I n t r o d u c c i ó n
🐾 | Historia medianamente larga, de capítulos también medio largos. No hay horario de actualización, puedo publicar en cualquier día y a cualquier hora.
🐾 | Sigue eventos de la segunda temporada. Habrán cambios de algunos canon’s de la serie, y uso de oc’s.
🐾 | Puede que tenga fallos ortográficos. Los corregiré luego en una segunda revisión.
🐾 | Posible cringe. Este libro es una clara sátira y burla a todos los libros “románticos” de personajes tan diferentes que por casualidades del destino terminan quedándose juntos.
No estoy muy activo en esta cuenta, intenté borrar todos los comentarios negativos en su momento pero no aseguro nada. Así que si llegas a encontrar un comentario raro, solo pásalo por alto.
No es por hacer autospam, pero me gustaría que me apoyaras en mi otra cuenta, WildStrife. Allá estoy resubiendo historias que antes estaban en esta cuenta, que anulé por un un inconveniente que traía en este perfil.
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“ Z O R R A ”
Zorra eres y zorra serás.
🐾 | Una introducción con aroma a perro mojado.
“ Z o r r a ”. De Ángela Roux,
‘SkyLucis’.
Normalmente las personas (o en este caso, animales) prefieren fijarse en lo atractivo de alguien antes que en sus sentimientos. Sonará cruel, pero así son las cosas. Podrás tener los sentimientos y pensamientos más sanos y puros, pero si llega alguien guapo al lado tuyo y finge tener ese mismo sentir, claramente uno quedará corto, y su historia cliché de romance se irá a la basura.
Nunca me ilusioné con alguien realmente por lo mismo. No es que fuera fea, siempre me consideré bonita. Pero si veo a chicas como Juno o Shira, fácilmente puedo decir que a su lado soy un cero a la izquierda. No me hago esperanzas, pero claro que he tenido mis desamores. Uno, en particular... pero prefiero hablar de él más tarde.
A ver, cambiemos un poco de tema.
Nunca fui alguien tímida o introvertida. Muchos me tachaban con las etiquetas de “normie”, “nerd”, “rara” y “do-nadie”.
No tomaba importancia, pero aquellas palabras sobre mí hicieron que mi vida social fuera un asco, hasta tal punto de apenas tener unos pocos amigos.
Es acá donde entramos al tema de los chismes y la gente guapa:
Supongamos que todo el mundo dice, así como mi caso, que eres alguien sencilla, pero extraña. Si no desmientes eso, y nadie se toma la molestia de confirmarlo, ¡todo el mundo lo creerá!
Ah, pero igual un chisme seguirá siendo un chisme, la gente querrá polémica y problemas, no se quedará de brazos cruzados hasta exponerte. Y está este punto en el que te hartas y decides aceptar ese puesto que se te fue dado en la escuela. Teníamos de todo: atletas, artistas, frikis, gamers, populares, nerds, y los do-nadies, como mencioné. Y yo durante un buen tiempo abarqué ese lugar.
Al menos, hasta que vemos la otra cara de la moneda: donde tú misma te inventas cada rumor tuyo. Donde entra el tema de la gente guapa y el efecto que causa.
En este caso, no importaba si eras carnívoro o herbívoro, si lograbas mostrar tu belleza todos caerían rendidos ante ti. Y allí me di cuenta, de que es un truco más que funcional.
Guía de trucos para volverte una puta.
Paso uno: vístete de la manera que gente ignorante cataloga como “ramera”.
Y allá estaba yo, la antes rara, ahora zorra. Y sí, era una zorra roja, una común, por lo que el apodo podría quedar muy ambiguo y a la vez preciso.
Caminaba a un paso coqueto, al que me había acostumbrado por fin. Llevaba varios libros en mis brazos dado que me había atrasado con mis deberes, y no me sorprendía ser el centro de atención de varios mamíferos que babeaban por mí. Adoraba presumir eso. Quizás y sin la etiqueta nueva esto de ser más segura y vestir a la moda podría funcionar perfectamente para que hayan dejado de tacharme de “rara”. Mencionaré esto de las etiquetas y lugares cada que pueda, dado que es un tema muy importante en nuestra guía.
La gente me observaba extrañada, sobre todo quienes eran de mi salón. Es decir: ¿Cómo lo hice?, ¿la rara de la escuela, ahora siendo toda una puta?
Y sí. Salí de mi zona de confort, dejando ese lado tan reservado para poder ser ahora una zorra, perra, o ramera. Esos estúpidos nombres con la que los ignorantes llaman a las mujeres con una vida sexual activa, que por cierto, nada tiene de malo. Si tengo sexo con diez animales al día, ¿por qué mierda debe importarles a ellos? No les afecta de forma directa, ¿o sí?
Aunque, por más tonto e ilógico que suene, sería mentira si dijera que todo lo que se oía de mi propia boca era verdad. Se escuchó estúpido, lo sé.
¿Y cómo fue que me volví esto...?
A ver... Narremos.
Conocía a esta chica (mejor amiga, y única) llamada Haru, una tierna coneja enana que había conocido desde que quería entrar a esta escuela. En esos momentos nos hallábamos en la azotea comiendo mangos mientras hablábamos. Habían pasado días desde el suceso de su secuestro, y el festival del meteoro donde su relación de Legoshi se complicó solo un poco. Aunque ambos ya habían resuelto algunos de sus problemas.
Ambas en un cómodo silencio comiendo de la fruta, antes de que ella tragara el último bocado y hablara.
──¿Sabes? He empezado a salir más con Legoshi ──Dijo ella, mientras se limpiaba su boca con una servilleta. Al ser blanco, su pelaje se manchaba más constantemente de lo que se creía ──. Pero no quiero que lo tachen de raro, fetichista, o pervertido... Digo, se sabe todo lo malo sobre mí y no quiero darle mala imagen ──Ladeó su mirada avergonzada. Qué tierna que se veía.
──¡Vamos, Haru! ──Le di un codazo ──. Estás hablando de Legoshi, ¡alguien más raro que él no puede haber! Todo el mundo sabe que le gustas desde que te rescató de Shishi... Shi... Gu-... ¡Agh!... ¡Esa cosa! ──Olvidé el nombre de la mafia, y mi error hizo reír a la albina.
──Shishigumi ──Me corrigió, y suspiró ──. En fin, decía, si me ven con él ambos estaríamos jodidos. Desde que me secuestraron he sido aún más la burla de todos... Y me han hecho bromas mucho más crueles, ¡nadie quiere inscribirse a jardinería! Desde haciendo tiempo ya, ¿no? ¡Pues ahora mucho menos!
──Wow, despacio ──Hice ademanes con las manos pidiendo que se calmara, y así hizo ──. Es una estupidez todo eso. ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?
──Nada realmente ──Abrazó sus rodillas dejando la semilla de mango a un lado, y soltó un suspiro pesado y agotado ──. Solo quería desahogarme, y aproveché que tenias hora libre.
──¿Umh? No tenía hora libre.
──¿Qué?
──Salté clases para verte.
──... No eres tan responsable como el resto dice de ti ──Sonrió cínica, e hice igual.
──Y tú no eres la descarada que el resto menciona ──Me burlé. Ahora ella fue quien rió, antes de suspirar.
Y la idea llegó en un flash, mientras me daba cuenta de algo tan importante como idiota.
──¡Haru! ¡A mí nadie me gusta! ──Grité de la nada, cambiando drásticamente el tema.
──¿Qué-? ──Preguntó igual de sorprendida y confundida, yo había dicho eso tan de la nada que ese “qué” fue su primera reacción, sonando de una forma bastante seca.
──¿Y si la hago de puta para que todos olviden tu historial? ──Ahora se shockeó, mirando confundida mi sonrisa. Parecía hasta asustada ──Digo, quiero hacer un cambio, y creo que así podrás estar más con Legoshi. Ambas salimos beneficiadas y-...
──¡E-espera! ¡Detente! ──Obedecí a la fuerza ──Viví tres años de burlas por eso ──Dijo, y me golpeó el brazo. Aunque no dolió, no sé si por que dio un golpe leve a propósito o realmente era toda su fuerza ──. No te deseo lo mismo a ti, ____.
──¡No te preocupes! ¡Podré lidiar con ello! ──Traté de mostrarle mi seguridad al hablar, pero seguía sin convencerse de mi alocada idea.
──Por favor, no lo hag-...
Y Dios, ¡por supuesto que lo hice!
Y justo me hallaba a semanas ya desde que empecé a fingir ser esto.
Y el plan, funcionaba jodidamente bien. Haru pasó al olvido y sus encuentros con Legoshi se volvieron más constantes... Aunque la escuela creía que por alguna extraña razón, él también había tenido sexo conmigo. Esperaba que eso no fuera a afectar en nada, por que si era así, la habría cagado en grande y el resto sería una pérdida de tiempo. Esto también tuvo su lado malo... Ahora Haru se volvió distante conmigo. Pero no me detendría. Es lo que hacen las amigas, ¿no? Me es difícil comprender bien esto cuando ella es la única que he tenido.
Así que, queda decir que... esto ya no se puede detener. Mi enorme mentira se volvió imparable cuál metro a toda velocidad sin frenos.
Pero repito, repito, y vuelvo a repetir para que quede claro, todo es mentira. Soy más virgen de lo que todo el mundo acá cree. Pero ellos dicen, que siempre fui así en secreto. Ahora mi propio chisme pasó a boca de los demás de una manera muy, pero muy veloz.
Hice dobladillos a la falda del uniforme logrando que quede un poco más corta, y dejé de cubrir tanto mi cuerpo. Daba pena, pero si deseaba que mi plan funcionase debía sin duda, seguir con este roll. Anda, ____, recuerda los consejos de actuación que aprendió Legoshi tan solo siendo tramoyista y que te enseñó cuando dudaste unirte a teatro.
Mi falda ondeaba de una forma demasiado llamativa, y el clock clock de mis tacones sonaba de forma hueca y tierna contra el suelo. Sonreía de manera algo pícara, dejándome llevar por mi papel. A pesar de todo, le había encontrado un poco el gusto a esto de fingir.
Pero luego me arrepentiría.
Siendo así que, empezaba a salir de ese encierro tímido que tenía, donde todos me veían como una simple zorra reservada que se sentaba al fondo. Una carnívora, que, por alguna razón, tenía una muy agradable y sana amistad con una coneja enana. Ambas eramos unidas, aunque muchos creían que tarde o temprano yo terminaría por devorarla viva. No muchos confiaban en carnívoros desde el asesinato de Tem. Y, era curioso que yo haya “tenido” relaciones sexuales con dicha alpaca.
Muchos rumores así me inventé con la intención de que todo sonara mas creíble, pero ahora me sentía asquerosa y sucia.
Confesé haberlo hecho un día antes de que él mismo falleciera, algo demasiado ridículo, patético y cobarde por mi parte, pero no me importaba lo que mi consciencia diga sobre ello. Me reprimía de pensar que lo que hacía estaba mal, y trataba de obligarme a mí misma a seguir esa horrible mentira, aunque mi yo interno me rogaba y agonizaba por detenerme.
Mentir tuvo sus consecuencias. Llegué a ser la principal sospechosa de su asesinato por un tiempo, mas fui descartada por haberme guardado tanto tiempo la supuesta verdad de que tuve sexo con el herbívoro. No encontraron pruebas creíbles, así que me salvé.
Pero aún seguía arrepentida por aquello.
El punto es que, si un rumor sale de boca de otros es creíble, ahora imagina tú misma confesar cada maldito pecado que hiciste y guardaste por tanto tiempo, incluso si todo era falso.
Había ganado popularidad apenas hacía semanas, por todo lo dicho sobre los muchos amoríos que había tenido. E incluso, uno de ellos involucró a un ex-maestro de geografía. Y a cierto ciervo rojo que desapareció, y que había sido uno de mis “crushes”.
Entonces, quise ayudar a mi amiga, ahora finjo ser puta, y aunque todavía no hacía uso de mi V-Card por miedo, todos creían que yo tuve encuentros con la fallecida alpaca Tem, con el lobo Legoshi, a quién ya tenía confianza de por sí (quizás esa haya sido una razón de que la broma fuera totalmente creíble), y, ahora había aprovechado para mentir haber tenido relaciones sexuales con el ciervo rojo Louis, quien hoy día estaba desaparecido, y de quien alguna vez me enamoré profundamente, cual adolescente de película cliché.
Y aunque me sentía mal por mi amiga, dado que sabía que Haru amaba al ciervo, no podía desaprovechar la oportunidad de usarlo a mi favor.
Y sumida en mis pensamientos ignoré el rápido andar de alguien detrás mío, antes de sentir impotencia y enojo al sentir una mano alzar mi falda por la parte de atrás.
De acuerdo, podrán decir lo que sea de mí, pero que tengan ya la confianza de hacerme esto, no me lo soportaría.
Al voltear con la intención de reclamar aquel sucio gesto, me quedé atónita al ver a un apuesto carnero de dall mirarme con cierta picardía, haciéndome parpadear mostrándole mi confusión. Jamás lo había visto, jamás se me había insinuado; era raro verlo, a pesar de todo. Y aunque seguía con las ganas de insultarlo, no pude.
──Vaya, vaya, pequeña zorra ──dijo, y entendí por su tono que no hablaba de mi especie ──. No creas que no sé lo que tratas de planear.
Vamos, ____, haz de esto algo creíble para los nuevos. Práctica los trucos de Legoshi.
Fingí una sonrisa pícara ──¿A qué te refieres? ¿Será que quieres hacerlo con una carnívora? Tranquilo, que no muerdo.
Bien, mis insinuaciones podrían tener un “sí” de respuesta. Pero, otro consejo: si no quieres hacerlo, basta con decir que estabas cogiendo con alguien más.
──... Sé que eres más virgen que ese idiota de Legoshi, y que solo haces esto por tu amiga ──Mencionó, sorprendiéndome bastante, ¿acaso este tipo leyó mi mente? ¿Dónde mierda estaban las cámaras? ──, y, tu expresión me lo dice todo.
──Umh... Me han dicho que entrarás al mismo club de Legoshi-Senpai, ¿no es así? ──Intenté cambiar de tema para despistarlo. Aunque siendo sincera, no logré mucho. De hecho, ¡no logré nada!
──Sí, y parece que tú eres del club de fotografía ──Dijo. Nuevamente sentí que me acosaba. ¿Sabrá mi dirección, además? No me sorprendería ──, o creo que esas fotos subidas de tono que se están filtrando por la escuela no las tomaste tú, ¿Verdad?
Fotos... ¿Qué?
──¿Disculpa? ──Arqueé una ceja.
──Todos hablan de ti ──Dijo, y me rodeó como si él fuera mi predador y yo su presa ──. Alguien peculiarmente anónimo ha subido a varias paginas nudes de una zorra de la escuela Cherryton. Y, todos acordaron en que la chica de esas fotos eres tú. Eres la única zorra con ese tono tan rojo en el pelaje.
Vale, esto ya era raro, por no decir que escalofriante, extraño y asqueroso.
¿¡Este tipo hablaba en serio?!
¡Todo debía ser falso! No, no debía, ¡lo era! Y por obvias razones yo más que nadie sabía de eso. Y el ver la sonrisa burlesca de este carnero... Me hizo sentir odio... Tanto odio que no entendía... ¿Había sido su forma de hablar? ¿De insultarme? ¿El que me haya faltado el respeto? No lo sabía, pero de que lo quería muerto, así era.
Para el carnero mujeriego que estaba volviéndose popular en la academia, yo no era más que una escoria en la vida, mintiéndome a mí misma, y sobre todo, mintiendo a los demás. ¿Cuánto más se podría entretener si seguía jodiéndome?
Será divertido.
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