
C h a p t e r F i v e
Mientras acomodaba las luces, suspiró, a la vez que sentía a alguien sentarse a un lado suyo sólo para ver a Juno empezando a coser el telón.
La menor arqueó una ceja, pero siguió en lo suyo.
──... Y... ¿Es cierto lo que cuentan? ──Preguntó la loba ──De que... Tú, y Legoshi... Han follado.
──... Esa es una pregunta demasiado íntima para ser la primera vez que hablamos ──dijo, sorprendiendo a la de pelaje marrón. Esas habían sido exactamente las mismas palabras que le dijo Haru cuando se conocieron.
──Disculpa ──dijo, y se formó un silencio de al menos ocho segundos ──. Y... ¿Sabes dónde está? Un amigo nos dijo que fue a ver de un tío.
──Sí, así es ──dijo ____, y le puso un filtro rosado al lente de su cámara ──. Nena, disculpa, ¿no te importa que te tome un par de fotos? Nada más para probar qué tan bien queda esta cosa.
──Uh... De acuerdo ──Ambas caninas se levantaron, mientras que la más chaparra entre ambas busco entre los vestuarios un vestido rojo.
──Ponte esto, ¿sí? Creo que el color rojo resaltaría más. ¡Quedará fantástico! Sobretodo en alguien tan guapa como tú.
──¿G-guapa? ──Juno se sonrojó levemente. No por pena, sino que, con ella ya eran dos chicas que directamente le debían bonita a la cara. Curiosamente, y de nuevo, la primera había sido Haru.
──Sí... Eres una loba bastante bonita ──dijo, mientras que Juno cerraba la puerta con seguro para quitarse el uniforme.
──No es que no sepa que lo soy ──dijo la loba, y comenzó a probarse el vestido ──... Me considero bonita, pero no de una manera presumida. Es sólo que... Siempre, me han respetado y no ha habido nadie, ni siquiera macho que me haya dicho de esa manera.
──Eres muy popular entre los hombres, ¿lo sabías? ──Preguntó ____, ayudando a cerrar el vestido de la contraria ──Es sólo que... Supongo que eres ese tipo de chicas amables que siempre ayudan. Serías una excelente beastar.
──... S-supongo que gracias ──dijo, y ya se había terminado de poner el vestido ──. En serio, gracias... ¿Está bien así?
──Desde luego ──sonrió la nombrada ____, tomando su cámara con el filtro ya puesto, y la loba posó para empezar esa pequeña sesión de fotos.
🦊
La muchacha estaba por los pasillos, tapándose la boca, evitando vomitar. Corría de manera rápida, siendo seguida por aquel lobo.
Encontró un bote de basura a tiempo, soltando todo, y el lobo se agachó, palmeándole la espalda en un intento de controlarla.
──¡Santo cielo, ____! ──dijo Legoshi, y suspiró ──. ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?
──Chinga tu madre, Legoshi ──dijo, empujando al lobo mientras se secaba la boca. Tosió ──. ¿C-c-cómo te atreves a llegar así de la nada?
──No, hablo en serio, ¿estás bien? ──El de pelajes blancos tomó el rostro de su amiga ──¿Ahora por qué estás vomitando?
──¡Me agarraste por sorpresa! ¿Ok? ──Se levantó, sacudiendo su falda ──Me pasa cuándo me siento mal... Acómpañame a limpiarme el hocico...
──Uh... Pina... ──La menor prestó atención al oír ese nombre ──Él me dijo que habías ido... Al mercado negro. ¿Estás bien? ¿Te controlaste?
──¿Te dijo que fui sola? ──El lobo asintió ──Tsk... Sí, fui a buscarte, hijo de perra. Ahora dime, ¿dónde demonios estabas? ¿No que no pensabas regresar nunca? Marica cobarde.
──Bueno... Yo... Quiero volverme más fuerte. Quiero... Protegerlos a todos.
──Uh, es curioso ──Volteó a verle con una sonrisa cínica, y luego su expresión cambio a una de odio, y le pisó el pie, provocando que el lobo se lastimase ──¡Eso es justo lo que está enfermando a Haru!
──¡¿H-haru está enferma!? ──Preguntó aterrado, dejando de quejarse y acercándose a la zorra, quien lo ignoraba ──____, dime, ¿ella está bien? ¿Está muy mal?
──¡Está en buena salud! ──gritó, y ambos pararon en medio del pasillo ──Pero su corazón esta enfermo, Legoshi. No puede soportar la presión de lo que está pasando. Te necesita ahora más que nunca.
──Yo... La veré cuando sea más fuerte.
──Oh, que la chingada madre ──Volvió a caminar, ahora con más prisa ──. Eres muy... ¡Agh! Me confundes. Si tanto la amas, debes ayudarla.
──¡No es el momento!
──Momento mis huevos ──dijo, mirándolo directamente a la cara, alzando levemente la cabeza ──. Legoshi, ella me odia, ¿ok? Ahora, creo que así como tú la evitas a ella, y ella a mí, estoy en mi derecho de evitarte a ti. ¿Quedó claro?
──Pero-...
──No, chinga tu padre ──finalizó antes de entrar al baño de mujeres, entrar a uno, y vomitar en la taza del baño.
Sentía la necesidad de soltar lo poco que había comido, dado que, bueno, no comió tanta comida. Sentía ácida su garganta, como si hubiese estado en una piscina y se hubiese tragado medio litro de agua con cloro, para que al siguiente día duela como el infierno y le cueste la simple acción de tragar agua.
Así eran las cosas para ella.
Desde que se involucró con Legoshi, Haru y Louis, no había parado de tener experiencias brutales, extrañas, y perversas. La noche anterior fue al mercado negro y a duras penas había podido controlarse. Llegó a ver a Pina de forma apetitosa, y su tío le había dado una mordida de un ala de gaviota cruda para calmar esa sensación. Había sido justo en el momento que estaba decidida a comer a el carnero cuando su tío la divisó y la llevó, dándole comida suficiente y después, regresando a ambos estudiantes a la escuela.
Se sentía mierda. Comió carne, y ella se prometió a sí misma nunca hacerlo. Sintió un par de palmadas en su espalda. La jefa del club de fotografía, Misha, estaba en cuclillas a un lado de ella.
──Vale, me quedó claro ──dijo, y los ojos de la prota empezaron a humedecerse ──... Estás pasando por demasiados problemas.
Le extendió una servilleta. La canina la tomó, pasándola por sus ojos, y después por su hocico. Suspiró, y miró a su superior, quien la miro con cierta pena, exigiendo que ella le contara sus problemas. No eran amigas, y rara vez habían hablado (sin contar la anterior discusión que tuvieron), pero la gata era ese tipo de animales empáticos, que se ponían en los zapatos del otro, y siempre quería buscar una solución.
Ella misma, en más de una ocasión decía siempre:
──En mi vida pasada fui una excelente beastar. Oh, qué pena que el sueño de mi anterior yo no sea el mismo que yo tengo ahora...
____ no se pudo controlar más, empezando a llorar a mares. Misha la sujetó cuando estuvo a punto de tirarse al suelo, y le acarició la espalda para consolarla. Nunca vio a aquella zorra de pelaje rojizo como alguien vulnerable. Desde que entró al club había sido muy tímida, sí, pero nunca se rompía con facilidad.
──... E-e-es que... No sé qué me pasa. Me siento mal por todo ──Admitió llorando, y la gata sintió un peculiar olor a vergüenza ──... Y, lo que hacen mis amigos me hacen sentir peor. Quería ser la puta, pero no me sale, y ahora que quiero dejar de serlo todos ya creen los rumores. No sé qué hacer...
──Oh, ____ ──acarició su cabello, como si de una madre a su hija se tratase. Y de igual manera apretó el abrazo ──. Tú... No tienes porque preocuparte por nada que no sea realmente tu culpa. Escúchame... No soy buena dando consejos... Pero... Con gusto, puedo concederte el favor que quieras, ¿sí? Aún te debo lo que hiciste por mí...
──... Snif... N-n-necesito que alguien más se haga cargo de teatro. Ya no quiero estar en ese club... Sólo me enferma...
La contraria tragó saliva. Suspiró.
──Vale. Yo haré el resto. Pero por favor, deja de sentirte así... Mira, haz un pequeño trabajo de club por mí. Te hará sentir mejor, ¿sí?
──... ¿Q-q-qué necesitas...?
──Por favor, toma muchas fotos. ¡Hermosas! Haz lo que más amas, y de corazón.
🦊
──¿Entonces ya no nos ayudarás con el club? ──Preguntó Legoshi, ayudando a su amiga a acomodar las cajas que tenían sus pertenencias.
──No. Estar acá me trae recuerdos de Louis. Y lo que necesito es olvidarlo ──Dijo, y se llevó varias cajas ──. Está decidido. ¡No más romances falsos por ahora! Así que, puedes decirle ya a todos que... Bueno... Tú y yo nunca lo hicimos.
──a-ah... Vale ──Legoshi inhaló el aire, sintiendo como cruzaba un peculiar aroma por sus fosas nasales. ____ no se había bañado desde que regresó del mercado negro. Olía a sangre ──. Por cierto... Pina y tú... Han estado hablando mucho últimamente, ¿no?
──¿Oíste los rumores? ──____ abrió sus ojos sorprendida, mientras volteaba a ver al causante de aquella duda. Legoshi retrocedió un poco con las manos en son de paz, y tragó saliva.
──Oí que los han visto en el baño juntos ──dijo, y vio el enojo en el rostro de su compañera ──. N-no es que los crea, claro. Pero... Bueno, nunca te he visto estar así de junta con un herbívoro macho desde... Bueno... Louis...
──... Ugh ──suspiró, bajando la cabeza y encorvándose en señal de impotencia. Jadeó, y miró a su amigo mientras se ponía firme de nuevo y tomaba sus caderas ──. Sí, últimamente he estado cerca de ese carnero... Aunque no hemos hecho la gran cosa juntos. Más bien, puedo jurar que es él quien me busca a mí.
──Dicen que Pina es un mujeriego.
──Me ha dicho varios nombres, y no ha acertado al mío en ninguna ocasión ──dijo, y cargó dos cajas ──. Bueno, Legoshi. Ya para terminar, no estaré mañana en la escuela.
──Ah ──no mostró demasiada sorpresa, sino más bien, intriga ──. ¿Y eso?
──Dice Misha que quiere que tome fotos de todo lo que me guste. Creo que mañana me tomaré el día y saldré a dar un paseo.
──Vale, ya entiendo ──Ambos dejaron las cajas en la puerta del club. El de pelo blanco pasó un brazo por su frente, y después abrazó a su amiga, sorprendiéndola ──. Sabes que cualquier cosa, estaré allí para ti.
──Ah... ¿Ok? ──Legoshi la soltó, y se alejó corriendo.
──¡Suerte mañana! ──gritó, para regresar a su club. La menor suspiró, cruzándose de brazos.
Entró a aquel salón de tonos amarillentos y rojizos como su pelaje. Sonrió, viendo en la pared varias pinturas y fotos de paisajes o animales de la escuela. Rió levemente y se acercó con nostalgia a una que estaba colgada en una soga con pinzas. En ella, estaban Louis, Haru, Legoshi y ella. Los tres últimos posando para la fotografía, y Louis, detrás de ellos mirándoles indiferente.
Descolgó la foto, mirándola con nostalgia. Aquella fotografía había sido parte de su examen, y directamente juntó a las tres personas más importantes para ella. Fue la mejor del club... Una lágrima mojó la imagen, y se secó de inmediato. Fue el último momento donde los cuatro estaban juntos, juntos como amigos. De allá en adelante empezaron a distanciarse demasiado. Un golpe le hizo reaccionar, viendo de nuevo a Misha en el borde de la puerta, cruzada de brazos.
──Uh... ──La felina suspiró, y se acercó a la más chaparra ──Nena, eso es parte de la escuela ahora... Pero... Si quieres, guárdala, y consérvala como un recuerdo de aquellos quienes amas...
Dijo, antes de abrazar de nuevo a la protagonista e irse de allá.
La menor sonrió, aún llorando, Mientras sujetaba la foto contra su pecho. Se secó las lágrimas nuevamente, hasta que unos peculiares golpes detrás del aula captaron su atención.
Miró con intriga la puerta trasera del club, donde iba la bodega. Ladeó una de sus orejas, al igual que su cabeza, en un intento de oír mejor.
Se puso a cuatro patas para más cautela, y gateó, abriendo la puerta evitando hacer ruidos. Gracias a que era de tarde, fue muy fácil que nadie se haya percatado de que la puerta fue abierta.
Y, lo escuchó. Una pareja de amantes besándose frenéticamente, sin piedad, a un gran nivel de calor y excitación. Se sentía al aire, y al olor.
El chasquido de las lenguas y los labios, los cuerpos pegándose, le estaban tentando a lo prohibido. Aunque ese peculiar aroma que llegó a la nariz de la protagonista la hizo darse cuenta de quién se trataba. Puso una expresión seria, aún agachada, y evito reírse después de la escena.
──Umh... Sí ──Gemía Pina entre el beso, al igual que aquella animal de especie indefinida ──Sigue así, ____...
La que estaba escondida abrió sus ojos sorprendida. ¿¡qué peDO-?!
Ante la sorpresa, su cabeza se aporreó con uno de los artilugios, provocando un sonido metálico. Creyó que iba a ser delatada, pero aquel sonido no fue nada comparado al escandaloso ruido de la bofetada que la hembra soltó al carnero.
──¿¡A quién te atreves a llamar ____?! ──Exclamó, furiosa, y se alejó ──¡¿Quién es ella?! ¿Sabes qué? ¡Me largo!
──¡N-no, espera! ──Pina trataba de alcanzarla ──E-escucha... Eh... ¡Marly! ¿No? ¡K-Kassiri!
La menor plasmó un poker face en su cara, bastante sonrojada, sin ver al carnero irse de allá.
Tapó su boca, aún en ese estado de shock.
Pina por primera vez había dicho su nombre. Pero nunca espero haberlo oído de su boca de esa manera.
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