Avanzábamos con cierta dificultad debido a la gran cantidad de autos volcados que nos encontrábamos en el camino, ninguno había podido contactar a su familia, ni nadie de nuestras familias nos había contactado a nosotros después de que empezó la locura en la escuela, la mayoría estaban de viaje y mi padre estaba en el centro de la ciudad por lo que me había dicho Sash, el silencio era abrumador dentro de la camioneta sobre todo cuando afuera se escuchaban múltiples explosiones pequeñas, uno que otro claxon y gritos lejanos.

El ambiente se sentía incómodo y pesado, cuando se escuchaba alguna explosión cercana todos saltábamos un poco y mirábamos hacia el lugar de donde provenía el sonido, pero nadie decía una sola palabra, no teníamos mucho que contar ni deseábamos hablar sobre lo ocurrido hacía tan solo un rato atrás.

Pasado un largo rato recordé que no habíamos hablado de que hacer luego de salir del infierno en el que nos habíamos encontrado momentos atrás.

- Oigan a todo esto ¿a dónde vamos?, mi padre estaba en el hospital central, los padres de Ken están seguramente en un avión junto con los de Sash, los padres de Zack trabajan para el gobierno por lo que intuyo que están también en el centro así que ir a nuestras casas no tiene sentido alguno, Jason ¿tienen familia en casa o alguien a quien quieran buscar? – le pregunté mientras me inclinaba un poco en el asiento.

- Nuestros padres también están fuera, tiene dos semanas que se fueron a Costa de Marfil para resolver algunos asuntos así que todos estamos en la misma situación, pero quizás sea bueno ir a nuestra casa puesto que nosotros tenemos – Valentina le dio un puñetazo en el hombro antes de que él terminara la frase.

- Antes de que el bocón de mi hermano diga algo más necesito saber si podemos fiarnos de ustedes, no lo mal entiendan, pero apenas los conocemos y no pienso contarles a desconocidos mi vida entera o algo sobre la paranoia descomunal de mis padres – se había dado la vuelta para mirarnos desde el asiento del copiloto.

- Okay, pregúntanos lo que quieras, te responderemos lo más honestamente posible y podrás juzgar si somos de fiar o no, pero apresúrate antes de que otra cosa explote más cerca – Le respondió Zack mirándola desafiante y con un toque de desconfianza.

- Primero ¿qué edad tienen, en qué trabajan sus padres y como sé que no se volverán tan locos como los de afuera? – no había hablado prácticamente nada y de repente nos había empezado a bombardear con preguntas.

- Tenemos 17 años, aunque yo estoy por cumplir 18 en poco más de un mes, mi padre es comandante del ejército azul, los padres de Zack son parte del buró de consejeros del presidente y los de Sasha y Ken trabajan juntos en la industria armamentística. Para la última pregunta lo que vuelve locos a "los de afuera" es un virus que parece transmitirse por fluidos infectados así que mientras no nos muerdan o nos caiga sangre infectada no pasará nada –respondí mirándola a los ojos.

- Bien ¿porque tu padre está en el hospital entonces?

- Al parecer lo mandaron llamar para ayudar a calmar el caos dentro de las instalaciones, aunque no me advirtió nada ni siquiera se despidió de mí por la mañana – desvíe un poco la mirada.

- Bueno nosotros tenemos 19 años y nuestros padres son bioquímicos y trabajan también para el gobierno, se dedican a catalogar posibles amenazas relacionadas con armas biológicas así que son extremadamente paranoicos, Jason iba a decirles que ellos construyeron la casa con el objetivo de que se convirtiese en un búnker de alta calidad para nuestro resguardo en caso de algún ataque de ese estilo, no sabemos si funcionará, pero vale la pena intentarlo.

Todos en la camioneta quedamos anonadados, puede que nuestros padres fuesen algo extraños, pero esto ya rozaba la locura, quien diablos construiría una casa para convertirla en un búnker de protección contra ataques biológicos en medio de la ciudad además de alguien que realmente supiera que podía ocurrir o que tenía una percepción alterada de la realidad. Aun cuando sonaba como una total locura accedimos a pasarnos por su casa para al menos abastecernos con comida y buscar otro refugio apropiado para quedarnos.
Tardamos poco en llegar lo cual hacía notar que Jason había tomado el camino hacia su casa desde que Valentina empezó a hablar, notamos el ambiente diferente en cuanto bajamos de la camioneta y nos pusimos en guardia, de repente los escuché, unos gruñidos guturales se acercaban por ambos lados de la calle, Jason corrió a abrir la puerta de la casa y nos hizo entrar lo más rápido que se pudo, los zombies estaban cada vez más cerca de nosotros tanto que podía sentir el retumbar del suelo con sus pisadas, en cuanto entre Jason cerró la puerta y comenzó a apretar una serie de botones en un panel de control que estaba a lado, acto seguido sentí como la casa comenzaba a temblar mientras veía por la ventana como se alzaba un gran domo metálico que al rodear todo se selló y luego un sistema de filtrado de aire comenzó a funcionar dejándonos encerrados en un semicírculo hermético que rodeaba toda la casa incluyendo el patio trasero.
Ni siquiera los gemelos podían creer que había funcionado ese sistema tan extraño y que ahora estamos dentro de una jaula, aún se escuchaba a los zombies golpeando el domo con fuerza desde afuera, pero por el momento estaba resistiendo, aunque seguro que no aguantaría demasiado si esas cosas no se rendían con intentar atraparnos.
Comenzamos a explorar la casa acomodando la comida y todo lo que podría ser de utilidad mientras estábamos allí, el lugar tenía al menos cinco habitaciones de invitados aparte de las tres principales, cuatro baños y un cuarto de juegos lleno de consolas, tomamos cada uno una habitación para instalarnos y allí descubrí que aparte de los cuatro baños principales cada habitación tenía un baño personal, por lo que decidí tomar una ducha.
Al salir vi en la cama un conjunto de ropa que parecía totalmente nueva bien doblada y acomodada junto con una nota "Tome tu ropa para lavarla, por ahora usa esto creo que es de tu talla y parece de tu estilo. Valentina" eran unos pantalones cargo negros y una blusa blanca con un estampado de dragón en rojo, muy adecuado para mi pensé en ese momento y añadí agradecerle a Valentina por la ropa en mi lista de cosas que hacer.
Justo cuando me disponía a salir de la habitación para ir a la cocina por algo de cenar y buscar a los demás alguien tocó la puerta, al abrir me encontré con Zack quien no esperó a que lo invitase a pasar y simplemente entró pasando por mi lado y sentándose en la cama.

- Hola, quería hablar contigo a solas desde hace un rato, pero Valentina me dijo que estabas dándote una ducha.

- Adelante pasa – comente sarcásticamente y me senté a su lado.

-Lo siento, es que de verdad necesitaba verte a solas, hoy pensaba decirte algo cuando todo esté desastre empezó – me miró y yo esquivé su mirada.

- Y ¿qué es eso que quieres decirme que es tan importante? – ya intuía lo que quería decir, pero necesitaba escucharlo.

- Lo qué pasó en la fiesta, no fue algo que me haya imaginado ¿cierto? – mire hacia la puerta deseando que alguien me salvara de esa conversación.

- No, no lo fue, pero creo que en este instante quizás no sea momento para aclarar esa situación.

- Cualquier momento es bueno para aclarar lo que siento por ti Kim – tomó mi cara entre sus manos haciendo que lo mirara.

- Solo fue un beso, estábamos un poco fuera de nuestros sentidos y – antes de poder continuar los labios de Zack ya estaban sobre los míos.

- Está vez no estamos fuera de nuestros sentidos – volvió a besarme e inevitablemente le devolví el beso hasta que ambos nos quedamos sin aire.

- Eres un tramposo – recargue mi frente sobre la suya – pero sabes que ahora no es un buen momento para esto, para nosotros, puede ser peligroso y podríamos arriesgar a los demás.

- Si, lo sé, pero mis sentimientos por ti no van a cambiar y se que aún si te reprimes sientes lo mismo que yo, te conozco desde hace demasiado tiempo y si no sintieras lo mismo me habrías soltado un puñetazo antes de si quiera dejarme hacer algo.

- Si, en eso tienes razón, pero al menos por el momento mantengamos la distancia y continuemos siendo como siempre hemos sido.

No dijo nada solo asintió con la cabeza mientras tomaba mi mano y depositaba un beso en ella, su manera de aceptar algo cuando realmente no deseaba hacerlo, se levantó y cruzó la habitación hasta la puerta, antes de irse dio media vuelta para sonreírme "Aún así, recuerda que te amo" dijo y se fue cerrando la puerta tras de sí.