🐾 | C h a p t e r N i n e
Cuando ____ entró a su cuarto, suspiró dejando su cámara en su escritorio. Una cámara dada por Louis, con un lente regalado por Pina. Sacó de su cajón aquella foto que Misha le había permitido llevarse, y agarró la foto que se tomó con Pina hacía minutos.
Encendió las luces de su habitación, mientras que tomaba cinta adhesiva. Su cama era una litera, por así decirlo. Es decir, debajo de ella estaba su ordenador y un mueble, y encima estaba ya su cama. Subió las escaleras hasta llegar donde dormía, y sonriente, pegó ambas fotos a un lado de allá, para que al despertar, lo primero que vea sean sus dos fotos favoritas.
Después de pegarlas, sonrió, echándose en su cama y cerrando sus ojos mientras de a poco empezaba a dormirse.
A la mañana siguiente se despertó por unos peculiares golpes en su puerta. Sin muchas ganas se levantó, mientras acechaba a ver quien es.
Abrió a puerta. No había nadie. Al cerrarla de nuevo vio por debajo de la misma un peculiar sobre. Parpadeó un par de veces confundida.
De: Clarice
Para: ____
Era lo único que decía. Pero ella no conocía a Clarice. Solo sabía que era una cordera bastante chaparrita que andaba en el club de baile. Suspiró, abriendo el sobre solo para encontrarse...
──... a ──Miró la peculiar invitación. ¿Ahora qué había pasado?
🐾
Un herbívoro no es un herbívoro...
Si no puede provocar a los carnívoros...
O domarlos...
Pina había salvado a Legoshi. Pero, ¿por qué había decidido involucrarse en ello? Su vida corría peligro en aquel momento, ¿no?
──¡Pina, mírame! ──Gritó una muchacha, a lo que el carnero volteó a guiñarle un ojo. Posteriormente, volvió a ver a sus dos compañeros de teatro.
──Está bien ──Pina suspiró ──. Quiero una discusión pacifica. Así que no me mires como un depredador, Rizz ──Sonrió.
──... Estoy nervioso ──dijo el oso, y en efecto, lo estaba. Pina trataba de mantener ese semblante relajado, al igual que Legoshi.
──Por supuesto que lo estás ──Prosiguió Pina ──. Ahora dos estudiantes saben lo que hiciste. Hay una forma de calmarse, osito...
──Sí. Pina, debo matarte ──dijo sin más Rizz. Pina siguió relajado.
──¡¡No dejaré-!! ──Legoshi fue interrumpido por el herbívoro, quien dejó de sonreír para empezar a hablar de manera seria.
──Yo no haría eso si fuera tú ──La mirada del albino era profunda, confusa, cómo si tratara de manipular a Rizz a su manera ──. Si matas a un miembro más del club, la policía no tendrá de otra más que hacer una investigación.
Los ojos de el oso pardo mostraron pánico. No podía comer a Pina así por así, dado que tenía razón.
──Sería un procedimiento muy simple ──siguió, aún sin mostrar expresión alguna ──. Relacionarían a los miembros carnívoros y tarde o temprano lograrán encontrarte. Hasta un niño de primaria podría hacerlo.
Rizz tragó saliva. Pina volvió a sonreír: ──Oh, Dios. Pareces nervioso... ──Pina se levantó, acomodando la silla dónde estaba sentado ──Lo siento por ti, así que te daré un handicap. No le diré a nadie lo que hiciste... A final de cuentas, es una molestia. Tienes mi palabra... A final de cuentas... Ambos estamos en malas circunstancias...
──¡Urgh! ──Gruñó el oso, frustrado mientras golpeaba la mesa. Pina había ganado en ese sucio juego.
──Pero por ahora... Declararé esto como una victoria para la justicia. Espero no te pongas muy mal durmiendo esta noche... ──dio media vuelta, Legoshi le siguió ──Vamos, Legoshi.
──Ah... Vale... ──dijo el lobo. Ambos salieron, hasta subir a la azotea, dejando a un oso furioso en la biblioteca. No esperaba haber perdido de esa manera, pero seguía expuesto a que revelaran su secreto por parte de Legoshi.
──... Ah, normalmente no me pongo tan nervioso... ──dijo Pina, a un lado de Legoshi. Ambos estaban ya en la azotea, y el albino estaba colgándose del barandal. ──Esto es malo para mis hombros... Y para mis cuernos ──Susurró lo último.
──Pina, te involucraste por qué querías salvarme, ¿no es así? ──Preguntó Legoshi. Pina volteó a verle de reojo ──Eso fue muy arriesgado...
──Bueno, si hubieses luchado contra él, probablemente estarías muerto ──dijo el albino con una sonrisa ──.
──Voy a protegerte de ahora en adelante ──dijo Legoshi, extendiendo su mano ──. Estoy en deuda contigo...
──Está bien ──dijo, y apretó de igual forma la mano del lobo ──. Pero primero, ¿podrías darme tu número de teléfono?
...
──... Perfecto ──dijo el lobo una vez había agregado a Pina a sus contactos ──. De ahora en adelante envíame un mensaje de texto todas las noches antes de dormir. Así sabré que estas bien... Recuerda, cada noche.
──Ah, sí ──dijo el albino, revisando su celular ──... Aunque creo que lo olvidaré si estoy con una chica...
──¡Oh! Además, debo saber tu olor, por las dudas... ──Sujetó el lapicero de Pina, y quien sabe de dónde lo sacó ──Me llevo prestado tu bolígrafo.
──Agh, puedes quedártelo ──Contestó el contrario, tapando su rostro quizás por la frustración ──.
──¡Sé que tu vida corre peligro! ──Exclamó Legoshi en cuanto el carnero dio media vuelta para irse ──¡T-ten mucho cuidado!
🐾
Me uní al club de fotografía porque cuando era más pequeña siempre intentaba dibujar paisajes...
Pensó ____ internamente, paseándose por los pasillos con su cámara en mano, tomando fotos a todos los animales que veía que posaban, aceptando que fuesen capturados en la imagen.
Pero, no sabía dibujar. Y me hartaba poner tantos detalles...
Mi primera cámara fue en un celular cacahuate de al menos treinta yenes.
Tomó una foto a una cebra que estaba caminando con un lagarto. Sacó la foto, y sonrió agradeciendo a ambos el haberse dejado capturar en la fotografía.
Y de allá me di cuenta de que era más sencillo para mí tomar fotos a todo detalle que tratar de dibujar, lo cual odiaba.
Y allá, nació mi amor por capturar paisajes y animales eternamente a través de las fotos.
──¡Hey, por acá! ──Le llamó la atención una dálmata con una gata siamés. ____ sonrió, acercándose a ambas y preparando la cámara. Las dos sonrieron y posaron. La foto fue tomada.
──¡Muchas gracias! ──Agradeció ____, una vez sacó la foto, y se alejó.
──¡Oye! ──Tanto la dálmata como la gata se acercaron. Ella se detuvo ──Las fotos estarán disponibles en el club, ¿verdad? ¿O cómo podremos conseguirlas?
──Bueno, estarán en el mostrador de fotos de el club de fotografía ──dijo, sonriente ──. Aunque de igual manera se subirán a las redes sociales de la escuela. Así que podrán descargarlas de allá.
──Es un proyecto escolar, ¿no? ──Preguntó la gata con cierta duda. La mayor tomó su mentón ──. Disculpa, apenas estoy pensando en que club entrar.
──Sí, de cierta forma es parte de mis trabajos ──dijo, sonriente ──. Ustedes dos van en primero, ¿no?
Ambas asintieron.
──Bueno, apresúrense a escoger un club ──dijo, dando media vuelta y retirándose.
Es una ventaja que a estas horas sólo estén los de primero... Pensó, y suspiró. El resto no se dejaría tomar fotos por parte de mí, la puta...
Era un año menor que Pina, pero estaba en el mismo grado que Legoshi. No era una genio o algo así. Directamente aprobó un examen de mera suerte, y gracias a ello ahora estaba en segundo...
Suspiró, apagando la cámara para guardar batería, antes de que apareciera aquella coneja. Sonrió levemente, hasta quedar frente a ella y agacharse a su altura.
──Haru, quiero disculparme por lo que he hecho ──dijo, y movió su cola de manera lenta ──. Ya dejaré las mentiras de lado. Lo prometo.
──Hasta que al fin razonas y usas esa gran cabeza tuya ──dijo, dando un leve golpe a la frente de la menor. Suspiró, cruzándose de brazos ──. En fin... Oye, ¿no deberías estar en tu club?
──¿No tú deberías estar en el tuyo?
(...)
──Vale, normalmente no entra mucha gente aquí ──dijo Haru, mientras las dos entraban al club de jardinería ──. Solo asegúrate de que el flash sea tenue. La luz artificial en exceso lastima a mis pobres plantas...
La menor sonrió, empezando a tomar fotos al club. Sonreía al admirar todas las flores y plantas... Hacía ya que no tomaba fotos a lugares así, desde que entró al colegio y rara vez salía al campo. El jardín de Haru era lo más cercano que tenía a un paisaje natural.
──Por cierto, ____ ──Interrumpió la coneja, captando la atención de la carnívora ──. He oído lo que le ocurrió al chico de teatro... Y, Legoshi me comentó que habías vomitado demasiado...
──¿Legoshi ya habla contigo de nuevo?
──¡Ese no es el tema! ──Pataleó, para después suspirar ──Creo que deberías aprender a controlar ello. Uh, y ver a el chico. Quizás una visita les convenga a ambos.
──Pero... Soy carnívora. No puedo ir con él así sin más. Sería muy inadecuado de mi parte.
──No puedes vivir con miedo toda tu vida ──dijo la blanca, de manera seria ──. Porque entonces no estarás viviendo... Ni el podrá vivir temiendo a carnívoros, y tú no debes vivir temiendo herir a algún herbívoro. Mira, que estas frente a una.
──Podría comerte si quisiera.
──Ajá ──Le dio un zape ──. Dale, haz caso que soy tu superior. Ahora largo que debo de regar mis tulipanes.
🐾
Me siento muy nerviosa...
Tragó saliva. ¿Estaría bien llegar como si nada, solo llevando ensalada y una rosa?
Si no desea verme, solo le dejaré los regalos y me iré. Sí, eso es bueno.
Quedó parada frente a la enfermería. Suspiró, antes de abrir y encontrarse al oso hormiguero mirando a la ventana, con un yeso cubriendo su brazo que ahora ya estaba unido.
──Oh... Eres tú, ____ ──dijo Kibi, volteando a ver a la zorra, quien tragó saliva ──. Pasa, pasa, eres mi segunda visita el día de hoy, ¡bendita suerte la mía!
──B-b-bueno... Se me hizo cruel que sea la única que no haya querido venir a verte ──dijo, rascando su nuca ──. Pero... Aunque no hayamos hablado como amigos o algo así... No quita el hecho de que merezcas que te traigan algo, o que te deseen pronta recuperación...
──Agradezco que hayas venido ──dijo, y sonrió ──. Uh, espera... ¿Te has traído algo?
──¡A-a-ah! ¡Sí! ──Sacó de su mochila la ensalada ──R-r-realmente no sé si los osos hormigueros comen ensalada, o algo más. ¡D-d-digo! Es que... Agh... Qué puta vergüenza...
──Es perfecto. Gracias ──Cerró sus ojos mientras sonreía ──. Estás muy alejada... ¿No quieres acercarte?
──¡S-s-sería una idiotez de mi parte! ──dijo, y negó con la cabeza ──Digo, no te haría daño, pero...
──No, tranquila. No guardo rencor a ningún carnívoro ──dijo, negando con la cabeza y cerrando los ojos ──. Al contrario, quiero que este pequeño incidente sirva como lección de vida para mí, para poder entender un poco mejor acerca de los carnívoros y su fuerza.
──... ¿No estás enojado con Tao?
──No tendría porque. Estoy perfectamente consciente de que todo fue un simple accidente. Ahora, al menos agradezco que no haya pasado a mayores, y que Tao igual esté mejor...
──¿Él ha venido a verte ya?
──Un poco antes de que tú llegaras ──Sonrió de nuevo ──. Espero ansioso curarme pronto y volver a las actividades del club.
──Oh, ¡C-c-cierto! ──La zorra mostró sorpresa ──Quería que fueras el primero en enterarte. Tomaré de ahora en adelante medio día de clubes, dedicándole ahora mitad y mitad diaria a fotografía y teatro... Será cansado, pero quiero ayudarlos a todos...
──¡Que excelente noticia! ──dijo Kibi, sonriendo ampliamente, provocando que la zorra hiciese lo mismo ──Mucha suerte. ¡Estaré gustoso de verte allí en un futuro!
──¡G-g-gracias! ──Exclamó, algo avergonzada ──Antes tenía miedo a estar allá, dado que allí llegó a estar Louis, y quería tratar de olvidarlo... Pero, al final, creo que podré soportarlo si Legoshi esta allá, además, de que haré muchos amigos. S-s-sé que la pasaré genial.
──Vale, ya entiendo... Te gustaba Louis-Senpai ──dijo, cerrando sus ojos con una sonrisa.
──... Pero es que... Ha desaparecido. Y, pues... Pensarlo me duele... ──Su alarma sonó, miró al celular ──Oh, disculpa. Me he desviado del tema... Debo irme, Kibi. Fue todo un gusto haber venido...
──Para mí fue un gusto recibirte, ____.
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