentro, al abrirse la puerta del copiloto cada guardia levanta las armas listo para disparar —¡todos bajenlas, ahora! —ordeno. Mis hombres estupefactos obedecen y Omer se coloca a mi lado. Ambos subimos los escalones hasta llegar a la presencia de mi padre.

—Es un honor poder conocerlo en persona, señor Petrova —Omer se inclina hacia mi él mientras que Nero y Tora lo olfatean para después ambos saltarle buscando mimos.

—Mi señora —un guardia se me acerca con la cabeza baja —disculpe por la pregunta, pero... —levanta la mirada hacia Omer —¿Qué hace un Baruk aquí? —se puede oír con claridad el repudio que siente.

—Es mi invitado —responde mi padre de la forma autoritaria de siempre —invitado que ninguno de ustedes vio llegar ¿entendido? —el guardia asiente y vuelve a su puesto —vamos adentro —ambos nos adentramos con Nero y Tora detrás.

—¡Tía! —mis sobrinos aparecen corriendo, pero se detienen al ver a Omer. Su postura relajada cambia a una rígida y noto como Izaac se coloca delante de Dominik a modo de protegerlo.

—Está bien demonios, no es enemigo —digo y ellos solo asienten a la vez que se apresuran a llegar a mi lado.

—¿Quién eres? —pregunta Izaac agarrándose a mi pierna con una mano. Veo hacia mi padre y este solo se cruza de brazos esperando ver la reacción de Omer, el cual se agacha a su altura.

—Me llamo Omer y soy el novio de tu tía —ambos me miran y luego vuelven a mirarlo.

—¡Mientes! ¡Mi tía no tiene novio! —arremete Izaac.

—Izaac —lo llamo, pero el niega aferrándose esta vez con ambos brazos a mi pierna al igual que Dominik.

—¡No! —niega y siento sus ganas de llorar —¡el solo quiere alejarte de nosotros! —Omer se acerca más, pero mis sobrinos ocultan sus caritas en mi pantalón.

—Jamás me atrevería a hacer eso —dice —sé muy bien que ustedes son lo más importante para su tía —acaricio sus cabecitas a modo de calmarlos —mi visita es para pedirles permiso —sus palabras le llegan y ambos vuelven a mirarlo.

—¿Pemiso? —pregunta Dominik y Omer asiente.

—Si, a ustedes y a su abuelo —mira hacia mi padre —porque se lo que su tía vale y se merece es que vine —aun reticentes se alejan y se colocan firmes delante de Omer.

—Bien —dice Izaac levantando el mentón orgulloso y Dominik lo imita —haz tu petición, Omer —"está imitando la forma de hablar de su padre y abuelo". Noto por mi periferia como mi padre sonríe ladinamente al verlo actuar así, "viejo astuto".

Omer se coloca en una rodilla y con la mirada seria habla —demonios Petrova, próximos señores de Rusia y —mira hacia mi padre —antiguo señor de la Bratva, vengo aquí no como líder ni como enemigo, sino como un hombre que jura por su sangre, proteger, amar y ser leal con su hija e tía —saca una navaja del saco de su bolsillo y desliza la punta por toda la palma, para después colocarla en su pecho golpeando tres veces en el —que hasta el día en que suelte mi último respiro, mi vida solo le pertenecerá a ella, todo lo que poseo y poseeré, le pertenecerá y que nunca —me mira —nunca permitiré que mi sangre llegue a lastimarla —la forma en que me está mirando hace que mi corazón lata de forma errática, siento que haría lo que fuera porque siempre me mire de esa forma, "no quiero que mire a nadie más así".

—¿Cómo me aseguras que tu sangre no la lastimará cuando ha sido la principal causa de su desgracia? —la voz de mi padre es helada que tensa todo el ambiente. Omer se levanta y se gira hacia él.

—Porque planeo matar a mi padre como muestra de mi lealtad hacia la organización de mi mujer —veo el tic de la mandíbula de mi padre al escuchar como Omer habla de mi como «su mujer», cuando él no lo ha aceptado —o si quiere puedo traerlo vivo para que usted lo haga pagar —da dos pasos en su dirección —como lo prefiera.

—¿Estás seguro que tu organización aceptará que te unas con una rusa? —bufa —espero que no seas iluso y creas que solo por ordenarlo ellos bajaran la cabeza.

—No, sé que no pasará de una forma sencilla, pero su brazo se torcerá a mi favor si ven las ganancias a sus bolsillos y estilo de vida —explica Omer —sin mencionar que ya no dependerán de la trata de pieles, muchos desean dejarlo, mas por temor no lo han mencionado.

—¿Y cómo estas tan seguro de que quieren dejarlo?

—Porque saben que un paso en falso y toda su fachada de gente de buena voluntad y apegados a la fe se desharía, lo que conllevaría a su ruina.

—Si aceptamos, ¿te llevalas a tía Alaya lejos de aquí? —la pregunta de Dominik de cierta forma rompe el ambiente oscuro que se estaba formando. Omer sonríe y vuelve a agacharse a su altura.

—No, no me la llevaré, pero si tendremos que viajar bastante —sus palabras me toman por sorpresa. No había llegado a pensar en si esto ya sale a la luz el cómo haríamos para seguir gobernando ambas organizaciones —después de todo —me mira —tanto ella como yo somos jefes de familia —mis sobrinos se miran uno al otro para después ver a mi padre y por último a mí.

—¿Tu lo quieres? —pregunta Izaac y yo me arrodillo. Acaricio sus pequeñas mejillas con mis nudillos, "mis pequeños sobrinos...no...mis pequeños hermanos". Aun son inocentes en muchos aspectos y al igual que Elena deseo un futuro en los que ellos no tengan que arrastrar disputas ajenas ni resentimientos del pasado, "quiero que ellos crezcan con la libertad de odiar o amar a quien les dé la gana".

—Yo lo amo —miro hacia Omer —así como su padre amaba a su madre —vuelvo a mirarlos —¿podrían aceptarlo, mis demonios? — ellos vuelven a mirarse para asentirse mutuamente y se giran para ver a Omer.

—Te aceptamos, tío Omer —sin evitar dejo escapar una pequeña risa cuando lo llaman «tío» y Omer igual sonríe para después bajar la cabeza ante ellos.

—Muchas gracias —se levanta para después mirar a mi padre —¿y usted, señor Petrova? ¿me acepta? —aun con los brazos cruzados se queda en silencio. Son segundos eternos hasta que se descruza de brazos y acorta la distancia entre ambos.

—Defráudala y pondré tu cadáver como alimento para osos.

—Jamás lo hare —sin más camina hacia mí y agarra mi cabeza con ambas manos depositando un beso en mi coronilla y baja hasta mi oído.

—Si realmente lo amas, le dirás tu verdad Alaya —un frio recorre mi espalda —eso me demostrará si tu sentimiento es tan fuerte o no—se aleja dejándome con un enorme peso en los hombros y un nudo en la garganta —tienes 10 minutos si deseas cambiarte para el entierro, vamos demonios —escucho sus pasos yéndose, pero mi cuerpo se queda paralizado.

—¿Alaya? —miro hacia arriba —¿Qué sucede? —la mirada preocupada de Omer me espabila, pero aun el nudo persiste que tengo que tragar para poder hablar.

—Nada, vamos —tomo su mano —no quiero retrasar mas esto —tomo una respiración profunda —Elena y Federico merecen un funeral como lo que eran; los verdaderos y únicos lideres de Italia —Omer asiente y lo guio hacia el panteón que tenemos para la familia, "quiere que le diga mi origen, que le diga que soy producto del incesto". Se que Omer ha crecido en un entorno en donde la endogamia es normal, pero aun así tengo miedo a decirlo.

Me criaron para transformar una mentira en mi realidad, callé por años mis orígenes para no desatar una catástrofe ya que mi nacimiento jamás debió ocurrir, yo jamás debí ni siquiera ser procreada, pero mis padres decidieron que viviera y por ese único motivo aguanté todo, "es como quitar el ultimo escudo que tengo", mostrarme no como «La Zarina», sino como solo «Alaya Petrova, la niña llena de heridas y golpes que escondí para dar paso a la líder que soy ahora».

Después de este funeral tendré que revivir un pasado doloroso, una verdad que me quitó a un ser hermoso y dio paso a una realidad llena de espinas y muerte, "mamá, dame fuerzas para decirle al hombre que amo, que la mujer que cree conocer en realidad nació de una mentira".