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CAPITULO 20

Amelia

La casa se sumerge en un silencio que anuncia el final de la jornada. Coloco el ultimo plato en su lugar cuando un par de manos me rodean la cintura apegándome a un pecho duro —¿no deberías estar a la espera de Omer? —me giro para encontrarme con un par de ojos verdes divertidos.

—No me ha mandado nada de que ya ha aterrizado, así que aún tengo tiempo libre —se acerca más aprisionándome contra el mostrador, su colonial amaderada me llega y de cierta forma mi cuerpo se relaja —¿mañana comienzan tus exámenes? —asiento.

—Por una semana estaré inundada de información, que siento que mi cerebro podría humear a través de mis orejas —Deniz se ríe y me alza sentándome en el mesón de granito con él en medio de mis piernas.

—Te ira bien, estoy seguro —deja un beso corto en mis labios —mi mujer es la mejor doctora de Estambul —siento mis mejillas enrojecer por su alago. Vuelve a buscar mis labios ahora en un beso más largo y profundo, "por favor, ala, deja que este hombre sea mío".

Deniz pertenece a la familia principal de la maffiya, mientras que yo llevo el apellido de la familia que cometió traición a esta organización que por consiguiente ahora con mi hermano vivimos una vida prácticamente de esclavos. "Son de los Topal", "No puedo creer que los mantuvieran con vida", "Solo es cuestión de tiempo para que ellos igual muestren sus colores". Siempre estuve rodeada de críticas y humillaciones, así que cuando escucho a alguien toser y veo a la madre de Deniz se lo que viene —no deberías estar aún aquí Amelia —su mirada de desprecio me escose por dentro y solo bajo del mesón con la intención de irme, pero Deniz detiene mi acción agarrando mi muñeca.

—Te agradecería madre que empieces a tratar a Amelia con respeto —miro hacia Deniz con asombro y a la vez con algo de temor —después de todo —rodea mi cintura apeándome a el —Amelia es mi mujer —creo que los ojos de su madre no pueden abrirse más mientras traga lo que acaba de decir su hijo.

—Tú no puedes hacer eso Deniz —susurra —ya suficiente fue que tu hermano este con una mujer que no escogió tu padre para que vengas y —me apunta con asco —te juntes con traidores —mi puño se cierra que no sé cómo, pero mi voz sale.

—Yo no he cometido traición señora —le contesto conteniendo mi rabia —y en todo caso si lo fuera, prefiero llevar ese título que los cuernos que usted y cada una de las esposas de los jefes llevan con orgullo —veo como mis palabras la indigna e intenta irse en contra mía, pero unos aplausos nos llaman la atención y veo que es Ayse, la pareja de Omer, mirándome con orgullo.

—Excelente contestación —dice y mira a la señora Gulsa —no debería indignarse, la que empezó a decir cosas que no debe fue usted.

—¿Qué haces tu aquí?

—Yo la traje —entra Omer colocándose detrás de Ayse —¿algún problema con mi mujer, madre? —la señora Gulsa solo ve a sus dos hijos con decepción y solo niega para después abandonar la cocina.

—Una bienvenida muy cálida debo decir —dice Ayse —así que...—nos apunta a Deniz y a mi —¿ya son pareja? —Deniz rodea mi cintura a la vez que apoya el mentón en mi hombro.

—Si —responde orgulloso —Amelia ya es mía —yo lo golpeo en la cabeza apartándolo —eso dolió, ¿Por qué fue eso? —se queja sobándose donde lo golpee.

—Por estar diciendo que soy tuya como si fuera un objeto —este sonríe bajando su cara a la altura de la mía.

—No recuerdo haberte escuchado quejarte esa noche —mis mejillas vuelven a sonrojarse y esta vez lo golpeo en la boca del estómago haciendo que caiga de rodillas doblado de dolor —eres bruta, amor.

—Eso te pasa por estar diciendo cosas sin sentido —la risa de Ayse se hace notar al igual que la de Omer, al verlos me entra un poco de envidia, "ella no lleva un apellido manchado como el mío", descarto el pensamiento ya que lamentarme no va a cambiar nada.

—Bueno como veo que están libres —dice Omer —Amelia, ve a buscar a Celdric —su mirada cambia a una seria —necesito hablar con ustedes dos —mi ceño se frunce, pero asiento —estaré en mi oficina —giro para salir, pero antes agarro el rostro de Deniz y dejo un beso largo en sus labios.

—Aun debes controlar lo que dices al público, idiota —este sonríe ampliamente y me encamino hacia el patio, "a esta hora Celdric debe estar entrenando". Cuando llegando a la parte trasera de la mansión siento como me agarran del cuello y me estrellan contra la pared cortándome la respiración.

—Veo que deseas escalar en la maffiya, no —ojos igual de verdes que Deniz me miran con enojo —Amelia —va levantándome que todo mi peso depende de su agarre en mi cuello —abriéndote de piernas a mi hijo menor —araño su mano y pataleo, pero es inútil —sí, es lo común que hacen las mujeres de tu familia —siento su otra mano paseando por el frete hasta llegar a uno de mis pechos, "no", otro miedo se enciende al sentir como lo aprieta —seducen a los hombres con sus cuerpos para que caigan ante ellas y después —baja y agarra mi zona intima con fuerza que se me llena los ojos de lágrimas —dejarnos por el primero que se les cruce —me suelta haciendo que caiga de bruces en la grama.

Mis sentidos se activan e intento pararme, pero un golpe en la nuca me aturde enviándome de nuevo al suelo —si tan solo te hubieras mantenido en el lugar que te corresponde —me giro y veo al hombre que condenó a mi familia a la puta vida miserable. La punta de su bastón presiona mi pecho —los Topal jamás se mezclarán con mi sangre —mi vista de cada tanto se desenfoca debido al golpe —así que, si sabes escoger lo que te conviene Amelia, te alejaras —baja el bastón hasta llegar a presionarlo en mi estómago.

El sonido de un arma envuelve el aire y noto que hay alguien detrás —tengo entendido, que un hombre jamás debe golpear a una mujer —Emir gira su rostro y puedo ver a Ayse apuntándole con un arma —pero al parecer mi suegro no conoce esa regla.

—¿Qué crees que haces niña? —se gira por completo y yo aprovecho en levantarme —baja eso antes de que te metas en un problema que no puedas manejar —Ayse sonríe y apunta en medio de sus pies sobresaltándonos a ambos —¡¿Qué mierda?!

—Se muy bien lo que estoy haciendo y dudo mucho que me reclamen por defender a una mujer de un abusador —mi pecho sube y baja al ver que no titubea con el arma —Amelia —me llama —ven aquí —con prisa me acerco a ella —si este viejo o quien sea te vuelve a poner una mano encima, te defiendes, ¿entendido? —escucho a Emir bufar.

—No eres nadie para dar órdenes en mi casa.

—Es mi casa ahora —arremete Ayse —soy mujer del jefe de la maffiya, por consiguiente, esta es mi casa y quienes trabajan aquí responden a mi —Emir se enfurece por las palabras que escucha —y tu solo eres un arrimado que sino aprende a respetar —presiona el cañón en su frente —se lo enseñaré a punta de balas —los pasos se escuchan que al ver detrás el primero que aparece es Deniz quien se horroriza al verme y corre hasta estar a mi lado.

—¿Qué sucedió? —pregunta viéndome por completo que cuando llegar a tocar mi nuca siseo y el encuentra su mano con sangre. Lo siguiente que pasa es que me alza estilo princesa y nos aleja de todo el jaleo —lo voy a matar —susurra y puedo notar como esta enfurecido.

Mi cuerpo empieza a resentir todo lo acontecido, de cierta forma que otra persona aparte de Deniz, Omer o mi hermano me defiendan se siente bien, "si, ella me cae bien y le tengo envidia". No me defendí no porque no pudiera, pero cuando te adiestran a bajar la cabeza para no arriesgar lo poco que tienes, tu cuerpo solo intenta mantenerse con vida sin arriesgar un castigo peor, "ala, dame la fuerza para defender lo que amo, por favor".

Alaya

Las ganas de apretar el gatillo son inmensas —¿dejaras que amenace a tu padre, Omer?

—Tú te lo buscaste al golpear a Amelia —secunda Omer.

—¡Ella es una esclava! —"realmente se merece que lo llene de huecos" —los de su clase jamás deben mezclarse con nosotros.

—¿Por qué? ¿Por qué en el pasado un Topal decidió huir de un matrimonio contigo? —sus ojos se abren de sorpresa y yo bajo el arma.

—¿Cómo...—traga —¿Cómo sabes eso?

—Tengo mis formas —responde Omer y se coloca frente a mí, protegiéndome con su cuerpo —ahora responde, padre, ¿esa es la razón por la que detestas tanto a los Topal? —su espalda se endereza manteniendo una máscara.

—No fue solo eso —responde —traiciono a la organización.

—¿Cómo? ¿escogiendo casarse con Iván Petrova en vez de contigo? —eso lo desequilibra —de lo único que fue culpable Ayse Topal, es el haber huido de un matrimonio que no quería —acusa Omer —cosa que tu repudiaste porque no pudiste aceptar que ella prefiriera a Iván en vez de a ti.

—¡CALLATE! —se rompe lanzando el bastón a un lado —¡ESE ASQUEROSO LADRON NO ES MEJOR QUE YO, NO LO ERA ANTES Y NO LO ES AHORA! —su respiración es acelerada —Ayse solo fue una perra que prefirió un ajeno a su propia familia —su tono muestra odio puro —ella lo hubiera tenido todo conmigo, mejores cosas que las que tuvo con ese imbécil de Iván.

—Pero ella no te amaba, padre —las palabras de Omer solo avivan su odio —y tu pagaste tu resentimiento con su hermana y sobrinos —el desvía la mirada, ardido y se acerca a alzar su bastón —¿sirvió? ¿alivió tu enojo contra ella? —al mirarnos veo que ya está calmado.

—Lo único que aliviaría mi enojo, es ver a ese asqueroso ladrón desangrándose a mis pies, junto a toda su descendencia —camina hacia nosotros hasta estar solo a dos pasos de distancia de Omer —y a la familia de ella siendo esclavos hasta su último aliento.

—Pues es una lástima, porque eso no va a pasar —Emir me ve con desprecio y yo no le bajo la mirada —para mañana te iras de la mansión.

—¿Me hechas? —se indigna —esta es mi casa.

—Como lo dejo claro mi mujer, esta es su casa —dice —y has lastimado a la mujer de mi hermano —padre e hijo se retan —no voy a permitir que dañes a nadie importante de mi familia.

—Soy tu padre, por ende también soy tu familia.

—Pero antes de ser tu hijo soy jefe de la maffiya —contradice —y como jefe no voy a permitir que nadie, incluido tú, dañe a los míos, ¿queda claro? — se quedan unos segundos en silencio y Emir choca su hombro al encaminarse hacia la mansión.

Veo como cojea con todo el enojo a flor de piel —¿crees que cumpla? —el brazo de Omer rodea mis hombros.

—Lo hará —besa mi coronilla —gracias por defender a Amelia —sonrío al verlo.

—Es parte de mi familia también, no iba a dejar que la lastime —asiente sonriendo y besa mis labios.

—Vamos —toma mi mano —Deniz debe haber llevado a Amelia a la enfermería —lo sigo dejando que mi enojo se enfríe y preparándome para una noche de revelaciones.




Deniz y Amelia arriba ⬆️

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