Alaya

Debo decir que los turcos hacen recepciones muy elegantes, aunque no soy muy partidaria a su forma de hacer a un lado a las mujeres cuando hablan de negocios, pero es algo que ya no me altera, "crecí dentro de un entorno similar en el cual hice la excepción".

—¿Es tarde para presentarme ante mi cuñada? —la voz del hermano pequeño de Omer me saca de mi mente y sonrío cuando le tiendo la mano.

—Ayse Kaya, tu futura jefa y cuñada —este se ríe que estrecha mi mano para después abrazarme, cosa que me toma por sorpresa.

—Si empezamos con las mentiras, dudo que tengamos una buena relación —susurra en mi oído antes de alejarse, mi sonrisa solo se amplía al ver lo perspicaz que es.

—Veo por qué el inútil de tu padre te puso a cargo de los guardias de la maffiya —digo —aunque si permites mi humilde opinión, les falta dureza al momento de resistir torturas —tomo una copa de champaña de uno de los mozos y este frunce el ceño —no me costó nada que cantaran como pajaritos antes de dejarlos clavados en la frontera —al momento de beber un sorbo de mi bebida veo como su mente se ilumina sobre quien soy —¿sacie tu curiosidad, cuñado? —veo como se ha quedado mudo, "y no lo culpo".

Que una rusa este con un turco ya es algo raro, pero que una Petrova y un Baruk estén juntos, raya lo absurdo y peligroso.

—A Omer sí que le gusta jugar con el peligro —dice terminando su trago de un solo movimiento.

—No solo el —respondo.

—¿Debo cuidar a mi hermano de ti, Ayse? —pregunta en un tono bastante bajo que bien podría intimidar y más con esos ojos que se han estrechado.

—Baja las armas, little poppy —me mofo —que el riesgo va en ambos sentidos —miro hacia donde arrastraron a Omer para hablar sobre «negocios» —no me arriesgaría a entrar en territorio enemigo sino estaría hasta las patas por tu hermano —lo miro —y créeme, intente que no pasara más allá de algo sexual —Deniz me mira por lo que parece eternos segundos para después asentir y rodearme los hombros con su brazo.

—Te creo —dice dándome la misma mirada que su hermano cuando suelta las cosas de forma muy directa. Una especie de tos nos llama la atención que al ver atrás me encuentro a una mujer de cabellos negros y ojos color marrón, por su mirada supongo que esta algo incomoda y molesta.

—¿Interrumpo? —su tono me confirma su molestia y escucho a Deniz esconder su risa, yo solo cierro los ojos negando. Aparto su brazo y extiendo mi mano hacia la mujer, la cual lleva un vestido plateado que bien podría hacer un buen juego con el traje gris de Deniz.

—Ayse Kaya, mucho gusto —me presento y ella agarra mi mano aceptando mi saludo.

—Amelia Topal —su apellido me hiela la sangre que me quedo paralizada unos segundos, "¿no se suponía que todos los Topal murieron?" —¿pasa algo? —frunce su ceño y yo solo niego.

—No, solo que tu apellido me resultó algo familiar —ella estrecha sus ojos —tal vez este confundida, no me hagas caso.

—Veo que ya se están conociendo —agradezco la intervención de Omer. Rodea mi cintura con su brazo y besa mi coronilla —al parecer mis dos pequeños hermanos ya se presentaron.

—¿Creí que Deniz era tu único hermano? —pregunto confundida.

—Sanguíneamente, sí, pero Amelia —la apunta —y su hermano Celdric —apunta a un hombre parado en una de las paredes del fondo — crecieron con nosotros al quedar huérfanos y yo los considero como mis pequeños hermanos, claro hasta que Deniz decida cambiar eso —lo mira sonriendo a lo que este lo empuja y noto a Amelia sonrojarse, "oh, así que por eso era su molestia".

—No seas intruso Omer —lo regaño en tono de broma.

—Yo solo hice un simple comentario —contesta este, Amelia intenta mirar hacia otro lado hasta que un guardia por lo que puedo adivinar se acerca y le susurra algo a su oído.

—Me disculpan —dice —pero el señor Emir me solicita para su chequeo de rutina —Deniz gruñe a lo que la toma de la muñeca atrayéndola hacia él.

—Ya está lo bastante recuperado como para que sigas siendo tú la que le cambie las gasas.

—Son ordenes de un superior —Amelia intenta soltarse —no puedo desobedecer.

—Órdenes y una mierda —refuta Deniz —si es así —mira a su hermano —ordénale que se quede —creo que no puedo estar más sorprendida por toda esta interacción, intento no sonreír así que frunzo mis labios y veo hacia Omer quien, si sonríe el desgraciado, disfrutando de la escena de celos de su hermano.

—No seas infantil Deniz —se queja Amelia.

—Ya soporté suficiente tiempo que tocaras y vieras desnudo a otro hombre —Amelia se suelta y le levanta el mentón.

—Seré médico, lo que quiere decir que veré y tocaré a muchos hombres Deniz —"uyy esto se pone bueno" —¿también controlaras a quien atiendo cuando ejerza?

—Es distinto —refuta.

—No lo es —pincha su pecho con un dedo —no eres nadie para prohibirme nada —se da la vuelta y camina echa una fiera.

—¿La dejaras ir? —pregunto y noto como se queda viendo por donde se fue Amelia con los puños cerrados, suelto un suspiro, "es como mis sobrinos" —te ayudaré de la forma en que a mí me ayudaron a tomar una decisión —me alejo de Omer y me acerco a su lado —tienes dos caminos: la sigues y la reclamas como deseas o —tomo su barbilla y giro su rostro hacia mi —la sueltas y miras desde palco como alguien más le da lo que tú no te atreves a darle —apenas menciono un tercero sigue el camino hacia donde se fue Amelia y yo sonrío viéndolo.

Unos brazos me abrazan y siento el mentón de Omer apoyado en mi hombro —¿así fue como te decidiste? —me giro para verlo; mandíbula marcada y cubierta por una barba bien cuidada, ojos de un color verde que atrapa, cuerpo trabajado por entrenamientos cuerpo a cuerpo y una mente lo bastante inteligente como para manipular a la gente para conseguir lo que desea, sin mencionar sus habilidades para encender mi cuerpo como ninguno lo ha hecho, "si, este hombre es solo mío y de nadie más".

—No podía permitir que otra probara tus habilidades en la cama y me las quite —su sonrisa es una divertida —todo lo mejor es mío y tu Omer Baruk —envuelvo su cuello con mis brazos —eres el mejor hombre que una mujer como yo puede elegir como su pareja —siento sus manos en mis nalgas y apretarme contra él.

—Harás que salga de aquí con una tienda de campaña entre las piernas, Vahşi —dice con voz ronca.

—¿Y eso es malo por qué...? —sin más me toma en sus brazos, llevándome estilo princesa hasta la salida mientras que yo me rio por su reacción cavernícola, "si, es el hombre perfecto para mí".

1 mes después.

Omer

Este último mes ha sido como había deseado que pasaran las cosas. Al estar a cargo empecé despacio a limitar las acciones de mi padre dentro de la maffiya, aunque aún hay obstáculos cuando deseo saber todos sus movimientos, se la mayoría de ellos.

La alianza con Elena ha resultado de una forma muy satisfactoria en relación al tema de drogas que vendemos en nuestros territorios. Al tener mejor calidad las ventas han aumentado y los casos de sobredosis de cierta forma disminuyeron ya que las drogas de Elena causan estragos a plazos muchos más largos que las drogas convencionales, "Alemania se ha beneficiado bastante con ellas".

Por otro lado, mi relación con Alaya es la que me tiene incomodo, ya que, por el odio entre nuestras organizaciones, seguimos con la farsa de que mi mujer se llama Ayse Kaya, la hija de un matrimonio fallecido que eran dueños una cadena de hoteles en ascenso y ahora le pertenece a su única descendiente. Para mis hombres, nos vemos muy poco debido a mis obligaciones, cuando la realidad es que ambos estamos cubiertos de trabajo que bien encontramos tiempo en la noche para llamarnos y poder escuchar la voz del otro.

Pero ahora tenemos un escape, un tiempo fuera de nuestras obligaciones. La veo en el lado de la novia, con un vestido negro que hace resaltar su cabello rubio y sus labios de un rojo intenso que me muero por verlos envolviéndome mientras le brindo el mejor de los placeres. El padre declara a marido y mujer a los novios y sin importarles dar una demostración de afecto bastante explicita, Federico reclama frente a todos a Elena como su mujer, "pronto esta situación se repetirá", pienso al imaginarme a Alaya vestida de blanco y llevando un anillo que la marque como mía.

Veo como mira por sobre su hombro y me encuentra, una sonrisa ladina aparece en su rostro y vuelve el rostro hacia los recién casados, "pequeña tentadora". Mi teléfono vibra y veo que es un mensaje de Joseph;

Debes leer esto...creo que encontré el por qué tu padre odia a los Petrova.

Al verlo es un documento de cambio de nombre, uno en donde se registra a una tal Aurora Novikova, no hay nada raro en el documento hasta que llego a la foto —no puede ser...ella es —no espero nada que me retiro de forma discreta del lugar de la ceremonia y marco el número de Joseph —¿Dónde carajos encontraste eso?

—Divagando un poco en el pasado de Iván Petrova, intentando encontrar algo para que así ya el italiano te acepte por completo —hace una pausa —tres días después de que ese documento se emitiera, sale un acta de matrimonio donde cambia por completo su apellido a Petrova.

—Debe ser una jodida broma —bramo bajo intentado no llamar la atención.

—Pues no —responde —la traición que cometió la tía de Amelia y Celdric fue casarse con el mejor amigo de tu padre.