CAPÍTULO 41
Me quedé muda al escuchar sus palabras, no esperaba una familia modelo, pero la situación descrita por Trevor era impactante.
-Cuando llegamos a la ciudad no me conocía nadie, Dylan trabaja como guardaespaldas y casi nunca está en casa. Así que de vez en cuando salgo a bailar -seguía contando el chico-pero ahora no podré salir solo hasta que no atrapen al que se supone que es mi padre biológico.
-¿Entonces corres peligro? -indagué, tratando de descubrir si la situación era tan peligrosa como me parecía a mí-¿Quieren hacerte daño?
-No, quiere secuestrarme para llevarme con él- declaró como si fuese lo más corriente del mundo.
-De acuerdo, lo entiendo, pero lo que no puedo comprender es qué puedo hacer yo para evitar que te secuestren estando contigo-expuse. Tratando de que me diera alguna explicación que a mí se me hubiera escapado.
-No quiere que haya testigos. Aprovechará un momento en el que esté solo para que desaparezca sin dejar rastro-explicó mientras me miraba directo a los ojos, supuse que para calibrar mi reacción.
-Es una situación complicada, tengo que pensarlo bien, Trevor. Puede que decida matarme para quedarse contigo...
-No lo hará, porque es un cobarde-afirmó seguro de sí mismo.
-Trevor, ¿tu padre, quiero decir Dylan, sabe que estás aquí ahora mismo?-inquirí, mirando sus ojos azules, para saber si mentía.
-No, he venido por mi cuenta para convencerte. No quiero que venga otra persona a casa. A ti te conozco y, además, me defendiste en el Sky la otra noche-respondió con una sonrisa burlona en la cara.
-¡No me hables de ello!-exclamé riendo, mientras recordaba mi actuación impulsiva con un poco de vergüenza-. Ese día me sorprendí a mí misma con mi reacción.
Hablamos del incidente con el «gorila», y más tarde, de la noche en la que me vio con su padre bailando. Trató de justificar su reacción al vernos juntos, pero le dejé claro que ya no tenía importancia.
-Para mí Dylan es más que un padre -Señaló mientras trataba de explicarme la relación entre ellos dos-. Él estuvo con mi madre durante dos años, me trataba muy bien, se ganó mi cariño. Verte a ti con él me dio miedo, creí que le perdería.
-Entre tu padre y yo no hay nada-Le aseguré-. Yo tenía novio hasta hace poco más de una semana. No quiero nada con él.
-No sé si creerte, saltan chispas cuando estáis juntos, os he visto -verbalizó, exponiendo con claridad lo que yo había sentido cada vez que estaba cerca- pero ya no me importa. Necesito que te quedes conmigo cuando no esté mi padre. Ahora me voy a casa, dejo que lo pienses, por favor no le digas a mi padre que te lo he contado todo. No me lo perdonará.
-Tranquilo, lo pensaré y tomaré una decisión este fin de semana-prometí mientras se levantaba-. Pero ahora no puedes volver a casa solo.
-No pasará nada, tomaré un taxi y nadie me verá-Trató de convencerme sin conseguirlo.
-¡Espera cinco minutos!, me visto y te acompaño- decidí de pronto, levantándome del sofá y justificando mi decisión para no tener que admitir que lo que quería es ver a Dylan de nuevo.
Seguimos, pajarillos. La situación se complica...
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