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La música resonaba con fuerza en los oídos del jaguar y la omega pegada a su cuerpo hizo del ambiente un poco más sensual. Hasta que una canción en especial lo hizo reír junto a la chica que bailaba un poco raro.

Si tu novio no te mama el culo...

―¡Esa es mi canción! ―Gritó con euforia la pelirroja, riéndose a carcajadas. ―Pa' eso que no mame...

Baja pa'casa que yo te lambo to'a

La omega movió las caderas de manera graciosa y Armando quiso alejarse de ella por la vergüenza que sentía.

Mami, yo te lambo to'a

Armando negó divertido, su amiga era bastante divertida estando borracha. ―No me hagas bailar esto por favor, bastante tengo al quedarme sin dignidad. ―Apartó a la chica de su cuerpo y limpió el sudor que tenía en su frente con la manga de su sudadera.

Michelle asintió, tomando a Grúas de la mano y empujándolo hasta la barra de bebidas, podía ver a Emilio ahí, sirviendo lo que los clientes le pedía y quiso golpearlo. Realmente aquel chico no tenía la culpa de nada, hasta él hubiera mentido por unos pares de billetes.

Había quedado con la omega en ir a divertirse después de haber dado por finalizar su turno en el taller y aceptó porque no perdía nada con ir a bailar y tomar un rato. Su amiga era una compañera en sus tiempos de estudiante y habían pasado un par de meses desde que la había visto, no perdería la oportunidad de pasar el rato con una de sus personas favoritas.

Claro que había visto las llamadas que Yun le había hecho, pero no quería seguir siendo pisoteado por el omega, había soportado mucho tiempo las críticas y no soportaría más. Colocó su celular en silencio para no estar siendo interrumpido y salió de la casa de Gustabo.

―¡Cinco cervezas para mi amigo y cinco para mí! ―Pidió la chica y el barman asintió, mirando de reojo al alfa. ―Y un helado.

El alfa detrás de la barra se giró hacia sus clientes y les sonrió. ―Aquí no vendemos helados... ―Cortó su oración al ver la cara que el jaguar había puesto. ―Siento lo de hace unos meses, Tonet me pagó para mentirles y en ese tiempo yo necesitaba el dinero. ―La sinceridad y el arrepentimiento pintaban la cara del barman.

―No importa, yo hubiera hecho lo mismo, no era tu problema después de todo. ―El alfa mayor abrió las cervezas y se las puso a cada uno, por su parte Michelle estaba distraída viendo a una chica bailar, no estaba prestando atención a lo que los alfas hablaban. ―¿Pero sabes con quién se acostó mi amigo? ―Quería estar seguro o dejaría de lado su necesidad por proteger al omega.

Emilio asintió, sirviendo otros tragos a otras personas. ―Eras tú, después los vi salir a ambos por separado y bueno, pensé que no se conocían hasta que ese día vinieron al bar y me preguntaron sobre eso. ―Armando se sintió aún peor. El alfa vio eso y siguió. ―Te recomiendo algo, ve por ese omega antes de que Tonet te lo quite, tal vez le contó una versión de él a tu amigo pero yo lo conozco más de lo que te imaginas.

Grúas sonrió, era problema de Yun, él ya había hecho todo. ―¿Qué tanto?

―Soy su hermano y por lo mismo te digo que se alejen de él, es un completo manipulador.

Porque los lobos siempre se visten de ovejas.

Yun llegó a la casa que parecía ser de ¿Gusnabo? ¿Gustabo? No recordaba bien su nombre, pero ahí estaba, tocando la puerta de quien parecía ser amigo de su alfa.

Cuando Armando no respondió ninguna de sus llamadas, se preocupó. El alfa por más que estuviera molesto, a las veinte llamadas le contestaba y ésta vez no fue así, deseaba que su amigo se encontrara bien.

―¿Yun? ―La voz adormilada de Gus lo sacó de sus pensamientos. ―Dios, son las doce de la noche.

Yun se sintió apenado. ―Lo siento... Solo que estoy preocupado por Armando, no me ha contestado mis llama-

―Y no lo hará. ―Cortó al omega, parecía estar molesto y Yun se sintió intimidado. ―Por favor omega, hazme el favor y vete, a Armando le puedes traer muchos problemas si quieres, pero conmigo no, así que shu, quiero dormir. ―El alfa iba a cerrar la puerta pero la cara de cachorro en el omega lo hizo sonreír de lado. ―Está en el bar de siempre. ―Y le cerró la puerta en la cara.

¿En el bar de siempre? ¡Bingo!

Esperen... ¿Bar? ¿Qué hacía en el bar donde solo ellos dos iban? Se supone que el alfa no salía a ese tipo de lugares si Yun no iba con él.

Ignoró el malestar que sintió en el estómago y caminó un poco hasta llegar a la avenida y detener al primer taxi que apareció. Por supuesto que iría a aquel bar y pediría perdón por las cosa tan feas que le dijo a su mejor amigo y ésta vez no dejaría que su gato lo hiciera.

―Al bar Stronger, por favor. ―El taxista asintió, arrancando el automóvil.

Su celular comenzó a sonar, lo sacó de su bolsillo y vio al remitente, frunció el ceño e ignoró la llamada, lo que menos quería hablar era con Tonet.

Estaba por llamar de nuevo a Armando cuando el sonido de un mensaje lo interrumpió, nuevamente era Tonet ¿No se cansaba de ser como un grano en el culo? Debía hablar también con él y dejarle en claro que no lo quería más de entrometido en su vida.

Lo que leyó le hizo erizar los bellos de su nuca.

Tonet

¿Vas con Armando?

Eres muy necio Yunnie.

Entiende que no es bueno para ti,
las cosas no resultarán bien si vas.

Yun

¿Cómo sabes que voy con él?

Recuerdo haberte dicho que no
necesitaba de tu opinión,
es mi vida.


Tonet

Estoy atrás de ti, en otro taxi

Yun

¿Estás siguiéndome?

¡Estás loco, púdrete y deja
de seguirme!

En definitiva no debió confiar nuevamente en un loco como Tonet, y tampoco debió de darle esperanzas en algo que nunca iba a suceder. Juanjo tenía razón cuando le dijo que nada bueno saldría si seguía conviviendo con un alfa como Tonet.

Le pidió al taxista que acelerara y una vez estuvo frente al bar, bajó con un miedo enorme al mirar que Tonet corría hacia él. Como pudo se abrió paso entre la gente dentro del bar y desesperado buscó a Armando con la mirada.

Parecía que su amigo estaba bien, pues estaba besándose con una chica.

Después tendría tiempo de hablar con el alfa, lo que importaba era escapar de aquel loco que le gritaba desde unos metros atrás.

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