EPÍLOGO
Tres años más tarde, Mel salió en libertad condicional, con una orden de alejamiento que le impedía acercarse a menos de cien metros de mí. Ya no le tenía miedo, estaba preparada para hacerle frente tanto física como mentalmente. No tardó ni diez días en intentar acercarse, pero tras un encuentro a solas conmigo se le quitaron las ganas de volver a intentarlo. Aprovechó que salía a tirar la basura, estaba viviendo en casa de Dylan y no supe cómo, lo averiguó. Se acercó por detrás, como el cobarde que era, trató de tapar mi boca con una mano, mientras con la otra me aferraba por la cintura. Hubo un instante en el que oler la colonia de Mel me provocó miedo, pero reaccioné enseguida y le clavé el codo en las costillas. Se sorprendió y aproveché ese momento para zafar su mano de mi boca dándole un mordisco. Ya iba a golpearme con su mano cuando me agaché y le propiné un fuerte golpe en los testículos con mi codo. Se quedó unos segundos sin respiración mientras que yo me levantaba y le propinaba una patada detrás de la rodilla haciendo que cayese en la acera. Desde el suelo me miró con rabia, impotencia y miedo.
—No vuelvas a aparecer por aquí, Mel, la próxima vez te mandaré al hospital. Ya no soy la misma ingenua que tú conociste, he aprendido a defenderme y no me dejaré pisotear por gente como tú.
Me giré y volví hacia la que ahora se había convertido en mi casa. Cuando le conté a mi gigante lo que me acababa de pasar, bajó a la calle a buscarlo. No supe lo que hizo, pero Mel no volvió a aparecer en mi vida.
Respecto a mis amigas, seguían manteniendo su relación escondida, Neira no se decidía a decírselo a su familia y Lara, mientras estuvieran juntas, aceptaba su decisión. Era su vida y ellas eran felices así.
Trevor ya era mayor de edad, con diecinueve años mantenía una relación un tanto extraña con Gina, a veces estaban juntos, otras se peleaban, pero siempre volvían a ser amigos.
Y respecto a mí solo puedo decir que he ganado, recuperé mi autoestima y la seguridad en mí misma, encontré al hombre que me hace feliz y sigo trabajando de profesora... Pero la vida está llena de sorpresas y nunca puedes predecir lo que pasará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro