Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 19: Segadora de almas.


- ¿Quién demonios eres tú? – Dijo Zuleima – Me has acompañado con demasiadas aventuras, aunque fuera solo el inicio, me has abandonado rápidamente y vuelves de la nada para despojarme de la pobre Minerva. Me obligas a pasar ridículos pasillos de caramelos, dulces y polvos azucarados, repletos de sucias criaturas, luchando contra una vagina satánica y ahora... ¡¿Qué?! ¡¿Qué demonios significa todo este circo sin ningún sentido?! ¡¿Qué clase de labor llevaré a cabo si es que tiene alguna coherencia todo esto?!

-Zuleima – Dijo la voz – Muy pocas veces, lo digo en serio. Pocas veces he conocido a alguien con tu.

- ¡Oh no no no no! – Dijo Zuleima furiosa - ¡No aceptaré blasfemas alabanzas por parte de una criatura de ultratumba!

-Te pido que me escuches, Zuleima – Dijo la voz.

- ¡Pero yo!

- ¡Escuchad! – Dijo la voz furiosa.

Todo el pozo, repleto de cadáveres de los viejos peleadores, que se derretían por el estado de putrefacción, se desvanecían, al igual que todas las paredes del pozo.

Lentamente, Zuleima sintió como su cuerpo flotaba, por todo un enorme vórtice de colores verdosos, amarillentos y azules, mientras su cuerpo se sentía en llamas, a la par, volvía a tener aquellas sensaciones que su anatomía humana tenía, hambre, sed y dolor muscular, palpitar del corazón y capacidad de respirar.

Junto a ello, la ropa que había usado se había vuelto normal. Su piel cambió, su cabello se sintió humano de nueva cuenta, pero sus dientes y sus ojos eran exactamente iguales.

Miró su pecho y notó que todo había vuelto a ser igual que antes, que tenía un torso humano, a excepción de cuatro puntos en su seno izquierdo, donde sus manos, las cuales todavía podían sacar garras, podían entrar.

Sacando las uñas filosas y metálicas, Zuleima metió estas en los orificios y abrió, al igual que anteriores veces, la puerta par absorber almas. Sin embargo, en esta ocasión, lo que absorbía almas no era un manojo de carne; su pulmón, unido con su corazón, habían sido mezclados, generando entre ambos una boca, la cual aspiraba cualquier alma presente.

El lugar era otro, en lo absoluto. Se encontraba en la punta de un barranco, viendo el suelo, que en realidad era agua fría de colores brillosos amarillentos. Todas las piedras y cuerpos rocosos frente a ella también tenían colores verdosos. El cuelo era azulado con un tono amarillento. Todo generaba un aura ciertamente sobrenatural, aunque sin llegar a ser grotesca. Era, de hecho, para Zuleima, algo reconfortante; el hecho de mirar al cielo o a cualquier parte sin miedo a que algo malo pudiera pasar, si bien no era completamente posible eso para ella en aquel momento, darse una ligera idea era todo lo que necesitaba.

Respiraba hondo y dejaba que sus pulmones volvieran a funcionar de forma optima como en los viejos tiempos; los nervios se desvanecen, la tensión se disipa y el temor se difumina.

-No has vuelto a ser humana, Zuleima – Dijo la voz, la cual emergió como una esfera espectral de color verde del cielo amazul.

- ¿Qué se supone que eres? Y más aún – Preguntó Zuleima con curiosidad excesiva - ¿Por qué me has ayudado hasta ahora?

La esfera espectral formó una masa extensa frente a Zuleima, la cual comenzó a tener forma de un ser humano. Esta persona tenía el cabello negro rizado, los ojos cubiertos entre gafas, con uniforme de militar y un enorme rifle en su espalda. Llevaba un casco destrozado y su porte fornido era asediado por una mirada agotada.

-Se que has escuchado de mí. Se que te preocupas por mi hija...

- ¿Hija...?

-Quizá el pobre Stan te habló de mí, aunque fuera un poco. Mi nombre es Grant Schedder – Dijo el alma de soldado.

- ¿Tu eres...?

-Era el padre de Minerva – Dijo el soldado – Agradezco por completo que la hayas cuidado. No me hubiera perdonado jamás que algo le hubiera pasado algo.

-Oh... gracias – Dijo Zuleima – Pero no entiendo como...

-Mira Zuleima – Dijo Grant – Todo lo que has visto te ha causado horrores indefinido, te ha generado sentimientos encontrados. El infierno en el que te has encontrado antes de llegar aquí, aunque me lamente en decirlo, no es nada comparado con lo que verás en lo que tendrás que ver, en lo que te deberás aventurar.

- ¿Qué?

-Si...

- ¿Quién se supone que eres?

Fue allí, mientras flotaba, que Grant empezó a contar una historia.

-Solo recuerdo los disparos, las explosiones. Mis tímpanos eran destrozados mientras el batallón emergía de forma precoz de aquella camioneta. Todos mis colegas iban y corrían como niños para jugar con armas. Eran tan inocentes, o tan idiotas para siquiera pensar en los horrores que después vendrían...

...Solo recuerdo las palabras de mi amigo Gunter y las burlas de Stan, quien cercano a mí, solo era un bribón que se burlaba de todo y nada era serio para él. Todo era un chiste de muy mal gusto, o simplemente una mofa...

...Cuando vi a mi amigo Gunter morir por una explosión de una granada, no pude mirarlo a los ojos, mientras me daba la carta; una carta para su prometida, Alviria...

...Después de salir de la guerra, no pude soportar la tristeza en el alma de Alviria, quien no quiso saber sobre nada de ello luego de la noticia...

...Luego de la guerra, luego de todo el desastre entre los bolcheviques, los ingleses, los estadounidenses, los italianos y los alemanes, solo pude sentir que no pertenecía a ningún lado. El Kaiser nos felicitaba por nuestra humilde labor, pero no era más que una treta desagradable...

...El hermano de G unter, Adolf, jamás aceptó la derrota, viéndose siempre culpando a los cemitas por nuestra perdida; más de ellos que mía. Irritable y ofendido, inició platicas, oraba contra un pueblo definido, defendía la derrota no causada por un precipitado aporte a un pueblo sin dirección; los rusos no eran los causantes de ello; la supuesta tregua no había sido la responsable; en la mente de su enfermizo hermano, era culpa todo de la aceptación a nuevos y sucios alemanes, la sangre sucia...

...Intentaron reclutar todo hombre, todo soldado y todo alemán de sangre pura; evidentemente no estaba de acuerdo y no quise unirme a las tropas de Adolf...

...Nada grata fue mi sorpresa cuando, caminando por las calles de Berlín, cerca de una cantina, la más deplorable de la ciudad, una camarada de las fuerzas de Adolf, sin nombre ni símbolo aún, me habían secuestrado...

...Usaron mi cuerpo como un juguete por días, y antes de morir por el dolor, la agonía y perdida de casi todos mis sentidos, excepto la vista, el enfermo me mostró a mi pobre hija y a mi esposa, desnudas...

...Ambas fueron cubiertas con una bolsa de papas en la cabeza y enviadas junto a un grupo de científicos hacia la oscuridad. Una oscuridad que no quiero recordar...

...Solo veo, en mis ojos, en mis memorias y en mi corazón, un odio pero tristeza, ambos, reprimidos y a punto de estallar siempre que recuerdo la desgracia que mi vida no pudo evitarme hacer ver...

...No quiero decir que me arrepiento de la elección, no obstante, si ellas siguieran con vida, podría decir que hubiera decidido ser un cerdo controlable por ese sucio bastardo antes de ver morir a lo último que el mundo tenía para mí...

...Mi hermosa Elena y mi pequeña hija, Minerva.

-No puedo creerlo – Dijo Zuleima.

-Zuleima – Dijo Grant, sintiendo como su cuerpo se desvanecía, perdía su forma humana y volvía a su materia espectral – No me queda mucho tiempo. Y no pienso mentirte. Siempre podrás contar con que, a pesar de haber pasado lo peor, lo que sientes que es lo peor, siempre puedes caer más abajo, que algo más horrido se puede presentar frente a ti. Solo debes contar con que voy a estar aquí, guiándote, aunque no sea en mi forma física.

-No entiendo nada – Dijo Zuleima – Grant ¿Qué tengo que hacer?

-Solo debes aceptarlo.

-Aceptar... ¿Qué?

El alma de Grant había dejado de ser humana, convirtiéndose en una esfera de color verdosa, la cual regresaba lentamente al cielo. Pero, las palabras de Grant seguían sonando, siendo escuchadas por Zuleima.

-Desde aquí, Zuleima, dejarás el plano físico, tu naturaleza humana y trascenderás a un nuevo plano, a una nueva labor, más profunda. Serás una verdadera segadora de almas.

-No se si sea capaz – Dijo Zuleima, mirando al cielo.

-Has sido capaz de llegar hasta aquí... puedes ser capaz de más cosas... te guiaré y solo eso haré. Confía en mi... es lo menos que puedo hacer después de que cuidaras a mi hija...

La voz dejó de hablar y el cielo volvió a su misma forma uniforme de colores verdosos.

-Sigue tu paso hacia el otro lado de el gran cañón. En las lejanías encontrarás una cueva. La única entrada al otro lado de la enorme montaña que es el pueblo de los Henkar.

-Henkar... ¿Qué son ellos?

-Lo descubrirás después de llegar allí. Ahora ve.

Zuleima vio detenidamente el otro lado del gran cañón, con el suelo o el mar, repleto de dolorosos vórtices y agua brillante.

Viendo que clase de tarea tenía ahora, sintiéndose abrumada, hizo una última pregunta al espectro.

- ¿Qué ha sido de mi hogar?

-Si quieres volver – Dijo la voz por una vez más – Deberás salir de lo que resta en este lugar. Si no, simplemente deja de luchar. Sin embargo, te conozco bien y se que no dejarás de hacerlo, tras haber llegado muy lejos, aunque fuese todo solo una mera preparación.

Zuleima había entendido que significaba eso. No tenía tiempo que perder, y ahora, sintiéndose más viva que nunca, vio como detrás de ella, una capa volaba hacia ella. Al llegar, notó que era su bata, la bata de Nora.

Con la remembranza de los círculos, su preparación fue útil, viviendo más de una sola enseñanza o posibilidad; en la defensa de lo correcto, en la pelea contra lo desagradable, en la búsqueda en lo grotesco, en la confianza de lo posible y lo mortalmente callejero de su alma.

Ahora, con ello aprendido, Zuleima tendría que viajar de nueva cuenta aun nuevo lugar, a nuevos parajes; a una nueva desgracia y más irritables horrores. Pero el miedo, la incertidumbre de su humanidad se había desvanecido.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro