―Tú le cambias los pañales y yo les traigo su comida.

Aunque hubo complicaciones en el parto, Yun pudo salir bien junto con sus dos bebés. Habían pasado dos meses desde que Armando pudo sentir lo que era ser padre y la frustración de escucharlas llorar toda la noche, agotándolo más de lo que su taller lo hacía.

Armando negó ante la propuesta de Yun. ―No, vomitaré el desayuno si lo hago. ―Ninguno de los dos daría su brazo a torcer y es que a Yun también le daba asco.

Esto de ser papás primerizos no era tan divertido como pensaron.

El pelirrojo tomó a una bebé y la otra fue a parar en brazos del alfa. ―Yo cambio a Xiang y tú cambias a Lian ¿Sí? ―Armando asintió, al menos no tendría que oler dos pañales y Yun no tenía que lidiar con dos bebés que lloraban al estar un tanto rosadas de sus piernitas por lo rellenitas que estaban.

Las dos nenas sonreían al sentirse envueltas en el aroma de sus padres y en los brazos cálidos de éstos, se chupaban su dedo pulgar como chupete y a Grúas le parecía sumamente adorable que las niñas dejaran babeada su camisa.

Yun hizo una mueca de asco. ―No hagas eso Lian, es asqueroso. ―Regañó, recibiendo una mala mirada por parte de su alfa. ―Hey, no porque sea mi hija significa que no me de asco.

Ambas familia se encontraban en la habitación de las dos cachorras, limpiando la suciedad de su trasero y haciéndoles unas muecas graciosas para que las pequeñas se divirtieran y no forcejearan al ser cambiadas de pañales. ―¿Dónde está bebé? ―Preguntó el alfa, tapándose los ojos y escuchando las carcajadas de Lian. ―¿Dónde?

―No le hagas caso Xixi, tu padre es miope. ―Le susurró a la otra pequeña, viéndola mostrar sus encías, y eso sin duda le pareció tierno. ―Tú debes ser como yo y no como Lili y tu papá, porque nosotros tendremos swag ¿De acuerdo? ―Acarició las suavecitas mejillas de la bebé, deleitándose de las risitas que su cachorra dejaba salir.

El día que nacieron las pequeñas, los padres estuvieron indecisos a quién le podrían los nombres que ya habían escogido, buscaron algunos rasgos que se parecieran a Yun y a Armando, pero como las bebés aún eran recién nacidas, no tenían ningún parecido con los dos.

Juanjo dijo que lo hicieran al azar, lo más probables es que Xiang se pareciera a Yun y que Lian fuera la reencarnación de Armando, así que eso hicieron. Cuando los rasgos de las bebés fueron más visibles, supieron que habían hecho lo correcto al seguir las instrucciones del hermano mayor de Yun.

Lian era la viva imagen de Yun, sus ojos gatunos, su piel realmente pálida pero la sonrisa sin duda sería como la de Armando. Grúas lloró de que las bebés tuvieran parte de su omega y de él, le había hecho ilusión desde antes que nacieran.

Xiang era Armando pero en mujer, lo único diferente era igualmente su sonrisa, mostraba toda su encía al sonreír. Sin duda las dos cachorras se parecían a sus padres.

―Tenemos que apresurarnos, llegaremos a la final a éste paso. ―Armando tomó a Lian nuevamente entre sus brazos, ya vestidita y oliendo a limpia. ―Necesito tranquilizar a Gustabo o dejará plantado a Juanjo.

Yun hizo un puchero. ―Ya no quiero ir a la boda. ―Tomó a Xiang, meciéndola en sus brazos. ―Juanjo es un mentiroso, dijo que nos casaríamos el mismo día y velo, no me estoy casando tampoco.

―Estamos comprometidos, amor ―Trató de no sonar nervioso. ―Solo que tú dijiste no estar listo para casarte en éste mes y Juanjo no quiso esperar más.

―Pues ya cambié de opinión. ―Yun tomó la pañalera de Xiang y caminó hasta la salida, azotando débilmente la puerta. ―Tu padre es un tonto, tenía que haberme insistido. ―Le dijo a su bebé, subiéndose en la camioneta de sus padres. ―Vámonos mamá, dejemos a Armando con Lian. ―Puchereó, escuchando la risa de Tzuyu.

Yun no entendía porque lo estaban arreglando tanto, si el que se iba a casar era su hermano, no él. Igual no se quejaba.

―¿Se puede saber por qué nos ponen el mismo traje? ―Yun preguntó mientras era levemente maquillado.

―Porque somos hermanos. ―La simple respuesta de Juanjo hizo que el menor virara los ojos.

―No somos gemelos. ―La estilista ahora le arreglaba el cabello, ondulando su pelirrojo cabello, no se le veía tan mal.

A Juanjo también le ondulaban el cabello mientras ambos hermanos se miraba por a través del espejo. ―Solo nos llevamos dos años más, somos casi gemelos.

―Mentira, porque mientras tú ya sabías hacer burbujas de baba, yo competía contra un chingo de espermas.

Nadie más dijo nada, dejándose arreglar y yendo hasta donde los demás invitados se encontraban.

La boda se estaba realizando en el patio de la casa de los Kalahari, pues el Kalahari mayor había querido que su boda fuera al aire libre. Los presentes disfrutaban de una gran variedad de bocadillos y el que casaría a la pareja sorprendentemente sería el exesposo de Juanjo, Raúl.

Habían logrado quedar bien después de que Rubier fuera a terapias psicológicas y entendiera que todo el mal que le había hecho a Juanjo había estado realmente mal y que sus hijos estaban mejor en manos del omega que de él. Y bueno, a Horacio no le quedó de otro más que aceptar que no estaría mejor que con su padre omega.

Entre los invitados se encontraban los hermanos Fallet. Armando los había invitado al saber que Tonet también había aceptado en ser orientado y cumplir con lo que había causado, solo estaba esperando su sentencia para ir a prisión por unos cuántos años, quería pagar por lo que había hecho y el juez tomó aquello como una buena conducta, dejándolo libre en lo que el juicio llegaba.

Pero eso no era lo más sorprendente, si no cuando Yun y los demás se enteraron que Tonet y Raúl estaban saliendo, pues a pesar de que ambos eran alfas, el animal interior de Tonet había reaccionado de manera positiva al estar cerca de Raúl y bueno, el alfa se arriesgó a estar en una relación que la sociedad aún veía como asquerosa. Raúl por otro lado no se resistió a los instintos de su animal y aceptó intentar algo con Tonet.

―¿Ambos van a casarse? ―La madre de Gustabo se acercó a los hermanos Kalahari con una sonrisa amable. ―Me gustan sus trajes, se ven maravillosos. ―Halagó la mujer omega, sacándoles sonrisas tímidas a los menores.

―Solo Juanjo va a casarse. ―Yun dijo, un poco -mucho- celoso de su hermano.

El Kalahari mayor iba a contestar cuando el sonido de las bocinas hizo ruido en el patio. Armando se encontraba en la plataforma, con un traje negro y una cajita pequeña en las manos, sonriendo cómo él solamente sabía y poniendo sus dos ojos en líneas rectas, luciendo adorable.

Yun se preguntó si su alfa iba a cantar o algo por el estilo.

―Buenas tardes, lamento interrumpir, pero tengo algo muy importante qué decir. ―El alfa sudaba por los nervios, posiblemente quedaría en ridículo con lo que haría. ―Sabemos que estamos aquí por la boda de nuestra hermosa parejita, pero también les tengo una sorpresa y es la que se mencionó en las invitaciones. ―Juanjo aplaudía bajito, emocionado. ―Estoy bastante nervioso, porque llevo planeando esto con Juanjo y tengo miedo que no salga como pensábamos.

Los invitados estaban atentos con el discurso, otros pensaban que la boda se cancelaría y dirían que Armando y Juanjo siempre fueron amantes o algo así. Otras personas se hacían la idea que Yun se negaba a pensar.

―A Yun le hacía ilusión casarse el mismo día que su hermano, pero nunca planeamos nada, así que me deprimí un poco por eso. Incluso de lo enojado que mi omega se encontraba, me dejó junto con Lian en la casa y prefirió venir solo. ―Todos rieron, sonrojando al omega por su berrinche. ―Tal vez me estaré colando en la boda de mi amigo y la de su omega, pero veamos el lado positivo, no se gastará más dinero.

Todos volvieron a reír. >>―Así que decidí cumplir el sueño de mi omega. ―Los ojitos gatunos de Yun se cristalizaron y la bebé en sus brazos aplaudió. ―Yun, ven acá y deja a Xiang con Juanjo. ―El omega hizo lo que se le ordenó y Kalahari mayor tomó entre sus brazos a la nena que parecía estar más feliz que nunca.

Yun caminó hasta donde Armando se encontraba con un micrófono en mano. Pronto sintió cómo la mano izquierda de su alfa tomaba su cintura, mirándose frente a frente. ―Armando... ―Susurró, su gato brincaba y movía la cola emocionado por lo que se venía.

―Mi omega, estuve emocionado esperando el día en que pudiera decirte esto, posiblemente no lo imaginé teniendo dos preciosas hijas y que fuera en la misma boda de tu hermano. ―Armando hizo contacto con los ojos de Yun, viendo como sus pupilas estaban dilatadas. ―Debes saber que te quiero para toda la vida y que la marca en tu cuello confirma lo que estoy diciendo, no amaré a otra persona que no seas tú. ―De pronto la gente a su alrededor desapareció y solo existían ellos dos. ―Cásate conmigo Yun, y que la argolla que llevas en tu dedo no se quite nunca y que cuando te presente como mi omega, otro adjetivo acompañe esa frase y sepan que también eres mi esposo.

Las manos de Yun temblaban, su pulso estaba descontrolado y sus bellos erizados, su alfa era el mejor amigo que hubiera querido tener. ―Habiendo miles de omega viniste a enamorarte de mí... ―Yun dijo, sacándole una carcajada a Armando.

Grúas dejó de abrazar la cintura de Yun y se hincó para sacar de la cajita un estuche pequeño donde una argolla de diamante reposaba. Quitó el antiguo anillo que el dedo anular de Yun tenía y lo reemplazó por el nuevo. ―¿Quieres ser mi esposo, omega?

El pelirrojo asintió, mostrando su linda sonrisa de gomita. ―Ya pusiste el anillo, así que no me queda de otra más que aceptar. ―Con la mano derecha se limpió las pocas lágrimas que habían salido por la emoción.

El alfa se levantó y envolvió con sus brazos la cintura del menor, soltando suspiros y relajando su cuerpo, había tenido bastante miedo de ser rechazado a pesar de que él y el omega ya eran mucho más que dos simples esposos.

Ese mismo día se llevó acabo el casamiento de los hermanos Kalahari. Yun solo había imaginado estar como un invitado más, y siendo un omega triste por no estar en la misma situación que su hermano, sin embargo se le había olvidado que su alfa siempre le sorprendía y que le daría la noticia que siempre esperó.

Nunca imaginó estar enlazado con su mejor amigo, ni haber formado una familia, pues siempre pensó que estaría toda su vida enamorado de la persona que creía inalcanzable.

Después de todo ya no era un Yun en cinta, sino un Yun casado y con dos hermosas bebés.

holaa

este fic ya llegado a su fin, muchas
gracias a quiénes la están leyendo o
la leyeron y a quiénes están votando. c:

y de nuevo muchas gracias a
bangkatte por dejarme adaptar su historia. ^^